Pues yo voy a dar la razón a Ignacio Sánchez Galán: somos tontos. Lo somos porque nos estamos dejando engañar durante décadas, porque no hemos sabido elegir a representantes que sepan poner fin (y los que gritaban “sí se puede” tampoco han podido) a la mayor estafa legalizada, la de la factura de luz con peajes, compensaciones y al precio de la fuente energética que más les conviene al que cobra y no al que paga, que nos endiñan cada mes. Somos tontos, tiene razón el presidente de Iberdrola, pero también somos lo suficientemente listos como para saberlo y para ser capaces de distinguir a un sinvergüenza de un interruptor.
Y ellos son los listos
Los listos son los que han sabido escoger el sector energético (o el de la banca) y no tienen ningún tipo de escrúpulo para apretar al pagador, rehén de un producto y servicio que necesita, y al que no defiende casi nadie de los abusos. Los listos son los Sánchez Galán, las Ana Patricia Botín, y los dueños de las gasolineras, que se han comido, por su coño moreno o sus santos cojones (la igualdad es en todas las circunstancias o no lo es) los 20 céntimos de ahorro que paga, vía impuestos, la ciudanía. ¡Claro que sí! Que esta vida no es justa, esta vida es de las y los listos, y de quienes no han gastado nunca pudor.
La puesta en escena
El “¡aquí se espía!” que han gritado Rufián, Aragonés o Inarritu suena al “¡aquí se juega!” que clamaba el Capitán Renault en el Café de Rick, en Casablanca, solo unos segundos antes de recibir su dinero. Pero este teatrillo no puede decaer: Bildu necesita que ERC le ponga en el foco y los catalanes necesitan dos barajas para ganar su propio juego. A cambio, Sánchez sigue y las y los de Podemos volverán a quejarse para la galería antes de cobrar otro mes de los ministerios. “Yo hago como que te cuento secretos oficiales y tú haces como que guardas los secretos oficiales”, tuiteaba con retranca y tino Fernando Pérez.
Yo te doy cremita, tú me das cremita
Ahora, en serio: ¿cuántos de los que mandan piensan que la ciudadanía es tonta? No me cabe ninguna duda de que este titular en Vozpópuli se va a cumplir: “Podemos y ERC usarán el espionaje a Aragonès para arrancar a Sánchez más concesiones” (Vozpópuli). Y Bildu andará al quite, a ver por dónde sale el sol, por supuesto. Porque triunfar en política es triunfar en España. ¿Quién se lo iba a decir a los que criticaban negociar “a cambio de un plato de lentejas”, eh? La política, a veces, es un ejercicio que consiste en aguantar la careta al que tienes enfrente, por muy estrambótico que acabe siendo el movimiento. En esas están. En otras nos veremos.
El verdadero problema
Mientras algunos empresarios se empeñan en presentarse a la sociedad como millonarios que encienden puros con billetes y algunos políticos se victimizan como en un teatrillo de aficionados, los malos de verdad avanzan: Rasmus Paludan ha incendiado los barrios más pobres de Suecia con sus discursos xenófobos y contra las personas musulmanas, y estas han caído en la provocación, incendiando, esta vez, literalmente, mobiliario urbano y vehículos. La extrema derecha es hoy una amenaza real y global a la que hay que dar una respuesta rápida, cohesionada y efectiva. Todo lo demás es secundario.