En ‘Vozpópuli’ hemos encontrado la enésima historia sobre Abengoa que, si no fuera por el gran agujero que deja a proveedores y los despidos sin indemnización, tendría su guasa. En este diario han encontrado a Pepe Baltá, un alumno de primero de medicina que el año pasado, en el instituto, en un trabajo sobre economía, señaló la falsa arquitectura financiera de los Benjumea. En ‘Vozpópuli’ se preguntan, como es lógico, cómo pudo verlo él y escapársele a una auditoría del peso de Deloitte.
Economía de verdad
La vivienda subió en noviembre (‘El Blog Salmón’). Así es, querido lector que espero que no se queje de que nadie le avisó de que esto iba a pasar. Nos hemos cansado de publicar en esta columna que el descenso del precio en un momento en el que no había crédito solo beneficiaba a los inversores que pagaban dinero en mano, y que ahora suba la vivienda y corra el crédito… solo beneficia a esos inversores que pagaron dinero en mano y van sacando, poco a poco, las viviendas para que el ciudadano de a pie se hipoteque y page márgenes.
Capitalismo “kitsch”
Confieso que me encantan las biografías profesionales de personajes como Jesús Ger, creador y gestor de Marina d’Or, que se sostiene en pie milagrosamente (o con fuentes de financiación que cuando cierren el grifo dejen ver el hundimiento). Ger sigue haciendo planes de miles de millones de euros para expandir su “ciudad de vacaciones”, y ya habría establecido relaciones con magnates chinos para ejecutarlos. Además, es asiduo a los tratamientos de belleza que ofrecen sus balnearios, y ejemplifica como nadie el Capitalismo “kitsch” tan español.
Corinna, Juan Carlos tiene un mensaje para ti
Entiendo que si Juan Carlos I quiere enviar mensajes a Corinna zu Sayn-Wittgenstein necesitará la colaboración de los medios para que estas sutilezas le lleguen a la que fue su muy especial amiga (no he puesto lo de “follamiga” porque no quiero líos). A lo que vamos, Corinna, entérate: Juan Carlos está usando el cinturón con hebilla de plata del joyero Patrick Mavros que le regalaste, y en su despacho tiene tu frutero de cristal. No seas rancia, tía, y envíale un corazón vía WhastApp.
La guerra de los digitales
Un periodista con gancho (aunque sea pescando en ríos revueltos constantemente), un poco de olfato y unas buenas fuentes de información, con cuatro euros, otros tantos periodistas (no necesariamente excesivamente formados) y buenos programadores, te puede montar un digital y que le vaya bien. Lo ha hecho Eduardo Inda y, al parecer, no le ha gustado a Pedro J. Ramírez, que habría abroncado a los suyos, que pusieron en marcha con mucho nombre un digital… como tantos otros.