El gobierno de «la gente»

Las y los autónomos no somos “la gente”. Somos otra cosa, qué se yo, empresarios. O algo peor: aspirantes a empresarios que no valemos y por eso nos hacemos autónomos. Pero está claro que nos estamos forrando así que esta fiesta de la subvención y la ayuda directa la vamos a pagar, en parte, nosotros. Todo sube: el paro, el sueldo de los miembros del gobierno y la cuota de autónomos hasta 24 euros al mes en lo que va de 2020. Este 2020. Si el de Rajoy fue un gobierno de millonarios alejados de la ciudadanía, este de funcionarios y profesores de universidad no parece más pegado a la realidad.

Bueno, todo no sube

Este gobierno español habla mucho de los impuestos de los ricos pero a los que recorta es a lo pobres. A los autónomos, por medio de la subida de la cuota, y en el CIS a los que lamina es a los encuestadores que, por supuesto, forman el eslabón más débil de la cadena de investigaciones sociológicas públicas: “El precio por entrevista baja de los 17,50 € antes de la pandemia a los 12,06 actuales. (…) (las y los encuestadores) en ocasiones cuentan con sueldos que no superan los 500 euros” (La Información). A tope de discurso de izquierdas, a tope de proclamas, puños en alto y fotos antidesahucios… Pero con el mazo dan.

Ahora, coherencia

Los dos principales partidos de la CAV han aprobado las cuentas del gobierno español que golpean a ciudadanos tan peligrosos para las arcas públicas como los autónomos y los encuestadores del CIS. Así que ahora les toca tirar de las reservas de coherencia. Pello Salaburu en Twitter afilaba más el disparo a portería: “Pues a aguantar el paraguas con gotas de lluvia durante un año. El ‘sí’ a los presupuestos es el sí a la Guardia Civil, a la Casa Real, al ejército, a las bombas fabricadas en España… A todo eso va a decir ‘sí’ EH Bildu. Bienvenidos a la política real, un poco más compleja que la de boquilla”.

El termómetro industrial

Por muchos hilos en Twitter que publiquen los expertos en teorías (porque sobre el terreno, poco), lo cierto es que en los centros de trabajo y el transporte público no se dan los contagios. Exactamente por el mismo motivo por el que no se dan en las ikastolas ni el transporte escolar. Así que la difícil decisión de salvar la industria que tomaron los gobiernos hoy es indiscutible por positiva, y más con titulares como: “La industria afronta con esperanzas 2021: prevé elevar su inversión un 10%. La expectativa de las vacunas y la ayuda europea hacen que las empresas sean optimistas” (El Confidencial). Cuanto mejor, mejor.


“¿Hemos normalizado cientos de muertos diarios?”. Eso se pregunta Alberto Sicilia en Público, y yo creo que la respuesta es evidente: sí. Ni el Teleberri ni el Telediario acongojan tanto como en marzo o abril. Eso nos permite salir a la calle, hacer una vida normal y sostenernos económicamente a nosotros mismos y a todo el sistema social, que está gastando lo que no tiene. Pero como sugiere el autor, el precio no puede ser la relajación, los contagios y la resignación ante la lotería de la muerte. Al virus, igual que a la crisis, tenemos que combatirlo entre todas y todos. Esa será la única manera de vencer.

Influencers

Mientras celebrábamos ayer el día del influencer llegó a mi timeline en Twitter la denuncia de un hostelero de Barcelona que se quejaba de que una pareja de influencers le pidiera una invitación para comer “sus mejores platos” y dar a conocer el local. El dueño del restaurante recordaba su situación en Catalunya: sin poder abrir por las noches, con un aforo del 30% y parte del personal en ERTE, lo que menos le puede apetecer es invitar a comer, y menos, a quien se postula para que los demás lo hagan. Espero que la pandemia ataque acabe con esta falsa espuma de Internet que tanto daño hace.

También en política

Me hago mayor y más cascarrabias, y si me indignan los que, bajo el paraguas de los infuencers, pretenden pasárselo pipa a cuenta del esfuerzo de los demás (porque si no facturan y solo cobran en invitaciones, lo suyo desde luego no es un trabajo), más lo hacen quienes quieren ir de influyentes en política y no pasan de ser meros difusores de argumentarios escritos en gabinetes de partidos. Así que, bien por Daniel Innerarity, que responde a un viceconsejero andaluz que pretendía defender, con torpeza y atacando a los vascos, el paraíso fiscal y capitalino en el que han convertido Madrid.

Aquí sí que los necesitan

Donde necesitan infuencers pero de los buenos, de los que siempre hemos llamado prescriptores, es en el gobierno español si quieren rentabilizar la aplicación “Radar COVID”, esa cuyo éxito parecía condicionado a que los vascos la aceptáramos tal y como era: en castellano sagrado, porque el retraso para que un euskaldun pudiera interactuar en su idioma y frenar una pandemia mundial parecía poco menos que un sacrilegio. Pues bien, hemos pecado todos de desidia porque asistimos a un “fracaso estrepitoso de ‘Radar COVID’: solo la utiliza el 14% de la población española” (República.com).

El carísimo sistema público

El sistema, por definición, es caro: es caro el sistema de partidos, es caro el sistema sanitario y es caro el sistema público, en general. Son caros pero son necesarios y, si no, podemos valorar alternativas. Y es preciso ser consciente de ello, por ejemplo, cuando exigimos la actualización de las relaciones de la ciudadanía con la administración vía telemática: una plantilla mayor y unas webs desfasadas hacen que la actualización sea carísima en España. Hasta 50 millones de los fondos europeos por el COVID podrían ir destinados a esta puesta al día, según El Confidencial, donde han dado un buen repaso al tema.

El bonito final de Trump

El de Donald Trump va a ser un final bonito. Bonito para quienes le queremos derrotado y, a poder ser, humillado. El recuento que ha costado tres millones de dólares a “la campaña” del presidente (un concepto demasiado genérico para tanto dinero) solo en Wisconsin ha servido para encontrar 87 votos más a favor de Biden y ninguno fraudulento, como pretendía el republicano. Con esto y con todo lo demás soy de los que cree que el trumpismo está acabado. Tanto el encabezado por Donald (que tendrá 78 años dentro de cuatro) como el de Ivanka, Eric o Donald Jr., lo que es una magnífica noticia para todos.

Esto va de personas

Nos hemos acostumbrado al coronavirus, a las cifras y las curvas diarias en el Teleberri, a las pugnas políticas entre Ayuso y el resto del mundo, al discurso a golpes de Sánchez y a la reclamación del lehendakari de que se ejerza la cogobernanza pactada. Pero el coronavirus va, sobre todo, de personas, como recordaba a su pesar Cristina Juesas en Twitter: “Mi abuela murió ayer de covid. La madre de una compañera y amiga está con respirador desde el domingo. A ver si os tomáis esto un poco en serio, joder, que no son números, son personas. Somos familias que no podemos despedir a los nuestros. Eso somos”.

A esto me refiero

Parece que da igual lo que pase en España que todo acaba reducido a un enfrentamiento político entre sus partidos. Les pasó con ETA, con el 11-M, con el 1-0 catalán y les pasa, por supuesto, con el coronavirus. Pero esta vez la bronca no es entre gobierno y oposición, sino entre socios en el consejo de ministros: “Sánchez rectifica tras la bronca de Iglesias y le incluye en el equipo gestor de fondos covid”. Este titular de Vozpópuli debería de avergonzar a los que menciona y a sus equipos. Pero solo será otra noticia más sobre el pulso que mantienen un presidente y un vicepresidente que nunca se han soportado.

Nos tocó la pedrea real

El Fary hizo célebre esta frase cuando, según su televisivo relato, unos chavales entraron al bar en el que estaba echando “la partida”, empezaron a liarse un porro y el dueño les conminó a marcharse: “Deja a los chavalotes, Pablo, déjalos que caminen como ellos camelen. Si los chavales camelan pegarle un poquito a la lejía o camelan pegarle un poquito a la mandanga, ¡pues déjalos!”. Como esos chavales, Juan Carlos I solo quería libertad para lo suyo, para gastar en tres escopetas de caza102.000 € que tenía en Suiza y vía testaferros, según informa El Confidencial. Por cierto, al parecer las compró en Euskadi.

¿Le damos una vuelta… O una lista?

En su infinito camino de torpezas políticas, Toni Cantó se solidariza con su “amigo” Alvise Pérez, al que Twitter ha suspendido la cuenta. Si siempre hemos pedido que las redes intervengan para detener la difusión de informaciones falsas e intentos de manipulación, cuando lo hacen no podemos quejarnos. Porque esas eran las aportaciones de Pérez a la red, esas y, políticamente, perjudicar a Ciudadanos (incluso cuando trabajaba con Cantó para ese partido) y beneficiar a Vox. Así que, por mí, en vez de “una vuelta” a “la censura en las redes”, como propone Cantó, yo daría una lista de censurables como Alvise.

Todas son víctimas

El conflicto entre Elena Cañizares, enfermera con coronavirus, y sus compañeras de piso, que se negaban a ayudarla e incluso a que permaneciese en la vivienda, ha sido uno de los grandes temas de la semana en Twitter y también en los medios convencionales. Cuanto mayor es una bola de nieve que surge de una red social también es mayor mi recelo. Y si algo tengo claro, sobre todo después de ver el tuit de Jorge Flores sobre los peligros del linchamiento digital, es que en este caso todas son víctimas y todas son victimarias. De distinta forma y de distintos actos, pero con no tan distintas consecuencias.

No todos iban a ser billetes…

No quiero pensar mal: me niego a creer que Juan Carlos I, por muy campechano que sea y bien relacionado que esté, tenga acceso y, si lo tiene, use información privilegiada para almacenar en un banco de Suiza millones de euros en acciones de las empresas del IBEX 35. Empresas como Santander, BBVA, Iberdrola, Endesa, Abertis, ACS, Repsol… Porque algo tenía que hacer el Rey emérito de España con el dinero que le regalaban, no todo iban a ser billetes para tener detalles con sus amigas especiales, no: hay que pensar en el futuro y en los herederos, como hace Juan Carlos I, que sigue siendo un modelo… Para alguien.

Así de gráfico

Los tuits de Niporwifi sobre “el típico recibimiento a Josu Arkauz, un etarra condenado por suministrar granadas de mano a comandos de ETA, y enviar paquetes bomba” son la muestra de cómo puede ser vista la propia banda y su entorno. Incluidos quienes dicen que condena su acción pero conviven con quienes la justifican. “Esto solo puede pasar en un territorio que tenga presencia una mafia”. La imagen, por cierto, es de “el grupo político juvenil de Sortu”. El tuitero, que suele escribir sobre mafias y dictaduras, también recuerda que “el Parlamento Europeo pide que se prohíban los homenajes a etarras”.

Seguimos con fascistadas

Otro movimiento propio de fascistas populistas es el de rugir como un león enjaulado contra una decisión que ellos mismos tenían planeado tomar. Desconozco si es bueno mantener la educación especial: me parece un debate muy complejo como para tomar una decisión de oídas. Pero lo que parece indiscutible es que Vox llevaba en su programa la eliminación de esa educación especial y, ahora, están poniendo el grito en el cielo por su posible desaparición (que tampoco parece claro). Los de Abascal han dicho, primero, que es un error tipográfico y, finalmente, que es irrelevante que apareciese en el programa.

Elena Cañizares ya es famosa

No creo que lo buscara pero ha pasado: la enfermera contagiada de COVID a la que sus compañeras de piso no querían ayudar hasta el punto de que le instaban a abandonar la vivienda compartida, se ha hecho famosa. El tema tiene fondo y formas igual de importantes: la insolidaridad de las compañeras con Cañizares es evidente. Pero su miedo (son muy jóvenes), ¿no es comprensible? Y la decisión de Cañizares de hacer públicas las conversaciones, ¿no es un exceso? La que sí es excesiva es la reacción de miles de usuarios de Twitter y cientos de periodistas amplificando el tema.

El mejor streamer del mundo es vasco

El reconocimiento mundial a Ibai Llanos es un motivo de celebración: el vasco con mayor sentido del espectáculo ha sido premiado como el mejor streamer del año. ¿Que qué es esto? Se trata de un nuevo tipo de entretenimiento que atrae a millones de jóvenes hacia las pantallas: Llanos no sale en la tele, sale en los móviles y el ordenador, tiene montado su propio estudio en casa desde el que emite cómo juega, cómo lo hacen otros y cómo vive. Su mérito es que entretiene y lo hace muy bien, y, no, no es una cosa menor ni tan fácil como parece (de hecho, ha dado a conocer sus problemas de ansiedad). Y él es el mejor.

Cuanto mejor, mejor

Es así de fácil aunque a veces se nos olvide, sobre todo en estos tiempos pandémicos que vivimos a golpe de tuit, pero que en las ikastolas todo vaya bien es, sin duda, una estupenda noticia. También lo es para quienes aseguraron que iba a ser una hecatombe, que los protocolos eran insuficientes y que nadie estaba preparado. “No van a reconocer que se equivocaron. O sea, que actuaban por instinto politiquero”, tuiteaba Javier Vizcaíno al respecto con absoluto acierto. Del mismo modo, es una estupenda noticia que el transporte público y los espacios laborales sean seguros. Insisto: así de fácil.

El pan suyo de cada día

Copio y pego de Vozpópuli: “La Fundación Zagatka, una sociedad instrumental constituida en 2003 y dirigida por el primo de Juan Carlos I, Álvaro de Orleans-Borbón, y de la que los investigadores sospechan que el único beneficiario es el rey emérito y su familia, recibió en 2008 6,5 millones de euros procedentes de cinco donaciones de las que se desconoce su origen (…) El dinero quedó depositado en una de las ocho cuentas que llegó a tener Zagatka en el Credit Suisse. Dicho dinero habría sido empleado durante los años posteriores para pagar vuelos privados y otros gastos personales del rey Juan Carlos I”.

Qué pesado…

Los tuits de Donald Trump como el que veíamos ayer por la mañana (“I WON THE ELECTION!”, así, con mayúsculas y exclamación) empiezan a sonar como el discurso repetitivo del borracho del pueblo. A estas alturas solo los muy fieles defienden su discurso y solo los que no distinguen el fascismo de su culo les secundan. Lo que va quedando claro es que EE.UU. no ha estado gobernado por un atrevido incapaz de calcular las consecuencias de sus actos, sino que el menos cuerdo, el menos responsable y el más ridículo es capaz de alcanzar sus objetivos si la ciudadanía, que es la que elige, no está atenta.

Sobre la guerra en el Sahara

El hilo en Twitter de José Antonio Bautista es un estupendo resumen para empezar a abordar con un poco de información las noticias sobre la guerra que se avecina en el Sahara. El periodista recuerda el papel de la ONU abandonando a los saharauis a su suerte, y el de Francia y EE.UU. protegiendo a la dictadura marroquí. España fue y es un sujeto pasivo “incluso con ‘el gobierno más progresista de la historia mundial’ actual”. Especialmente interesante resulta el papel del Frente Polisario: la vejez e incluso la muerte de sus dirigentes no pueden seguir conteniendo la frustración en los campamentos.

Es necesario. Son necesarios

El texto de Javier Brandoli en El Confidencial es necesario. Igual que los son los protagonistas del mismo: los corresponsales internacionales que cuentan historias en nuestros medios a cambio de precios obscenos más que ridículos e inasumibles en cualquier caso. Entre los que relatan su situación está el gasteiztarra Asier Vera que llegó a unirse a la caravana de migrantes camino a EE.UU. hasta Tijuana, solo para contarlo. Sin Asier, sin el resto de periodistas que participan en el texto, y sin los corresponsables en municipios o territorios, no habría información ni historias. Les necesitamos.