Son ellos los que sobran

Ahora que la izquierda abertzale habla claramente de su manejo de las fiestas patronales y los recintos de las txosnas, igual es un buen momento para que repasemos nosotros también todo lo que hemos visto, sabemos y, digámoslo claro, nos ha asqueado durante toda nuestra juventud. Por ejemplo, especímenes como los que han intentado amedrentar al hijo de Carlos Iturgaiz en las fiestas de Getxo. Los que sobran son los que insultan, amenazan y excluyen, como siempre. Los que sobran son los que manipulan, obligan a poner ciertos carteles o hablan en nombre de todos cuando no representan a casi nadie. Como siempre.

El calor mata

No entiendo a quienes se empeñan en negar que el calor que estamos pasando no es normal. Los datos en España lo dejan claro: “En lo que llevamos de verano, el de 2022 ya ha sido el más caluroso de la historia en 25 provincias. Temperaturas extremas y termómetros más de 10 grados por encima de lo normal” (El Diario). Datos que, por desgracia llevan otros asociados: “La primera ola de calor del año, la de principios de junio, que batió récords históricos, también coincidió con un pico de fallecimientos. No es casualidad”. Por supuesto que no lo es: la cifra de fallecidos supera incluso a la del verano de la pandemia.

El agua, también

Estamos desatados y aprovechando el verano a tope. El mayor número de salidas y la intensidad con las que las disfrutamos tienen que ver, claro está, con que nos demos más txonbos. También el calor provocado por el cambio climático, por supuesto. Pero una cifra, otra vez, nos invita a que nos zambullamos con precaución: “82 personas murieron por ahogamiento en julio en España, el cuarto peor mes de la historia. Casi la mitad de las víctimas mortales de julio se concentraron en tres CC.AA.: la Comunidad Valenciana, Andalucía y Cataluña” (El Independiente). Y no, esta columna no es la de sucesos.

Netflix siempre fue insostenible

El modelo de negocio de Netflix siempre fue insostenible: los precios bajos y las suscripciones compartidas no podían sostener todas las producciones o adquisiciones de la plataforma, y ni siquiera hemos empezado a hablar de la puesta en marcha y mantenimiento de semejante maravilla técnica. Pero mientras la plataforma crecía nadie atendía a la evidencia, algo ya totalmente habitual en esta economía virtual en la que vivimos y que solo sirve para que los espabilados se forren. Ahora que la curva de suscripciones no mira hacia arriba y Netflix tiene aprietos, todos los problemas, los que ya conocíamos, afloran.

El rumor de Tiktok

Convivimos con una nueva generación de personas permeables a los rumores de la prensa del corazón que no leen revistas hechas con papel couché ni ven Telecinco: se alimentan de Tiktok que es una especie de concentrado con todo lo peor de YouTube. Pues bien, esta semana ha comenzado con un tema del que todo el mundo hablaba: la supuesta cuenta de Leonor de Borbón en esta red social en la que, como cualquier otra adolescente, según dicen, salía bailando. Yo no he dado con ella pero sí con decenas de chavales y chavalas que aseguran conocerla sin ofrecer ninguna prueba, pero acumulando miles de visitas.

Quien no quiere entender

Gotzone Sagardui ha descrito esta semana de manera descarnada el que puede ser el futuro de la atención primaria a menos que, de pronto, a las y los aspirantes les dé por elegir medicina de familia. La consejera vasca no habló de desmantelar la sanidad pública. Pero eso da igual a quienes también señalaron al lehendakari por la falta de chips en la industria o a quienes denunciaron que el gobierno vasco no proporcionase EPI al personal sanitario cuando estas escaseaban en todo el planeta. A problemas estructurales, respuestas políticas. Pero “políticas” no es “electoralistas”, por mucho que algunas y algunos sigan confundiéndolas.

¿Diplomacia o economía?

La crisis entre España y Argelia importa por lo diplomático, por lo humanitario (el gobierno ha abandonado al pueblo saharaui a la suerte de Marruecos) y, evidentemente, por lo económico en una situación como la que vivimos, de carencia de recursos: “Alrededor del 40% del gas natural que necesita España proviene de Argelia” (El Periódico de España), y en este caso, Euskadi se ve afectada de la misma manera y, literalmente, por los mismos conductos. Pero el camino es bidireccional: el error geoestratégico de Sánchez deja en el aire exportaciones a aquel país “por valor de 2.735 millones”.

Esto es lo que nos pasa

Las consecuencias de vivir en un mundo globalizado y de las malas decisiones estratégicas son hoy más claras que nunca: “Nuevo récord de la gasolina a más de 2 euros pese al descuento del Gobierno”. Venga, vale, hago el esfuerzo de entender que todo no es margen de beneficio para la gasolinera ni para la refinería, pero en El Independiente publican un dato revelador: “El precio de la gasolina sin plomo de 95 está en España ya por encima de la media de la Unión Europea (…) En el caso del diésel, el precio en España también vuelve a ser superior al de la media”. Es decir, el país de los sueldos bajos vuelve a ser el que sube la media de los precios.

Y no, no funciona

Es evidente que el modelo energético actual falla: el consumo se dispara para ver vídeos chorras en Internet, sacar fotos que acumulamos en nuestros móviles o que nos traigan la comida a casa. Y las materias primas están controladas por dictaduras de distintos pelajes. Además, las democracias están secuestradas por las grandes compañías. Y no lo digo yo, columnista aviejado y consumidor harto: “Von der Leyen cuestiona el mercado eléctrico europeo: ‘Este sistema ya no funciona’”. La presidenta de la Comisión Europea se refería a cómo se fijan los precios, pero ella también sabe que el fallo es mucho mayor.

Algunos siempre ganan

En este mundo de bribones siempre hay alguien que aprovecha para arrimar el ascua a su sardina y, si puede, sacar beneficio económico: “Rivera abrirá una consultora con Villegas dedicada al lobby ante instituciones y gobiernos”. Sí, en el titular de The Objective se refieren a Albert Rivera y José Manuel Villegas, y sí, la lectura es correcta: su intención es convertirse en “lobistas” y mediadores. Su modelo, según Antonio Rodríguez, que firma la información, es “la consultora Acento que fundó en 2019 el exministro socialista José Blanco con la ayuda de antiguos altos cargos del PSOE y PP”. Y yo, picando tecla.

Fue un error, Alberto

No he puesto ni durante un segundo en duda las palabras de Alberto Garzón que han desatado la crisis de gobierno más importante de la actual legislatura en España. Lo que siempre he puesto en cuestión, y vuelvo a hacerlo ahora, es que un ministro pueda decir lo que quiera de un sector productivo de su país, aunque esté deseando cambiarlo. Aquello fue un error, no pasa nada, todos nos equivocamos, pero su cruzada por demostrar que lo que dijo es cierto (aunque lo sea) es un error aún más grande porque no deja de azuzar un tema que explican otros, empezando por la parte socialista de su propio gobierno.

¿Y si el que lo aprovecha es Sánchez?

Unas horas antes de que las palabras de Alberto Garzón se convirtieran en la mecha de un gran incendio, César Calderón opinaba en The Objective que Sánchez puede adelantar las Generales para hacerlas coincidir con las andaluzas y alejarlas en el tiempo de las elecciones en la CAV, donde el PSOE podría formar gobierno con Bildu y Podemos. Esta hipótesis sale reforzada después de ver los ataques de Sánchez y varios ministros socialistas a Alberto Garzón. ¿Y si la crisis de gobierno es aprovechada sobre todo por Sánchez para romper la coalición? Tendría la excusa para convocar elecciones o gobernar en solitario unos meses antes de hacerlo.

Lo son porque lo dicen ellos

A estas alturas a nadie le extraña ya que nos refiramos a Vox como un partido de extrema derecha. Lo que me parece escandaloso es que hayamos normalizado semejante barbaridad. Y ante estas evidencias (que todo el mundo lo sabe y que parece que a casi nadie importa), los de Abascal ya no se esconden. ¿Para qué? “Vox ultima una gran cumbre en Madrid con Orbán y Le Pen en plena campaña electoral”, leemos en El Independiente, donde van dando forma al encuentro de partidos de extrema derecha que quieren organizar los de su división en España. Después de esto quien vote a Vox ya sabe lo que hace. Los demás, también.

Libertad para morir más

Yo sigo con mis batallas diarias: contra los fachas, la más importante. Los fachas de allí y los fachas de aquí. Y contra los “listos” de la pandemia, la más irritante. Porque hay que ver lo que hemos aguantado, lo que hemos leído y lo que hemos escuchado. Y ahora todas esas ratas están agazapadas. ¿Cuántas defensas a la gestión de Ayuso durante la pandemia hemos soportado con argumentos que abrazaban el gilipollismo? Pues para quien las hacía ahí va este tuit: “¿Cómo se llama cuando la mortalidad de un país aumenta un 18% y la de una comunidad, como ha pasado en Madrid, un 44%? ¿Libertad?”.

Hacemos hueco

Mucho antes de la pandemia, incluso mucho antes de que se popularizara el uso de Twitter, un amigo me avisó: “Iker, cuando crees que no cabe un tonto más hacemos hueco”. Un montón de años después sigo dándole la razón. “¿Cuánto falta para el Gran Apagón? Se me están caducando las conservas”, se preguntaba Matías S. Zavia en Twitter con bastante retranca. Son tantas las idioteces y ha menguado tanto nuestro aguante que las olvidamos, pero hace solo unas semanas había personas preparándose para un gran apagón mundial, acumulando agua potable, latas, harina y papel higiénico, porque lo habían leído en Internet.

La ciencia funciona

Hasta marzo de 2020 en esta misma columna escribí alguna vez que nuestras generaciones recientes se habían mantenido a salvo de una pandemia, por suerte, y que por eso proliferaban movimientos reprobables como el de las y los antivacunas. Ahora, con la pandemia golpeando durante año y medio, la efectividad de estas fórmulas tiene que quedar fuera de toda duda, como la importancia de la Unión Europea, pese a los pasos en falso iniciales: “Alcanza su objetivo de entregar vacunas para el 70% de la población adulta” (The Objective). La noticia es buena sin peros ni matices, gracias a la ciencia y la logística.

La lógica, debería

El “un, dos, tres” de Roberto García sobre la evolución de la pandemia y la economía es tan lógico que cae por su propio peso: “1. Vamos a abrirlo todo rápidamente para que vengan los turistas. 2. Se dispara la incidencia. 3. El país de origen de esos turistas prohíbe viajar a España. Y así, una y otra vez. Una y otra vez”. Pese a lo evidente que resulta, el gobierno español y varios autonómicos que han levantado las barreras mirando para otro lado (con mención de honor para el desastre balear) han provocado que al inicio del solomillo de la campaña veraniega los destinos turísticos habituales generen más dudas que seguridad.

El PP prefiere alquilar

La estafa inmobiliaria empezó a finales de los 90 y a principios de este siglo, cuando quienes pretendían hacerse con la propiedad de los pisos impulsaron el alquiler. Y todavía continúa exactamente con la misma fórmula porque les sigue funcionando. Después de más de veinte años de aprendizaje y participación directa en el impulso al ladrillo y lo que vino después, es lógico que el PP prefiera alquilar su sede de Génova 13 aunque tenga ya ofertas para su compra y transformación en pisos de lujo. “Los populares podrían obtener rentas superiores a los 160.000 euros mensuales”, según La Información. O esa será su pretensión.

El truco para emprender es heredar

Estoy viejo para algunas mierdas como los cantos de sirena para emprender y construir tu propio sueño americano en Portugalete, Barcelona o Madrid. Y más, después de tuits como este de Eduardo Saldaña: “¿Cuál es el origen de la fortuna de los milmillonarios en España? Herencia: 54%. Fundadores de empresas: 15%. Ejecutivos: 8% Conexiones políticas: 4%. Finanzas: 19%”. Parece que solo la banca resiste a este sistema de castas, pero ahí están las y los Botín para recordarnos que la mejor manera de crecer en el sector es heredar las entidades. Bueno, pues eso, que vivamos los pobres.

El modelo de negocio es especular

La capacidad de resistencia de las fortunas es tal que incluso se adaptan a esta nueva economía virtual en la que lo que da dinero de verdad, rollo Musk o Bezos, es la expectativa, y no el modelo de negocio rentable. Ahí está para demostrarlo Uber: sus dueños nadan en dinero, al más puro estilo del Tío Gilito, mientras las y los usuarios pagan cada vez más por las carreras, y las y los conductores pasan de ser los primos en la partida. “Cada vez menos quieren trabajar bajo sus condiciones laborales” (Magnet), y pese a que la empresa prepara programas para que retornen, no lo logra por las normas draconianas que ha ido imponiendo.

La izquierda se redefine

El texto de Ricardo Dudda en The Objective está lleno de pequeñas virguerías. Su punto de partida va en el encabezado: “Descartado el giro material, la izquierda seguirá construyendo su identidad ideológica a través de la defensa de causas cada vez más minoritarias”. Pero el mejor retrato de la izquierda española y vasca actuales es este: “La izquierda se ha profesionalizado, se ha vuelto urbana, formada y en cierto modo victoriana: cree que las reformas sociales más importantes son morales. En ese proceso ha perdido a la clase trabajadora, que ha identificado una superioridad moral y arrogancia en las élites progresistas”.

Nos lo pondrán de ejemplo

Me juego un café y un pintxo de tortilla con quien quiera (cuando podamos volver a los bares) a que el gobierno italiano tecnócrata se va a convertir en el ejemplo que nos van a poner muchos de esos que, sobre todo, despotrican de la política… Mientras buscan la manera de saltarse las normas para frenar la pandemia. Pero por mucho que sea un gobierno de tecnócratas, sigue siendo un gobierno italiano consecuencia de pactos y desastres previos. Además, ¿Draghi no tiene ideología o intereses? ¿No los tiene cada técnico o experto que se sume al ejecutivo? Y cuando pase la pandemia, ¿qué?

Aquí, sus primos hermanos

Da la sensación de que el problema no son los últimos acuerdos, sino la cultura política italiana. En cualquier caso, los primos de aquellos herederos del fascismo que gobernaron en Italia con Matteo Salvini como cabeza más visible, para vergüenza de Europa, también intentan contaminar la política española: Vox se presenta a las elecciones catalanas devorando a Ciudadanos y mordiendo al PP todo lo que pueda. Pero su candidato flojea. Preguntado en televisión por el presupuesto de la Generalitat, el candidato a president, Garriga, respondió: “Creo que eran 27 millones, o 70”. La periodista le corrigió: son 30.000.

La banca gana

Como en cualquier otra noticia sobre la bolsa, después de la euforia inicial y gracias a mecanismos correctores, finalmente las acciones de GameStop bajaron. Por el camino, algunos han perdido dinero (esta vez, los que suelen llevárselo) y otros lo han ganado, y la posibilidad de que la hazaña se repita se ha convertido en una amenaza. Pero el sistema corrector funcionó: la app que usaron los traders aficionados para comprar acciones no permitió hacerlo en el volumen necesario. Y el corolario parecía escrito desde el principio: “GameStop se hunde un 80% desde máximos al desinflarse el impulso desde foros de Reddit” (República.com).

De la muerte del PC… Al vaciado de stocks

En estos años que vivo más pegado a la tecnología he visto grandes anuncios y grandes fracasos: ni vamos todos por la calle con las gafas de Google y chamarras que miden nuestro comportamiento corporal, ni las tabletas han sustituido a los PC. Y no, no ha tenido que venir una pandemia mundial para que empiecen a venderse: muchos teníamos ordenadores en casa y, pese a eso, el ritmo de ventas ha sido tan alto que Lenovo, por ejemplo, está quedándose sin stock pese a que no han dejado de fabricarlos. Yo solo pido de esta época que aprendamos a detectar y a señalar las tonterías cuando las oigamos.