La Euskadi que va bien

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Euskadi tiene muchos problemas, como todas las sociedades avanzadas. En parte, porque estos no paran de surgir a medida que cubrimos necesidades básicas para cada vez más gente. Incluso ese logro, por medio de la RGI, genera polémica. Y me parece bien porque es el único modo de avanzar, de ir a más. Pero hay una Euskadi que no va mal, como la del sector automovilístico, y otros sectores, pese a que en Twitter, sobre todo, veamos protestar a profesionales de la queja.

La España que va mal

Es objetivo que más y peores problemas tienen en España, igual que en Euskadi tenemos más y peores problemas que en Noruega, seguramente. Pero volviendo al vecino del sur, nos encontramos con noticias como la de El Español: “De los ocho agentes de la Guardia Civil que conforman el cuartel de Isla Mayor (Sevilla), cuatro han sido detenidos en una operación antidroga. Justo la mitad está entre rejas, la otra trata ahora de limpiar la dañada imagen del cuerpo”.

Y la que se retrata

Aunque siempre reconozco el mérito de Iñaki López, no me gusta el formato del programa que presenta (con éxito innegable). Un plató que intenta ser una especie de parlamento televisado en el que se reducen los temas a posturas maniqueas defendidas por personajes centrados en atacar las del contrario. Entre ellos destaca Eduardo Inda como destacó Pablo Iglesias (sí, los pongo al mismo nivel), un periodista cuya actividad es “el precio” que pagamos por tener libertad de prensa, como define con acierto Juan Soto Ivars en El Confidencial.

El cuñado perfecto se desangra

En Euskadi no prestamos atención a la actualidad de Ciudadanos, básicamente, porque la mayoría de los votantes ha demostrado que no cuentan con esa opción de voto. Pero es interesante lo que pasa en este partido personalista, una especie de evolución de UPyD, que se posiciona a golpe de encuesta y en nombre de la centralidad acapara notoriedad. Ahora, Rivera, el líder, se ve presionado para definirse, aunque sea como un líder dictatorial.

A mí me ha gustado

A mí la idea de que el mundial de fútbol de 2026 cuente con 48 selecciones me parece bastante buena. Ojalá podamos ver a Euskadi entre ellas como hemos visto en fases finales de campeonatos de selecciones, recientemente, a Gales o una Islandia que nos enamoró a todos. Para dentro de casi 10 años se apunta hasta San Marino. El Twitter de la selección de fútbol de este microestado supo llamar nuestra atención con un escueto mensaje y más de 3.400 retuits: “2026”.

Siempre hay que leer a Luis Arroyo

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Luis Arroyo retrata muy bien lo que aporta hoy Internet a la política. Empieza por una reflexión de Obama: un comentario de un premio Nobel sobre un asunto que conoce tiene el mismo peso que una crítica al mismo comentario que un ignorante. Por otro lado, los mensajes falsos a favor de Trump y en contra de Clinton que inundaron Internet no fueron una maniobra orquestada, sino el modo que encontraron un grupo de centroeuropeos de sacarse unos 3.000 euros publicando y difundiendo contenido con cierto interés (aunque fuera falso).

La velocidad con la carne mala

El presidente del PP de Terrasa (sí, me he ido lejos) ha empezado el año con una hamburguesa del McDonald’s. Los gustos culinarios de cada uno me importan un bledo, pero que acompañe la foto que ha subido a Twitter con este mensaje: “Foto dedicada a comunistas rancios-radicales y a anti-sistema!No podréis con progreso y con economía d mercado” (sic) es mezclar la velocidad con la carne mala y mal cocinada. Que disfrute Gabriel Turmo de su carne y su ideología picadas.

Al final, Twitter es así

¿Les sorprende lo que acaban de leer? En el fondo, solo es el producto del Twitter que hemos construido entre todos y que he encontrado, esta misma semana, muy bien resumido: “Parte de la magia de Twitter es gente que no han salido de su casa más que para hacer infraturismo explicándote el mundo interseccionalmente”. El juego de pedantería de @Xabibenputa es intencionado y forma parte del ese retrato de lo que algunos consideran que es Twitter.

También hay buenas preguntas

Pero no todo lo que hay en Twitter es malintencionado, como denunciaba Arroyo, pretencioso o, directamente, idiota. Es cierto que también hay preguntas buenas, independiente de quién las formule. Por ejemplo, Manuela Carmena ha reducido la deuda del Ayuntamiento de Madrid, y en Podemos lo han celebrado… hasta que @MargaretCastor ha preguntado en voz alta: “Entonces priorizar el pago de la deuda, cuando todavía hay gente necesitada, ¿era bueno?”.

Y buenos chistes con denuncia

Esta semana hemos asistido al cruce de tuits entre los community managers del Athletic y del Leganés, sobre la “patxanga” que, con ánimo divertido, se jugó ayer. Pero también al que han generado desde el entorno del Espanyol, club molesto (y con razón) con la campaña que identificaba Catalunya con el FC Barcelona (ese que capitanea un “señor” llamado Piqué). Los rivales barceloneses han hecho bromas con que, entonces, ellos eran samoanos, y la denuncia con buen humor ha tenido un justo recorrido.

Periodismo en vaqueros

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Se puede hacer periodismo en vaqueros. Y política. Se puede hacer un estudio de ingeniería o arquitectura en vaqueros. Y un cirujano puede ir en vaqueros antes de cambiarse y entrar en el quirófano. También se puede ser idiota en vaqueros, del mismo modo que se puede ser dentro de un traje caro. El tuit de Marhuenda sobre la falta de rigor de los periodistas que vestimos con vaqueros no puede ser más impertinente, muestra del tipo de opinión del de La Razón.

Y periodismo digno de verdad

Un periodista de mesa como Paco Marhuenda tiene que mostrar un respeto escrupuloso por los que se pasan el día en la calle. Del mismo modo, un escritor de promoción tendría que mostrar cierto respeto por los periodistas que van a ayudarle a dar a conocer su libro. Rafael Santandreu no lo hizo cuando envió a Andreu Buenafuente, suponemos que como a otros entrevistadores, las preguntas y respuestas que daría en su programa. Buenafuente afeó en directo su intento y pasó de la entrevista elaborada.

Algo de fondo, sí hay

Nunca he negado que la disputa entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón tenga algo de fondo. Al final, son dos profesores universitarios que intentan imponer su razón. Pero sobre todo es cuestión de formas. No solo en cómo ejercer el liderazgo o el reparto de puestos, también en cómo usar las diferentes herramientas políticas: ¿diálogo? ¿Pulso? ¿Fuerza? ¿Choque? Darán la explicación a cada una de las elecciones, sin duda, pero, ¿le importará a alguien?

Líderes en corrupción

El mapa de los casos de corrupción que están juzgándose en el Estado español y que hemos encontrado en Vozpópuli es bastante curioso: las provincias menos industrializadas, como Aragón, Castlla, Extremadura o Murcia, son las que menos albergan. Entre las ricas, Nafarroa con “cero” es una excepción a aplaudir, y en la CAV “solo” hay 28. Muy lejos de los más de 50 en Valencia o Asturias, más de 70 en Baleares, más de 100 en Canarias o Cantabria, 150 en Madrid y en Andalucía, y los más de 300 en Catalunya.

Un mito menos

Me alegré cuando me enteré de que Eduardo Velasco estaría en “El Chiringuito” después del Barça – Athletic. No porque LaSexta sea más que Telebilbao, pero sí porque el objetivo de un periodista es llegar a audiencias más numerosas, y él lo lograba. Durante el programa le echaron en cara el bajo IRPF que pagan los jugadores bilbaínos, pero Jon Rivas en Twitter aportaba el dato correcto: más que los del Madrid y el Barcelona… que lo tributen, claro, visto los juicios, acuerdos y “futboleaks”.

Y cerramos el capítulo. De momento

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Hemos pasado una semana intensa en lo futbolístico. El Athletic nos ha hecho vibrar de un modo diferente: nos ha hecho sacar la mala leche, plantarnos. Por fin hemos dejado de ser los “pagafantas” y, claro, el guapo del instituto (personalizado en Piqué) se ha enfadado porque, joder, los feos no estamos para hacerle frente. Pero es que no somos feos, ni pequeños, ni felices en la derrota. Somos del Athletic, sabemos perder pero queremos ganar. Y cada vez lo queremos más.

Volvemos a lo “cotidiano”

Con las garras cerramos de momento el capítulo del Athletic para abrir otro mucho más sobado pero que, al mismo tiempo, es capaz de sorprendernos cada día: en Público leemos una historia entre truculenta y casposa pero, sobre todo, grave. Los “fondos reservados” vuelven a aparecer para “la guerra sucia”, en este caso de empresas de espionaje y seguridad privadas utilizadas por Jorge Fernández Díaz para atacar a políticos nacionalistas catalanes.

Así se las gastan en el PSOE

Aunque para cotidiano, casi “vulgar”, el ataque entre socialistas de cada día. En El Confidencial Digital leemos que Susana Díaz ya habría neutralizado las posibilidades de ascenso de Josep Borrell: “En el entorno de la presidenta de la Junta aseguran disponer de ‘información comprometedora’ tras haber formado parte [Borrell] de tres comisiones clave en la caída de Abengoa: las de nombramientos y retribuciones, la de estrategia y tecnología y la de auditoría”.

La era de Twitter sí ha empezado

Intento ser prudente con las expresiones redondas como la del titular, pero es innegable que “la era de Twitter” es la presente. Y su máximo exponente es Donald Trump. Un “tuitstar” habitual, “Numeritos” (más de 27.300 seguidores) lo definía muy bien: “Insultos, mayúsculas, menciones para presionar a marcas, pseudomenciones, salseos… Trump es Twitter condensado en una persona”, y su ascenso y sostenimiento político está basado en el modelo que triunfa en la red social.

Igual es un chiste

Dudo mucho de que en Euskadi emerja una Manuela Carmena, outsider de la política “tradicional” y dispuesta a encabezar un proyecto alternativo. Siempre he pensado que es más fácil que nos encontremos con un Beppe Grillo, un humorista que no tenga miedo a la confrontación dialéctica ni nada que perder. En cualquier caso, el modelo parece en crisis, y no económica: le han pillado en un resort de lujo en Kenia, en Navidad, después de invitar a la austeridad. A que los demás sean austeros, claro.

Gracias a Obama

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El premio nobel de la Paz que recibió sin merecerlo ha perjudicado a Barack Obama, un político que ha sido más admirado fuera de sus fronteras que dentro. Aun así, fue reelegido y estoy convencido de que será un icono en el futuro (con su merchandising asociado, claro, que para eso los estadounidenses son los mejores) de que lo que parece imposible se puede lograr, de que “sí, podemos”, como él mismo ha querido recordar en su despedida. Este sí que será un “ex” que querremos volver a ver.

¿Gracias a Trump?

Cuando asistimos a aquel milagro de la política y vimos a un demócrata negro alcanzar la Casa Blanca nadie era capaz de prever que el relevo a aquel protagonista de la historia iba a ser un cavernícola. Un cavernícola que, antes de entrar en el despacho oval ya parece cosechar logros, de momento, especialmente en el sector automovilístico: Fiat Chrysler también cambia México por EE.UU. para invertir en plantas de producción.

El efecto “llamada”

Como no me gusta, soy especialmente cauteloso a la hora de vitorear esos supuestos logros de Trump. ¿Cómo no va a parecer una buena noticia que haya 2.000 nuevos puestos de trabajo entre Michigan y Ohio? Si el nuevo presidente de EE.UU. está en medio meditaré mi respuesta. Sobre todo, para no tener que aplaudir también a quien le emula desde posiciones más peligrosas como Marine le Pen, que anuncia aranceles para los coches fabricados en España y protección para la industria automovilística francesa.

Pero no todos sus enemigos son mis amigos

Me ha aliviado leer que Carlos Prieto en El Confidencial pone en duda la oportunidad y el valor del tan comentado y compartido discurso de Meryl Streep contra Donald Trump. Como bien expone Prieto, es la representación de la pataleta de una élite que se tiene por superior moral e intelectualmente, y que desprecia a una masa de votantes a la que consideran ignorante. Ese no es el camino: Trump ha ganado porque ha hablado claro, y la culpa es solo de quien no lo ha sabido hacer, y tenemos que incluirnos muchos.

¿Bromear sobre Carrero Blanco es delito?

Si han entrado en Twitter y han visto varios chistes sobre Carrero Blanco no se sorprendan: una tuitera ha desvelado que piden para ella más de dos años de cárcel por una serie de gracietas sobre el franquista. Los chistes eran malos, pero ni eso ni su ignorancia (le llama “dictador”) es punible. Entonces, ¿qué lo es? ¿No se pueden hacer chistes sobre determinados personajes políticos? ¿Hay un bando protegido? Como muestra de solidaridad, otra ración de chistes malos de defensores de la libertad de expresión de ocasión.