Creo que si algo no podemos permitirnos en la prensa es publicar mentiras, exagerar o generar dudas innecesarias en la sociedad (y lo peor: no generar las preguntas que sí necesitamos hacernos). Por eso me parece radicalmente mal que en Nius titulen que el gas “nos sale por las orejas” después de que haya funcionado el acopio de este combustible y que la llegada del frío, simplemente, se esté retrasando. También es buena noticia que el precio de algo, en este caso, el propio gas, nos dé una tregua. A lo que voy es que hay muchas maneras de plantear la situación, alguna hasta puede ser positiva y debemos aprovecharlo.
La ley del que más tiene
Hace solo unos días Ángel Jiménez tuiteaba: “Elon sigue empeñado en que si tienes armas nucleares puedes hacer lo que te da la gana y el resto del mundo tiene que aceptarlo. También ha elevado el conflicto a OTAN vs. Rusia, como a Rusia le gusta. Es increíble lo bien que le entra a este hombre la propaganda”. Por supuesto, se refiere a Elon Musk, y por supuesto, también, el futuro dueño de Twitter había adoptado una posición prorrusa. ¿Por qué lo hace? Porque en su mente el mundo se dividirá entre martillos y clavos. Él es un martillo y Putin, otro, ¡cómo no va a serlo si es rico y tiene armas nucleares! Y el resto somos lo que queda en el cajón.
Eligió
Tiene razón Javier Peña cuando dice que “merece la pena” escuchar a Phoebe, una de las dos “activistas” que lanzaron pintura sobre un cuadro de Van Gogh. Su discurso está bien armado para alguien joven. En esencia dice que lo hizo porque cree que la situación del planeta es urgente y porque solo luchando se alcanzan conciencias y objetivos. Y no lo dice como quien se ha aprendido las bases del marxismo de memoria y las suelta cada vez que tiene ocasión. Pero Phoebe eligió mal: su pensamiento no tendrá tanto recorrido como su acción. O eligió bien: estoy seguro de que volveremos a verla, la próxima vez, dándonos lecciones desde algún atril.
Fue una guerra y fue un saqueo
Yo sí tengo respuesta a la pregunta que hace Isaac Rosa en El Diario: “¿Es demasiado tarde ya para recuperar lo incautado y reparar a los expoliados?”. No, no lo es. Y cuanto antes el gobierno español debería de proceder a la devolución, no solo de edificios institucionales a sus legítimos dueños, también de las propiedades, en todos los municipios, que cambiaron de manos cuando los nacionales vencieron la guerra y comenzaron el saqueo. Porque eso es lo que hicieron: quedarse con todo, incluso con los puestos de trabajo, como bien recuerda el autor, que hace un estupendo repaso a una humillación pendiente de reparación.
Vamos perdiendo
La ciudadanía sabe restar: si tienes 60 euros, cada día gastas 20 y no consigues más euros, en tres días te quedas sin dinero. Pues igual, con el Athletic. La ciudadanía también sabe adaptar una realidad sencilla a otra más compleja. Y agradezco el esfuerzo de sinceridad que está haciendo Jon Uriarte, pero me desconcierta, como a Jaime Ugarte: “No sé si estamos tiesos, lo vamos a estar, tenemos músculo financiero o avisamos al mercado de que queremos vender”. El Athletic es un club con dinero. También con tantos gastos que con una subida de cuota no paramos la sangría. ¿Pero airear la necesidad de vender no devalúa los activos?