
Me parece insoldable hablar del mal momento de la industria vasca y del buen momento que vive ELA. Sé que es un melón que cuesta abrir porque los derechos laborales son indiscutibles pero la amenaza de huelga y conflicto constante sí debería de serlo. Pero vale, me sumo a la mayoría y sigo saltando el nudo gordiano. Pero no podemos renunciar a hablar de la industria vasca sin mencionar sin tener la cara del material de una Parabellum: “La factura económica de ETA: 25.000 millones de euros” (El Independiente). Esa es la cifra que estima Luis Ramón Arrieta, de la Universidad de Deusto, en su investigación.
¡Claro que es memoria!
La factura económica de ETA no es pasado: es presente. Por suerte, la pérdida de vidas humanas, de la extorsión y de las amenazas sí lo son: ya han pasado años desde aquel 20 de octubre de 2011 en el que ETA se rindió. Ahora, lo que hace falta, es memoria, como reclamaba María Luisa Gutiérrez, la productora de ‘La Infiltrada’, en la entrega de los Goya del pasado sábado. Era más tarde de la una, la gala había acabado de manera caótica con un ex aequo mal comunicado, pero la reclamación era pertinente: la violencia de ETA también debe formar parte de la Memoria. Y reclamarlo no puede ser encasillable ni silenciable.
Trump y Putin se reparten Ucrania
Espero que el mundo vuelva a ser razonable dentro de una década. De momento, nos toca resistir: “Trump y Putin discuten posibles pasos hacia una solución para la guerra en Ucrania”, titulan en Euronews. Más bien, parece que van a repartirse el país, que el ruso se quedará con gran parte de la tierra que reclama (pocas dudas tengo) y que el americano cogerá lo que cree que le deben: “Tenemos que recuperar esos costes y eso va a ser una asociación con los ucranianos en términos de sus recursos naturales y su petróleo y gas”. Esto lo ha dicho el consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz.
Si no conocemos la historia…
Este sumario en la web France 24 sirve para ilustrar por qué debemos conocer la historia para no repetirla: “Los palestinos conmemorarán el próximo mayo el aniversario número 77 de su expulsión masiva de lo que hoy es Israel, un acontecimiento que está en el centro del conflicto de larga data entre israelíes y palestinos. Ahora, los gazatíes temen que ese episodio, conocido como Nakba, se repita ante las aspiraciones expuestas por el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que reavivarían las ambiciones de la ultraderecha israelí”. ¿Qué consecuencias puede tener la idea de Trump? Repasemos la historia.
Ah, sí, Feijóo
El PP sigue al alza y Vox resiste para asegurar la mayoría absoluta de ultraderecha en España. Tan mal lo está haciendo Pedro Sánchez (pese a lo que digan sus fans) que esto está pasando en un momento horroroso para Alberto Núñez Feijóo que, “no se cansa de hacer el ridículo”, según Miguel Ángel Heredia en El Plural. “Sus patinazos permanentes, su falta de valentía a la hora de tomar decisiones, su incapacidad manifiesta para plantear soluciones a los problemas de los ciudadanos y frases como ‘no soy presidente porque no quiero’ o ‘ahora voto que sí al decreto, porque Sánchez deseaba lo contrario’ le perseguirán”.