La incómoda realidad

No puedo quitar ni una coma a este tuit de Juan Carlos Etxeberria: “Para valorar cómo de mejores personas nos ha hecho la pandemia conviene recordar que mientras 1.500 millones aun no tienen acceso a las vacunas uno de nuestros putos problemas es tener que elegir cual nos ponemos. Es como debatir si ‘agua con o sin gas’ en mitad de una sequía”. Ya sé que estamos cansados porque yo también lo estoy. Pero la energía que me queda la voy a emplear en mantener una visión optimista: el desarrollo de las vacunas y su administración, pese a todo, es un hito global. Yo, simplemente, valoro abrir el grifo y que salga agua.

La vieja realidad

Reconozco que no me lo esperaba a estas alturas: la semana pasada, desde una popular cuenta en Twitter entre los usuarios próximos a la izquierda abertzale sacaban en primer plano la imagen de Xabier García-Ramsden (que hace poco que se ha incorporado a las mañanas de Radio Euskadi) porque había cuestionado a Arnaldo Otegi sobre las pintadas en los batzokis. El audio con la imagen ha sido redifundido durante días por prescriptores como Joseba Permach con unas formas mucho más delicadas que en anteriores ocasiones, pero igual que hemos denunciado el señalamiento de Podemos o Vox a periodistas, es justo hacerlo también ahora.

La nueva realidad

Algo va muy mal en la política española si un personaje como Cuca Gamarra se convierte en el portavoz de las necesidades del pueblo llano. César Calderón explicaba en Twitter que en el PP han sabido leer el momento: “Están preocupando más por los problemas de los ciudadanos que por los problemas de los políticos”. Yo añadiría que el gobierno español ha demostrado estar, sobre todo, demasiado preocupado por los problemas de los partidos políticos en un momento que todo el mundo lee de la misma manera, como una emergencia global y local. PSOE y Podemos son vapuleados en las encuestas por culpa de lo evidente.

La realidad tozuda

Asociaciones y sindicatos han anunciado una nueva marcha de pensionistas en la CAV. Como ya he manifestado en esta misma columna desde el inicio de la crisis sanitaria y la crisis económica, me parece un error: son los cotizantes los que tienen hoy el problema acuciante y, de hecho, como hemos traído también a la columna, los pensionistas han sido un colectivo especialmente beneficiado durante el pasado año. En Nada Es Gratis recuerdan que deberían preocuparnos y ocuparnos más las cotizaciones que las propias pensiones, por eso de no poner el carro delante de los bueyes. Y pocas veces esta es una metáfora tan apropiada.

La desagradable realidad

Salir al estrado en el Congreso o el Parlament y llevarte la atención de las cámaras, o recomendar en Twitter los vídeos de tus propias intervenciones y condicionar desde este púlpito hasta la acción de los gobiernos tiene que ser una sensación tremenda que yo no quiero para mí. Ponerte al frente del ejecutivo es otra cosa y no vale lo bueno que sea tu kung-fu en el móvil o el interés que tengan los periodistas en ti: a las primeras de cambio, “Arran ocupa la sede de ERC en protesta por el desahucio en el Poble-sec” (El Nacional) mientras Pere Aragonès hablaba de independencia irreversible. ¡Ay, la realidad!

¿Otro mes sin gobierno?

La aventura independentista catalana tiene que salir bien. Por el independentismo, por la ciudadanía catalana y por las y los políticos que siguen presos o exiliados por ser independentistas (porque los delitos por los que se les condena serían de risa si no supusieran varios dramas personales y familiares). Pero es muy difícil sostener el modelo elegido por sus máximos representantes: “Aragonès aspira a ser president antes del fin del estado de alarma el 9 de mayo”, (El Nacional). Eso supone casi otro mes sin gobierno, sin decisiones importantes o sin una mayoría articulada en el Parlament. ¿Quién defiende esto?

Sí pero no

Comparto las críticas de muchos periodistas hacia el vídeo de Podemos que señala directamente a presentadores y periodistas que no siempre hablan bien de la formación morada. Pero también comparto la crítica de Podemos porque no todos esos comunicadores han buscado la verdad o el debate, sino el linchamiento. Ahora, a Podemos, y siempre, a los nacionalistas. Y aunque comparta esa crítica de los de Iglesias también tengo memoria y sé que en Podemos tienen mucho morro señalando a la prensa como el enemigo cuando ni el partido ni sus líderes serían nadie sin las tertulias televisivas.

¿Todo por Errejón?

Dice el aforismo que si parece que detrás de todo hay un plan lo más probable es que haya un plan. Y los pasos de Pablo Iglesias dibujan un plan: cuando era vicepresidente y diputado, su acercamiento a Bildu le permitía neutralizar el peso de los votos de los de Íñigo Errejón (y en Bildu se dejaban, claro). Y cuando se apartó de aquel foro para saltar a la arena autonómica madrileña lo primero que hizo fue un ofrecimiento capcioso precisamente a Más Madrid que impedía el crecimiento de esta fuerza política. No solo parece que haya un plan, es que parece que hay una obsesión. Sobre ello, César Calderón escribe muy bien en Vozpópuli.

¿Todo por la libertad?

Si Isabel Díaz Ayuso quiere actuar como Braveheart, allá ella. El problema sería que, realmente, se creyese la Braveheart española. Y lo preocupante es que con esta puesta en escena y el riesgo de que pueda tenerse a sí misma como una libertadora, Díaz Ayuso vaya a ganar las elecciones. Elías Gómez lo tuiteaba muy bien: “¿Qué respeto tienes por la inteligencia de tus posibles votantes cuando les pides el voto para derrotar al comunismo en unas elecciones autonómicas?”. Es cierto, “comunismo o libertad” es el lema electoral más ridículo que yo haya leído. No es menos cierto que si funciona tenemos que preguntarnos por qué.

¿Por qué?

“El 65% de la desinformación generada sobre la pandemia es atribuible a doce cuentas. La concentración mediática es más intensa aún si cabe en Facebook: allí esas doce cuentas suponen el 73% de la desinformación covid total” (Magnet). Esa es la conclusión de un estudio que una ONG británica ha remitido a varios fiscales en EE.UU. para que actúe contra canales que ya difundían bulos contra el cáncer, supuestos psiquiatras y líderes de opinión de grupos poblacionales muy importantes. ¿Por qué? En algunos casos hay vínculos directos con su modelo de negocio (venta de libros), en otros es más cuestionable.

«En concreto»

El escrito que Luis Bárcenas ha remitido a la fiscalía anticorrupción condensa el cómo y los quiénes políticos más importantes sobre la caja B del PP. Solo falta el cuánto, que puede multiplicar el efecto si la cifra que se repartieron en sobres, supuestamente, es un auténtico escándalo. Pero el daño ya está hecho con frases como esta que destacan en La Vanguardia: “Las personas que recibieron estos complementos salariales fueron en concreto: Mariano Rajoy, Dolores de Cospedal, Federico Trillo, Pío García Escudero, Francisco Álvarez Cascos, Ángel Acebes, Javier Arenas, Rodrigo Rato y Jaime Ignacio del Burgo”.

Podemos vs. PSOE

Igual “la nueva política” consiste en atizar al partido con el que gobiernas en coalición. Si es así no me gusta. Y ya veremos qué efecto tienen en las próximas elecciones noticias como esta en el digital que ha promocionado Podemos: “La patronal, socio del PSOE en sus últimos pulsos con Unidas Podemos. Reforma laboral, pensiones y SMI son los grandes temas que siguen en pulso en el Ejecutivo de coalición, a pesar de que los tres están contemplados expresamente en el programa del pacto de gobierno entre PSOE, al que la CEOE aplaude sus incumplimientos, y Unidas Podemos, respaldado por los sindicatos”.

¿Y si dedican el tiempo a esto?

Sostener las confrontaciones del párrafo superior lleva tiempo. Y elaborar estrategias, explicaciones, argumentarios y noticias como las que publican en La Última Hora, el digital con evidentes vínculos con Podemos, también lleva tiempo. Un tiempo que los partidos en el gobierno no dedican a mejorar situaciones que se dan en su España, justo el propósito para el que les eligió la ciudadanía: “El reducido tamaño de las pymes hace descarrilar las ayudas del Gobierno”, leemos en Cotizalia, donde señalan que “se trata de un viejo problema de la economía española” por el que “nada se ha hecho”.

También contra sus socios

Lo que denuncia César Calderón en Economía Digital no es algo menor: el consultor político cree que los “trackings” del CIS sobre las elecciones catalanas tienen un sentido político claro, el de mostrar al PSOE como opción ganadora, sea o no cierto, para que mantenga precisamente sus cada vez más escasas opciones. Si su hipótesis supondría un nuevo ejemplo de que PSOE y Podemos dedican demasiado tiempo a sus partidos desde el gobierno, que ponen recursos públicos en manos de intereses privados, y que no les importa mentir ni dinamitar el frágil equilibrio en Madrid con ERC y PDeCat.

“Idiotas hipermodernos”

No quito ni una palabra a este párrafo con el que abren la pieza en Eldiario.es: “El filósofo José Carlos Ruiz considera que el aumento de los ‘idiotas hipermodernos’, esos que no necesitan contrastar informaciones, se centran en reafirmar sus creencias y creen vital hacerlas públicas en redes sociales, ha llegado a ser un ‘problema contemporáneo’ y será aún más acuciante”. No conozco la obra de Ruiz ni conocía de su existencia hasta leer las líneas anteriores, pero creo que ha clavado la definición, el concepto y la calificación de “problema” a esa legión de tipos que van de listos y no saben que no lo son.

España ya no es una

Lunes. Empieza una semana que seguro que no es menos intensa que la pasada en lo político. Una semana en la que Vox, como en las anteriores, seguirá haciendo trampantojos para que no parezca que lo suyo solo es el discurso grueso. Lo que denuncia César Calderón entre otros tuiteros debería de ser sancionable porque supone un malgasto evidente y malintencionado de los recursos: para engordar el número de preguntas parlamentarias, Vox hace la misma petición en cada una de las provincias. “Según este innovador método habrían presentado unas 15 preguntas por provincia. ¡No dan un palo al agua!”.

Podemos la empieza con más tranquilidad

Precisamente Vox, junto a PSOE y Ciudadanos, ha echado un cable a Podemos en Andalucía: finalmente, Teresa Rodríguez y otros ocho parlamentarios autonómicos tendrán que abandonar el grupo de los morados después de que la portavoz lo hubiese solicitado. Una expulsión que a Podemos le ha costado varios escarnios y, seguramente, aún le quede alguno más porque Rodríguez (acusada de transfuguismo y que sigue con un escaño, igual que sus compañeros, pero fuera del grupo) está decidida a plantar cara a la dirección de Podemos en su parlamento, Andalucía y España entera.

Europa… Y mucho más cerca

La eurocámara es especialmente singular, así que la descripción que hace Idafe Martínez seguramente encaje mejor en este parlamento que en otros: “Los eurodiputados se dividen en dos grandes grupos: los que trabajan de eurodiputados y los que usan su cargo de eurodiputados y hasta sus preguntas a la Comisión como altavoz en el debate nacional. Creo que los del segundo grupo son una rémora, para la UE y para su país”. Estoy plenamente de acuerdo con este periodista, pero por mi experiencia insisto en hacer extensiva esta división a otras cámaras e, incluso, consejos de administración.

Sí, así es una pandemia

Parece que hay correlación: a medidas más duras, mejores resultados en la lucha contra la pandemia. A mayor relajación (también la provocada por una buena situación), más contagios y más muertes. Así es una pandemia, y así tenemos que tomárnosla. Ya sé que estamos cansados, ya sé que el derecho a la queja es indiscutible, ya sé que el que siempre sabe lo que hay que hacer nunca está en el gobierno, en ningún gobierno… Pero solo hay una forma de enfrentarnos a la pandemia: con disciplina y abnegación. ¿Y críticas? Si el error es evidente y si son constructivas. Para hacer ruido ya están las charangas.

Vodafone es más rentable… Sin fútbol

La crisis económica derivada de la pandemia puede acelerar que se quede sin oxígeno la mayor burbuja que hemos construido entre todos: la del fútbol. Una burbuja que ya tenía varias fugas y que se mantenía a flote, aparentemente, porque la parcheaban con billetes, montones de billetes. Pero ni el merchandising oficial (que solo compraba el aficionado más próximo) vale lo que cuesta ni lo hacen las retransmisiones: desde que Vodafone dejó de pelear por emitir el fútbol su rentabilidad ha aumentado. Y no es la primera noticia al respecto (aquí también encontramos el famoso velo mediático) que anuncia la crisis que viene.

Día de crónicas

Hoy, por fin, empezará a merecer la pena leer las crónicas sobre los resultados electorales en EE.UU. porque, hasta ahora, lo que publicaban, sobre todo en Twitter, eran refritos, titulares estirados y, con suerte, elucubraciones. “Y de repente el mundo entero es experto en Wisconsin”, tuiteaba Dori Toribio, una verdadera corresponsal sobre el terreno. Porque llevamos desde el martes viendo, oyendo y leyendo auténticas chorradas sobre las elecciones estadounidenses. Empezando por las que publica Trump, lo sé. Pero también sé que el tiempo de cronistas y analistas empieza ahora. Lo anterior solo era ruido.

El show forzado

César Calderón tuiteaba sobre “la sociología como espectáculo”. Y yo me atrevo a apostillarle que sería “como mal espectáculo”. En Euskadi y en España ya hace años que las tertulias electorales empiezan con los colegios electorales abiertos y los contertulios intentando explicar el avance de los datos de participación. El CIS también es hoy un show y las encuestas que van sacando los periódicos, pequeños hitos noticiosos, pero sin que nadie entre a explicar las muestras y la cocina de los datos que, pese a lo que se cree (porque también lo hemos explicado mal), siempre es necesaria y solo a veces, excesiva.

Vete a casa, Donald

Entiendo que Donald Trump no solo es un presidente de EE.UU., es el símbolo de una nueva extrema derecha populista que todos debemos combatir. Vale. Pero regalarle tanta atención es gasolina para quienes le defienden, que también montan sus shows, claro. Apuntarle con tantas cámaras y micrófonos solo ayuda a difundir sus mensajes, por aberrantes que parezcan, como que las elecciones solo son limpias si las gana él. Por las reacciones que hemos visto de sus seguidores españoles, sobre todo en Twitter, podemos adelantar los argumentos de Vox en las próximas elecciones generales: tongo y dudas.

¡Hasta Twitter el corta las alas!

Hasta Twitter, que es un colector, ha intentado parar los pies a Trump, que intenta llenar de mierda aquello que no puede controlar, avisado de que el contenido de algunos tuits puede ser falso, como en los que acusa de manipulación de voto. Ni quiso ni supo ganar y, ahora, ni quiere ni sabe perder. Y todos estamos pendientes de que se vaya de una vez haciendo el mínimo daño posible. En sus manos está generar más aversión o conformarse con la que yo nos ha provocado. Solo espero que todas las predicciones apocalípticas sobre lo mal que irá todo durante la transición se equivoquen otra vez.

Faceboook gana… Y así tiene que ser

Facebook es una agencia publicitaria. Siempre lo fue: desde el inicio intentó usar los muros que creábamos como soportes publicitarios. Su gran revolución es que el contenido lo generan otros, a diferencia de los medios de comunicación. Y su evolución es la de una empresa que ha sabido crear y pulir un modelo de negocio exitoso. Tanto que solo durante la campaña estadounidense habría ingresado 29 millones de dólares únicamente en los estados clave. Y eso, ¿qué quieren que les diga?, eso está bien: la inversión publicitaria en campaña está bien, pero diversificar con acierto es lo que puede hacerte ganar.