Para la puta foto

Hace solo unos días criticaba que Begoña Villacís y todo su equipo enfocaran un tuit tan mal que prevalecía que llamara “okupación” al modo de vida de familias claramente desamparadas y sin recursos en vez de las “alternativas de alojamiento” que el estado de bienestar les proporcionaba. Pues bien, no era un error de enfoque: aunque lo mencionaba en su tuit, no existe tal alternativa. Al contrario: “Los desalojados de las chabolas en las que se fotografía Villacís terminan de nuevo en la calle” (EPE). Para esto no hay foto ni posado. Tampoco hay vergüenza, ni dignidad, ni sentido político de la responsabilidad.

La España que vacaciona

No tengo ni idea de qué va a hacer Macarena Olona con su vida profesional, si volverá a ejercer o volverá a la política, si su regreso pasaría por Vox o por otra formación. Tampoco me importa. Solo sé lo que sabe todo el mundo, que ha sido muy feliz haciendo posados y que es posible que los eche de menos. También sabemos, porque lo hemos leído en Vozpópuli, que volvió a su trabajo para cogerse las vacaciones. Y eso también tiene un nombre: solicitó su reingreso a la abogacía del Estado a mediados de agosto (cuando inició el Camino de Santiago) y ahora que le toca volver al tajo “pide una excedencia voluntaria”. La derechita vaguita.

¿Qué silencio?

Se queja Aníbal Malvar en Público de que el libro de Pablo Iglesias no ha recibido la atención merecida solo por ser Pablo Iglesias y solo por ser exvicepresidente. Incluso habla de un supuesto “silencio” impuesto en torno a la figura del líder de Podemos. ¿Qué silencio? ¿No tiene en el mismo digital un espacio, La Base, en el que habla de todo lo que le venga en gana? ¿No le abren los micrófonos de la Cadena SER, RAC1 y Radio Euskadi para opinar libremente? ¿Le han cerrado acaso la cuenta en Twitter con más de 2.700.000 seguidoras y seguidores? ¿Ya no da clases en la Complutense? ¿Y el libro, se lo ha autoeditado con una multicopista?

Qué cara

La que ya no da pena ni encuentra quien se lamente públicamente por ella, ni mucho menos quien quiera acompañarle en el Camino de Santiago, es Lucía Etxebarria. Ante su último plagio en El Periódico (hasta el punto de que el medio retiró la colaboración de la web), la escritora ha argumentado algo extraño parecido a que hay un proceso judicial, una investigación y una petición de discreción por parte de sus abogados. Del plagio, nada. Y sí, voy a ser beligerante contra estas prácticas porque para quienes tenemos que tirar de recursos cada día en una columna y, ni por asomo, facturamos lo que Etxebarria, resulta especialmente indignante.

Y no es un caso aislado

Ya he avisado de que voy a ser beligerante contra quien plagia en vez de escribir y, además, no tiene la valentía de reconocerlo y apartarse de los focos. Por suerte, no soy el único: Glòria Langreo ha analizado los últimos tres textos de Etxebarria en El Periódico y el resultado es sorprendente. “Septiembre, ese mes cruel. 10/09/2022. Copia y pega entero. El verano del amor, la revolución sexual. 31/07/2022. Mix and match (ahí curró). Cómo sobrevivir con tu pareja en verano. 24/07/2022. Copia-pega (ahí fue a lo fácil)”. Es decir: dos copy-paste, prácticamente, y una mezcla de varios en el tercero. Una filigrana.

Vamos ganando

Hasta que el Kremlin empiece una guerra nuclear es evidente que vamos ganando: “Una Rusia debilitada por la guerra en Ucrania pierde pie en su esfera de influencia ante China” (El Confidencial). Y además Occidente (a quien ha declarado Putin la guerra) ha demostrado mucha habilidad dando la vuelta a la situación y convirtiendo a China en un factor desestabilizador para Rusia. No me cabe duda de que esta es una batalla que libran las y los ucranianos en el frente, y las y los grandes estrategas políticos y económicos del mundo desarrollado en la retaguardia. Y en medio, nosotros contra los colaboracionistas.

Abel, déjalo

El espectáculo de luces de Navidad en Vigo fue una mala idea desde el principio: el gasto ingente de energía para salir en el Telediario no compensaba y Vigo, desde luego, no se ha convertido en la ciudad a la que todos queremos viajar para hacer las compras navideñas. Pero Abel Caballero, del PSOE, sí se ha convertido en un político un poco friki y muy bien iluminado. Es lo malo de los errores, que si te empeñas en ponerles luz acaban brillando. Con el precio actual del kilowatio/hora aquella mala idea se ha convertido en un problema que Caballero sigue empeorando: “Suprimir el alumbrado navideño significaría que ganó Putin” (EPE).

“La okupación”

No sé si Begoña Villacís sabe lo que es “la okupación” pero sí nos ha dejado claro que le da igual que parezca que no tiene ni idea de lo que habla: desmantelar chabolas y ofrecer alternativas públicas de alojamiento es una gran noticia política. Enfocarla de una manera xenófoba (“mientras otros les abren las puertas”) y mezclarla con un tema de la agenda facha (“la okupación”) es una decisión que la política y su gabinete toman libremente para que el estado del bienestar (que es el que más favorece la convivencia y solo se alcanza con dinero público) quede arrinconado por el populismo y el oportunismo.

Otro ejemplo

La lucha contra ese populismo y ese fascismo incrustado en los mensajes no la libramos solo en Euskadi (donde reconocemos fácilmente a quienes justifican el asesinato selectivo), en Madrid o en Europa: “El Partido Republicano es un partido de psicópatas hijos de perra. Ayer el gobernador de Texas llenó un bus de inmigrantes sin documentos y los llevó a DC para dejarlos tirados y montar el número delante de la residencia de la vicepresidenta Harris”, tuiteaba hace unos días Diego Barros, profesor en una universidad estadounidense. Parece increíble, pero la redacción es fiel a los hechos. Esto ha sucedido porque hemos dejado crecer la mala hierba.

Yo digo “sí”

Estoy a favor de la propuesta de la ministra suiza de Medio Ambiente, Simonetta Sommaruga, que nos ha invitado a ducharnos “en pareja para reducir el gasto energético”. La idea no me parece, en absoluto, “controvertida” (La Vanguardia), sino un acierto. Porque hay que decir “sí” a la diversión, a jugar, a reír, a pasarlo bien y a empezar algo con lo que puedes terminar contento. Que hay mucha cabrona y mucho cabrón dispuesto a amargarte el día, aquí y en el Kremlin, y que la vida de pronto te suelta una hostia y para cuando quieres darte cuenta ya te ha soltado la segunda. Estamos aquí para pasarlo bien, que no se nos olvide.

Un buen reportaje

Cuando el periodismo es útil de manera tan sencilla es bueno: “Alimentos básicos en el súper: repetimos la compra de hace un año y pagamos un 55% más”. El titular incluso de Nius es suficientemente gráfico (sin “clickbait” ni subterfugios). Y yo realmente tengo poco más que añadir: “Hace un año el pack de ocho yogures naturales costaba 1,99 euros. Hoy su precio es de 2,24. El brick de leche es también 20 céntimos más caro y hasta 70 céntimos se ha incrementado el kilo de café. Todo, o prácticamente todo, ha subido y lo sigue haciendo”, escribe Cristina Herráez de un modo que cualquiera puede entender.

Treintañeros hacinados

No es un grupo de música pop, es la realidad de muchas personas que han alcanzado la treintena pero no tienen una pareja estable con la que compartir los gastos de una casa. Compartir casa, a lo que algunos llaman ahora “coliving” es la manera en la que muchos consiguen salir de la de sus padres y madres o tras una ruptura con su pareja: “La media de edad de las personas que comparten piso es de 31,8 años”. “Casi el 60% de quienes comparten piso son ellas, lo que demuestra que la brecha salarial existe”. “La mayoría de los que comparten son andaluces y madrileños” (El Blog Salmón).

Pero todos vamos a pasarlo mal

El siempre recomendable Xavier Peytibi, entre otros, ha relativizado en El Periódico de España esos mensajes apocalípticos que hemos oído en las últimas semanas a líderes europeos: “Es el fin de la abundancia”. “El fin de la despreocupación”. “Harán falta sacrificios”. “El invierno va a ser largo y durísimo, con mucho sufrimiento”. Peytibi explica que “algunos líderes pueden intentar blindarse”. “A menos incertidumbre, menos quejas airadas cuando lo notemos en nuestros gastos, comida, gasolina, familia”. Mario Saavedra avisa: “Pueden contribuir a una profecía autocumplida. Que el miedo lleve a la parálisis del consumo y la inversión”.

Sí, tiene que ver

Es evidente a estas alturas de que el acceso a la información que permite Internet no ha solucionado la brecha cultural. Al contrario: ha creado nuevas. Porque Internet también ha permitido el acceso a contenidos de mierda que empoderan a quienes son capaces de creer cualquier cosa, como lo que vaya a decir Toni Cantó en una televisión que se sitúa ideológicamente entre la derecha y la pared. Incluso tenemos que convivir con mentecatos de este estilo: “Un evento terraplanista en un cine de Barcelona agota todas las entradas” (La Vanguardia). A 18 € la butaca y con un espectáculo de magia, incluido, para más señas.

Todo de pago

La crisis afecta a los pobres, que nadie lo dude. Si eres ultramillonario vas a seguir siéndolo, incluso más, como ha sucedido durante la crisis por la pandemia. Si todo sube y la inflación se dispara en todo el mundo los de las Big Four y similares ya sabrán blindarse: Twitter, Facebook, Instagram e incluso WhatsApp ya preparan funcionalidades de pago: editar tuits será solo para los que paguen, y acabar con la publicidad en las plataformas también será posible si pagas. Ya sé que en WhatsApp no hay publicidad, pero parece que esto cambiará junto a la aparición de la opción premium. Pasar por caja va a ser trending topic queramos o no.

«Puigdemont llama»

Hoy Catalunya celebra, o todo lo contrario, la Diada más estrambótica de los últimos años. Desde luego, la más extravagante desde que comenzó el Procés. Las declaraciones de Puigdemont que recogen en El Nacional no ayudan a calmar las aguas, precisamente: “Acusa a ERC de ‘deshacer en la Moncloa lo que hicimos juntos’”. El autonomismo de ERC y el seguidismo de ERC y Bildu a PSOE y Podemos son clamorosos. Amagan mucho y, además, encajan el golpe: perfecto para los españoles. Pero quien sea capaz de verlo tiene que reconocer que Puigdemont eligió ser factor de desestabilización en todo momento y lugar.

“Toni Cantó ficha”

Toni Cantó ha decidido reinventarse una vez más: de actor a diputado de UPYD, de diputado de UPYD a diputado de Ciudadanos, de diputado a cabeza de lista en la Comunidad Valenciana, de parlamentario en aquella autonomía a invitado en los actos del PP en las elecciones a la de Madrid, de invitado de Díaz Ayuso a director de la Oficina autonómica del Español, y de ahí a presentador estrella de 7NN, la cadena de televisión más afín a la extrema derecha que hay en España (que ya es decir). Creo que reinventarse es bueno, pero estoy seguro de que los políticos que tienen muchas vidas acaban oliendo a muerto.

Sí, hay un modelo de negocio

Es fácil pensar que 7NN se inspira en el modelo de Fox, la cadena de televisión en la que se apoyó Trump y que es un bastión de la extrema derecha en EE.UU., aunque no creo que quienes ponen la pasta a Toni Cantó a modo de zanahoria se les escape que el modelo de negocio es sustancialmente diferente. Antes de que conociéramos el último paso del político, presentador y, casi, mocatriz (modelo, cantante y actriz), Roger Senserrich había escrito un post sobre cómo Fox mantenía una audiencia muy fiel y, con ella, una rentabilidad mayor (vía cable) que su competencia, más progresista e incluso con mejores contenidos.

Y aquí, también

La cantidad de información errónea o falsa que hay y la compulsividad con la que accedemos a Internet, vía móvil y con el entrenamiento previo al que nos someten las redes sociales, también posibilita que teorías ridículas se expandan hasta el pasmo. “El cañoneo de estímulos implica tener el motor del cerebro siempre encendido, lo cual conlleva serias consecuencias sobre la salud mental y física”. “La hiperconectividad es el gran agujero negro por donde se escapa nuestro tiempo y nuestra salud”, avisan en el reportaje de El Periódico de España titulado de este modo tan gráfico: “Abrasados por el móvil”.

Da igual lo listo que seas

Da igual lo listo que seas, o que creas que eres, que esta recesión te va a pillar a menos que no seas uno de esos ultramillonarios a los que todo les da igual y son el cáncer a extirpar de nuestra civilización. Si te compraste un Tesla por Elon Musk, o a pesar de él, y porque así no te afectaba la subida de los combustibles ni los impuestos, hay malas noticias para ti: “Así se ha desvanecido la ventaja del coche eléctrico con la subida de la electricidad” explican en El Blog Salmón. Pero cualquiera con dos dedos de frente tiene que concluir que si todos los vehículos pasan a ser eléctricos esta energía se convertirá, en precio y acceso, en el nuevo petróleo.

Lo que no expresa

Cuando Núñez Feijóo expresa que “Sánchez quiere ocupar el espacio electoral de Podemos” (El Independiente) lo que también dice es que él mismo pretende ocupar el espacio electoral de Vox. España, al final, se divide en los mismos bloques de los últimos siglos, casi nada ha cambiado. A un lado, los fascistas y sus colaboradores necesarios. Al otro, la izquierda intransigente y un grupo de que no se ubica ni en un espacio ni en otro y que pretende parecer progresista pero no tanto que dé miedo. Y así hemos llegado a 2022, ahora se llaman Vox, PP, Podemos y PSOE pero, realmente, ¿importan algo los nombres?

6.700 millonarios más en España

Para ser millonario hoy en España no hace falta ser hijo o nieto de quienes se apropiaron de lo que perdían las familias de los represaliados, no hace falta ser neoliberal, o socialdemócrata acomplejado, ni es incompatible ser millonario y seguidor de Pablo Iglesias: solo en 2020, según El Periódico de España, “el número de millonarios creció en más de 6.700”. No solo son más, es que ganaron más: “En paralelo a un incremento de sus propiedades hasta máximos históricos”. Respecto a quienes tienen más de seis millones de euros “en la última década, este privilegiado grupo de población aumentó un 26% y sus propiedades se duplicaron”.

Isabel de Tabarnia

A Isabel Díaz Ayuso no le ha importado ser un friki más en el desfile que hicieron Juan Carlos Girauta, Tomás Guasch, Javier Cárdenas, José Ortega Cano, Carmen Lomana o Ramón Arcusa (el del Dúo Dinámico, sí), entre otros y otras. De hecho, de entre todos ellos, la del PP es la líder. No lo digo yo: la han elegido las y los miembros de Tabarnia, ese “reino” imaginario que surgió después de que en unas elecciones catalanas apareciese una región que no voto mayoritariamente nacionalista. Aquello duró un suspiro salvo para quien necesita inventarse algo con lo que le hagan caso. Y su presidenta es Díaz Ayuso.

Mientras tanto, en Catalunya…

Las y los taberneses, precisamente, estarán encantados con lo que está pasando con la Diada este año. Bernat Dedéu en El Nacional lo describe con su habitual tono irreverente: “Tanto Esquerra como Convergència están comprando el marco mental español habitual en cualquier Diada”. “La carrera del autonomismo indepe busca simplemente comprar el marco mental del parlamentarismo español, desacreditar cualquier movilización independentista como un ejemplo de exclusión de la ciudadanía normal y tranquila”. Una carrera que lidera Esquerra, nada menos que el partido aliado de Bildu en Madrid.

Bruselas bolchevique

“Bruselas propone introducir un tope al gas ruso y recortar los ingresos de las energéticas” (República). Esto es intervencionismo puro y duro, límite de gasto y, por extensión, de ingresos, y bloqueo real a la oligarquía rusa que se enriqueció de manera infame con el permiso de Putin. Bruselas, entendida como la capital política de Europa, es hoy más bolchevique y antiliberal que nunca. No hay otra opción que parar los pies a los partidos que basan su oposición en que cada uno haga lo que quiera y al poder del Este del que dependemos, no es menos cierto, por culpa de Bruselas. Puede que sea tarde, pero es bueno.