Quince años mentales

En el minuto 30, los silbidos y los “fuera” (incluido, el mío) fueron tímidos. Cuando terminó el partido, con mucha menos gente en las gradas de San Mamés, fueron bastantes más atrevidos. Lo que hizo la ICHH, que está intentando apropiarse de la grada de animación, fue el ridículo cuando no animó al equipo y cuando, con los jugadores mirando al fondo Norte, cantaron el “errepresiorik ez”. Pero hicieron algo más: despertar a esa parte de la afición cansada de su “Athletic gu gara”, que fue la que les pito. El Athletic es mucho más que quienes intentan manipular ese fondo. Y eso deberían de verlo de una vez también los jugadores.

Gana Sánchez

Pedro Sánchez está acostumbrado a ganar, pase lo que pase. En un tuit que leí (¿o tal vez fue en Bluesky?) que no he sido capaz de recordar para citarlo, lo explicaban muy bien: es capaz de hacer lo que nadie se atreve a hacer por pudor o porque, simplemente, no está bien. Y con esas maniobras sigue avanzando. Ojo, no creo que esto sea un mérito aunque a algunas y algunos se les deshagan los hielos contemplando sus obras. Y así llega al congreso del PSOE en el que, sin rival ni nadie que se atreva a alzar la voz, volverá a ganar. Un fin de semana de alborozo frente a la cámara y, aunque lo nieguen, preocupación en privado.

Lo volveremos a decir

Es preventivo, sí. Ahora que al PP en Euskadi le ha dado por ser posibilista voy yo y les pido que, cuando les dé por echar el manto de la corrupción sobre la política vasca, midan primero el que cubre al propio PP. Si en El Plural han podido hacer esta pieza: “Todas las empresas condenadas por corrupción que Mazón ha regado con contratos”, no es porque Mazón esté buscando favorecer a nadie (eso creeré hasta que se demuestre lo contrario) sino porque la corrupción fue tan sistémica allí que hoy es imposible contratar a nadie que no haya estado en el ajo. Y esto, como otras cosas, hay que repetirlo de vez en cuando para que nadie lo olvide.

Tendremos que abrir este melón aquí también

No espero mucho del gobierno español, la verdad: con el PSOE centrado en salvar a Sánchez, su mujer y su hermano, y Sumar buscando salvarse como sea, ¿quién nos va a prevenir a tiempo? En EPE leo que “Suecia y Finlandia preparan a sus ciudadanos para sobrevivir en caso de guerra”, y me aferro a la idea de que si la cosa se pone fea el lehendakari (en este caso, Pradales) habrá pensado ya en algo, como hizo el Gobierno Vasco durante la última guerra que afectó directamente a Euskadi mientras el español bastante tenía con sobrevivir. Y no he escrito las líneas anteriores de broma: la amenaza, llamada Vladímir, es real.

Cuando la batalla por la audiencia genera audiencia

David Broncano ha ganado a Pablo Motos los cuatro días en los que compiten por la audiencia. No solo eso: el miércoles le ganó cuando el de Antena 3 tuvo al campeón de motociclismo, Jorge Martín, que canceló una entrevista en La Revuelta cuando ya estaba en el camerino. Y el jueves le ganó con el propio Jorge Martín, demostrando que no es el entrevistado, sino el producto. Lo cierto es que esta guerra, que va perdiendo El Hormiguero, es estupenda para ambos: el pique por las audiencias genera conversaciones, noticias y, por supuesto, más audiencia a los dos aunque, no es menos cierto, solo puede ganar uno.

La asimilación funciona

La asimilación española sobre Euskadi va muy bien: nos flipa Broncano, Nico Williams mola celebrando con Lamine Yamal los goles de La Roja, dejamos a Andueza decir lo que tenga que decir para trepar en el PSOE, Permach defiende en X la gestión de Sánchez y la Ikurrina se pone al mismo nivel que la bandera de Nafarroa en las “manis” porque es importante visibilizar las dos comunidades autónomas españolas. Y así llegamos, con estos pelos: “El rechazo a la independencia se dispara en Euskadi al 43%, la cifra más alta desde 1998” (El Independiente). “El 63% de la sociedad vasca dice ser nada o poco nacionalista”.

TikTok, también

TikTok es, con diferencia, la peor red social, posiblemente, lo peor que haya habido nunca en Internet y tal vez llegue a ser de las peores cosas que nos han pasado como civilización. Pero ahí seguimos, engordando al monstruo que nos va a devorar: “El candidato antieuropeísta y antiOTAN gana la primera vuelta de las elecciones en Rumanía” (The Objective). Su campaña ha pivotado sobre TikTok, por lo que leemos en las crónicas, las mismas que le señalan como un nuevo neofascista y, atención a la casualidad, putinista. Cómo no. A ver si los mojones van a estar conectados entre sí.

¡A la mierda!

La denuncia de David Broncano, sobre cómo Antena 3 presionó a Jorge Martín para que su entrevista en La Revuelta no fuese emitida me hizo recordar a un pasaje que viví en primera persona, con un influencer de peso para un evento de este periódico que, ya con la cartelería impresa, se echó atrás porque otro grupo le presionó. Salimos adelante, sí, pero con menos brillo. Estas cosas pasan, como admiten el propio Broncano y Pablo Motos. Pero que pasen no significa que estén bien y que no podamos cambiarlas. No se trata del menú de los peces grandes, se trata de respeto al bocadillo del compañero. Así de sencillo.

No solo es fútbol

Me gusta el fútbol (mucho) también porque nos explica: el paso que quiere dar Florentino Pérez en el Real Madrid ahora que, más que nunca, está arrasando en sus asambleas y tiene controlada a toda la opinión publicada en la capital española, va más allá del fútbol. Florentino ofrece una solución que muchas y muchos querrían para los estados: controlar el club como una sociedad anónima. “Así hay menos líos”, pensarán en la masa social. Pero la realidad es que así tendrá menos líos Florentino. Son malos tiempos para la democracia hasta en los niveles más bajos: veremos lo que tarda en seguir sus pasos el Barça.

Esto, tampoco

Cuando el mismo Florentino Pérez despreciaba los votos de los periodistas de Namibia o Uganda para el balón de oro, y les señalaba como culpables por no haber votado a Vinicius Jr., no se trataba solo de desprecio futbolísitico, no estaba valorando solo lo que podían saber de fútbol estos profesionales. Por supuesto que no. Sheefeni Nicodemus, el periodista namibio que prefirió votar por Bellingham, curiosamente, lo dice mucho mejor que yo: “Siente que la gente de mi país y de los demás países mencionados no tienen un voto significativo porque somos personas inferiores” (en El Larguero, recogido por Iusport).

“¿Por qué no ha decidido aún La Haya sobre el arresto de Netanyahu?”

La pregunta que se hacen en EPE es absolutamente pertinente. Y más cuando leemos que “la Corte Penal Internacional lleva más de cinco meses sin procesar la petición del fiscal general. Tardó días en hacerlo sobre Vladímir Putin”. “El retraso en la decisión es totalmente anómalo”, explican en el digital, que “ha preguntado en tres ocasiones en los últimos meses a la Corte Penal Internacional, sin obtener respuesta”, y en el que no se andan con rodeos: presiones directas de EE.UU. y una dimisión “por sorpresa, alegando motivos ‘de salud’” de “una de las tres juezas del tribunal preliminar que debe tomar la decisión sobre el arresto de Netanyahu”.

Este perfil es exigible siempre

No solo no me cuesta reconocerlo, es que celebro el buen uso de las redes sociales por parte de un político, sea del partido que sea. Y después de reconocerlo, celebrarlo y traerlo a la columna junto con un parabién, me pongo exigente: “Esta crisis exigía este perfil”, dice Óscar Puente “sobre su ‘transformación’ tras la tragedia de la DANA” (La Sexta). Y vuelvo a no estar de acuerdo con el ministro: ese perfil útil, lejos de la bronca política, que muestra lo que se hace con el dinero público para bien de todas las personas, debería de ser la norma. La política del insulto y el enganche virtual por las solapas sobra en todo momento y lugar.

Y ahora, ¿qué?

“Un asesor de IU en Oviedo renuncia a sus cargos tras una denuncia anónima por un presunto abuso sexual”. “No hay ninguna denuncia presentada en los juzgados, el hombre niega los hechos y en la publicación en Instagram se le define como ‘un referente feminista’”, publican en La Voz de Asturias. Y ahora, ¿qué? Sin otra denuncia que una publicación anónima en la cuenta Denunciasasturies, que imita a la de Cristina Fallarás, ¿qué pasa con la víctima? ¿Quién la protege después de haber dado datos concretos? ¿Y con el señalado? ¿Quién investiga? Publicar una denuncia anónima no puede ser lo mismo que publicarla sin comprobar.

La guerrilla

Cada uno se conforma como puede: “Podemos ya supera en escaños a Sumar según el ElectoPanel”, titulan en Diario Red, el digital que dirige Pablo Iglesias, y aseguran: “Un total de 9 asientos en el Congreso frente a los 7 de Sumar”. Lo que me resulta más llamativo es que todos los que obtendrían Podemos y Sumar son en las mismas circunscripciones: Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia y Alicante. Ahí se juegan todas las alubias. Solo unos días antes, en The Objective publicaban: “Sumar teme que el ‘caso Errejón’ mueva el voto de las mujeres hacia Podemos”. ¿Qué mujeres? ¿Cuántas mujeres? ¿Las de dónde?

“¿Dónde están las mujeres en el prime time?”

Termino con otra pregunta pertinente que, esta vez, se hacen en El Plural: “¿Dónde están las mujeres en el prime time?”. En todos los programas en la mejor franja de las televisiones españolas (y en las vascas, me temo) ellas son, como mucho, copresentadoras, y ellos, las estrellas (Broncano, Motos, El Gran Wyoming, etc.). Y en el de La1, especialmente progre en las formas, todos los colaboradores habituales son también hombres. Muy graciosos, sí, muy rápidos, pero también muy “cipotudos”, usando la expresión que el propio Broncano, en una entrevista a Kiko Matamoros (sí, Kiko Matamoros), rescató para hacer chistes sobre sus cipotes.

«Los nazis arrasan en TikTok»

El acceso a más información que posibilita Internet no nos ha hecho más curiosos ni más críticos. Al contrario: nos han renovado el carné de gilipollas y la desinformación se ha disparado. Las “fake-news” solo son posibles gracias a la gran red. Y el ascenso de los populismos de base fascista, como en Euskadi, también se lo debemos. “Tres de cada diez usuarios de TikTok tienen menos de 18 años y los contenidos abiertamente fascistas campan a sus anchas”, explican en Público. “Consiguen normalizar la aceptación de los discursos de odio”. ¿Cómo? “Los creadores de contenido aprovechan las debilidades de las plataformas”.

Y hay más: Telegram

Creo que Telegram es, técnicamente, la mejor herramienta que existe: fácil de manejar, limpia, editable, lanzas y recibes mensajes con sencillez, puedes crear comunidades con cierto nivel de privacidad… Pero es evidente que tiene un problema de moderación: “La información de los medios de comunicación tiene menos impacto en Telegram que los contenidos de los canales que se presentan como alternativos en los que abunda la desinformación y las teorías de la conspiración”, esta es la principal conclusión a la que ha llegado una investigación de Maldita junto a la Universidad de Granada y que “ha analizado cerca de 1,5 millones de mensajes”.

El contexto

Los nazis triunfan y la desinformación llega con más facilidad que la información, básicamente, porque falta contexto. Es imposible hablar de nazis sin sus consecuencias, y es más corto y directo lanzar un titular que explicar unas causas. Por desgracia, también lo vemos en medios de comunicación digitales: “Madrid recauda en impuestos un 25% más que Cataluña con un millón menos de habitantes”, celebran en The Objective sin mencionar el lobby de la capitalidad (que lleva décadas impulsando el PP) ni el dumping fiscal neoliberal que aplica la Comunidad, y que disfrazan con eufemismos como “el efecto de la rebaja del IRPF”.

Broncano gana. No solo él

He vuelto a ver el programa de David Broncano y creo que lo hace muy bien junto a un equipo igual de rápido, graciosos y brillante. Además, reconozco que la batalla televisiva que está manteniendo con Pablo Motos es interesantísima: igual que soy del Athletic y me gusta el fútbol, soy periodista de DEIA y me dejo fascinar con los buenos formatos, desde ETB a Canal Cocina pasando por La1 si hay que pasar. Además, creo que la de Broncano no es solo una lucha por la audiencia: si llevamos años quejándonos de una corriente mediática que favorece a los extremos debemos alegrarnos ahora de que caiga El Hormiguero. Y El Intermedio.

Bueno, vale, pero…

Vi ‘El Ala Oeste de la Casa Blanca’ durante la pandemia, noche tras noche, capítulo tras capítulo, temporada tras temporada, y fue de lo mejor de aquella época. Me encantó la serie, que había visto de manera inconexa en varias ocasiones. Pero hasta ahí: sé diferenciar la realidad de la ficción, los deseos del día a día, y los personajazos de las personas que, simplemente, vivimos de una manera u otra de la política intentando dar lo mejor con la mejor intención, algo que el guion solo proyecta parcialmente en CJ. Así que celebraría los 25 años de la creación de Aaron Sorkin más a gusto sin tanto elogio exagerado. Como la serie.

Intolerable

Después del ataque a la txosna del PNV en Eibar, en las puertas de las fiestas de Zizur Mayor, el concejal de Geroa Bai y miembro del NBB, Andoni Serrano, ha tenido que ver esta mañana pintadas en las que el invitan a irse de su pueblo (“kanpora”), y le llaman “txakurra”, “traidor” e “hijoputa” (sic). Esto es intolerable y absolutamente injustificable. No solo eso: mantener silencio ante la agresión y el acoso también es ser cómplice del odio, expresado por medio del racismo, el machismo y el fascismo político, como este caso. Pero no es un incidente aislado, lo estamos viendo: las ventas de spray nunca han bajado. Su inmoralidad, tampoco.

¿Estás contra el tirano o con él?

Lo de que Edmundo González forma parte de la ultraderecha es más copy-paste propagandístico que realidad. Pero incluso si así fuera, en la gradación de tipos de personas despreciables, un ultraderechista sigue estando por debajo de un tirano. De la misma manera, votar con Vox en el Congreso tiene que doler, pero más doloroso debería de resultar colocarse a favor de un tirano que no respeta la voluntad de su ciudadanía y persigue a la oposición. En resumen: lo de Venezuela no va de derechas y de izquierdas, y esto lo expresa mejor que nadie Pepe Mujica, lo de Venezuela va de estar contra el tirano o con él.

¿Lo sabe o no lo sabe?

Puede que Alvise Pérez sea un ignorante. No pasa nada: uno aprende, se da cuenta de su error, rectifica si es necesario y sigue adelante. Puede también que Alvise Pérez sea un mentiroso que quiere desgastar el sistema democrático porque algunos prefieren romper el tablero cuando no saben jugar al juego. Cuando escribe que “en España llevamos 40 años sin publicar las actas electorales” no dice la verdad. Las actas electorales en nuestro sistema electoral son tan accesibles que los medios de comunicación hemos desarrollado en los últimos años infografías para que veamos cómo ha votado la ciudadanía en cada calle.

Cortesanos y cortesanas

Ayer escribí sobre el primer programa de David Broncano en La1 (que no me gustó pero me parece bien que esté ahí) y hoy lo hago sobre el que hizo Pablo Motos en Antena 3 el mismo lunes, porque El Hormiguero jugó duro (y esto es un halago): hizo la primera entrevista televisiva a Victoria de Marichalar. Y la hizo, por supuesto, a la manera que más le convenía a ella: tanto que el titular más destacado es sobre las bromas que le gusta hacer, ante lo que Adrián comentaba en X: “Su broma favorita es cuando usó la tarjeta black del abuelo para gastarse 250.000 pavos anuales de dinero público y no le pasó nada porque somos una mierda de país”.

Diez segundos

Una vez más, encuentro en X un comentario interesante de Xavier Tomàs, que corrige el dato triunfalista que ha hecho público esta red social: “El tiempo medio de consumo de cada usuario de la app Twitter / X es de 10 segundos. El número de usuarios mensuales de Twitter / X a nivel mundial es de 907 millones, mientras que de TikTok es de 1.040 millones”. Y una vez más, interpreto lo mismo: periodistas, políticas y políticas, y simpatizantes de partidos que quieren ser influencers damos demasiada importancia a X, cuando la mayoría mira a otras plataformas y durante mucho más tiempo.