O es tonto o está de campaña

Mezclar el GAL con Juan Mari Atutxa y, por extensión, el PNV, solo tiene dos explicaciones: el que pinta el cartel no sabe lo que dice porque se lo han explicado mal (y cada uno decide cuánto miente), o sabe lo que dice, sabe que miente y sabe que intoxica, porque está de campaña y cree que todo vale. En ambos casos hay por lo menos uno que tiene mala intención y que responde a esa necesidad de la izquierda abertzale de apelotonarse en Bildu contra un enemigo común. Hace bien Itxaso Atutxa en responder y en recordar que la mayoría en Euskadi tenemos memoria y, añado yo, no necesitamos intoxicar.

La víctima del 24 de junio era del PNV

Por mucho que intenten estirarla y manipularla, la realidad es como un bloque de hormigón: el 23 de junio de 1981 ETA mató a Inaki Ibargutxi, afiliado a EAJ-PNV, como recordaba Aitor Esteban en Twitter. La mala fe y la idiocia es tal entre los fascistas (los de aquí, que pintan carteles, señalan a quien intentó matar ETA y mezclan lo que haga falta para apretar sus filas, y los de allí), que Ignacio Garriga, de Vox, intentó echar en cara a Aitor Esteban esta muerte. Unos, mezclan al GAL con el PNV. Otros, a ETA con el PNV. Unos y otros tienen en común que defienden hoy lo indefendible siempre.

El acoso está mal. Siempre

El acoso que están sufriendo Pablo Iglesias e Irene Montero a la puerta de su casa es injustificable. Que entre los acosadores más activos esté una concejala de Vox en Galapagar es bastante elocuente. La ministra Montero ha denunciado a esta edil, Cristina Gómez Carvajal, porque no protesta: se limita a insultar cada día al matrimonio, que vive con sus tres hijos en el municipio. Este tipo de acoso a políticos, ya sea por parte de concejalas desatadas o sindicalistas profesionales, como hemos visto también mucho más cerca, no aporta nada salvo el propio enfrentamiento. Entre todos hay que deslegitimarlo en todo momento.

Influencer por vocación

Después de muchas puestas en escena irreales, Isabel Díaz Ayuso es, seguramente, la primera política con una identidad digital desarrollada de modo genuino: Ayuso ya era instagramer y tuitera antes que política. No utilizó estas redes cuando accedió a la candidatura: aceptó la propuesta cuando ya estaba en redes. Y no de cualquier manera: después de ser la community manager del perro de Esperanza Aguirre (una acción de marketing del PP madrileño de éxito un tanto dudoso), el uso de sus redes tiene ciertas reminiscencias… A una influencer. Ayuso no parece que será una de esas políticas sin profesión a la que regresar.

Trump se carga a otro… De su equipo

No es nuevo que Trump vaya quemando a su propia gente, pero sí es significativo que se trate del que señalan como responsable de la campaña on-line. Ícaro Moyano resume estupendamente en un tuit: “Facebook lo encumbró, TikTok se lo cepilla”. Se refiere al boicot digital en la red social de los adolescentes que sufrió Trump. Un hecho que, desde mi punto de vista, solo sirve para llamar a más acciones on-line que tienen un impacto relativo, sobre todo, cuando uno tiene una gestión que ofrecer. Debería de ser ese el caso de Trump, pero su dependencia de la volatilidad en las redes es muy llamativa.

Si es de Podemos, lo ha leído

Doy por hecho que Miren Gorrotxategi es una afiliada de Podemos de orden, y que por eso ha leído el digital que promociona su partido en sus canales oficiales y que ha fundado una antigua colaboradora del mismísimo Pablo Iglesias. Pues bien, en este medio han publicado la siguiente noticia (me limito a copiar y pegar): “Ortuzar (PNV) le cuenta a Ana Rosa el secreto de vivir bien en Euskadi: los ricos pagan más impuestos. La presentadora estaba alabando la calidad de vida en la región, y Ortuzar le aclaró cómo se pagaba ese modelo”. Ahora solo queda que en Podemos Euskadi sean coherentes… O todo lo contrario.

Espero que haya más

Primero supimos que la Comunidad de Madrid había contratado a un polemista habitual de los medios de la extrema derecha, Cake Minuesa, para realizar audiovisuales sobre el coronavirus. Luego vimos a Díaz Ayuso presentar en Twitter un spot al respecto: una copia cutre y salchichera de un spot italiano que hemos visto casi todos, en el que se enfrentaban imágenes de jóvenes demasiado relajados en una terraza con enfermos en la UCI. La copia barata que, en teoría, ha realizado Minuesa, no vale los 30.000 € que le ha pagado la Comunidad. Así que aunque solo sea por las risas, espero que haya más.

Tampoco andan finos en Andalucía…

La consejería andaluza de Sanidad y Familias no ha medido muy bien el resultado de lo que pudo empezar con buenas intenciones pero acaba con una mala ejecución, como casi siempre que mezclamos comunicación con voluntarismo y bonismo empalagosos. Alguien pensó en compartir una ilustración de una aficionada (que no tiene culpa de nada) en la que se ve a un policía abrazando a una enfermera. El dibujo da pie a varias interpretaciones y ninguna buena: refuerzo de roles sexistas, fuerza de él, sumisión de ella… En el día en el que, para colmo, varios miembros de “la manada” volvieron a ser condenados.

Esto sí que son privilegios

Empezaba la columna intentando desmontar el mito de los privilegios económicos de los vascos (que se basan, básicamente, en que tributamos más), y voy terminando con privilegios de los de verdad: no solo Victoria Federica de Marichalar, como su hermano Froilán, ha decidido dónde y con quién pasar el confinamiento, ahora, al final del mismo, la finca de Jaén no le satisface y ha decidido trasladarse a Madrid. ¿Por qué? Por el morro, evidentemente, y porque es nieta y sobrina de reyes. Y en algo se tiene que notar. Mientras los súbditos vamos por fases a lo mejor ellos se van por los desfases.

Nos espían siempre

A mí no me inquietó la noticia de que en los teléfonos Android habían instalado (¿el gobierno español, el estadounidense, los extraterrestres…?) una app para rastrear nuestros movimientos. ¿No tengo ya Google Maps, que calcula con mi posición si hay o no atascos? En Maldito Bulo explican que Android se ha actualizado para preparar notificaciones en el caso de que lleguen esas apps. Pero, vamos, que para mí lo nuevo son las notificaciones: siempre actúo como si leyeran mis mensajes en WhatsApp o Telegram, como si el micro estuviera conectado y mis fotos fueran revisadas. ¿Por quién? Por todos.

No, no lo han hecho

Todas las interpretaciones sobre los actos de Isabel Díaz Ayuso que he leído me parecen plausibles: que es muy lista, que es muy tonta, que es la más trumpiana, o que quiso ser influencer y tuvo que conformarse con la presidencia de la Comunidad de Madrid. Y cuando parece que su colección de sainetes va a terminarse, renueva la temporada y empieza fuerte, con declaraciones en la Asamblea que no dejan a nadie indiferente. Sobre los dos apartamentos que usa durante el confinamiento afirma que “cualquier otro presidente habría hecho lo mismo” cuando es evidente que ninguno lo ha hecho.

¿Un “pesebrero” queda invalidado?

No seré yo el que ponga en duda la capacidad profesional de Víctor Rey después de haber abandonado la práctica política en Podemos. De hecho, son otros los que ponen permanentemente en duda la valía profesional de cualquiera que pase por un partido político (diferente al suyo) o los que hablan sistemáticamente de puertas giratorias. En concreto, Iglesias llamó “pesebreros” a los colaboradores de los partidos, y son los de su entorno los que señalan contratos privados que siempre parecen sospechosos… Como podrían ser ahora los de Rey para un medio digital dirigido por una ex asesora de Iglesias.

Y en la centrifugadora

En política, tan importante puede ser para alguien pasar por un cargo… Como que el cargo pase por él. Es decir: Iglesias tiene que ser otro después de ser vicepresidente, y Garzón también tiene que transformarse después de pasar por un ministerio. Hay una evolución para bien… Pero también se endurece la piel por todo lo que dejas atrás en lo personal y lo político. Podemos empieza a perder lastre y también músculo con la salida de los anticapitalistas que, lo han demostrado una vez más, cuando toca gobernar prefieren huir. Algunos no han nacido para construir. Solo son y serán “anti”.


En El Blog Salmón se preguntan: “¿Es necesaria una ley general del teletrabajo?”. La respuesta es clara: sí. Y cuanto antes, mejor, porque sin vacuna contra el coronavirus y viendo cómo se toman algunos la desescalada, vamos a volver a estar confinados. Hoy en España solo está vigente un acuerdo marco de 2002. Desde entonces han cambiado las herramientas y, sobre todo, la capacidad para estar conectados a nuestro correo electrónico y nuestros archivos, lo que lo cambia todo de tal manera que, por supuesto, es necesario regular el derecho al trabajo pero también al descanso estemos o no confinados.

Y no

Lo que no podemos permitir que se extienda es la idea entre los más jóvenes de que precisamente eso, las ideas, no tienen dueño, que la creación nace de la imaginación y, por lo tanto, no tiene coste ni valor. Es lo que millones de jóvenes en todo el mundo están percibiendo por culpa de Tiktok donde, como bien explican en Magnet, el plagio, antes mal visto y después discutido, con la popularización de las redes sociales digitales, ahora es sustituido por la viralidad. A ninguno le importa quién lo hizo primero, lo que quieren es hacerlo ellos, grabarlo, subirlo y que le den al “like”. ¿Y cuando sea su idea?

¿Ellos lo hacen?

Para la nueva líder de Podemos en la CAV cada día cuenta: necesita ganar notoriedad. Por eso también arriesga en los mensajes y algunos deslizan más de lo que puede permitirse una candidata a lehendakari. Su comentario sobre que tal vez el paso a la fase 1 de la CAV se debía a un arreglo entre el PNV y al gobierno español invita a pensar que ella y su partido están dispuestos a los arreglos. Invita a pensar que en Podemos juegan a tener dos almas: la que habla con el PNV allí porque confluyen y la que ataca aquí a Urkullu por interés electoral. Esas contradicciones a lo que no invitan es a confiar.

Al final es al principio

Pese a lo mucho que ha agitado el avispero Bildu, llenando las redes y WhatsApp de “memes” sobre el lehendakari, los hechos de la semana, con bares desbordados, y las palabras del gobierno español, que recomienda a las comunidades autónomas a tomar medidas más restrictivas, como la CAV, parece que dan la razón a quien las impuso. Los chistes ya están hechos, los cabreos en los grupos de WhatsApp de quien tres semanas atrás se quejaba porque volvía a trabajar ya están deglutidos, las manifestaciones políticas de sindicatos en campaña ya están realizadas. Ahora toca responsabilidad de todos.

Encuentros en la primera fase

El lunes, los de siempre intentaron ocupar un edificio público en Romo aprovechando la movilidad por la apertura de establecimientos hosteleros. Sí, aunque las normas dictan que no puede haber reuniones en espacios cerrados, decidieron juntarse para ocupar un edifico que es de todos los getxoztarras. Evidentemente, la policía los desalojó. ¿La respuesta? Una manifestación. Con un par. Porque el confinamiento, las normas, la precaución que tanto reclama Otegi, no va con los de siempre, con los que aprovechan cada momento y resquicio para lo suyo, que ni es lo de todos ni lo de la juventud vasca. Nunca lo fue.

Todos los Javier Negre de esta pandemia

Es muy fácil: o estás con Javier Negre pidiendo más test porque es fácil de vender y difícil de explicar cómo se realizan, o estás con los que tienen que luchar contra la pandemia cada día. Porque muchos y muchas siguen pensando que hacer un test es, en palabras de la consejera vasca de Salud, como darle al botón de la lavadora. Y si saben que no es así, ¿por qué mienten? ¿Por qué buscan cabrear a una sociedad agotada? ¿Por las próximas elecciones? Esta pandemia está retratando a todos. Yo no me escondo: he sacado la cara a todos los gobiernos que la hacen frente. Y no a las y los jetas de vídeo diario.

No podía faltar Cake Minuesa

Cuando leí esta noticia en Púbico: “Ayuso adjudica a dedo un contrato de 30.000 euros para hacer vídeos sobre el coronavirus al reportero Cake Minuesa”, lo primero que pensé es que cuánto había tardado en leer su nombre durante este confinamiento. Alguien como él, que se dedica a manipular y mentir por motivos ideológicos reprobables, tenía que haber dado que hablar antes. Pero aquí está, por fin, llevándoselo crudo de la Comunidad de Madrid para “informar”, a su manera, con su punto de vista, con sus formas, con su ideología, con sus objetivos de siempre, a sueldo de Ayuso y sobre el coronavirus.

¿Quién está de campaña?

¿Quién está de campaña en la foto que tuitea Mosturotz, el lehendakari que comprueba la vuelta a la normalidad de un hospital después de meses o la representante de los trabajadores y un sindicato que le acusa de “asesinato”? “Asesinato”, sí, porque según la protesta que organizaron a Urkullu, “sin protección no son muertes, es asesinato”, en referencia a la falta, según la manifestante, de material sanitario. Cuando la OMS habla de “crisis sanitaria mundial”, ¿a qué cree que se refiere si no es a la incapacidad planetaria para hacer falta a una enfermedad desconocida? Insisto: ¿quién estaba de campaña?

Y ahora, ¿qué?

La realidad de muchos sanitarios, más allá de protestas políticas con fines electorales, es la vuelta a una normalidad poco agradable: en La Información recogen el testimonio de una médica de urgencias en Andalucía que ve cómo la ciudadanía ha perdido rápidamente el miedo a la pandemia, acudiendo a su especialidad con dolencias nada graves. Estos días también hemos visto en las redes sociales llamadas de sanitarios pidiendo que los aplausos se conviertan en respeto a quien te atienda en un hospital o ambulatorio. Quien lea esta columna con regularidad sabe que soy pesimista: no hemos aprendido nada.

Tardaremos en encontrar la vacuna

Sigo con mi pesimismo: me parece poco tiempo un año para que uno solo de los 120 laboratorios en todo el mundo que están buscando la vacuna contra el coronavirus. Sobre todo, si tenemos en cuenta los antecedentes: “Hasta ahora el récord en el desarrollo de una vacuna contra un virus lo tiene la vacuna de las paperas, que requirió ‘tan solo’ cuatro años”, leemos en Eldiario.es. Y continúa: “Nunca en la historia de la humanidad se había invertido tanto dinero en tan poco tiempo para una vacuna en particular, ni tampoco nunca tantos científicos habían trabajado conjuntamente para afrontar un reto biomédico”.

No faltan expertos sanitarios

He tardado cinco segundos en confirmar que COVID-19 es un acrónicmo que corresponde a “coronavirus disease”, que puede traducirse como “enfermedad del coronavirus”. El 19, obviamente, se refiere al año de su detección. Pues bien, Isasías Lafuente rescata unas declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid: “Dice Isabel Diaz Ayuso en Onda Cero que el COVID-19 surgió en diciembre, de ahí la D del acrónimo. Aún no se ha enterado de que esa D corresponde a ‘disease’. También ha dicho que los pacientes de IFEMA sanaron por los techos altos de la instalación. En fin…”.

Nos hemos olvidado de los otros problemas

Estas crisis sanitaria y económica derivadas del coronavirus han derivado también en un silencio muy significativo. Hay asuntos que han desaparecido de la agenda. Asuntos importantes como la ayuda al desarrollo o el ecologismo. ¿Quién se preocupa del acopio de mascarillas en los países que no son del primer mundo? ¿Y alguien nos ha indicado cómo reciclar las mascarillas o los guantes? No solo eso: generamos más papel y plástico por el embalaje de lo que pedimos en casa y el mundo se va a llenar de botes vacíos de gel hidroalcohólico. Son temas que hoy hemos “olvidado”.