Injusto, sí. Arbitrario, no

El cierre de la hostelería en la CAV, Nafarroa o Catalunya es injusto porque pagan los hosteleros que han intentado comportarse por los clientes que no hemos sabido hacerlo. Pero no es arbitrario: la pandemia obliga a tomar este tipo de decisiones ante situaciones que, en ningún caso son comparables a las que se dan en transporte público o entorno laboral. Y quien siga empeñado en revolver el río para pescar más es quien merece el desprecio. Del mismo modo que quien pone como ejemplo la gestión de Ayuso se retrata a menos que sepa algo sobre dejar de usar PCR que el resto del mundo desconoce.

El business

Pablo Iglesias fue el látigo de la casta… Hasta que montó un partido y fue elegido eurodiputado. Desde entonces se ha empeñado en ser más de la casta que los de la vieja política: desde el nepotismo hasta el chalé, pasando por los libros y el lobbing, como describen en Vozpópuli, para ir colocando a Monedero como experto en políticas hasta en los EE.UU. de América. Monedero, fundador de Podemos y director de la fundación vinculada al partido puede hacer el camino que seguirán todos sus compañeros y camaradas según vayan bajándose del coche oficial.

En la otra orilla…

Mientras en Vozpópuli leemos que los de Iglesias han iniciado sus labores de colocación, “compra de contactos”, incluida, en Ctxt leemos que “la ilusión inicial que generó el IMV empieza a transformarse en decepción por la lentitud y las trabas administrativas. De las 837.333 solicitudes presentadas entre junio y octubre, solo se han aprobado y abonado el 1,5%”. Como el tema es serio y afecta a situaciones familiares desesperadas, me ahorraré las comparaciones odiosas. Solo pido que alguien explique, sin retórica marxista, cómo es posible que el Ingreso Mínimo Vital esté funcionando así en España.

El epílogo

La campaña estadounidense ha dado pie a tantos titulares y tantos tuits, la mayoría innecesarios, que hemos dejado pasar auténticas maravillas como la que han compilado en Magnet: el equipo de Trump se equivocó (para mí esta es la versión más plausible y, por lo tanto, la más probable) al reservar un espacio y en vez del hotel Four Seasons de Filadelfia, los abogados de Trump terminaron en el parking de la tienda de jardinería Four Seasons, en Filadelfia, que está junto a un sex-shop, para mayor diversión. La imagen y las justificaciones de quienes metieron la pata son un epílogo precioso.

La nueva era

Pero si hablamos de la Casa Blanca, mejor que lo hagamos de lo que viene: Adam Schultz sustituirá a Shealah Craighead como fotógrafo oficial del presidente. El puesto lo popularizó Pete Souza gracias a su habilidad, a la eclosión de las redes sociales en la segunda década del siglo, y a la fuerza de Barack Obama. Craighead ha pasado más desapercibida pero para los que somos “muy cafeteros” de la política, ha dejado algunos “frames” extraordinarios del mandato. De momento, de Schultz sabemos que usa cámaras Sony, igual que la fotógrafa de Trump, que se cambió a mitad de legislatura, según Photolari.

Nos lo hemos gastado todos

1.171 millones de euros. Eso es lo que lleva gastado el gobierno español solo en adquisiciones para combatir el coronavirus, según El Independiente. A esta cantidad habrá que sumar lo que gaste en los ERTE, bajas, ayudas a autónomos y otras prestaciones, y lo que invertirá para incentivar el consumo. Luego vendrán las vacunas y, mientras tanto, los tratamientos para quien siga contagiándose, evidentemente. El gobierno vasco también ha hecho su esfuerzo, por supuesto. Y como ellos, todos los gobiernos del mundo. Así que los de las críticas a la falta de recursos, por favor, que sigan buscando al culpable.

Las luchas, una a una

Ni me planteé que el gobierno vasco o el español dejaran de asistir a nuestros mayores en lo peor de la crisis sanitaria. Y ni me planteo una modificación en las pensiones que no sea para mejorarlas, incluso sabiendo el riesgo que corremos los que hoy somos trabajadores. Pero la reivindicación de los pensionistas, en otro momento valorable, puede que no toque justo ahora. Incluso Bruselas advierte: un país envejecido como el español (puede que el vasco en mayor medida) no puede seguir aumentando la presión a los trabajadores en favor de los pensionistas en este momento. Por lo menos, hay que planteárselo.

No se ha pasado nada

El avance fase a fase ha sido confundido, en cuanto el tiempo ha mejorado, con el derecho a la relajación máxima por parte de la ciudadanía. Puede que esté convirtiéndome en un viejo cascarrabias, no lo descarto, pero creo que las mascarillas y las distancias de seguridad son más necesarias que nunca porque ahora interactuamos entre nosotros. En La Información recogen el testimonio a una de las rastreadoras del virus: una persona que dé positivo hoy ha podido estar en una terraza ayer, domingo. Si todos han respetado las normas los contagios se habrán evitado. Es tan sencillo, y tan difícil al mismo tiempo, como eso.

Un ejemplo

Pongo otro ejemplo: si hoy dan positivo unos cuantos en el barrio de Salamanca de Madrid, ¿cuántos se habrán contagiado en las manifestaciones de la semana pasada? Esta es la pregunta más lógica, pero sobre ese colectivo sobrevuelan otras interrogantes más lisérgicas: ¿por qué se manifiestan ahora los que criticaron la manifestación del 8-M? Y la peor: ¿cómo pueden defender en este momento que el virus no existe y el confinamiento no es necesario quienes has estado dos meses quejándose de esa manifestación e incluso han acusado penalmente al gobierno por sus decisiones?

El chiringuito, a la mierda

No me ha dado tiempo a traer a la columna la tienda que ha promovido Alvise Pérez, exasesor de Ciudadanos y ahora en la órbita de Vox, porque ha decidido cerrarla temporalmente… Ante la amenaza de hacerlo definitivamente: a precios realmente buenos, los propietarios vendían merchandising contra Pedro Sánchez… Usando una foto de Carlos Spottorno, al que no habían pedido permiso ni le habían comprado la imagen para su explotación, como explican en Photolari. En España, el que no corre vuela, y si los pijos se quieren vestir para las manis, alguien tendrá que abrirles una tienda on-line. Vaya linces.

Otro mundo que está ahí mismo

El fenómeno actual de los videojuegos me parece fascinante, sobre todo, porque está ahí mismo y no somos capaces de verlo. Desde que los de mi generación los vieran nacer, los videojuegos están en constante avance técnico y social: de jugar solo en casa con consolas y PC de chiste, pasamos a hacerlo en las lonjas y en las casas de amigos con las primeras máquinas que ya ofrecían algo distinto, después, a hacerlo en red y, ahora, a vivirlo como un fenómeno global y social: el “gamer” (aunque ya no solo eso) PewDiePie es la primera persona en alcanzar los 100 millones de seguidores en YouTube, no sin polémicas (o también por ellas).

Y muchas y muchos quieren sumarse

Este mundo de la notoriedad virtual mueve mucho dinero pero la realidad es que la mayor parte de las ganancias se quedan en unos pocos prescriptores y muchos se quedan con las migajas después de pelearlas, incluso, hasta haciendo el ridículo. Porque los casos que recogen con sorna en Photolari no son de éxito, precisamente: “Influencers” que en vez de viajar se pegan con Photoshop cutremente en los destinos vacacionales o que reutilizan los fotomontajes para escarnio y diversión de los críticos. Con todo, insisto: el negocio de Internet no es menor ni para aficionados ni de chiste. Al contrario.

No solo juegan los más jóvenes

Los superordenadores son para los más aficionados, las consolas las usan, sobre todo, los más jóvenes, pero los juegos en el móvil son transversales, es decir, hay para todos los gustos y todas las edades, y generarán 68,5 billones de dólares en 2019, según adelanta Techcrunh y recoge Urtzi Jauregibeitia (que algo sabe del sector) en Twitter. Estas cifras, junto a las que empezamos a conocer de exclusivas que han cobrado algunos jugadores (10 millones al año ha pagado Microsfot a Ninja para que muestre en su plataforma sus partidas) tienen que servirnos para que prestemos más atención a esta sencilla “afición”.

Adidas ya les patrocina

Precisamente Ninja (Tyler Blevins) ha protagonizado otra de las noticias económicas sobre los videojuegos: después de su millonario fichaje por Microsoft ha formalizado otro de patrocinio con Adidas. Son muchos los que se han reído del mismo, ya que un jugador de eSports parece que no necesitará unas zapatillas específicas o unas camisetas especialmente transpirables. Pero esto, en esencia, da igual: lo único importante es el número de seguidores de la estrella (15 millones solo en Instagram) y posicionarse primero en un mercado que no deja de crecer, mover dinero y sorprendernos.

Una historia antigua

Después de todo lo que les he contado voy a acabar la columna con una de esos hilos en Twitter que merece la pena: el de la primera marca que se atrevió a hacer negocio con las equipaciones deportivas. Se trata de Admiral (que hoy día no dice nada a casi nadie), donde el visionario Bert Patrick ofreció a la federación inglesa de fútbol pagar un canon por vestir y vender las camisetas, pantalones y medias como las que llevaban los jugadores en 1966. Después, se introdujeron en los clubes y lanzaron líneas de ropa deportiva (chándales y polos) y en 1974 hasta se atrevió a poner su logo en las equipaciones.

Involucionamos

Amazon ha hecho dos anuncios sobre su logística. El primero, el llamativo: va a construir su propio aeropuerto para no depender de otros. Y el segundo, el importante: ayudará a los empleados que pongan en marcha una empresa de transporte… Y de este modo corran con los gastos (vehículos, mantenimiento, seguridad social, etc.) y asuman la inestabilidad que supone que Amazon, como ya ha hecho con otras empresas de reparto, ponga condiciones draconianas. ¡Y a algunos les parecerá hasta moderno! Pero involucionamos: si sirve pedidos necesitará repartidores, no esclavos inducidos.

En el PP ya piensan en el relevo de Casado

Es un secreto a voces y una derivada absolutamente lógica: con el desastre confirmado de las Generales y el más que probable de las Europeas, Municipales, Forales y Autonómicas (en el caso de buena parte de España), en el PP ya piensan en el relevo de Pablo Casado. Y eso, evidentemente, debilita al líder ante su reprobación. Y más cuando las encuestas a lo que apuntan es a la certificación de un fracaso y un modelo político completamente fuera de su tiempo. Así que, en nada, asistiremos a otro proceso político en esta España sorprendente, la de la posible pasokización de un partido de derechas.

Lo que son

No es un vídeo antiguo, de un Ortega-Smith joven y enfervorecido después de haber leído alguna obra sobre Primo de Rivera escrita por algún nostálgico de las dictaduras españolas. No. Se trata de las imágenes de una cena en noviembre, con Vox subiéndose a la ola buena (luego no la surfearon tan bien como casi todos esperábamos), en las que el número dos de Abascal decía a todos los asistentes: “José Antonio Primo de Rivera para mí es uno de los grandes hombres de la historia, (…) que se enfrentó, como nos estamos enfrentando todos, a los enemigos de la patria”. Son lo que son, ellos mismos nos avisan.

Viejo, pero no como yo

Pablo Casado es un viejo dentro de un cuerpo joven y Javier Ortega Smith parece un hombre de los años 30 incorporado a nuestro siglo por alguna máquina del tiempo que Steve Bannon, fundador de la Hydra auténtica (los más frikis entenderán la referencia) inventarán dentro de 50 años. Pero el que de verdad está hecho un chaval, mucho más que yo (que tampoco es difícil) es Mick Jagger. Esta semana que hoy termina un vídeo de 22 segundos de él bailando frente al espejo después de haber sido operado del corazón habrá sido uno de los más vistos en Twitter. Criticaremos su “dieta”, pero le ha traído hasta aquí.

¿Y qué?

En contra de lo que suelen hacer, esta vez en Photolari no se han mojado calificando el “talent show” sobre fotografía que una cadena de pago va a poner en marcha con el reclamo de una de las principales influcencers española, Dulceida. Yo sí me mojo: ¿y qué? Parece que el sector fotográfico anda revuelto porque, además, en el tribunal cuentan con reputados profesionales que se han prestado al espectáculo. Insisto: ¿y qué? Se trata de foto, sí, pero para candidatos a influencers, no para profesionales ni mucho menos para los grandes artistas. Solo es entretenimiento, como los programas de cocina.

Primero, Sánchez

Pedro Sánchez se ha equivocado rechazando ir al debate de La1 en el que estarán representados los principales partidos con representación en el Congreso y el Senado españoles. Pero no le importa: prefiere acudir a uno con Santiago Abascal porque así la audiencia podrá verle domando a tres derechas se devoran. Pedro Sánchez juega sus cartas electorales, pero también deja un mensaje claro: la televisión pública española no le importa, de hecho, para él, es un instrumento más para sus objetivos. Cuando le interese, irá. Cuando no, no. ¿Servicio público? Mejor el privado y sus beneficios.

Los vascos, para la foto

Seguimos hablando del utilitarismo e instrumentalización, en este caso, de la derecha y la extrema derecha españolas: los representantes de esta horquilla ideológica coincidirán este fin de semana en Euskadi para desplegar su argumentario pensando… En España, claro. Las encuestas sitúan claramente fuera del escenario electoral a Ciudadanos y Vox, y el PP puede lograr entre uno y ningún representante en la CAV para el Congreso. Entonces, ¿a qué vienen si en campaña no se derrocha ningún esfuerzo? A sacarse la foto, porque sus actos están pensados para España. A ellos sí que les mueve solo España.

Pero, ¿cuál es su programa?

Albert Rivera va de liberal pero, a la hora de verdad, ya sabemos que es, a la vez, taurino y antitaurino, del Barça y del Real Madrid (lo dice él, ojo). Casado es un rancio en un cuerpo de un treintañero. ¿Y Abascal? Ultra, sí, pero, ¿qué planes tiene para su Españaza? Pues casi da tanto miedo en lo económico como en lo ideológico: su plan pasa por bajar el despido, por privatizar las pensiones, por que la administración deje de contratar y por bajar los impuestos de modo general (lo que siempre beneficia a los más ricos). Un país en el que las desigualdades vayan a más, en el que, en resumen, nos pisen con sus botas militares.

Comunicar importa

No discuto el logro de Katie Bouman, al contrario: aunque soy incapaz de entender la dimensión del logro y cómo se ha gestado, solo puedo ponerlo en valor partiendo de que el conocimiento, en sí mismo, siempre es positivo. Pero voy más allá: la científica que ha capitaneado al equipo que nos ha mostrado por primera vez un agujero negro ha podido revolucionar otro sector, el de la comunicación científica. Porque que la conozcamos, que la hayamos visto contarlo y emocionarse es, también, un hito. Un hito que muestra lo que importa y lo que aporta una buena comunicación.

Nunca lo valoraremos suficiente

El nombre de Katie Bouman puede que se convierta en recurrente por lo que nos ha enseñado. Por desgracia, hay miles de nombres que se nos escapan cada día y que hacen algo parecido: mostrarnos el universo como es. En este caso, como es de cabrón. Los ganadores del World Press Photo, esos héroes anónimos que ponen en peligro sus vidas, que sacrifican su tiempo con sus familias por perseguir una foto, nos muestran este año un planeta lleno de injusticias, del que las personas quieren huir y son maltratadas por ello. Nunca valoraremos justamente su papel de testigos y transmisores de lo que somos.