Van a necesitar mucho, mucho más

Antes de la noche electoral gallega escribí que Podemos iba a necesitar mucho más que el digital de Pablo Iglesias para que Irene Montero sea eurodiputada. Vistos los resultados y lo que provoca la división que genera la presencia de Sumar (el nombre y la situación entran de lleno en el humor negro), es evidente que van a necesitar mucho, pero mucho más que vídeos mirando a cámara y el apoyo de un canal en YouTube y una web con un tamaño de letra gigante. Y no, la reunión de partidos de izquierda en Copenhague y el uso de claims “Europa necesita feminismo y una apuesta decidida por la paz”, tampoco serán suficientes.

Línea dura (y torcida)

El de Vox tampoco es un buen panorama, y esta es una noticia que debería de alegrarnos a todas y todos: el PP ha sabido aprovechar la oportunidad de demostrar que la concentración de voto en torno a sus siglas es práctica, y en las fintas la extrema derecha, que solo sabe girar hacia el miso lado siempre, muestra su debilidad. Así que, mano dura y recetario rancio: “Vox vuelve a pedir en el Congreso la ilegalización de partidos” (El Plural). También se han quejado de que los medios no les hacen caso (el mismo partido que veta el acceso a algunos medios, qué curioso). Y la culpa, por supuesto, siempre es de las y los demás.

Por fin hace buen tiempo

La llegada del invierno, tarde y mal, no debe de engañarnos ni a dar pie al autoengaño: la emergencia climática sigue existiendo y nuestro futuro como civilización está en peligro. Esta noticia en El Diario es solo de la semana pasada: “El Mar Mediterráneo lleva dos meses soportando una ola de calor”. Esto titularon en febrero. Insisto: en febrero “las temperaturas del agua del mar encadenan casi 60 días con registros mucho más altos de lo normal”. ¿Cómo va a ser nuestro verano? ¿Qué va a pasar con nuestra biodiversidad? ¿Cómo afecta todo esto a la producción de alimentos y su encarecimiento? Esas son las preguntas importantes.

Pero, ¿de qué colapso hablan?

Solo es el segundo subtítulo de una noticia que debería de ser buena: “Los problemas de tener cada vez más electricidad en España mientras se hunde su consumo” (EPE). Pero, vaya, qué subtítulo más elocuente: “Las energéticas alertan el riesgo de colapso si no se acelera de una vez la electrificación de la economía frente al consumo de combustibles fósiles”. ¿Qué “colapso”? ¿El de sus intereses? Así que como ahora hay más electricidad de la que necesitamos y, por la ley de la oferta y la demanda, pueden bajar los precios, necesitamos electrificarlo todo. ¡Qué casualidad! ¡Qué maravilla de engaño diario!

El espejo

Ponerse delante del espejo es duro: ver nuestros defectos y cómo envejecemos es difícil pero necesario. Y de la misma manera, necesitamos leer tuits, como este de Jorge Flores, que nos reflejan: “¿Cuántos padres contrarios a que otras personas adultas hablen de sexo a sus hijos proporcionan un móvil con muy poco control a edad demasiado temprana? Un poco contradictorio ¿no?”. Soy un usuario muy activo de pantallas (móvil, tableta, ordenador, televisión, consola…) y, al mismo tiempo, muy crítico con ellas, especialmente cuando las usan las y los menores. Por eso traigo a contenidos que pongan en duda su conveniencia.

¿Dónde están?

Pocos tuits habrá como este de Bildu, de una entrevista a Arnaldo Otegi en Radio Popular, que dejen tan claro el viraje de la izquierda abertzale. El líder sin caducidad se pregunta: “¿Dónde están los foralistas navarros?”, ante la transferencia de Tráfico fallida que pactó su grupo en el Congreso. ¿Y dónde estaba la izquierda abertzale, que acaba de darse cuenta de cómo funcionan las negociaciones y las transferencias? Sentencia Otegi: “La judicatura en española está en modo golpe de estado contra el gobierno de Sánchez”. Para velar por España ya está su agrupación, que quede claro. ¡Ay, cómo pesa el plato de lentejas!

No pasa nada. O sí

Hablando de la izquierda española desde el PSOE a la pared, podemos percibir que su obsesión por el gobierno español está haciéndoles perder la perspectiva territorial. El PSOE es hoy un partido instrumental para que Sánchez siga en Moncloa. Y Sumar, una marca para las elecciones generales. A los hechos me remito: “Yolanda Díaz rescatará a Marta Lois tras el naufragio de las gallegas” (EPE). Candidatas que van y vienen a Madrid, designadas a dedo y reubicadas al dedillo, no resultan convincentes ni atractivas. ¿Quién se queda en Galiza para luchar porque Sumar sea una fuerza parlamentaria, como Democracia Ourensana, por ejemplo? ¿Qué perciben las y los votantes?

Mientras tanto…

Mientras hablamos de las elecciones gallegas, de cómo el PP ha tenido un resultado extraordinario y los partidos de izquierda españoles se disuelven como azucarillos en el café de los partidos que les apoyan, el gobierno español, ese tan progre, el de Sánchez que pide líderes fuertes y el de Díaz que recoloca a sus apuestas, “ya piensa en que trabajemos más allá de los 70 años mientras cobramos pensión de jubilación. Una más baja, claro” (El Blog Salmón). ¿Es acaso esto progresista? ¿Quién se va a beneficiar de esta idea en mayor medida, taponando la escalada de personas más jóvenes a altos cargos empresariales?

Se llama Yulia Navalnaya

Xavier Colás, corresponsal de El Mundo en Rusia y Ucrania, lo tuitea así de bien: “Se llama Yulia Navalnaya. Se une a X tres días después de que matasen a su marido, Alexey Navalny. Anuncia que quiere continuar su labor”. La labor del opositor que ha fallecido en una durísima cárcel rusa le llevó, precisamente, a esa cárcel, y presumiblemente, a ser envenenado y atacado en varias ocasiones. Yulia ha aceptado tener encima una espada de Damocles en forma de arma oficial de las fuerzas del orden del Kremlin, y lo ha hecho porque alguien tiene que hacerlo: alguien tiene que dar esperanza de futuro al pueblo ruso.

TikTok avanza

Me parece que la pieza de Business Insider sobre el futuro de TikTok es demasiado pesimista: en el digital creen que “cabrear a los usuarios obligándoles a ver anuncios podría ser su perdición” aunque reconocen que “la red social ha ganado anteriores batallas gastándose miles de millones de euros y poniendo en práctica movimientos empresariales inteligentes”. En resumen: la incorporación de Biden a TikTok (pese a haber señalado repetidamente los posibles perjuicios de la red) coincide con campañas comerciales intensas que hacen que se quejen sus usuarias y usuarios. Es decir: lo de siempre, otra vez.

¿Quién genera la riqueza?

Me parece muy buena noticia esta que leo en Estrategia Empresarial: “Bizkaia destina 28,5 millones de euros en ayudas a empresas y personas emprendedoras, un 5,5% más que el año pasado”. Tenemos que proteger a quien genera la riqueza y el empleo. Es inviable, absolutamente inviable, que todo el mundo quiera ser asalariada y asalariado o funcionaria y funcionario. ¿Quién monta las empresas? ¿Nadie? ¿Nos ponemos todas y todos en manos de grandes corporaciones que tributarán donde les resulte más rentable porque nadie quiere poner un negocio? O damos valor y ayudas a quien emprende o nos vamos por el desagüe.

Ella controla

 “Yolanda Díaz diseña Sumar como una confederación de partidos aunque se asegura el control de la dirección”, titulan en EPE, y dan por cerrado, por lo tanto, el intento de la nueva lideresa de la izquierda de crear un partido político que aglutine a todas las marcas que se presentaron a las generales bajo el paraguas de Sumar. Reconozco y valoro su intento porque es lo más realista que podía hacer después de reventar Podemos desde el gobierno español. Y creo que la resistencia de quienes ven cómo se diluye el espacio a la izquierda del PSOE, en realidad, favorece que todo se licue. Eso, sí, pase lo que pase, ella lo va a controlar.

Que paguen

Si es cierto que “la industria del petróleo descubrió en 1954 que se estaba cargando la atmósfera y el clima” (Motorpasión) y “llevan 70 años intentando quitarle importancia”, es evidente que tenemos claro a quién podemos reclamar compensaciones que podemos invertir directamente al cambio de modelo productivo que afecta, directamente, a la emergencia climática que vivimos hoy. De hecho, “fue la propia industria de los combustibles fósiles la que financió algunas de las investigaciones sobre el clima más importantes del mundo ya en 1954”, así que “no se puede utilizar aquello de ‘no se podía saber’ porque sí, se sabía”.

¿Podemos permitírnoslo?

La emergencia climática no es una exageración o un mantra que algunos repetimos porque tenemos “ecoansiedad” (atención a la chorrada), es una realidad que hemos padecido con temperaturas agradables en enero y que sufriremos durante la canícula. ¿Nuestra respuesta como sociedad interconectada? Esta, según France24: “El turismo en el mundo podría crecer un 2% en 2024 y Latinoamérica se posiciona como destino”. ¿Podemos permitírnoslo? Esa es la pregunta que más veces me hago últimamente cuando leo noticias económicas. Y lo que más me preocupa es que sigamos actuando como si nada.

Un modelo insostenible

Si partimos de la idea de que nuestra civilización corre hacia su colapso, el colapso, precisamente, del modelo futbolístico actual evidentemente es una minucia. Pero también es inevitable: “Los clubes de la Serie A pierden 441 millones en 2022-2023 pese a ingresar 3.500 millones” (Palco 23). Y la liga española, que nadie se engañe, está más cerca de la italiana que de la inglesa, que es el modelo que todas las competiciones quieren seguir… y sobre el que también hay muchos engaños o autoengaños. Otra cifra sobre el Calcio: “Desde la temporada 2018-2019, acumulan pérdidas por 3.400 millones de euros”.

¿Cuál es el modelo?

A Sortu no le gusta el modelo de turismo de lujo que hay en Donostia y por eso varios miembros han decidido ocupar dos viviendas destinadas a alquiler turístico. Vale. Pero sabemos que tampoco le gusta el modelo de turismo cultual que propone el Guggenheim Urdaibai. Ni el turismo popular y populoso porque es de pobres. Entonces, ¿cuál es el modelo? ¿Qué vendieron las y los alcaldes de Bildu que promocionaron en Fitur sus municipios? ¿Qué tipo de turistas son las y los simpatizantes de Sortu que veranean en Cádiz o Les Landes, por ejemplo? ¿Acaso se creen “viajeras” y “viajeros”?

¡Claro que hay un interés político!

A veces hay que levantar un poco el foco, ver lo que pasa en el entorno y volver a mirar en nuestra casa. Por ejemplo, respecto a las huelgas que nos perjudican con evidente interés político, esto es lo que leemos en EPE sobre las ya famosas “tractoradas”: “Vox y el activismo prorruso agitan al sector agrario español para ‘la rebelión del campo’. A menos de 150 días de las elecciones europeas, un gran engranaje de entidades, cuentas de redes sociales, medios digitales, influencers, telepredicadores y terminales automáticas de agitación se han lanzado a instrumentalizar el cansancio”.

¿A quién copian?

Después de la huelga del sector primario en Europa, agitada convenientemente por la extrema derecha y los desestabilizadores (que son los agentes que recogerán los frutos), a España y, por extensión, a Euskadi, le amenaza otro paro, según El Plural: la “Plataforma Nacional” de transportistas, liderada por Manuel Hernández quiere demostrar que pueden desabastecernos. Tanto la plataforma como su líder han sido vinculados con Vox previamente. Y a mí la estrategia me suena: sindicatos que aseguran no estar vinculados a ningún partido generan cabreo en la sociedad por interés partidista.

Tenemos que contar la verdad

Los populismos de derecha e izquierda han ganado la batalla del relato entre quienes quieren oír que la responsabilidad nunca es suya. Así llegamos a las tractoradas, aunque antes y más cerca pasamos por reclamaciones injustas que desequilibran balanzas. Pero es necesario que sigamos contando la verdad: hay que tomar medidas drásticas (empezando por quienes más tienen) para frenar un colapso del que nadie quiere hacerse responsable. El mapa interactivo de Xataka con “las regiones del mundo más amenazadas por la sequía” puede ser un buen punto de arranque.

Por ejemplo

El fin de los combustibles fósiles es un objetivo loable e insustituible, pero es evidente que sí será necesario sustituir la fuente de la energía. Y con la llegada de “lo eléctrico” como solución aparente a los problemas, vamos a tener que admitir la realidad. O nos llenamos de aerogeneradores, placas solares y captadores de olas, o admitimos que la energía nuclear forma parte de la solución y no del problema. Pero poner de foto de perfil en X el logo antinuclear es incompatible con buscar un enchufe con el que recargar el móvil para seguir tuiteando, por muy estupendas y estupendos que nos pongamos.

La emergencia

La noticia del día podría ser que, por fin, parece que va a llover en Catalunya. Incluso, debería de serlo porque la emergencia climática que vivimos está siendo tratada como anécdota, como música de fondo o como tema de conversación de aquellos a quienes les genera ansiedad que alcancemos los 20 grados en enero en Euskadi con normalidad. En El Nacional llevan semanas adelantando esas lluvias (que serán pocas además de insuficientes, por lo que parece), esas nevadas que puedan salvar la temporada de esquí y ese frío que nos calme porque, por fin, hace el tiempo que tiene que hacer.

Un modelo de sociedad

Si “la natalidad ha caído un 30% en Euskadi desde 2012 pese a las ayudas económicas”, como leemos en El Independiente, es evidente que el problema no son los incentivos (“ayudas por hijo, bonificaciones, guarderías gratuitas o desgravaciones”), sino el modelo de sociedad que nos ha llevado a que el 2023 haya sido el peor año para la natalidad en la CAV desde 1975. Algo estamos haciendo mal, claramente, algo estamos contando mal y algo estamos demostrando mal. ¿Quién va a querer un bebé si la vida se complica hasta el extremo con un ritmo y una exigencia implacables? ¿Qué debemos repensar?

Las cloacas antes de Iglesias

Lo de “las cloacas del Estado” parece que lo inventó Pablo Iglesias, pero lo cierto es que es muy anterior a que él obtuviera su puesto de eurodiputado, incluso anterior a aquel Pablo Iglesias contertulio que lo incendió todo (y en su haber quedará eso). No habrá mayores cloacas que aquellas que idearon y financiaron el GAL, pero la que habitó José Manuel Villarejo también hay que recorrerla: en EPE leemos cómo aquel comisario que conseguía “cosas” a cambio de mucho dinero urdió un plan para “‘hundir a esta gente’”, en alusión a expresidente catalán Jordi Pujol Soley y sus hijos”.

Lo que la noticia cuenta

El titular en Iusport es sencillo: el club de futbol de Mónaco sale a la venta. Pero en la noticia hay varias cuestiones relevantes. La primera, anecdótica: el principado retiene un tercio de la propiedad y puede vetar la venta. La segunda, que Dimitri Rybolovlev adquirió “por un euro simbólico dos tercios de la entidad”. La tercera, que el oligarca previamente “hizo fortuna con la compra de empresas públicas en su país y que se instaló en Mónaco”. La cuarta, la cantidad de capital extranjero que hay en la liga francesa. Y la quinta, que el modelo no funciona: “El club sigue perdiendo dinero”, como todos.

El mainstream

No he visto nada del Benidorm Fest, pero después de leer críticas desaforadas contra ‘Zorra’, que representará a España en Eurovisión, y la defensa de Pedro Sánchez de la canción, por supuesto, la he escuchado un par de veces. Y mi conclusión es sencilla: la cultura dominante actual es más mainstream que nunca, y ahora mismo lo más mainstream es el feminismo de aluvión. Pues vale. No me cabe duda de que la canción será un éxito y que miles de chavalas, gritarán en las discotecas “¡zorra, zorra!” con los coros, como un acto de reivindicación. Me surge una pregunta: ¿realmente lo es?