«Más de 600 millones»

No sé por qué me sorprendo, pero lo hago cuando veo que, confirmada la relación entre Juan Carlos I y Bárbara Rey, ninguna institución española investiga de oficio si es cierto el rumor de que la actriz recibió dinero público por su silencio. ¿Nadie quiere conocer el origen de esos fondos y a los responsables de aquellas decisiones? Para mi sorpresa, insisto, el tema va pasando y el enfoque de la cuestión me resulta, precisamente, cuestionable: una noticia más del corazón o una crítica fácil. “Entre 1994 y 2000, se entregaron más de 600 millones de pesetas para silencia a la exvedette” que va “contra el Gobierno de Sánchez” (El Plural).

Ay, pobres

No actúo movido por la envidia a Bárbara Rey, simplemente pienso que con 600 millones de pesetas, cuando pagábamos con esa moneda, por lo menos un hospital ya podían haber construido, ¿no? Además, tener dinero es un problema, está claro: “Las casas de lujo se encarecen en 37% desde 2019” (Activos). Hablamos de casas de 5,4 millones de euros de media, que no venga ningún populista a señalar el centro de nuestras ciudades, anda. De hecho, los territorios vascos al sur de los Pirineos no aparecen en el ranking de los territorios donde más inmuebles de este tipo hay: Baleares, Málaga, Barcelona, Madrid, y Girona.

Esto sí nos afecta

No voy a parar hasta que los territorios vascos, precisamente, sean los primeros en prohibir los alquileres turísticos por días. Acabar con ellos implica, de un plumazo, ayudar a dos grandes problemas de nuestra sociedad: la escasez de vivienda (no de lujo) y la turistificación desmedida. Además, castigar a quien especula con un bien de primera necesidad siempre da puntos de ética. No podemos permitirnos en nuestro pequeño país titulares como este: “Los pisos turísticos aumentan en Madrid pese al parón de licencias y a las multas de Almeida: 1.153 anuncios más en Airbnb” (El Diario).

Esto, también

Tampoco voy a dejar de recordar el horror que están infringiendo sin piedad Netanyahu y su gobierno de ultras. Creo que nuestra humanidad debe mantener viva la memoria de quienes han muerto a manos del ejército israelí. Y creo que debemos hacernos preguntas como esta: “¿Siguen los países europeos suministrando armas a Israel?”. Según Euronews: “Entre 2019 y 2023, EE.UU. representó más de dos tercios (69%) de todas las armas vendidas a Israel desde el extranjero. “Alemania fue el segundo mayor proveedor, con un 30%” (no todo es por la culpa histórica). El resto del mundo aporta ese 1% restante, con Italia como proveedor destacado.

Esa juventud sana (y manipulada)

Nadie va a responsabilizarse de manipular, intoxicar, empujar y sembrar odio en el grupo de chavales que llamaron “maricón” al ministro Fernando Grande-Marlaska. Pero alguien tiene esa responsabilidad, alguien está normalizando insultos homófobos, alguien está animando a esa chavalada a salir a la calle a gritar, a amedrentar y a dejarse ver (porque hay un componente vanidoso, de estar plantando batalla sin pensar). Y es contra esos ultras y agitadores contra los que tenemos que ser implacables, más que con esos estudiantes orgullosos de exhibirse como antiprogres.

El juancarlismo vive, la lucha sigue

La mejor prueba de que el juancarlismo vive es que las fotos del rey emérito rozando con Bárbara ídem han sido publicadas en un medio holandés. Lo que pasa es que ahora no se llama “juancarlismo”, sino “responsabilidad para con la jefatura del Estado”, o alguna mandanga parecida. “Un medio extranjero publica fotografías de todos los directores de medios españoles besando al rey Juan Carlos I”, titulan en El Mundo Today, retratando la realidad. Así que la lucha sigue: debemos seguir señalando el business familiar. Pero con cuidado: pocas cosas encontraremos más útiles para erosionar la marca España que una o un Borbón.

Cargos, sí. Transparencia, también

No discuto que Mónica García necesite 27 asesores de confianza para su ministerio, ni el sueldo que cobran (que sea alto es una garantía democrática, que nadie lo olvide). Estoy seguro de que, salvo que caiga una o un jeta en la silla, la nómina no compensará las horas que van a meterle. La democracia es cara y la gestión nunca es rentable. No creo que debamos perder el tiempo afeando cuentas, pero sí podemos invertirlo en reclamarlas, por eso creo que en el fondo (no en las formas), hacen bien en The Objective en pedir transparencia: es su papel como medio. A la ministra le ha tocado el de responder.

El dedito, Pablo, el dedito

Solo puede parecerme bien la suspensión de 22 días sin sueldo a Pablo Padilla, parlamentario de Más Madrid que simuló “disparar mientras hablaba la presidenta Isabel Díaz Ayuso y se debatía sobre Israel y Gaza” (El Imparcial). ¿Qué ha aportado? ¿De verdad cree que su explicación en X (cómo no) es suficiente: “Lo que he hecho mientras Ayuso justificaba el genocidio es el gesto de los francotiradores de Israel asesinando a 14.000 niños”? ¿Ha ayudado en algo a la causa que sugiere defender? Lo que más me importa es que lo haya denunciado Vox, que el PSOE lo ha calificado como “un gesto” y que su partido no haya dicho aún nada.

“El narcisismo progresista”

Disfruto mucho leyendo columnas y crónicas en todos los medios. También de la trinchera de enfrente. Eso, sí, pido que escriban bien: nada peor que unas ideas equivocadas y mal expresadas. A algunas y algunos les leo con especial atención, como a Víctor Lenore, que se ha metido con un formato que, todo el mundo lo sabe, nunca me ha gustado: Salvados, que sigue haciendo “un cuidado publirreportaje del relato progresista” (Vozpópuli) y que, según Lenore, se dirige a espectadoras y espectadores “mansos e ingenuos”. En resumen: “Salvados ya no ofrece nada más allá del narcisismo progresista”. ¿Alguna vez lo hizo?

Otra realidad del fútbol

Me gusta mucho el fútbol, el juego sobre el césped y lo que le rodea: la historia de los clubes, las personales de los jugadores, la sociología de las aficiones y la habilidad de algunos cronistas para serlo de una parte de nosotros, más que de simples partidos. El fútbol es un fenómeno tan grande que aún quedan relatos, por ejemplo, el de los impagos a los entrenadores despedidos: en Iusport recogen el de Quique Setién, que ha denunciado al Villarreal, pero sabemos de sobra que no es una excepción. Sin embargo, la vergüenza y el miedo hacen que no nos enteremos de más abusos laborales de algunos clubes hacia sus ex técnicos.

Igual que Rusia

No veo ninguna diferencia entre la invasión rusa sobre Ucrania por el morro, y la invasión israelí sobre Líbano por el morro. Por eso espero una respuesta internacional equivalente: rechazo, amenazas y sanciones, por lo menos, sobre el papel, porque dos años después de aquella invasión Rusia sigue pagando los tiros y la metralla con la pasta que le pagamos los europeos por sus recursos naturales. Pero volvamos al plano de lo políticamente correcto, de lo que se dice para la galería: la agresión del gobierno de Netanyahu merece, como la del de Putin, una respuesta internacional inequívoca. Todo silencio será justificación.

“Opiniones”

En The Objective han decidido enfocar lo que está pasando en nuestra UPV/EHU así: “La Universidad del País Vasco veta a un maestro por publicar opiniones ‘de ultraderecha’”. Puede parecerme bien pero, ¿no debería de vetar también a personal docente e investigador por otro tipo de opiniones fascistas? ¿Quién determina y en función de qué las opiniones que inhabilitan a una o un profesor? Cuando antes de verano Ainhoa Ozaeta, condenada por la justicia francesa a 20 años de cárcel por ser dirigente de ETA, dio una charla invitada por un grupo de investigación de la misma UPV, ¿a qué apelaron las y los convocantes?

Así es

El relato de Mikel Segovia en El Independiente sobre cómo salen de la cárcel la mayoría de los jefes históricos de ETA es muy interesante: “Viejos y enfermos”. Así de claro. Por encima de los 70 años, en su mayoría, y afectados por cánceres que en poco tiempo les llevan al otro barrio, donde sus víctimas les estarán esperando. Vidas que se han ido por los desagües de las prisiones y que han segado o condicionado para siempre y por desgracia otras vidas. ¿De qué ha valido? ¿Quién les impulsó a hacerlo? ¿Nadie va a señalar a los culpables de tanto sufrimiento inútil y a sus justificadores, algunos de ellos en instituciones como la UPV/EHU, precisamente?

Qué fácil es ser de Vox

Haber sido un fascista de ETA solo pasa factura en los cuerpos de quienes han comido maco, pero socialmente no genera ningún reproche y creo honestamente que eso debemos revisarlo. Como debemos revisar lo fácil que resulta formar parte de otras fascistadas. Por ejemplo, en Vox nunca tienen culpa de nada: si les pillan financiando sus campañas con un banco húngaro propiedad de un magnate amigo de Viktor Orban y del propio gobierno del país, la culpa es de las entidades españolas, que no les dan crédito. El lío no es menor, como apuntan en El Diario, porque está prohibido recibir dinero vinculado a instituciones públicas extranjeras.

Con absoluta normalidad

Juan Carlos I se pasea por España con absoluta normalidad: “Los Reyes Felipe VI y Letizia, junto al Rey Juan Carlos I, se han reunido este viernes en un ‘breve encuentro familiar y privado’ con la Princesa Leonor en la Escuela Naval de Marín en la que la heredera completa su formación castrense” (El Imparcial). Sus viajes a Sanxenxo se han naturalizado, y ya a nadie le importa que se fugase a Abu Dabi cuando empezaron a salir a borbotones los millones que iba acaparando, que desconozcamos cómo paga su estancia, que sepamos que ha montado una fundación allí con la que asegurar que sus herederos recibirán su fortuna, y lo de Barbara Rey, claro.

El amor

Querer y que te quieran es estupendo. Solo lo mejora que siga pasando. ¿Y de la pasión qué puedo a decir? Pocas cosas nos gustan más que ir a un sitio sabiendo que cuando llegues vas a follar. Pues lo mismo le pasa a un rey. Por eso Juan Carlos I sale tan contento en las fotos junto a Barbara Rey. Qué alegría, qué pasión, cuánto se quieren. Lo único malo para él, para ella y para mí es que han pasado 30 años de aquel momento. Porque pueden contarnos lo que quieran del enfado de la actriz y del cabreo del emérito, que en el fondo les da igual y en las formas nadie va a buscar las respuestas a preguntas evidentes.

El velo

Ayer hablábamos de las futuras memorias de Juan Carlos I, esas que él va a llamar “Reconciliación” y en las que clama: “Me están robando mi historia”, y hoy tenemos que hacerlo de este lance pasado. Pero no hay lance sin caña, y no me refiero a la real. Susana Griso despreciaba las fotos que ha publicado, por fin, Privé: “Las ha intentado vender en España y no lo ha conseguido” (El Economista). Pero en esa frase hay mucha enjundia: ¿por qué no lo han logrado? ¿Cuántos medios siguen siendo fieles a Juan Carlos I? ¿Quién tiene capacidad de influencia sobre ellos? ¿Y por qué? ¿A cambio de qué?

“Juan Carlos I estalla”

Me ha sorprendido que apenas hubiese referencias en los digitales ayer sobre la publicación de estas fotos y, sobre todo, sus consecuencias. Así que tengo que irme hasta la web de Lecturas para ilustrar mi reflexión: si ya ha quedado probada esa relación, ¿no es lógico que pensemos que el rumor del dinero que se abonó a Barbara Rey por su silencio también es real? ¿Cuánto? ¿Cómo? ¿Exactamente para qué? ¿De dónde salió? Y la más importante: ¿por qué se habría ocultado durante todo este tiempo si es dinero público? Por supuesto que tenemos derecho a saber, hasta el último detalle, de lo que nos afecta como ciudadanía.

¿Para qué sirve la familia real española?

Mientras veíamos a Juan Carlos I tan contento junto a Bárbara Rey hace treinta años, su hijo sufrió ayer una crisis política: no le han invitado a una movida en México. Terrible. Atroz. Que se posicione el gobierno, que alguien diga algo en el Congreso y que haya tertulianos muy indignados en las radios y las televisiones. El rey está ofendido, ¡viva el rey! O algo así. Pero lo cierto es que, como dicen en el digital de Pablo Iglesias, Diario Red, acertadamente, Felipe VI es “un lastre para la política exterior española”. Y muy útil en la interior tampoco parece, la verdad.

Otro

En el fondo, Alvise Pérez solo hace lo que ha visto: si en España hay millones de personas capaces de declararse “juancarlistas” y seguir como si nada después de todo lo que sabemos (me refiero a la millonada infame acumulada, no a los folleteos), ¿por qué no va a intentar él también tomar por tonta a la ciudadanía? Pues lo hace con ahínco: le han pillado cogiendo 100.000 pavazos en metálico, a cambio de favores políticos, de un tío que captaba inversores en criptomonedas, y asegura “que lo hizo por rebeldía con el Estado” (El Independiente). Mira, si te cuelan esto mereces haber invertido en el chiringuito.

No podemos permitirlo

Hemos visto la masacre que el ejercito israelí ha cometido en Gaza, cumpliendo órdenes del gobierno ultraderechista que lidera Netanyahu (sí, cuando la extrema derecha llega al poder pasan estas cosas, también en 2024), y vamos a ver ahora la que va a cometer en Líbano, ¿sin que podamos hacer nada? Me niego a resignarme, a asumir que ninguna institución supranacional o la suma de los dirigentes de gobierno sensatos pueda evitarlo, me revuelvo ante la idea de que volvamos a oír cifras de muertos inasumibles por misiles israelíes. Y si no hay realmente mecanismos para parar esta locura debemos crearlos cuanto antes.

“Me están robando”, dice

El mismo Juan Carlos de Borbón que cuando regresó a Sanxenxo por primera vez desde su huida a Abu Dabi respondió: “Explicaciones, ¿de qué?” a la prensa, ahora afirma, en el adelanto de sus memorias: “Me están robando mi historia” (The Luxonomist). El dinero endurece los rostros, es tan evidente como lógico. No sé cómo serán sus memorias, no voy a perder ni un segundo en leerlas, no generan en mí ninguna curiosidad. Si escribo sobre el rey emérito será para dejar claro que no me merece ningún tipo de respeto y que creo que sigue riéndose de sus súbditos a la cara. Allá quien le compre la mandanga.

Sabemos cómo funciona, ¿lo sabe él?

Que Juan Carlos I piensa que todas y todos menos él somos idiotas es una realidad fácilmente comprobable cada vez que habla, escribe o respira. Que Antonio Garamendi también lo piensa acaba de quedar clarísimo: “Insiste en que los trabajadores reciban su sueldo bruto: ‘Si vieran que es casi el doble dirían, ¿pero a dónde va este dinero?’” (20 Minutos). Da por hecho que la ciudadanía no sabe cómo funciona una nómina, la tributación o los servicios sociales. Lo que empiezo a dudar ahora es: ¿lo sabe él? ¿Conoce Antonio Garamendi los beneficios sociales de las retenciones y los impuestos? ¿Quién queda peor con su pregunta?

Un listo

A estas alturas, cuando una persona dice en voz alta que es “juancarlista” deja claro lo que es. De la misma manera, quien todavía defienda a Alvise Pérez nos invita a que generemos una opinión sobre su papel en el tinglado y más vale que cobre una pasta gansa por hacerlo porque el eurodiputado la maneja: “Cobró 100.000 euros en metálico” de “un empresario de criptomonedas durante la campaña”, en concreto, del “creador del Madeira Invest Club”, Álvaro Romillo, un “club financiero que cerró la semana pasada tras no poder pagar a cientos de afectados” (El Diario). Ya sabemos dónde ha ido el dinero. Ahora hace fata saber por qué.

Último robo

Ya hemos hablado de robos en esta columna, pero faltaba el menos importante y, a la vez, el más frecuente: el del Real Madrid. Sabemos que la liga de Tebas necesita que el club blanco y el FC Barcelona estén fuertes, pero lo que estamos viendo es una exageración. Y no valen los aspavientos: las amarillas que sacan a los jugadores por protestar, lo vemos todos en los estadios, son muchas menos de las que merecen. Lo mismo pasa con las agresiones: la de Endrick a Santiago Mouriño en el Santiago Bernabéu es injustificable y totalmente punible, pero, eh, es el Real Madrid. Igual que, eh, es Juan Carlos, es Antonio y es Alvise. Y Netanyahu.