Al sindicato ELA le va bien, es evidente. Gana todas las elecciones, paraliza ciudades y no se corta en dar lecciones. Pero que al sindicato le vaya bien no significa que estén haciendo bien las cosas ni que las cosas que hacen sean positivas para el país. Su primer pilar es: “Confrontación frente a diálogo de despacho ineficaz”. Quien haya escrito “confrontación contra el diálogo” y no se haya parado en seco tiene un problema. El segundo es, directamente, una mentira: no puede abanderar la “independencia política” la organización que hace coincidir huelgas y movilizaciones con un calendario electoral.
¿Qué futuro?
Arnaldo Otegi lo ha dicho con seguridad: Otxandiano será lehendakari “si no es esta vez, en el futuro” (COPE). Pero en la izquierda abertzale saben que el futuro es incierto. Vale, eso lo sabemos todas y todos, pero ellas y ellos, más: ¿cuánto tiempo va a aguantar la resiliencia en su interior? ¿Cuántas cesiones quedan por hacer hasta que la famosa “revolución pendiente” (como la definió un importante político vasco) se consume? ¿Aguantarán? ¿El odio al PNV seguirá siendo un compacto pegamento cuando Bildu y el propio Otxandiano emulan continuamente al PNV, incluso yendo al Fórum Europa, en el Ercilla?
Y Andueza se postula
Eneko Andueza ya no asegura que no gobernará con Bildu: ahora dice que sí aceptaría sus votos para ser lehendakari aunque la formación de Otxandiano y Otegi no entrarían en el Gobierno Vasco. Veremos qué dice la semana que viene. Lo que no deja de sorprenderme es que Andueza insista en un posible entendimiento entre el PNV y Bildu. Algo que solo alienta, precisamente, el candidato de la supercoalición que lidera Sortu, son su ofrecimiento de txitxinabo para que sea el lehendakari el más votado en un hipotético gobierno de coalición. De momento, coinciden, se necesitan y se abren solo ellos.
Un angelito
Andueza ha propuesto una fórmula que ya conoce: el PP, sin entrar en el Gobierno Vasco (aunque sí estuvo presente de manera indirecta en entes públicos), dio su apoyo a Patxi López, que llegó a la lehendakaritza apoyado en la ilegalización de Bildu la izquierda abertzale (por si alguien no lo recuerda). El mismo PP del que forma parte Federico Cuevas, concejal de un pueblo sevillano, Lora del Río, que a una pregunta en Facebook de un vecino sobre el gasto que supuso la presencia en Fitur, respondió: “Pregúntale a tu madre, que en paz descanse” (Diario de Sevilla). Política hace cualquiera. Pero pocas personas son capaces de hacer buena política.
Actualización a 2 de febrero: un lector me hace notar en una carta al director que, en efecto, Bildu no fue ilegalizada. Sí lo fue el partido que representaba a la izquierda abertzale en aquella época, y era eso a lo que me quería referir.
Es verdad: se odian
Tiene razón Manuel García, un popular tuitero desde que X se llamaba Twitter, en su comentario: “Se odian a sí mismos, pero puta Cataluña y palante”. Es su apreciación al titular que publicaban en Diari de la Llengua: “El govern de l’Aragó deixarà de considerar ‘llengües pròpies’ el català i l’aragonès”. Quien renuncia a una parte de su cultura, quien rechaza a una parte de su población que hace suyas esas lenguas, se odia a sí mismo. Y esto lo conocemos muy bien en Euskadi: hay navarras y navarros que se odian a sí mismos cuando repudian el euskera y a una parte de su propia ciudadanía que lo usa con orgullo y lo defiende.