La derechita victimista

Vox, que inventó eso de “la derechita cobarde” para referirse a PP y Ciudadanos, y diferenciarse de ellos, va a acabar siendo la derechita victimista, si no algo peor, cuando la Junta Electoral ratifique los datos de las elecciones que, con los argumentos más incongruentes, sus partidarios están poniendo en duda en las redes sociales digitales. Lo que están dejando claro también los de Vox es que tienen poca práctica en esto de votar y contar votos: trampas en los colegios electorales, interpretaciones ridículas de las cifras y quejas constantes por los resultados. ¿Esta era la “batalla” que anunciaron en Twitter?

La España vaciada vota y cuenta

Desde la cuenta en Twitter llamada Tanta han hecho esta curiosa comparativa: “Habéis oído eso de ‘¿qué barato es conseguir escaños en Euskadi?’. PNV: 394.627 (6 escaños). Bildu: 212.200 (4 escaños). Castilla y León, PP: 394.658 (10 escaños). Ciudadanos: 286.288 (8 escaños). ¿Dónde es más fácil? ¡Os manipulan como quieren!”. Por supuesto, tiene toda la razón, pero el problema no está en la ponderación del voto y que algunos como los de los castellanos valgan más que otros, sino en la manipulación que se da con esa realidad: sin ese reparto la “España vaciada” no tendría quien le hiciera caso.

Pero, ¿qué dices, Pablo?

El viraje que ha pegado Pablo Casado no le va a salvar del precipicio. Al contrario: un bandazo como el que intenta colocarnos, pasando de ofrecer ministerios a Vox a criticar las políticas de este partido con el que, además, mantiene un pacto de Gobierno en Andalucía, no se lo cree nadie. Y en política ser infiel a ti mismo se penaliza. ¿A quién vas a convencer de que eres una opción segura para el voto de nadie si ni siquiera te respetas a ti mismo? Por otro lado, ¿qué sería peor, mantenerse en esa pelea por ser la derecha más derecha o rectificar? Seguro que también hay un término medio para eso. Pero Casado no parece de pararse a pensar.

El voto de castigo

Terminamos ya la semana electoral hablando de una idea que hemos oído pronunciar menos que lo esperado: la del voto de castigo. La debacle del PP ha sido de tal magnitud que sus votantes no se han refugiado en otras opciones, es que han huido despavoridos ante un discurso rancio. Según el análisis de Enric Juliana en Twitter, solo en Catalunya ha habido algo parecido: “Han sido derrotados el 155 perpetuo y los independentistas partidarios del cuanto peor, mejor”. La lectura del hilo completo es interesante, pero la de esas dos líneas debería de ser obligatoria para que algunos se despierten de una vez.

El “cine” on-line

El esperado último capítulo de Juego de Tronos ha venido con decepción: no por lo argumental (o no solo por ello) sino por lo técnico. Iñaki Ortiz lo explica muy bien en dos tuits: “Las plataformas solucionarán la compresión del negro, pero el 8×03 destapó otro problema: en casa, es el usuario el responsable de la calidad de ‘la sala y la proyección’, y no es un profesional de ello. El capítulo de esta semana tenía más cine que la mayoría de los estrenos recientes pero ha quedado patente cuál es el lugar más apropiado para ver cine”. Parece que se nos ha olvidado que el cine no es solo la historia.

Hoy también toca esto

Los partidos autoproclamados de izquierda y portadores de la voz de las personas trabajadoras (como si no hubiera suficientes muestras sociológicas de que al PP también le han votado en “barrios obreros” y que en Vox no solo confiaron los señoritos andaluces) hoy están de reivindicación: es uno de mayo y estamos a la puerta de otras elecciones, así que toca foto. Pero más nos valdría a todos que se pusieran con los problemas derivados del empleo y las cotizaciones, de una vez: en El Blog Salmón alertan de la gravedad real del problema de las pensiones que los partidos, especialmente los de izquierda, eluden.

Robots que controlan a las personas

Este primero de mayo también podemos celebrar, o no, que estamos en el siglo XXI y las condiciones laborales son como las soñábamos en el siglo XX, o casi: esclavos que te traen en una bici lo que quieras de la calle, empresas que organizan a taxistas sin licencia, o robots que califican a trabajadores en función de su productividad en una empresa maravillosamente bien valorada por los usuarios como es Amazon. Una mierda pinchada en un palo. Pero ya se lo he dicho en el párrafo anterior: hoy toca hacer política vía foto y vía tuit, y no meter mano a la derivada más perversa que nos ha traído la tecnología.

La derechita victimista

Santiago Abascal o alguno de los pensadores de la extrema derecha (ya sé que acabo de escribir una contradicción como la copa de un pino) pusieron de moda la idea de “la derechita cobarde” para referirse al PP y a Ciudadanos. Estos partidos señalados hoy podrían devolvérsela hablando de “la derechita victimista” después de que el de Amurrio insista que los medios les tratamos mal. ¿Igual se queja de que hablamos poco de ellos? En cualquier caso, no es una buena idea la que trasladan: el lamento continuo, como en el caso de Podemos (que tardó casi 10 días en darse cuente) no suma, más bien genera rechazo.

Una buena semana para leer a OK Diario

Habrá pocos días en el año en el que esté justificado hacer clic en un digital asqueroso como es OK Diario, pero estos que vivimos bien pueden ser esas excepciones. Dice Eduardo Inda en el editorial del digital que las derechas tienen que volver a unirse, y seguro que el PP también apela al voto útil para que la tragedia no les resulte irreparable. Lo malo es lo que se deduce de la lectura: que el voto a Ciudadanos (que ya es más extremo) y el voto a Vox (que sigue resultándome incomprensible) es solo un voto que antes amalgamaba el PP. Ya lo sabíamos, pero ahora lo dicen claramente.

Esto no va con Feijoo

Nadie va a mover un dedo para salvar a Pablo Casado, que ya es otro cadáver político. Después de las europeas, municipales y autonómicas en el caso de España, la canícula va a servir solo para socarrar al PP a la espera de que alguien venga con el nanas, frote y certifique si el utensilio vale o está tan quemado que es mejor comprar uno nuevo… Con Ciudadanos consolidándose más de lo que merece. Los pasos a seguir están tan claros que Núñez Feijoo incluso se ha librado de la foto de la derrota, dejando su silla vacía en la Ejecutiva postelectoral. Hoy, haber sido despedido por Casado habla bien de uno.

Si tú no vas ellos ganan

Todas las elecciones son importantes, pero pocas veces votar, que es un derecho, se ha convertido de un modo tan claro en una obligación, por los que murieron y sufrieron para que lo hiciéramos, por los que pueden venir a ajustarnos los correajes, y por los que, en principio desde posiciones democráticas, solo piensan en sí mismos y en su poder. La declaración de intenciones a última hora de Pedro Sánchez debe ser la losa que le impida moverse con facilidad, y ojalá depende de los partidos nacionalistas vascos y catalanes para gobernar, y no del mismo Rivera que se ha situado él solito a caballo entre el PP y Vox.

Ya lo han hecho

Pase lo que pase hoy, Vox ya ha ganado: su entrada en el Congreso y en la vida política española como un actor más es un triunfo en toda regla de la extrema derecha mundial que ha querido colocar en manos de Abascal esta pica. Solo nos falta por ver cuánto la ha clavado en la tierra y a cuántos enemigos destroza con ella. Los liderazgos de Casado y Rivera están en entredicho desde hace días, pero lo que de verdad sería terrible es un gobierno con las tres derechas radicalizadas y los tres líderes en posición de inestabilidad (Abascal solo es un títere). Solo hay un modo de impedirlo: votando para pararles.

¿Sorpresa… O susto?

Salvo sorpresa mayúscula, la única duda que nos queda por resolver sobre Podemos es si será la cuarta o la quinta opción de los españoles hoy. Un susto en toda regla de una formación que nació tocando su techo (como creo que va a pasar a Ciudadanos y deseo que le suceda a Vox) y morirá cuando Pablo Iglesias, su gran líder para lo bueno y para lo malo, decida retirarse a su chalé de Galapagar de modo definitivo. Su ingente inversión en redes sociales y su nula habilidad para las relaciones públicas son dos piedras que en la balanza de la justicia de la campaña no harán contrapeso, precisamente, y una ganará a la otra.

La política de moda

Nada más lejos de intención que influirles en esta jornada de elección, pero no quería que se terminase esta campaña sin dejarles esta noticia en El Plural sobre la política de moda… Para mal: Cayetana Álvarez de Toledo “ganó más de 165.000 euros en tres años como jefa de gabinete de Acebes”. Así una llega a ser pija, por lo que se ve. Ojo, no voy a negar que un jefe de gabinete trabaje mucho, como norma general (habrá que ver el particular de cada caso), y que en el fondo, la estrella fulgurante del PP “solo” se levantaba 55.000 euros al año. Lo relevante de todo esto es que ella, como otros “renovadores”, siempre estuvo allí.

Dos millones… ¿Para qué?

Hace ya varios meses advertí de ello: desde que se empezó a invertir en publicidad en redes sociales durante la campaña, en ninguna el retorno ha sido menor de lo que será en esta. La situación de cambio, con Facebook en descenso, Twitter estancada e Instagram sin cuajar, invitaba a pensar en dinero mal gastado. Sin embargo, la inversión nunca fue mayor por parte de todos los partidos, ¿por qué? Primero, porque las inversiones en Instagram y Facebook ahora se suman y también porque los problemas para anunciarse en Google han derivado en gasto a Facebook. ¿El resultado? El de siempre: nadie lo sabe.

La política va de esto

Durante el debate del martes, el definitivamente vergonzoso, Albert Rivera fue apelado directamente en este tuit: “Sr. Rivera: soy el hijo de Maribel Tellaetxe, mujer que sufrió sin descanso las 19 semanas que usted bloqueó la ley de la eutanasia. Qué poca vergüenza para mentir sin pestañear. Le falta empatía, honestidad y humanidad para representar a un solo ciudadano”. La política va de esto, de resolver problemas, problemas de verdad, y no de hacer demagogia ni congelar una legislación porque tu partido no tiene una opinión clara. Rivera nos pidió escuchar el silencio. Como político, simplemente, él debería escuchar.

Pesado, no, insoportable

No me gusta traer a la columna la opinión de “tuitstars” porque, por lo general, solo quieren sumar diciendo lo que es popular, pero me tengo que rendir a lo que escribió Pablo MM después del debate: “Madre mía; Albert Rivera es insoportable. Qué tipo más pesado. Y los catalanes llevan 10 años extra aguantándole. Mis condolencias”. Yo creo que Albert Rivera ha pasado la franja de pesado para entrar de lleno en el terreno de lo insoportable: la manera que tiene de interrumpir no solo en los debates, también en el Congreso, y de provocar, como un macarra (sí, esa es la palabra) embutido en un traje, le delatan.

En el ranking de tonterías

Si el debate de La1 no fue bueno, el de Atresmedia rozó la telebasura. Peor moderado y peor realizado que el primero, los políticos fueron más al cuerpo a cuerpo (salvo Iglesias, que jugó a ser un chico con jersey pese a tener un chalet con piscina) y todo se resintió. Para mí, uno de los momentos que mejor ejemplifican cómo fue todo es ese en el que Vicente Vallés dijo: “En esta cadena ya saben que somos muy de libros”, y los candidatos no supieron salir del jardín cultural (con Rivera, estelar, asegurando que la cultura española es la que se hace en español). El autorretrato de la política y de Atresmedia fue para colgarlo (en la pared, claro).

Cazadores de mentiras

En esta columna suelo hablar de Maldito Bulo, la web que se dedica a verificar rumores. Lo hacen muy bien y por eso volveré a hablarles de ellos, pero creo que asociarse con un medio privado (en este caso es Eldiario.es, pero eso es lo de menos) para los debates, ha sido un error. También lo ha sido la colección de imitadores que otros medios han puesto en marcha, evidenciando que la verificación tiene sesgo (algunas explicaciones de parte han sido clamorosas) y que el periodismo es un oficio experto en tirarse piedras. Hoy lo más fácil es preguntarse: ¿por qué no lo han hecho hasta ahora?

El que no estaba

Ante este panorama, no son pocos los que aseguran que han ganado el debate los de fuera. Por lo menos, no lo han perdido, ya que no ha destacado ni Sánchez, ni Casado, ni Rivera, ni Iglesias, y eso deja espacio a quienes lo han visto desde fuera. Más allá de lo incómodo que resulta ver a Otegi haciéndose el cachondo, en España muchos señalan a Abascal como el beneficiado de dos shows prescindibles. Un Abascal al que, vaya, le ha salido otro extremista de derechas en el partido. “Qué mala suerte”, ironizan en Twitter ante la noticia de que el candidato a alcalde por Vox en Badajoz ya se presentó con un partido “neonazi”.

Las derechas no suman

Afrontamos lo días decisivos de la campaña sin caballo ganador en Euskadi pero con una cuadriga de tres caballos claramente perdedora en España: las tres derechas, consumidas por su propia lucha intestina, no suma. Eso deja el gobierno de España en manos del PSOE y otros partidos: solo con Ciudadanos si los números dan a Sánchez y Rivera, o con Podemos y otros si no les da a quienes ya firmaron un acuerdo de gobierno hace tres años. Ha llegado la hora de la verdad para los partidos: estos son los días clave para que la ciudadanía decida su voto, según los sociólogos, y la capacidad de influencia, más que nunca, tiene valor.

Iglesias, sin ola

Han sido muy intensos, pero solo han pasado cinco años desde que Pablo Iglesias fuera elegido eurodiputado en la cresta de la ola. Desde entonces, Podemos ha sabido surfear (obligación política que han cumplido con solvencia), ha implosionado y explotado para sorpresa de todos, y Pablo Iglesias ha tenido dos novias, gemelos y un tercer hijo en camino. Ahora Pablo Iglesias se enfrenta a la enésima novedad: hacer política sin olas. Ahí es donde se demuestra de qué madera están hechos los candidatos, sus equipos y los partidos: en El Independiente ya anuncian “movimientos en Podemos para derrocar a Iglesias” de cara a Vistalegre 3.

Vox vuelve a la caverna

Salvo sorpresa, la diestra vencedora de la pugna por arrinconarse que están librando PP, Ciudadanos y Vox, va a ser la de Santiago Abascal. Hasta 30 diputados podría colocar la extrema derecha en el Congreso. Y aunque únicamente sean quince, solo la formación de ese grupo, que sus votos puedan ser decisivos (y van a serlo en la legislatura) y su voz vaya a ser oída, es ya un éxito. Tienen el trabajo hecho y en la semana clave no van a cometer el error que convierta la victoria en empate en el minuto 89. Por eso, como leemos en Vozpópuli, Vox se repliega y vuelve a Intereconomía, de donde nunca debió haber salido.

Casado se lo inventa todo

Es lo que parece y el hilo de Daniel Fuentes solo viene a confirmarlo: Pablo Casado lleva meses inventándose datos, leyes, sentencias, votaciones, indultos… Todo le da igual. Su estrategia pasa por tener un mensaje cada día (claramente visible en sus redes sociales), y le da igual si es verdad, mentira o las dos cosas (se lo cojo prestado al magnífico Kirmen Uribe y espero que no le importe). Pero vuelvo al hilo en Twitter de Fuentes, asesor de Sánchez, donde contradice con datos oficiales afirmaciones escandalosas de un Casado que nunca cita de dónde saca esos números que siempre le dan la razón. Espero que los votos se la quiten.

Usa tu voto

Serán muy pocos, pero ayudarán a Vox a conseguir sus resultados, más que al PNV, Bildu, Podemos, PSOE e incluso el PP: esos que romperán el sobre frente a la urna para protestar y lograr, según ellos, deslegitimar el sistema democrático actual son los que necesita la extrema derecha para entrar en el Congreso, igual que a todos los que se queden en casa o voten nulo haciéndose los graciosos, como si se tratase de elegir al delegado de la clase. Ya no queda nada para que termine esta campaña en la que, se lo aseguro, muchos profesionales se han desfondado y han sacrificado su vida familiar. Voten lo que quieran pero voten.