No tengo palabras

El asesinato de otros tres menores, de 9 años, y de 3 docentes, en un colegio en Nashville, me ha dejado sin palabras. La atacante también ha fallecido. Otra tragedia. Una mujer que iba fuertemente armada por la calle en un distrito en el que su representante en el Congreso, Andy Ogles, enviaba una felicitación de Navidad hace solo unos meses con casi toda su familia sujetando rifles. En un estado en el que cualquier mayor de 21 años puede comprarlos. En un país en el que la Asociación Nacional del Rifle patrocina las campañas republicanas. Todo esto lo recordaba Guillermo Fesser en Twitter. No sé ni qué escribir ya.

Para esto sí las tengo

Para esto sí las tengo pero creo que no se pueden publicar: “Santander y BBVA cobraron 1.240 millones de Hacienda por las pérdidas de la pandemia” (Business Insider). En solo unos segundos he encontrado estas dos noticias en la web del banco de las y los Botín: “Santander aumenta el beneficio atribuido un 18%, hasta 9.605 millones de euros, y el beneficio por acción un 23%”. Y esta otra, en la del banco bilbaíno: “BBVA obtuvo un beneficio de 6.420 millones en 2022 (+38%), el mayor de su historia”. Quien no se indigne, quien no se sorprenda, cuando menos, uniendo los entrecomillados, es porque se lleva su parte.

No ve más allá de su mostacho

José María Aznar nunca ha visto más allá de su mostacho y con esa limitación llegó a ser presidente del gobierno español con mayoría absoluta. Para él todas las familias son como la de los Aznar Botella, todas las empresas, como el PP, y el mundo es como un barrio pijo de Madrid pero más grande, por eso es capaz de sugerir que la edad de jubilación se prolongue hasta los 70. A lo que Javier Durán responde en Twitter: “Obligaría por ley a quien diga esto a trabajar sólo un mes en un andamio, limpiando hoteles, cuidando ancianos, asfaltando calles o en unas Urgencias masificadas. Se acababa rápido la tontería de estos señoritos”.

Siempre contra los bulos

Juan Ernesto Pflüger lanzó en Twitter que Pedro Sánchez había llevado a República Dominicana a unos cuantos periodistas. Lo que supone, evidentemente, que lo pagamos entre todos. Uno de los señalados, Miguel González, de El País, se vio obligado a desmentirlo mostrando su billete de avión (es decir, no fue en el Falcon en el que viaja el presidente). El billete, por mucho que tenga los datos del viajero, no muestra quién lo pagó, realmente. Pero el que tiene práctica en poner en marcha el aspersor de abono es el director de comunicación de Vox. Y contra los intentos de difusión de bulos hay que estar en todo lugar y momento.

La autocrítica se la va a hacer Sumar

Una vez leí que la vida es como el tonto del pueblo, que parece que se lo está pasando bien en la verbena y, de pronto, suelta una hostia a alguien. Algo parecido le ha pasado a Podemos: cuando más pueden disfrutar abrazando el poder, con Pablo Iglesias a punto de estrenar el medio definitivo para decir a “la gente” de izquierdas lo que tiene que pensar, la vida (más concretamente, Yolanda Díaz) les ha soltado una hostia. “Comunes, Compromís, Más País… los aliados de Yolanda Díaz no quieren a Podemos en el acto del 2 de abril”, leemos en El Independiente. Es evidente que algo mal también han hecho los morados.

Podría ser peor: podrías ser autónomo

La luz y la gasolina, por las nubes. No sabes si lo que van a pedir tus hijas e hijos en la carta a Olentzero estará disponible cuando se acerque la Navidad. Y seguimos con la mascarilla. Pero podría ser peor, amiga y amigo: podrías ser autónoma o autónomo. Y si lo eres, ya lo siento. Pero te comprendo porque como yo pagarás, a partir de enero, 8 euros más cada mes en tu cuota. 96 euros al año. Y encima tenemos que rezar para que no nos suban el IVA. Una vez más, la base de las personas trabajadoras es exprimida por un gobierno español que será muy progre pero es poco creativo buscando ingresos para la seguridad social.

Las pensiones no se pagan solas

Estoy completamente a favor del sostenimiento de las pensiones públicas. Precisamente por ello soy consciente de cómo funcionan: las pensiones de hoy se pagan con las contribuciones de hoy. Nadie cotizado para sí misma o mismo en el futuro. Así que la incentivación del empleo es lo que evita que el motor se gripe. Malo si para sostener el modelo España recurre a desangrar más a los que ya están trabajando o a transferencias de los presupuestos que implican que otro montón de cosas seguirán pendientes. Lo que no me vale ya, lo siento, es lo de los movimiento que solo luchan por lo suyo sin preocuparse por la sostenibilidad.

Qué fantástica, fantástica es la fiesta

España va a recibir una millonada de Europa, los presupuestos generales del Estado contemplan una transferencia interna de 36.300 millones para las pensiones, y a las y los autónomos nos suben la cuota mensual. Luego dirán que no nos enfademos por ello. Pues si no es por la subida igual es porque “las empresas privadas se llevarán sólo un 18% de los fondos europeos en 2022” (Vozpópuli). Entiendo la labor de motor económico de lo público, pero también deduzco que los sindicatos están esperando ese dinero para mejoras laborales beneficiosas pero que generan una sima cada vez más grande y difícil de justificar.

Por lo menos, esto es Euskadi

No me consuela el largo pero clarificador hilo de Guillermo Fesser sobre los sistemas laboral y social en EE.UU., pero sí me hace alegrarme de las coberturas sociales que mis impuestos, como los del funcionariado, permiten. Y no pienso renunciar a ellos. Fesser describe un mercado de trabajo estadounidense terrible y caníbal: las condiciones de los empleos son tan malas que, después del confinamiento, mucha gente se plantea si le compensa volver al trabajo. Mientras tanto, los republicanos se radicalizan y los demócratas templan sus instintos progresistas para no ser devorados por las alimañas a las que entre todos alimentan.

Me he caído del guindo, lo reconozco

Hasta la semana pasada pensaba que Carlos Ríos era solo otro iluminado que había sido hábil poniendo un nombre en inglés a algo de toda la vida para poder venderlo mejor y que el movimiento “real fooder” consistía en promover que alguien prefiera hacer unas lentejas antes de abrir un paquete de doritos. Pero el debate sobre los azúcares añadidos a su crema de cacao supuestamente más sana que la Nocilla (y en apariencia, efectivamente, lo es) ha destapado a un líder endiosado y vengativo, y unas y unos seguidores exacerbados que nada tienen que ver con lo sano sino con lo sectario.