Me sorprende el enfoque de El Independiente sobre la supuesta “campaña contra los jueces por cuestionar la exigencia lingüística”. La judicatura española lo que está haciendo, y es evidente, es “corregir” a su antojo la política. Y su antojo ni es neutro ni es arbitrario: las y los jueces españoles son un colectivo ideologizado, y lo demuestra en el Procés y en las exigencias de un municipio euskaldun para acceder a la función pública. La campaña no es contra las y los jueces, es contra las decisiones que toman representantes de la ciudadanía que no les gustan. Y cualquier planteamiento alineado con los jueces lo es, por extensión, con su ideología.
El desmantelamiento
Ni he sido un egitxu ni un chico del batzoki. Nada más lejos de mi realidad de chaval en el Portugalete de finales del siglo XX. Lo aclaro a quien no me conozca antes de pegar este titular de Bizkaia Gaur: “Osakidetza culmina la renovación de la flota de mamógrafos de última generación”, y preguntarme: ¿cómo puede ser esto posible si Osakidetza se el Gobierno Vasco está desmantelando Osakidetza, según los sindicatos que le hacen al caldo gordo a la izquierda abertzale, la propia izquierda abertzale y Podemos? En la misma semana que hemos sabido que el de Cruces es uno de los mejores hospitales del mundo en Pediatría y Cardiología.
La solución es el tren
Quienes nos quieren convencer de que en Euskadi todo está fatal son las y los mismos que nos quieren convencer de que un tren de alta velocidad que conecte Euskadi con Madrid y París, además de entre sus capitales, es una mala idea. Al respecto, de los Pirineos para arriba lo tienen muy claro (y de algunas sesiones del Parlamento Europeo Bildu ha salido escaldado): la alta velocidad ferroviaria es una gran aportación al medioambiente y al bienestar de la ciudadanía. Ahora también lo tienen claro de los Pirineos para abajo: “España puede sustituir 50.000 vuelos cortos al año por trenes para ahorrar 300.000 toneladas de CO2” (El Diario).
El fucking puto amo
Froilán de Marichalar está triunfando: decidió emigrar a Emiratos Árabes después de que un amigo suyo se viese envuelto en un navajaeo, en Madrid, y ya se ha hecho el puto amo del país. Su trabajo le ha llevado de Abu Dabi (donde solía comer con su abuelo) a Dubai, pero sigue triunfando: en El Plural leemos que fue la estrella de la fiesta por el 12 de octubre de la embajada. “Parecía un acto de Hollywood. Todo el mundo le pedía selfies”. Y cuando vuelve a España también le ven “mucho más relajado y tranquilo, centrado y maduro”, como cuando alquiló una villa en Marbella y la discoteca Dreamers para celebrar su cumpleaños de winner.
Pues vale
Iñigo Martínez defenderá el domingo los colores del FC Barcelona porque alguien no quiso hacer los deberes en Ibaigane, vale, pero sobre todo porque el club azulgrana juega con ventaja sobre todos los demás: no necesita tener sus cuentas saneadas, solo presentar apuntes contables. Con dinero del Monopoly es fácil fichar como si no costara. ¿Que tienes un agujero? Activas una palanca y listo. ¿Que tu club no puede hacerlo? ¡Ja, ja, haberte pedido ser el Barça! ¿Que tienes un marrón con lo de Negreira? No pasa nada porque no les importa a los inversores. ¿De verdad piensan que todos menos ellos somos tontos?