No huele nada bien

Lo que publican en InfoLibre sobre la gestión de la Comunidad de Madrid de los contratos durante la pandemia no huele nada bien: “Los 38,7 millones de los contratos de Madrid con datos falsos tenían como destino el paraíso fiscal de Panamá. (…) Cada documento llevaba dos firmas: la del empresario venezolano Roger Swidorowicz y la del entonces director general de Proceso Integrado de Salud, Manuel de la Puente. (…) Las adjudicaciones a Sigma Dental Inc. aparecieron en el Portal de Contratación como si fuesen para una SL española y se le adjuntó un NIF falso pero casi idéntico al de una sociedad homónima de Granada”.

¿Ni un número era real?

Los casi 40 millones de euros que han podido acabar durante la pandemia en un paraíso fiscal y el NIF falso suponen un escándalo, pero me temo que me sorprenderé con resignación cuando confirmemos que no pasará nada en lo político y que si rueda alguna cabeza será de turco. Por la misma magia negra, o azul, tampoco tendrá consecuencias que hayamos validado las sospechas que teníamos: “El Gobierno de Ayuso dejó de notificar al Centro Nacional de Epidemiología más de 55.000 infecciones detectadas a través de los test de farmacia” (Cadena SER). Y eso sin contar los contactos estrechos sobre los que, directamente, no intervinieron.

No está bien

Definitivamente, en el PP pasa algo: el modo en el que pueden caminar sin mojarse debajo de un aguacero no es normal. Y tampoco lo son estas declaraciones de Cuca Gamarra sobre el ministerio español de Igualdad: “Podría desaparecer y no pasaría nada en España, creo que iríamos a mejor” (El Huffington Post). Sus intentos de despreciar una labor imprescindible como la concienciación, vía ministerio, son absolutamente condenables. Ninguna estrategia política puede pasar por encima de los consensos más básicos y de las políticas más necesarias. Ninguna. Que la elegida para decir semejante barbaridad sea una mujer solo agrava el insulto a la inteligencia.

Rusia sigue golpeando

No quiero que la invasión de Rusia sobre Ucrania sea el tema principal de la columna todos los días, pero me niego a dejarlo de lado. Simplemente, no puedo. Las noticias que leemos desde el primer ataque me preocupan y me inquietan: nada va a parar a Putin, eso es seguro. Lo que no sabemos es cuándo ni con qué se dará satisfecho él. Kiev está siendo sometida a base de misiles mientras una parte del arco político local se enreda en su falso pacifismo (lo que estamos oyendo de quienes justificaron asesinatos selectivos en Euskadi da arcadas, sin eufemismos) y en su afición por lo ruso compartida con la extrema derecha.

China decide

Quienes andan haciendo malabares argumentativos para solidarizarse con Ucrania sin meterse con Rusia van a tenerlo aún más complicado para justificar la posible colaboración de China con Putin. Pero en engordar a la dictadura oriental han colaborado también los más liberales, que han descubierto tarde que en los precios bajos iba incluida, también la dependencia del conocido como “gigante asiático”. No soy optimista: la pandemia no ha provocado ningún cambio en el abastecimiento mundial ni en nuestros hábitos particulares y la guerra no acabará tampoco con el cinismo necesario para blanquear a dictadores.

La incómoda realidad

No puedo quitar ni una coma a este tuit de Juan Carlos Etxeberria: “Para valorar cómo de mejores personas nos ha hecho la pandemia conviene recordar que mientras 1.500 millones aun no tienen acceso a las vacunas uno de nuestros putos problemas es tener que elegir cual nos ponemos. Es como debatir si ‘agua con o sin gas’ en mitad de una sequía”. Ya sé que estamos cansados porque yo también lo estoy. Pero la energía que me queda la voy a emplear en mantener una visión optimista: el desarrollo de las vacunas y su administración, pese a todo, es un hito global. Yo, simplemente, valoro abrir el grifo y que salga agua.

La vieja realidad

Reconozco que no me lo esperaba a estas alturas: la semana pasada, desde una popular cuenta en Twitter entre los usuarios próximos a la izquierda abertzale sacaban en primer plano la imagen de Xabier García-Ramsden (que hace poco que se ha incorporado a las mañanas de Radio Euskadi) porque había cuestionado a Arnaldo Otegi sobre las pintadas en los batzokis. El audio con la imagen ha sido redifundido durante días por prescriptores como Joseba Permach con unas formas mucho más delicadas que en anteriores ocasiones, pero igual que hemos denunciado el señalamiento de Podemos o Vox a periodistas, es justo hacerlo también ahora.

La nueva realidad

Algo va muy mal en la política española si un personaje como Cuca Gamarra se convierte en el portavoz de las necesidades del pueblo llano. César Calderón explicaba en Twitter que en el PP han sabido leer el momento: “Están preocupando más por los problemas de los ciudadanos que por los problemas de los políticos”. Yo añadiría que el gobierno español ha demostrado estar, sobre todo, demasiado preocupado por los problemas de los partidos políticos en un momento que todo el mundo lee de la misma manera, como una emergencia global y local. PSOE y Podemos son vapuleados en las encuestas por culpa de lo evidente.

La realidad tozuda

Asociaciones y sindicatos han anunciado una nueva marcha de pensionistas en la CAV. Como ya he manifestado en esta misma columna desde el inicio de la crisis sanitaria y la crisis económica, me parece un error: son los cotizantes los que tienen hoy el problema acuciante y, de hecho, como hemos traído también a la columna, los pensionistas han sido un colectivo especialmente beneficiado durante el pasado año. En Nada Es Gratis recuerdan que deberían preocuparnos y ocuparnos más las cotizaciones que las propias pensiones, por eso de no poner el carro delante de los bueyes. Y pocas veces esta es una metáfora tan apropiada.

La desagradable realidad

Salir al estrado en el Congreso o el Parlament y llevarte la atención de las cámaras, o recomendar en Twitter los vídeos de tus propias intervenciones y condicionar desde este púlpito hasta la acción de los gobiernos tiene que ser una sensación tremenda que yo no quiero para mí. Ponerte al frente del ejecutivo es otra cosa y no vale lo bueno que sea tu kung-fu en el móvil o el interés que tengan los periodistas en ti: a las primeras de cambio, “Arran ocupa la sede de ERC en protesta por el desahucio en el Poble-sec” (El Nacional) mientras Pere Aragonès hablaba de independencia irreversible. ¡Ay, la realidad!

Cortesanos hasta la náusea

“‘El mejor Alcalde, el Rey’. El Rey Felipe VI recibe la llave de oro del municipalismo, en el 40º aniversario de las primeras elecciones municipales democráticas. Gracias por su apoyo siempre al municipalismo”. Este tuit de Cuca Gamarra, del PP, sobre el reconocimiento de la Federación Española de Municipios y Provincias, resume a la perfección lo que quiero decir en el titular de la columna. Y puedo admitir que haya monárquicos en España, pero me parece inexplicable este reconocimiento de los representantes de la democracia más próxima a un tío que ha sido elegido por los espermatozoides de su padre.

Podemos se rila

Soy muy malo haciendo predicciones políticas, pero creo que esta vez no va a haber repetición de elecciones porque quien provocó el anterior ha comprobado que solo puede ir a peor: en Podemos se han resignado y han admitido que los sondeos son ciertos y tras otra campaña solo seguirían perdiendo diputados. Así que los principales interesados de que Sánchez forme gobierno son ellos, con Iglesias de ministro o en la bancada. Al contrario, esta vez al PSOE no le importa que Podemos se inmole porque las encuestas anuncian que vencería y que el PP se recuperaría, retornando poco a poco al bipartidismo.

Estamos generando jetas

El chef Samuel G. Galdón denuncia en Twitter que ha recibido una oferta del influencer Raúl Vidal para que el primero invite el segundo a comer o cenar a cambio de 3 stories en su Instagram y el de su compañero. El restaurante está en una casa rural de lujo de Ibiza y la cara de algunos está en un grado de dureza que roza ya el adamantium. Galdón lo ha denunciado y ha hecho bien, pero, ¿cuántos callarán ante semejantes propuestas y cuántos tragarán porque nadie les explica que una inversión en Comunicación tiene que estar bien pensada? ¿Así financian algunos sus vacaciones? ¡Qué morro!

Tesla es un agujero

Elon Musk siempre me ha parecido más un charlatán de feria que un visionario y una persona con verdadera vocación por mejorar el mundo. Y Tesla, por mucho que me la vendan Musk, sus inversores y los flipados por la tecnología, siempre me ha parecido una marca con más carencias empresariales que éxitos. Y seguimos sumando noticias: no producen lo suficiente y los coches se amontonan fuera de la única fábrica del mundo, en EE.UU. (hasta que por fin abran las de China y Europa) porque no tienen capacidad para enviar los vehículos fabricados. Y lo más importante: con una deuda de 9.300 millones de euros, según El Confidencial.

El futuro era el gasto energético inmenso

No digo que no lo estemos haciendo ya, consumiendo recursos naturales como los combustibles fósiles muy por encima de nuestras necesidades y posibilidades como humanidad. Pero también tengo claro que el futuro pasa por más gasto de electricidad, básicamente: si todos los coches de hoy fueran eléctricos como los Tesla, ¿cuántas centrales nucleares necesitaríamos? Y con el bitcoin pasa lo mismo: para generar esa riqueza virtual hace falta que ordenadores de todo el mundo trabajen sin descanso y requieran de esa misma luz. De la difícil sostenibilidad de estas “novedades” pocos hablan como en Magnet.