¿Y si los votos los han cambiado… las personas?

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El pantallazo ha corrido por Twitter: un usuario de un grupo de Reddit (una herramienta de discusión de las muchas que usa Podemos para generar sensación de transparencia) cree haber dado con la prueba definitiva del pucherazo: un complejo software desarrollado en las cloacas del Estado habría cambiado votos de Podemos a otros partidos como el PACMA, que ha subido notablemente. ¿De verdad que no se le ha ocurrido que los que han cambiado esos votos han sido, sencillamente, los propios votantes?

Por fin uno de Podemos que niega el pucherazo

Cinco días son muchos para negar un pucherazo. En este tiempo, el silencio de quienes tenían que salir a asegurar que los votos eran tan válidos el 26-J como el 20-D, ha sido cómplice y ha servido para erosionar un sistema democrático que empezaron a socavar con lo de “la casta”. Precisamente, un hijo de “la casta”, Ramón Espinar, cuyo padre ha sido imputado por pulirse 178.400 euros a una tarjeta “black” como consejero de Bankia a propuesta del PSOE, ha sido el primero que ha negado el pucherazo y ha admitido el mal resultado. Bien por él.

“Vergonzoso, patético, cateto”

Josep Maria Mainat era así de contundente a la hora de comentar la portada del diario Ara en la que informaban del veto a Escocia que anunció Mariano Rajoy. Quien fuera uno de los fundadores de La Trinca, reconvertido a productor televisivo de superéxito, es hoy una de las estrellas de Twitter en catalán (58.500 seguidores), abiertamente favorable al proceso de independencia, y un ácido comentarista de la actualidad sociopolítica española y catalana.

Disfrute lo votado

Insisto: puedes criticar a los partidos y a sus representantes, pero tienes que respetar siempre a los votantes. Esa máxima no creo que impida, sin embargo, tener cierta retranca a la hora de valorar las actuaciones del partido de turno como: “El Ministerio de Industria remitió a la CNMC su propuesta de incremento del margen de comercialización de la tarifa eléctrica regulada el pasado lunes, un día después de pasar por las urnas. La subida tendrá carácter retroactivo, y se aplicará a todos los recibos desde abril de 2014” (Sabemos). “Disfrutemos” de lo votado.

Nueva lista de morosos

En todos los digitales encontrábamos la noticia de la nueva lista de morosos que, también después de las elecciones, ha hecho pública el ministro Montoro, no sea que confirmar que los de siempre siguen defraudando hubiera hecho a alguno dudar de su voto al partido conservador por excelencia, el PP. 15.700 millones sin declarar de casi 5.000 morosos (no están todos, solo los que más deben) entre los que destacan Dani Pedrosa (que no ha rebajado su deuda), Neymar, Sacyr, Mario Conde, Enel, Lorenzo Sanz (el ex presidente del Real Madrid)…

El tour de Sturgeon

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Los escoceses aprendieron después de su referéndum de independencia que quien golpea primero lo hace dos veces: el Reino Unido ganó, no cumple sus promesas y, sin embargo, son reos de aquel “no” a la desanexión. Siguiendo la máxima, la primera ministra escocesa ha volado, literalmente, mientras los ingleses intentan adivinar, aturdidos, qué va a pasar con ellos fuera de Europa. Nicola Sturgeon ya se ha reunido con los principales líderes europeos, la mayoría receptivos a que Escocia siga en la Unión.

Podemos perdió la periferia

Iñigo Errejón inauguraba ayer la temporada de cuchilladas en Podemos cuando habló, claramente, del fracaso de la unión entre Podemos e IU. No fue tan autocrítico con su campaña “patriótica”, claramente desacertada. Pero Ignacio Sánchez-Chueca le daba la razón en InfoLibre: núcleos fuertes de IU el 20-D como Asturias o Las Palmas han sido centros de abstención el 26-J. Una parte del millón de votos, por lo tanto, se ha fugado por la periferia, aunque hayan obtenido buenos resultados en Euskadi, Catalunya o Galiza.

Pero Podemos también perdió el centro

Otra parte importante de ese millón largo de votos perdidos por Podemos en seis meses viene de sus puntos fuertes, del centro de su estrategia: las conocidas como “ciudades del cambio” han restado 200.000 papeletas: 110.000 solo en Madrid, 25.000 en Zaragoza, Barcelona y Valencia, casi 10.000 en A Coruña y otros 5.000 en Cádiz. El PP, sin embargo, ha crecido en todas ellas (casi 40.000 votos más solo en Madrid). Pero no solo son los números, Podemos se ha quedado sin parte de su argumentario con este resultado.

Y en Madrid, ¿qué tal va el fútbol femenino?

Aner Gondra se fija (y hace bien) en que LaSexta no ha sacado esta vez un reportaje oportunista sobre el supuesto machismo de la prensa y la afición madrileña, que no han dado cobertura ni arrope al Atlético de Madrid femenino, que ha ganado la Copa de la Reina. Pero el asunto creo que va más allá de lo capciosa que sea cada cadena: ¿salió una parte de la comunidad a festejar el triunfo a la calle? ¿El ayuntamiento se volcó? ¿Alguien pidió que se cortara el tráfico alrededor de Neptuno?

El otro Bud Spencer

El fallecimiento de Bud Spencer ha agitado un poco Internet esta semana por una cuestión muy sencilla: quienes somos más activos en las redes sociales, los blogs o los medios digitales éramos unos niños con tele y sin Internet cuando este actor vivía su época dorada. Pero Bud Spencer era algo más que un tipo que pegaba unos buenos mamporros: Carlo Pedersoli (su nombre real) era un napolitano que fue nadador de élite en su juventud, piloto de avión (llegó a fundar una compañía de reparto aéreo) con hasta con catorce patentes e inventos a su nombre.

Casi lo más inteligente que leerás hoy

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En el blog Malaprensa explican el error en el que se basa el supuesto pucherazo que denuncian los simpatizantes de Podemos en las redes sociales digitales: el millón de diferencia en el censo entre el 20-D y el 26-J se debe, sencillamente, a que un dato es final y el otro, provisional. No es que se haya sustraído un millón de votos a Podemos. E invitan a esos denunciantes a que pidan las actas que los interventores y apoderados de Podemos tienen, como prueba de que el pucherazo “no se puede hacer”.

¿De dónde viene el rumor?

Una de las fuentes del rumor del supuesto pucherazo viene de Anonymous, que fueron los que se dieron cuenta de esa diferencia de un millón que coincide con esa fuga de votantes que ha sufrido Podemos. Lejos de calmar las cosas desde “el núcleo irradiador”, en las plataformas digitales de discusión de los “círculos”, el monotema era la trampa, como mostraba en Twitter el periodista Matthew Bennet. En la misma red social, Lola Soria se sorprendía de que “los mismos que hablan de pucherazo ahora se han tragado todas las consultas telemáticas de Podemos sin rechistar”.

¿Y a dónde se fue ese millón de votos?

El usuario de Twitter Philmore A. Mellows tiraba de sarcasmo: “Doctores en Políticas encerrados todo el día preguntándose por qué el 80% de la población a la que insultan cada día no les ha votado”. Pero no le faltaba razón: la élite universitaria no era capaz de ponerse delante de un espejo para encontrar culpables. Pero tampoco salieron de su mesa de crisis para desmentir el pucherazo ni pedir calma. El periodista Moeh Atitar tuiteaba: “Me aterra como ciudadano esa postura, hoy muy extendida, de pensar que quien no vota igual que tú es tonto y no debería votar”.

Uno que no volvió a votarles

En Menéame, un usuario explicaba por qué el domingo no votó a Podemos después de hacerlo el 20-D, y sus palabras se convertían en una de las noticias del día del agregador: “A este gran estratega de Pablo Iglesias, a este analista político de todo a cien, ni por un momento se le ocurrió que una gran parte del electorado de IU y de Podemos esa idea de la coalición les iba a parecer una puta mierda. A alguien que ha estado acostumbrado a ignorar las voces de sus votantes, de sus círculos, de la gente que le ha dado fuerza en estos 2 años, eso se la iba a sudar. (…) Yo me atrevo a afirmar que Pablo Iglesias es el principal culpable de que Mariano Rajoy pueda estar 4 años más en la Moncloa”.

Seguramente, lo más inteligente que leerás hoy

Termino con un corolario demoledor para Pablo Iglesias y los suyos. Lo escribía en Twitter Karl Kautsky (con más de 26.000 seguidores en esta red social): “A ver si la culpa no va a ser de la España Profunda… A ver si vamos a ser los demás, los de la España Superficial…”. No se me ocurre duda más sagaz y certera sobre la situación política de España. Quienes no han ganado las elecciones tienen que preguntarse por qué los españoles han optado por el que consideraban el mal menor, dadas las alternativas. Esa es la clave. Y no la soberbia ni la trampa.

No despreciarás al votante

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Podemos y su entorno han cometido el mismo error una y otra vez: despreciar, despreciar y despreciar. Despreciar a quienes han estado antes en los sillones que ocuparán, despreciar a quienes les votaron, despreciar a quienes les siguen votando, despreciar a los socialistas, despreciar a los de Izquierda Unida (aunque luego Garzón tragara con todo). Y siguen. La columna de Javier Pérez de Albéniz, en otros momentos brillante, es despreciable, pero por el modo en el que intenta humillar a todos los que no piensan ni votan como él.

No tomarás por tonto al votante

Si la primera ley de la democracia podría decir que puedes meterte con un partido político pero debes respetar a sus votantes como a los tuyos, la segunda podría ser, tranquilamente, que no insultarás la inteligencia de quien vota, en general. Pablo Iglesias se presentó en esta campaña como socialdemócrata y el primer tuit que pone después de conocer los resultados electorales lleva una cita del Che: “Hasta la victoria siempre”. Insisto: ese menosprecio a quien vota, ese tomarnos por tontos a todos, será la condena de Podemos.

No llamarás “cliente” al votante

Carlos Malpartida es de esos “anónimos” brillantes a los que accedemos gracias a Internet. Su columna en Medium sobre el catálogo tipo Ikea de Podemos es para enmarcarla: “El programa de Podemos es mucha y buena publicidad, traición a la idea original (o al menos al relato épico que han creado) y poco o nada de revolución. A no ser que la revolución fuera comer esas albóndigas de la marca sueca y sudar la gota gorda montando estanterías billys los domingos a mediodía que al final no deja de ser como ir a misa”.

No usarás el nombre de “la gente” en vano

Pablo Iglesias y los suyos han sobado el concepto de “la gente” hasta dejarlo inservible… para el más de millón de votantes que les ha abandonado. Ahora, la bancada de enfrente (el PP ha subido más de 400.000 votos) tiene que evitar caer en el mismo error: la gente somos todos, los que votan a Podemos, al PP, al PSOE o al PNV. Sin embargo, Hugo Manchón ya mostraba ayer con orgullo el mapa azul de España y hablaba de “la gente”, como intentando devolvérsela a Iglesias.

No culparás a la ley electoral de tus errores

Ciudadanos ha perdido medio millón de votos. Así que, por mucho que se desgañiten los de Albert Rivera hablando de una ley electoral injusta, es evidente que el problema es que no han logrado los votos. ¿Por qué no se quejaban después del 20-D? Porque se beneficiaron de muchos “restos” del mismo sistema que ahora repudian. Los “restos” son volátiles y hay que consolidarlos, eso lo sabemos todos… Pero Ciudadanos no ha conseguido afianzarse. Vamos, que solo es su problema.

Felizmente equivocados

Los que ganaron en España estaban ahí antes de Twitter, son más de mitin y de periódico. Si me apuran, de Facebook. Los que perdieron en España son de Twitter y de tele, y la de ayer era una mala noche para salir en las dos. Los líderes de Podemos y Ciudadanos crecieron con la tele y se agrandaron artificialmente con Twitter, despreciaron Facebook y, sobre todo, el papel, y ayer, a mediados de 2016, demostraron que a finales de 2015 se les acabo el queroseno: habían tocado techo. Por mucho que empujen, por mucho que tuiteen, por mucho que sumen partidos y siglas, más arriba no irán. Así que se hizo el silencio. Seguro que Pedro Sánchez y Mariano Rajoy, los dos grandes vencedores españoles, hablan hoy en las radios, las de toda la vida. De Iglesias y de Rivera esperamos refugio también en los viejos micrófonos. Pero sus seguidores esperan un tuit, aunque sea por misericordia, que tardará en llegar.

Los últimos que vimos en las cuentas personales eran anteriores a las 20:00, y yo me quedo con el de Alberto Garzón, apelando a que nadie se quedara en casa por lo que IU se jugaba en las elecciones. ¡Y tanto! IU se jugaba una operación financiera estupenda, con doble mailing para llevarse dos veces la subvención, y fondos renovados para pagar la deuda. ¿O Pablo Iglesias va a prohibir que Garzón pague a los bancos con los escaños que ha capitalizado? Entonces, sí, Unidos Podemos paga créditos. Salieron a dar la cara en televisión, es cierto, pero no en Twitter, donde vive ahora cómodamente ahora la burbuja de Internet. Twitter no es un reflejo de la sociedad, es un lugar de paso de una parte de la misma. Y las extrapolaciones, como las encuestas a pie de urna, son más deseos que realidades.

En el silencio, sonó a hueco el hashtag #RajoyPresidente que intentó promover el PP y que como primera respuesta recibió un “gilipollas” antológico. Y entre los usuarios observadores, asomaba la retranca: desde los que deseaban mejor suerte a Iglesias con toda la coña del mundo a quienes disfrutaban con unas posibles terceras elecciones, y en medio los que pedían la dimisión de los contertulios que aplaudían las encuestas del sorpasso.

Al final del ruido, Andoni Ortuzar recordaba que la primera fuerza con origen y destino en Euskadi era EAJ-PNV, y a Iñigo Errejón el tiempo volvía a darle la razón: el ahora tercero de a bordo no ha cambiado en todo este tiempo su descripción en Twitter, en la que se describe a sí mismo como portavoz en el Congreso incluso con la cámara disuelta. Ahora vuelve a serlo porque su asiento, claro, no ha corrido peligro. Lo que ha corrido es el tiempo. Seis meses que, como Twitter, a algunos no les cuesta dinero. Pero que en el mundo real pueden ser una eternidad.