«700 billetes de 500»

Tienen razón en Sueldos Públicos: como título para una novela negra puede valer. Pero valieron para otra cosa: “El PP de Valencia creó su propia red opaca para financiar los gastos electorales de manera irregular. En suma, otra ‘trama Gürtel’. El objetivo, concurrir a las elecciones de 2007 con dinero suficiente, pese a saltarse el límite legal de gasto fijado. Se valieron de fondos públicos, dinero de las empresas que trabajan para el Ayuntamiento y gran cantidad de dinero negro en billetes de 500”.

La posición de Pablo Iglesias

Pablo Iglesias tiene un problema con Catalunya: se ha esforzado en no salir en ninguna foto. Ni con los nacionalistas, ni con los que niegan el derecho a decidir, ni siquiera con los suyos. Y claro, él, acostumbrado a lo contrario, no ha sabido gestionarlo. El resultado lo apuntaba bien Juanma del Álamo en Twitter: una colección de afirmaciones contradictorias que muestran lo que es Iglesias… Y lo que es Podemos. Indefinición para sumarse a lo que toque sin ideología.

No es menos cierto…

Cojo al vuelo el juego de palabras de Marc Arza, concejal del PDeCat, en Twitter: “Cuando un Estado de la Unión Europea tiene que ganar así es que ya ha perdido”. Es cierto: de momento España no va perdiendo en el tanteo, pero sí en la precepción. Como aquellos equipos del “catenaccio” que no enamoraban pero apartaban en las eliminatorias a rivales que sí lo hacían, España acabará con un 1-0 pero un desgaste moral, emocional y de marca extraordinario.

Influencers de la lectura

Los “influencers” de Instagram valen para todo: si anuncian ropa, complementos, zumos “detox”, dulces industriales, jabones de colores, restaurantes o elementos de seguridad para bebés… ¿Por qué no iban a promocionar un libro? Pues fíjense: queda raro de narices ver a algunos coger la última novela de Ken Follet que “casualmente”, todos se han puesto a leer en la calle con un look informal pero elegante. Como siempre, la mayoría no informa de si cobra o no por leer.

La belleza de un hito

Las cifras son extraordinarias: la sonda Cassini ha logrado mandar a la Tierra más de 650 “gigas” de datos que, de momento, han servido para escribir casi 4.000 artículos científicos. También ha enviado más de 450.000 fotografías (muchas de ellas disponibles), algunas absolutamente extraordinarias de los “alrededores” de Saturno. Un centenar de ellas han sido recopiladas en un libro que ha salido al mismo tiempo que el fin programado de la Cassini.

El problema es el tiempo

Pocas veces he estado tan en desacuerdo con Fernando González Urbaneja, que ha argumentado en República.com por qué considera que ha llegado el “tiempo para fiscales y jueces” en Catalunya ante la “sedición” de su mayoría parlamentaria. Quien pretenda cortar este problema político, identitario, nacional y emocional, con una actuación judicial solo logrará una reproducción del mismo con más intensidad. La respuesta no es la ley, es la mano tendida.

La CUP no es el camino

Uno de los mayores problemas de credibilidad de este procés, que debería ser histórico pero no logran que lo percibamos así, es el protagonismo de la CUP, el último partido en el Parlament que obtuvo un 8,2% de los votos en las autonómicas del 2015 y, sin embargo, que ha logrado erigirse, con sus formas de dudoso gusto e intención, en uno de los líderes. Ahora despeñan el vehículo par dar la bienvenida a su pequeño estado (evitan llamarlo así). Pero el “cómo” es importante.

¿Y si hubiera sido de Bildu?

Si detienen al líder de una célula yihadista que, además de ensayar vídeos de decapitaciones en grupo, resulta ser afiliado a un partido nacionalista catalán, se hubiera montado una campaña extraordinaria. No les digo nada si llega a ser de la CUP. ¡O de Bildu! Pero, al final, resulta que es del PP: Mohamed Hafid era afiliado al partido de Rajoy en Melilla y, según El Español, llegó a participar en algún mitin junto al líder local, Juan José Imbroda. Y ha pasado desapercibido.

¿De qué?

Me gustaría que me lo explicaran muy despacio, casi como si no fuera capaz de comprenderlo por mucho que mi interlocutor se esforzara, porque después de leer la pieza en El Plural sigo sin saber cómo ni por qué a Letizia Ortiz, esposa de Felipe VI, nuera de Juan Carlos I y cuñada de Urdangarín, Cristina y Elena de Borbón, le calculan una fortuna de casi ocho millones de euros. Parece que es por lo que percibe de su marido, que la dobla: unos diecisiete. ¿De qué?

Se es profesional o no se es

100 € por promocionar tu restaurante en una cuenta de Instagram que llega a 150.000 personas (siempre son unas cuantas menos), además del menú, claro, no es una acción comunicativa “cara”. Pero la venta del producto tiene que hacerse correctamente para que el restaurador, en este caso Jorge Lozano, no se sienta justificadamente extorsionado por el “influencer” de turno. Como en la mayoría de profesiones, cuando se hace publicidad sin tener ni idea, se nota.

Mejor muertos que informados

Lo que ha escrito Cecilia Guzmán en El Plural me parece de lo más deplorable que he leído después del atentado yihadista en Barcelona (pero sigue ganando la nauseabunda columna de Arcadi Espada). Guzmán viene a decir que la presencia de la Ertzaintza en la Europol es una indebida cesión de la soberanía nacional, y que la ausencia de los Mossos, pese a que ello conlleva la ausencia de información que ha costado vidas, es el modo correcto de actuar de España.

El “modelo” brasileño

Brasil puede ser la marca que más marketing a favor ha desplegado en lo que llevamos de siglo: desde su crecimiento económico basado en una economía progresista al idílico país que había que visitar más allá del mundial de fútbol. Pese al dineral y la colaboración internacional, la corrupción y la violencia emergieron irremediablemente. Ahora sumamos las agresiones contra las mujeres: se disparan las violaciones múltiples mientras reconocen que siguen ocultos muchos más casos.

La luz volverá a subir

No es una noticia a estas alturas que se prevea que la luz vaya a subir. Y el motivo, del mismo modo, ya ha dejado de importar porque cualquiera vale para encarecer la factura. En cualquier caso, según Vozpópuli esta vez será por la sequía. Ante la ausencia de noticia e interés por el desencadenante, me limito a hacer una reflexión en voz alta sobre lo “pardillos” que debemos parecer a los dueños de las eléctricas, de algunas entidades bancarias o empresas tecnológicas.

Nuestro trabajo es comunicar el horror

No me ha quedado otro remedio que leer varias opiniones sobre la conveniencia o no de mostrar el horror (sangre, muertos, vísceras) después del atentado en Barcelona, y he llegado a una conclusión: para mí no hay debate. Nuestro trabajo, como recuerda Iker Morán en Photolari, es retratar y comunicar el horror. Sacar las fotos, verlas, seleccionarlas, editarlas y colocarlas en portada. Sí, en portada. Para buscar una reacción, la sensibilización y recordar que así es la realidad.

Cuando todo te da igual

Igual cuando lean esta columna Leo Messi ya no es jugador del FC Barcelona y Mansour bin Zayed ha pagado la cláusula de rescisión para llevárselo al Manchester City. Todo es posible en un fútbol moderno en el que los valores son ahora las valoraciones de jugadores, plantillas y clubes. Si Messi tuviera cierta garra y aprecio real por el club catalán no habría publicado en Instagram una foto sonriente junto al traidor Neymar y Suárez con el mensaje “volvió”. Sí, pero de visita.

Fachas fuera

El ataque a La Huella de Artxanda tiene que servirnos de recordatorio, por un lado, de que los que ganaron la Guerra Civil, masacraron a sus oponentes y apoyaron una dictadura durante 40 años, siguen ahí, paseándose con impunidad. Tiene que servirnos de recordatorio para que llamemos a las cosas por su nombre sin tanta corrección política: son fachas y les queremos fuera. Y tiene que servirnos para recordar a quienes dieron su vida por defender Bilbao y Euskadi.

¡Bienvenida, gentrficación!

Ahora, me centro en lo que quería contarles: no deja de parecerme contradictorio y hasta cierto punto divertido que quienes mandan a los turistas a su casa y alertan de la gentrificación que vacía los barrios ocupen estos días el casco viejo de Bilbao, fomenten que se llene hasta el colapso, lo ensucien, lo contaminen con la música alta, aplaudan “batucadas” durante todo el día… ¡Ah, que estamos en fiestas! Entonces, ¿cuando, dónde y como ellos dicen, sí se puede “gentrificar”?

¡Bienvenido, capitalismo!

Porque la llamada a que la ciudadanía tome la calle (¿qué importa si es un barrio ajeno y lo que puede afectar a la vida del mismo tu presencia?), la música alta y las pintadas contra lo que esté de moda hacerlas, solo tienen un objetivo: que consumas en su txosna. ¡Abajo el capital! Pero deja en esta barra tus euros por cerveza en vaso de plástico y kalimotxo que nos pone un distribuidor. ¿Y la recaudación, a dónde va? Uno de pueblo siempre acaba haciéndose esta pregunta.

El mensaje, claro: no es no

Mi admirado Edmundo Rodríguez (pocos habrá que sean capaces de explicar cuestiones jurídicas complejas con tanta sencillez como él) está aprovechando Twitter esta Aste Nagusia para enseñarnos cómo la ve él (que siempre es interesante). Uno de sus primeros tuits fue para la campaña “No es no” o “Ez beti da ez”, que siempre está bien recordar. Pese a lo cascarrabias que he sido en mis anteriores párrafos creo que en una Aste Nagusia para disfrutarla todos y todas.

Sí, algunos estamos trabajando

Y un aplauso para mi amigo Iker Fernández, que pedía respeto para sus compañeros de Telebilbao que, como es habitual, se pasarán la Aste Nagusia con la cámara al hombro, el cable de cuatro metros y el micrófono, buscando lo más interesante, divertido o representativo de las fiestas. Como ellos, los profesionales de ETB, de este mismo periódico, otros diarios, radios, fotógrafos y reporteros de fuera de Euskadi… Todos ellos trabajan en Aste Nagusia, recordémoslo.

¿A quién quiere engañar?

Todavía no salgo de mi asombro ante el atrevimiento de Arnaldo Otegi: en un tuit se ha apropiado (entiendo que se refiere a la izquierda abertzale en su conjunto) del descubrimiento de la mentira de Aznar sobre el 11-M (fueron las evidencias) y del fin de la violencia de ETA (cuando los que echan de menos algunos métodos están más cerca de Otegi que de nadie). Un político puede haber hecho muchas cosas, pero no puede tomar a la ciudadanía por tonta.

Los vascos, el enemigo recurrente

Arnaldo Otegi parece ocupado en celebrar haberse conocido y no puede preocuparse de la realidad: que los vascos somos un enemigo recurrente en Madrid y quieren de nosotros lo que no tienen en España. Esto es, dinero. Ahora son “sabios” los que consideran que deberíamos pagar más. Solo hace falta saber sumar y restar para darse cuenta de que aportamos más de lo que nos corresponde, incluso, vía cupo, y de lo que generan otras comunidades. Pero echarnos las culpas es más cómodo.

De Rajoy solo hay que decir la verdad

Suelo decir que Pablo Echenique es el político más sobrevalorado actualmente. Y Pablo Echenique suele empeñarse en darme la razón. Sobre la declaración de Mariano Rajoy ante el juez tuiteó: “No le hacía falta abogado defensor porque ya lo defendía el juez. Menuda vergüenza”. El presidente del gobierno español declaraba como testigo con la cara dura puesta porque en su partido se trincaba dinero negro. La realidad es bastante negativa y la mentira de Echenique también ayuda a enmascararla.

Cuando gobiernan los ricos

Entre las muchas cosas malas de los gobiernos de Mariano Rajoy cuento que los forman millonarios. Eso supone que los ministros viven en una realidad alejada de la de la mayoría, y cuando gobiernan los ricos la actualidad política se caricaturiza en España y en EE.UU., donde Trump invierte su sueldo en lavarse la cara: recuerda que lo dona al Departamento de Educación. ¿Y los sueldos de todos sus familiares? ¿Y los negocios que harán luego?

Dulceida no quiere fotos

Dulceida es una estrella de Instagram. Una “influlencer” de esas que cobra por lucir marcas en sus fotos y no anuncia debidamente que está haciendo publicidad de libro. Ya saben: nuevos famosos, nuevos modos. Pero como yo soy conservador sigo echando de menos ciertas formas y pensando que estas celebridades se la tienen que envainar como lo han echo Ana Obregón o Norma Duval. Y si los fans quieren fotos con Dulceida en la playa… No le vale con un mensaje en redes diciendo que no las obtendrán.