Con «z» de «fascista»

Ya sé que “fascista” no lleva “z”, pero escribir “zopenco” es quedarme corto para quien pega pegatinas con la última letra del abecedario para “atacar la oficina Ucrania-Euskadi en Gasteiz”. El director de Migración y Asilo del Gobierno Vasco era quien lo denunciaba en Twitter con este mensaje: “Una vez más los autodenominados antifascistas en Euskadi, muestran su patita”. El propio Xabier Legarreta sentenciaba con lo más obvio, que es lo que hay que repetir ante quien no distingue entre víctima y Putin: “No sé cuántos fascistas hay en Ucrania, si los hay, no están refugiados en otros países”.

O con “v” de “Vox”

El discurso de Giorgia Meloni durante un acto de Vox en la campaña andaluza recordaba, palabra por palabra, y en el tono, a los del fascio italiano. Su partido, Fratelli di Italia, por supuesto, ocupa el espacio entre la derecha y el abismo en aquel país. Pero en la cuenta de Niporwifi, una vez más, hemos encontrado un hilo estupendo sobre la mafia, relacionado, precisamente con este partido, al que llaman en Calabria “Fratelli di Ndrangheta” por las reuniones entre representantes de la agrupación y capos que terminan con detenciones, o las condenas por pagos de campañas, además de varias investigaciones periodísticas.

Pues así van

Después del segundo debate de la campaña andaluza tengo las mismas sensaciones que después del primero: el formato está agotado y solo sirve para mostrar evidencias. Pero en esta ocasión, además, he encontrado una estupenda crónica, por atrevida: la de Santiago Martínez-Vares en El Plural. En ella se cuela, casi como sin querer, estas pinceladas que retratan algo más que el debate: “Nadie entendía a Olona. Teresa y Marín bromeaban. Nieto intentó aterrizar el debate de nuevo, bastante ligero ya, al que le faltaban unas cañas. Cualquiera diría que estaba en juego el futuro de Andalucía”.

Y así vamos

El presidente de la Federación Española de Asociaciones de Trabajadores Autónomos denunciaba en Twitter la situación de un segmento muy heterogéneo, tanto como significativo: “El número de bajas de autónomos en mayo creció un 36,2% más que el mismo mes de 2021. 12.876 bajas de autónomos más que reflejan la delicada situación que viven los autónomos en el contexto socioeconómico actual y que muchos no resisten al incremento de precios y costes que sufren”. España está creciendo a varias velocidades y muchas y muchos pueden (y podemos, también en Euskadi) quedarse atrás.

Una economía sin sentido

En esta misma columna llevamos años alertando de los diferentes riesgos de las criptomonedas. El principal, lo mucho que se parecen a una estafa piramidal. Pero no el único: la cantidad de energía necesaria para crear de la nada algo que también es la nada resultaba bastante inexplicable. Hoy, además, es un lastre: “En muchos países del mundo la energía es tan cara que minar Ethereum es igual a pérdidas económicas, hasta el punto que es más rentable comprar criptomoneda que pagar la factura de la luz y la sustitución de GPUs”. Y avisa: “Pronto Bitcoin seguirá un camino similar” (El Chapuzas Informático).

Crispación

Si Alberto Muñoz ha escrito en El Periódico de España un párrafo inapelable, ¿quién soy yo para añadir nada más? Así que, ahí va: “Nueve de cada diez españoles esperan más de sus dirigentes. Esperan que bajen el tono, que lleguen a acuerdos y que resuelvan cuestiones clave para el futuro del país como son el precio de la energía, la lucha contra la violencia de género y los desafíos derivados de la invasión de Ucrania. Así lo refleja una encuesta publicada por el CIS en la que, además, se señala como responsables de esa crispación al PSOE y a VOX como principales agitadores del mal ambiente”. Ahora, que lo lean los referidos.

Condición

También me parece inapelable el tuit de Aitor Salinas-Armendariz sobre la noticia de que Bildu “exige a Sánchez una excarcelación masiva de presos de ETA” (Vozpópuli). El abogado tiraba de retranca: “Yo pensaba que lo de ‘condicionar la acción política en Madrid a la defensa de los intereses de unos pocos frente a los intereses de la mayoría de los vascos’ era lo que Bildu recriminaba a otros”. Esta legislatura en el Congreso está resultando bastante curiosa, pero nada más asombroso que las contorsiones de Bildu para parecer el PNV, servir a ERC, sostener al PSOE y contentar a su núcleo duro.

Financiación

La democracia es cara, pero cualquier alternativa lo es aún más, sin dudas. Y la financiación es importante para poner en marcha campañas y sostener partidos políticos que articulen reclamaciones. Así que, sí, es lógico que el reparto del dinero preocupe ahora en la gran coalición a la izquierda del PSOE en Andalucía que no supieron armar. Podemos se ha quedado fuera después de perder a su propio juego, y ahora les toca a todos recomponer la imagen de la agrupación, defender su posición dentro de ella y averiguar cómo pagan ahora la campaña. Hablamos de 1,5 millones de euros, según El Independiente.

Adhesión

También anda fino Niporwifi cuando tuitea: “Si hace un año alguien nos dice que Finlandia en 2022 iba a solicitar su adhesión a la OTAN lo habríamos tomado por loco”. Hasta hace un año solo oíamos hablar de la OTAN cuando veíamos en los PGE la partida destinada a la compra de armamento a la que obligaba la organización al estado español. Desde que Putin decidió invadir Ucrania volvemos a hacerlo como espacio de seguridad y solidaridad en el caso de que un loco decida invadir militarmente otro país por el morro. Y esto ya no es una hipótesis que roza el chiste, es una posibilidad real, por desgracia, sobre todo, para las y los ucranianos.

Y hundimiento

Estoy seguro de que Víctor Ventura se ha esforzado en explicarnos en El Economista en qué demonios consistía el “criptochiringuito financiero” que ha generado la caída de las monedas digitales, una detrás de otra. Lo que sí me ha quedado claro es que esta primera pieza del dominó usaba la tecnología para generar una percepción de crecimiento que atraía a nuevos inversores que eran los que pagaban la fiesta, y que el dinero se ha volatilizado (¿se ha volatilizado o ha cambiado de manos?) en cuanto ha surgido un fallo (¿ha surgido o lo han hecho surgir?). Demasiadas preguntas para respuestas tan sencillas.

¿Qué van a pedir a Podemos?

El espionaje del Estado a políticos vascos y catalanes, y de algún agente externo (varios dedos señalan a Marruecos) al presidente y varias ministras y ministros españoles, es el desencadenante de varias crisis importantes: con Cataluña, con el Sáhara y Argelia, y dentro del propio gobierno. La dualidad de Podemos habla mal, principalmente, de Podemos. Pero, ¿qué podemos pedir a Belarra y su equipo si las y los ministros socialistas están también echándose los trastos a la cabeza: Robles y Bolaños buscan la culpa en su oponente mientras Sánchez sigue buscando una cabeza que entregar.

Pero Belarra insiste

Yo no lo entiendo: no entiendo que la líder de un partido que cuenta con una vicepresidenta (por muy mal que se lleve con ella) y cuatro ministras o ministros (empezando por ella misma) hable del gobierno español en tercera persona, como si no fuera con ella, como si no fuera ella una de las que se sienta en el consejo que preside Pedro Sánchez los viernes. Pero Ione Belarra insiste en hacerlo, en jugar a ese doble papel de ser ejecutivo y oposición al mismo tiempo para desmarcarse de los hechos noticiosos complicados de gestionar. Y eso, yo también insisto, erosiona a Podemos más que a ningún otro partido.

“Refugio de delincuentes internacionales”

Evidentemente, el tuit de Niporwifi (un tuitero que explica muy bien el crimen organizado internacional, ETA, incluida) iba con toda la intención: “Salta la sorpresa. Emiratos Árabes Unidos es un refugio de delincuentes internacionales”. Porque se trata del país, precisamente, elegido por Juan Carlos I para autoexiliarse. Y aunque el titular y la estancia den pie al chiste fácil, no es una casualidad, evidentemente. El rey emérito sabía el país que escogía para alejarse de los procesos e investigaciones, y el dictador de turno (no sé si es emir o jeque pero, ¿qué más da?) también sabía lo que hacía cuando le acogió.

Ni una pandemia, ni una guerra

Antes de 2020, en esta misma columna, atribuía a la ausencia de una guerra y una pandemia que tuviéramos que sufrir a los negacionistas e idiotas similares. Hoy, con una pandemia y una guerra a las puertas de Europa retransmitida casi al minuto, seguimos aguantándoles: “Sobre los casos de hepatitis de origen desconocido en niños, me señala un colega médico que habría que preguntarse por las edades específicas de los niños que presentan estos cuadros. No están vacunados, nos dicen. Pero ¿están mamando de madres vacunadas? Interesante pregunta”. La autora de semejante memez es la recurrente Bea Talegón.

Fútbol

La temporada de regreso a los estadios nos ha dado mucha intensidad y algunas alegrías a las y los seguidores del fútbol vasco de Primera y Segunda (demasiada intensidad y pocas alegrías, de momento, para Amorebieta y Alavés). Más allá de nuestros campos el fútbol nos está regalando momentos extraordinarios, y cualquiera que disfrute del deporte y no sea solo hooligan de unos colores, puede entenderlo: lo del Real Madrid en esta Copa de Europa está siendo espectacular. El viejo rico sigue dejando en la cuneta a esos clubes agigantados con los millones de los sátrapas y, quién lo iba a pensar, se ha convertido en el faro de los románticos.

¿Se piensan que somos tontos?

La de estar en el despacho y la pancarta a la vez es una mala idea. Y quien todavía tenga dudas puede preguntárselo a Martin Garitano. Básicamente porque es una tomadura de pelo para los votantes que eligen tu papeleta para que llegues al gobierno o lo condiciones si estás en la oposición. Pero, ¿de qué sirve un partido que con una vicepresidencia y cinco ministerios sigue comportándose como si no tuviera responsabilidades de gobierno? El “no a la guerra” de Echenique y Podemos en su conjunto, sobre todo vía Twitter, es un insulto a la inteligencia de la ciudadanía que ya no traga con poses, y menos en algo tan serio.

El lastre es su decisión

Está bastante acertado Gorka Landaburu con su tuit sobre Sortu y, por extensión, Bildu: “El blanqueo, la falta de autocrítica y de ética suponen un lastre considerable para la memoria y la convivencia”. La entrada de David Pla, el último jefe de ETA, como número tres de la formación es un claro signo de que la que no ha superado la época de la acción armada, la que sigue influenciada directamente por ETA, la que sostiene postulados de terroristas, la que no ha pasado página ni quiere hacerlo, la que más pasos tienen que dar todavía, la que va muy por detrás de la sociedad vasca, en definitiva, es la izquierda abertzale.

Señoritos y palurdos

“Desde luego que lo que necesita Andalucía es identificarse con una mafia de Birmingham”. Niporwifi, que frecuenta esta columna por lo bien que explica cómo funciona el crimen organizado ironiza sobre a la comparación que la propia Macarena Olona ha establecido en Twitter entre ella y sus compañeros de Vox y los Peaky Blinders, una serie de mafiosos británicos de los años 20 con una estética que ha fascinado especialmente a los borregos de derechas. Es decir: no les parece suficiente vestirse de señoritos para representar, según ellos, a los trabajadores del campo, y también se comparan con delincuentes.

Reflejo de la sociedad

Vox se mantiene firme en las encuestas, en las que ha escalado hasta el 18 o 19% de la intención de voto. En Euskadi, quienes incluyen a terroristas en su toma de decisiones también buscan ser refugio del voto antisistema. Todo esto es reflejo de la civilización que hemos construido o, tal vez, destruido poco a poco: “Vivimos en una sociedad tan de ricos caprichosos que a algunos les parece normal llamar ‘Bizitza’ a organizaciones que defienden la muerte”. Pello Salaburu se refiere a los negacionistas que se han organizado porque se creen más listos que los demás pero, uno a uno, no pasan del tonto de cada pueblo.

No podemos obviarlo

¿Y cómo es posible que tanta gente (porque, sí, es mucha gente) sea capaz de exhibir comportamientos tan poco solidarios y tan perjudiciales? Este tuit de Víctor Muiña explica en parte lo que sucede: “Manu Carreño diciendo, en mitad del Athletic-Barça de Copa del rey, que atentos al programa de después de Friker porque ‘hay nuevas pruebas sobre el posible origen artificial del covid’. Y sigue con el fútbol, porque al parecer es legal decir lo que te salga del arco del triunfo”. Es decir: no solo Iker Jiménez puede dar aire en abierto a teorías tóxicas, es que en cualquier espacio se pueden reproducir sin que importen las consecuencias.

Nada que agradecer

Lo bueno de hacerse viejo, pero viejo como yo: putoviejo a los cuarenta y poco, es que ya me dan igual tantas cosas que ni las enumero. Entre ellas, me da igual que me llamen facha quienes saben que alguna fascistada de las de verdad, de las que se llevan a gente por delante por pensar diferente, ya han justificado. Y como me da igual, retuiteo y hasta abro la columna con el mensaje de Alberto Remírez: “¡Qué maravilloso tiempo éste en el que si no le estás agradecido a Otegi eres un facha!”. Solo hicieron falta un par de días para que quienes el lunes teníamos reticencias empezáramos a tener razón.

Más Villarejo

También tengo ciertas reticencias ante las declaraciones de José Manuel Villarejo que tanto han dado que hablar, pero el excomisario sabe que si exagera historias en vez de inventárselas puede generar más problemas. De lo que dijo en comisión parlamentaria ha trascendido, sobre todo, la fogosidad de Juan Carlos I, pero Niporwifi ha recopilado un hilo con otros titulares: “Villarejo hablando sobre un archivo del CNI con el que se controla a las personalidades más importantes de España”, “Villarejo sobre la cocaína”, “Villarejo sobre la operación Kitchen”, “Caso Pitiusa” y “Villarejo sobre el número de Rajoy, Cospedal y Moncloa.com”.

Pues yo lo veo parecido

A veces tengo problemas con los párrafos porque no consigo meter en ellos todo lo que quiero y, si lo hago, es imposible hacerlo de otro modo que no sea telegráfico, y otras veces mi problema es que no necesito más líneas para comentar un titular o un tuit como este de C55C, que me resulta suficiente: “Mucho quejarnos del turismo de borrachera pero vamos a legalizar el cannabis”. Sí, tengo mis reservas ante su uso y su legalización, tanto en lo sanitario como en lo político: mal favor hacemos a un tema si dejamos que este sirva para polarizar el parlamento y, además, generar una lucha caníbal, en esta ocasión, en la izquierda.

Mucho hemos tardado en empezar a reírnos de ellos

Tengo muy claro que, en el caso de ETA, sobre la que tanto hemos leído y oído esta semana, tardamos demasiado tiempo en reírnos de quienes integraban la banda y salían con verduguillos a leer comunicados pretendidamente serios. No caigamos en el mismo error en este mundo pandémico y digital, y empecemos a reírnos desde ya de quienes se enfadan por el uso de la mascarilla y de quienes confunden porque no les da para más medidas sanitarias con capricho de gobernantes. Porque estamos abocados a que nos suceda lo que ya pasa en el Reino Unido, pero podemos adelantar el trabajo de señalar a los gilipollas.

Dos minutos para una gran moda

Si de algo hemos hablado esta semana cansinamente es de “El Juego del Calamar”, esa serie de Netflix que está arrasando y preocupando a docentes y progenitores. Vayamos por partes: sí, es mucho más segura para niñas y niños la televisión lineal, la de toda la vida, que YouTube o las plataformas. Y sí, toda la vida hemos visto contenido no recomendado para nuestras edades. Lo que no debemos olvidar tampoco es cómo funcionan Netflix y otras: “‘Ver una serie’, según Netflix, son 2 minutos”, tuiteaba Ícaro Moyano. Así que lo que tenemos que controlar es nuestra participación en hacer crecer bolas y modas.