Que sea una fiesta

Ya sé que no es la primera final vasca de Copa, pero hace tantos años del Arenas – Real Unión que para todos los que estamos vivos lo es. Así que habrá que celebrarla como algo histórico: una jornada de hermanamiento. Solo en el campo los leones tienen que merendarse a las cebras y los gipuzkoanos desayunar bizcochos. En Sevilla, Donostia y Bilbao, pero también en Gasteiz, Iruña, Baiona y cualquier municipio vasco, tiene que percibirse un pueblo unido. Con una rivalidad futbolística evidente y con miedo a perder, como es lógico, pero unido. Políticamente y en plena precampaña, por cierto, el gol lo marcó el PNV.

Una fiesta del fútbol y vasca

Andaba yo emocionado desde que Muniain le pone el pase a Berchiche antes de que el lateral marcase cuando vi el tuit de Pablo Zabaleta… Y me dejé llevar. El lateral argentino del West Ham, de ascendencia vasca, publicó una foto de sí mismo de niño, vestido para una fiesta con su txapela, su pañuelo, su gerriko y la Ikurriña a la altura del corazón, y el mensaje: “Zorionak al fútbol vasco”. La del 18 de abril tiene que ser una fiesta del fútbol… Y vasca. Eso implica, sobre todo, que sea una fiesta con un buen rollo desbordante y gastando dinero como si no costara. La fiesta del fútbol español será otra.

San Yuri

El gol de Yuri Berchiche de ayer me levantó del sofá, como a todos los aficionados del Athletic que estuvieran sentados. Y no es la primera vez que el lateral consigue elevarnos como un mago. El fútbol nos gusta porque nos emociona, y jugadores como él ayudan a generar esa emoción. Esta Copa es de Yuri pero también es de todos los que tienen fe, empezando por Garitano, que logra ejecutar sus planteamientos (acertados o no). Y también es la Copa de Herrerín, que lo para todo, literal y figuradamente. Y la de Martínez, y la de Muniain, que es el que más finales ha perdido en la plantilla y está convencido de que esta la ganará.

Y después, a Arabia Saudí

Del mismo modo que jugar la Copa del Rey no legitima la monarquía, lo hace quien decide regalarle una competición para que le aplaudan (o piten), que Athletic y Real Sociedad vayan a jugar a Arabia Saudí (la RFEF anunció que ya estaban clasificados) no legitima el régimen, lo hace quien organiza la Supercopa allí y así. Los equipos de fútbol jugarán y cobrarán, y quienes les seguimos podremos (y deberemos) exponer una vez más lo que sucede en esa dictadura y cómo la Federación se ha vendido a ella. Pero es importante no señalar a todos como colaboradores… Para marcarse tantos de cara a tu galería.

Twitter, qué perjudicial eres…

Twitter es de las peores cosas que le han pasado al fútbol. La promesa de influencia e incluso de la capitalización de tus tuits, empujan a los juveniles y a los profesionales a un espacio lleno de gente que no tiene ni idea, básicamente. Que no ha empatado con nadie. Que no ha llegado ni a acercarse a la primera división de lo suyo o no ha jugado ni un partido de solteros contra casados. Pero que opina. Sí, cualquiera puede opinar. Pero el ensañamiento no es opinión, es ensañamiento. Y la cobardía tuitera es, de entre todo lo malo, lo peor. Leeremos muchas mierdas, pero lo haremos como finalistas en Donostia y Bilbao.

¿Juan Carlos I ha trincado? ¡No me lo puedo creer!

Me pinchan y no sangro mientras leía ayer la noticia en Eldiario.es, entro otros medios (porque la leí varias veces, hay quien diría que hasta con regocijo, pero lo hice con abnegación): no puedo creerme que Juan Carlos I se haya llevado 100 millones de dólares saudíes de una única comisión y que los haya compartido con su amiga Corinna. Si hubiera sido así, Felipe VI ya estaría dando alguna explicación. Si fuese verdad podríamos pensar que ha recibido cuantiosas comisiones por todas sus mediaciones. Y eso equivale, qué se yo, ¡a trincar! Y la pobre Corinna, encima, se ha visto envuelta en el entuerto. ¡Qué mal rato!

¡Que cunda el pánico!

Como soy un monárquico convencido además de Juancarlista y un lector bienpensado estoy aterrorizado por partida doble. Primero, porque hayan puesto el nombre de “coronavirus” a la pandemia que nos asola. ¡Eso ha tenido que ser obra de nacionalistas vascos! ¡Seguro que Aitor Esteban lo negocio, como todo! Después, porque leo digitales como El Confidencial y me acojono, claro: hablan de muertes, de que el gen ha mutado y de que un señor de China ha fallecido en su casa después de que en el hospital le hubiesen dado el alta. Digitales como este van a lograr que cunda el pánico y compre mascarillas para mí y Felipe VI.

Pablo, ¿qué ha pasado?

Seré monárquico, sí, pero me gusta “el coletas”. ¡A tope con Pablo Iglesias! Así que ayer primero sufrí con Juan Carlos I y después con él, con Pablo, porque me enteré de que le habían escracheado una turba (de media docena de personas) nada menos en la universidad en la que es profesor honorífico (y eso, ¿cómo se consigue? ¿Qué implica?). Pero, Pablo, ¿qué te ha pasado? Hace nada el que hacía los escraches allí eras tú y ahora te llaman “vendeobreros”. ¿Cómo puede ser posible? Solo espero que cuando hayas vuelto al chalé te hayas tranquilizado en el jardín junto a Irene y los niños. Un abrazo.

¡Maldita izquierda radical!

Soy de Juan Carlos I, de Pablo Iglesias, de creerme las portadas de los digitales españoles pero, sobre todo, soy un defensor de la libertad de expresión. Ni de izquierdas, ni de derechas: ¡librexpresionista! Así que me parece fatal que Santi Abascal e Iván Espinosa de los Monteros hayan tenido que cancelar su viaje a Nueva York porque “la izquierda radical” de esa ciudad les ha impedido dar la charla. Si me dicen que se clausura porque no va nadie o porque temen coger el coronavirus donde hacerse la prueba cuesta 3.000 dólares, me hubiera parecido mejor. Pero por esto, no, hombre, que me indigno.

¡Ya es casualidad!

Mi compañero y amigo Aner Gondra (y esta es la cosa más en serio que he escrito en esta columna) tuiteaba quejándose de la poca atención que reciben en la prensa deportiva española estas semifinales de Copa. Yo ayer hice la prueba y, ya es casualidad, volvió a pasar: noticias mucho más importantes que la clasificación de la Real o el duelo Granada-Athletic ocupaban el espacio. Noticias relevantes como un gol de Mbappé en la copa francesa, precisamente, que James no juega en el Real Madrid, que el Barcelona quiere a Neymar o que el portero juvenil del Liverpool ha hecho una cantada.

Es el derecho de la ciudadanía

Ayer estuvo movido el debate sobre todo en Twitter porque el Gobierno Vasco anunció la necesidad de médicos que cubriesen las vacantes de los afectados por el coronavirus, y que tendría en cuenta el euskera. Algo totalmente lógico, porque no se trata del derecho del médico a ejercer en Osakidetza en euskera o castellano, sino del derecho de la ciudadanía a acudir a su médico en el sistema público (que paga) y explicarse en su lengua (que al médico nadie va por placer). Y quienes convierten el idioma en “casus belli” en este asunto solo lo hacen de un modo capcioso y por interés político.

Ciudadanos lo alimenta y otros engordan

Ciudadanos ha dado cebado debates que han hecho engordar políticamente a Vox. Y con Jusapol, el sindicato policial que promovió y cuyas formas ya vimos en el Parlamento Vasco, le ha pasado lo mismo: los más rancios y fachas con uniforme son ahora apoyados por los de Abascal. Y no exagero: diputados de la formación ultra les han mostrado su apoyo en la manifestación, y los nacionales y guardias civiles muestran su cara más radicalizada. En el vídeo que colgó la periodista Leire Torre en Twitter se les veía avanzar hacia el Congreso con una impunidad y virulencia nada tranquilizadora.

¿Contra qué se manifestaron?

En teoría, los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil que se manifestaron ante el Congreso rompiendo el control policial (¿les aplicarán Ley Mordaza?), reclamaban la igualdad salarial. Vale, me parece legítimo. Pero, ¿a qué viene el acoso que por ejemplo denuncia Laura Borràs? Según la diputada del PDeCat, los agentes de Seguridad le increparon con expresiones como: “Catalanes de mierda” e “hija de puta ven aquí si te atreves”. Entonces, ¿contra qué se manifestaron realmente? Y sobre todo, ¿qué tipo de policías forman Jusapol? ¿Cuántos piensan como ellos? ¿A quién o qué defienden?

No han entendido nada

Para comprender un poco la naturaleza de la manifestación y los manifestantes hay pocas fotos mejores que la que tuitea Pasanospoco: varios manifestantes en un autobús con camisetas de Jusapol y la máscara de la película “V de Vendetta” que se ha popularizado como un símbolo de la lucha contra el sistema cuando es injusto. Para mí, cualquier manifestante que la porte tiene más de fantasma que de persona informada que protesta, pero cuando lo hace un policía, ya, es síntoma de un desconocimiento profundo. Como tuiteaba Pedro Vallín: los símbolos “también pertenecen a los que no los entienden”.

No puedes dar pie

Un gobierno no puede dar pie a que agitadores a de la extrema derecha como Cristian Campos puedan tuitear que “el PSOE acaba de filtrar a la SER el documento de 26 páginas que masacra, con argumentos jurídicos y hasta gramaticales, la ley del sí es sí de Irene Montero. Tenéis que leerlo. Es una humillación en toda regla a Montero, y dudo que sea involuntaria”. Además, tiene razón: huele a información trasladada para frenar las futuras veleidades de los de Podemos. Pero lo peor es que ha sucedido, que a una ministra le ha podido la urgencia de la fecha en un tema tan sensible como el dela violencia contra las mujeres.

No, no son cromos

Hace bien Antonio González en matizar en Twitter que la regulación de la adquisición de cartas en videojuegos no es tan sencillo como lo publican en El Mundo: no se trata de regular la compra de cromos. Se trata de un sistema perverso que abre la puerta a los adolescentes a todo tipo de juego on-line: EA Sports no ofrece los equipos completos en el FIFA, para poder jugar con las estrellas hace falta comprar sobres “sorpresa” virtuales que se pagan con dinero real y que están llevando problemas a muchos hogares e introduciendo el vicio por las apuestas digitales. Es un problema de verdad.

La televisión ya no es la reina

A las puertas de una campaña electoral nos enteramos de que 2019 ha sido el año de uno de los “sorpassos” más importantes que vamos a vivir en la comunicación: la televisión ya no es el medio que se lleva la parte más importante de la tarta publicitaria. Internet le ha adelantado. Una publicidad en principio más ajustada al target, más fácil de producir, mucho más barata por pieza y en la que la creatividad puede ir más lejos, forman un cóctel al que es difícil resistirse en las agencias y las grandes marcas, que son las que hacen las grandes inversiones y marcan la tendencia, finalmente.

La tecnología nos atonta

Precisamente su producción sencilla y el poco riesgo por pieza que asume el inversor es lo que nos lleva a ver en muchas ocasiones una publicidad on-line de mierda. La tecnología nos atonta: ya no nos esforzamos en recordar fechas u otros datos porque están en Wikipedia, ni números de teléfono que siempre están en nuestra agenda. Pero el colmo de lo inútil que puede ser la tecnología es el software que algunos enseñaban con entusiasmo en Twitter y que identifica qué hacen los jugadores de baloncesto: correr, andar, defender, atacar… Como si no fuera evidente a simple vista.

Otro ejemplo

Un ejemplo más de que la Internet comercial no ha traído nada bueno es la crisis de las mascarillas. Una crisis que no se habría dado de un modo tan marcado sin la gran red. Las noticias corren, las fake-news vuelan, el miedo se expande y las mascarillas hoy son un bien preciado por muchos intoxicados por los alarmistas… Pero sobre todo por los pacientes de enfermedades o tratamientos que les llevan a estar inmunodeprimidos, quienes tienen que tratarles y sus propios familiares. En Magnet también lo recuerdan acertadamente y sin hacer sangre de la realidad: cada día somos una especie más atontada.

El PP volverá a depender de Vox

Si desde el principio el PP hubiera dejado claro que no cuenta con Vox y hubiese buscado otros socios hoy no sería un partido rehén de la extrema derecha: en Galiza, Feijóo podría perder la mayoría absoluta pero mantener el gobierno si Vox quiere. Todo el mundo da por hecho que nadie más en la oposición le va a dar la oportunidad porque el PP, por mucho que esconda el logo, exhibe las formas: no quiere negociar nada con nadie. Bueno, con casi nadie: con Ciudadanos y Vox, sí. Y en su pecado va a estar su penitencia: a ver cómo gestiona lo de alimentar a la bestia y luego quitarle la comida.

Es el gobierno, amigo

Según El Confidencial, entre otros medios, la candidatura de Pablo Iglesias a la convención de su partido, que ellos llaman “Vistalegre III”, propondrá una reforma del código ético para levantar el límite de ingresos, la acumulación de cargos y el tiempo que podrá estar él al frente de Podemos. Personalmente, permitir la acumulación de cargos y alargar el tiempo que uno puede estar al frente del partido me parece un error. Pero el error más grande fue, sin duda, el de la limitación de los salarios. Un error de base, porque cobrar bien por ser político fue un logro histórico de la izquierda, precisamente.

Y no todas son puertas giratorias

Hace unos días en esta misma columna les comentaba que la vida cuando te dedicas a la política es muy jodida (también por eso tiene que ser una actividad bien pagada). No es fácil dedicarse a la política… Y tampoco parece fácil ahora dejarlo: el caso de Gala Pin, que tras dejar el ayuntamiento de Barcelona ha fichado por una empresa que fue subvencionada por esta institución, es bastante sintomático. Porque es el PP el que acusa (que ya hay que tener morro) y porque es la izquierda la que se puso demasiado exquisita señalando puertas giratorias que ni ahora ni nunca lo fueron.

Posibilismo o barbarie

No conocemos la fecha de las elecciones catalanas pero ya tenemos los primeros sondeos. Unas encuestas que vienen a confirmar lo que es fácil prever: que ERC ganará pero tendrá que elegir un socio de gobierno. PSE y PDeCat son las principales opciones. Pase lo que pase, todos tendrán que ceder, es decir, ser posibilistas. Porque Catalunya no puede seguir paralizada mientras espera que algún camino se despeje solo. La foto de Sánchez con Torra fue buena pero solo es la primera piedra. Lo que vendrá después de las elecciones abrirá las puertas a la política de siempre y a la decepción de unos cuantos.

El País se suma al modelo de pago

Al final, el modelo de negocio de los medios también en Internet es el pago por consumir contenidos combinado con la publicidad. Exactamente igual que en el plano físico. Después de muchas vueltas y teorías, y hasta de pasar por el “periodismo ciudadano”, volvemos a la sencillez de la evidencia. Ícaro Moyano lo expresaba así en Twitter: “Ya estamos todos en la fiesta de la suscripción y el pago. Deberíamos haber venido antes, pero en algún momento nos volvimos locos por el tráfico y no por la calidad de la audiencia. Reconducir un sector entero no va a ser fácil, pero es básico”.

Pues te han metido dos, Piqué

Decía Jorge Valdano que el fútbol es un estado de ánimo. Y algo pasa en Barcelona cuando generan una animadversión tan global. Lo que hicieron con Valverde no tiene nombre, pero lo que se hicieron a sí mismos Bartomeu o Abidal, sí: absoluto desastre. Lo último ha sido perder el liderato en el campo del Real Madrid, ante un equipo que, según Gerard Piqué, “es de los peores Madrid que me he encontrado” (La Información). Pues ese mismo equipo les metió dos goles y el todopoderoso Barcelona no fue capaz de meterle ninguno. Al final, la soberbia les puede y les arrincona en Barcelona. Que no nos pase lo mismo el jueves.