Ni con estas

Es evidente que la izquierda andaluza ha elegido la peor opción en todas las decisiones que todos sus integrantes han tenido que tomar: primero, Teresa Rodríguez inicia un camino que perjudica y, a la vez, alivia, a todas las opciones progresistas. Después está el lío que montó Podemos al quedarse fuera de la candidatura por tensar la cuerda hasta el final. Del PSOE, si podemos considerarlo izquierda, no hay nada que decir, y este es su drama. Y en plena campaña siguen aflorando roces entre las distintas candidaturas y en el seno de ellas a la vez, así que, “la amenaza de Vox no acaba de reactivar el voto de la izquierda” (El Plural).

Ni con esas

Con el PSOE desaparecido porque bastante tienen con que los suyos no les saquen los cuchillos en la misma noche electoral; y con Podemos, IU, Adelante Andalucía, Más País y Yolanda Díaz, peleando más entre ellos y ellas que contra la derecha, lo que todas y todos esperamos unos cuantos kilómetros más al norte es que el PP gane con holgura y que Vox consiga un resultando estupendo, a pesar de Macarena Olona y de que “se presenta a las elecciones andaluzas sin programa y lo sustituye por un folleto de diez medidas”, en el que “sólo una de las propuestas hace referencia a Andalucía: el cierre de Canal Sur” (Eldiario.es).

Indultos feministas

¿Prefiero que el gobierno español indulte a una mujer mal aconsejada y utilizada para hacer campaña política, que se excedió en la sobreprotección de sus hijos, que a un político corrupto? Sí. Pero eso no significa que me parezca bien que el gobierno español más progresista de la historia enjuague con indultos sus errores. Y si tus indultos son feministas es fácil que te acusen de machista si en circunstancias parangonables no actúas igual, como María Salmerón, que pide el indulto tras una sentencia desfavorable “por negarse a cumplir el régimen de custodia acordado con el progenitor, condenado por maltrato” (República).

Más privilegios

Me parece inviable, impensable incluso, que en este momento económico y social podamos impulsar la semana laboral de cuatro días con el mismo sueldo. Pero en Pymes y Autónomos son más optimistas, o algo parecido: “Tarde o temprano acabará por implantarse la semana laboral de cuatro días, pero el riesgo es que al final solo se aplique a élites y funcionarios”. Para impulsarlo, el gobierno plantea invertir dinero público “en España, donde el número de horas que se trabaja está por encima de la media europea, y sin embargo la productividad está por debajo de dicha media”, y eso sin tener en cuenta las horas no computadas ni pagadas.

Este es mi rollo

Nunca he sido influencer ni me lo he planteado. Solo hay que echarme medio vistazo para darse cuenta de la imposibilidad. Y si a eso hay sumamos mi incapacidad para sacar esas fotos y esos vídeos en los que todo parece bonito, ya, mis opciones como prescriptor se reducen a la nada. Por lo menos, hasta ahora: en Instagram ha nacido “una nueva tendencia denominada Photo Dump (traducible como ‘Foto Vertedero’) que consiste en rechazar la perfección y el ‘postureo’ y atreverse a publicar fotos alejadas de lo correcto en términos de apariencia y técnica. Y además hacerlo con abundancia” (Trece Bits). ¡Hacerlo regulinchi, ese es mi rollo!

Con Olona

El resultado de Vox en las elecciones andaluzas va a ser bueno: va a mejorar el que obtuvieron y puede ser suficiente para presionar al PP con un nuevo gobierno de coalición. Pero nos ha quedado claro que sin Macarena Olona como cabeza de cartel sería mejor: por eso borraron su agenda con la campaña ya lanzada aunque luego la han recuperado. En cualquier caso, el daño a la imagen de Olona, infringido por las decisiones de Vox, ya está hecho. ¡Cómo de malos serán los sondeos de los que se fían como para llegar a hacer algo así! La alicantina, no obstante, ha vuelto, según los vídeos en sus redes, para bailar la Macarena.

Y con los talleres

Esa decisión drástica de Vox, de retirar a su candidata de la campaña, solo puede estar precedida por un tracking malísimo. Y ese tracking tiene que ver con Olona pero también con que puede estar pasando ya el momento “dulce” para la extrema derecha: “Vox pide paralizar, por ‘adoctrinadores’, los talleres en colegios que da la empresa de uno de sus altos cargos”. El titular en El Plural describe un ridículo que solo es superado por el relato en el interior de la noticia: “Javier Moreno Espeja, que acaba de ser nombrado vicepresidente del Servicio Público de Empleo (…) ha dimitido tras conocerse su vinculación con los cursos en colegios”.

A la izquierda no están mejor

También en la campaña andaluza, un acto con la vicepresidenta Yolanda Díaz y el líder de Más País, Íñigo Errejón, ha abierto una nueva vía de agua en la izquierda. En Podemos aseguran que se han enterado de la presencia de estos líderes cuando han visto el cartel. Pero aún hay más: “Errejón ha pedido a Izquierda Unida que no haya ‘bajo ningún concepto’ ni un solo miembro de Podemos en los actos. E Izquierda Unida no está poniendo pegas” (Vozpópuli). Lo cierto es que otros días sí participan representantes morados (sin coincidir con los de Errejón), pero también lo es que IU busca reorganizar las fuerzas en su coalición.

Correcto

La izquierda española está tan mal que sus propias batallas internas tapan las buenas noticias que generan: como el anteproyecto de ley que implica a “todos los agentes de la cadena alimentaria en una serie de obligaciones con el objetivo de combatir el despilfarro de alimentos” (Directo al Paladar). La norma, según el ministro de Agricultura, Luis Planas, “no pretende tener tanto una vocación sancionadora sino más de convencimiento y concienciación, de ahí que no se planteen sanciones para los consumidores”. Y eso que nunca he sido de los favorables a la inflación legisladora.

El Tesla del espacio

Cuando he leído este post en Microsiervos no he podido evitar pensar: “Ahora que no les suben los rusos, lo hace Musk”. Me refiero a los cinco lanzamientos a la Estación Espacial Internacional que la NASA ha contratado a Space X, la empresa espacial de Elon Musk, sí, el de Tesla y Twitter. Pero, no: la relación entre la agencia espacial y Space X es anterior a la nueva guerra fría que ha provocado la invasión rusa sobre Ucrania: estos cinco vuelos “se añadirán a los nueve que ya tiene contratados”. Gracias a la visión empresarial de Musk, “la NASA se asegura poder soportar la rotación de tripulaciones en la Estación hasta 2030”.

El jarabe autoadministrado

En la pugna entre “el Movimiento Socialista” y “la Izquierda Abertzale”, como en todo, el diablo está en los detalles: pueden disfrazarlo con toda la palabrería que quieran los denunciantes y los denunciados, pero se trata de poder, visibilidad y dinero. Nada novedoso, nada ideológico: quién puede poner las txosnas y quién lo decide (con a habitual verticalidad de la izquierda abertzale). Todo se resume en eso. Por el camino, qué ironía, Bildu se encuentra con las piedras que ha ido poniendo a los demás: nepotismo, corrupción, alineación con el Estado y traición a las clases medias. Nada nuevo bajo el sol.

Escondiendo a la candidata

Los datos que manejan en Vox para las elecciones andaluzas tienen que ser malísimos si la decisión que han tomado es la de apartar a la candidata. Esa “desaparición” con la campaña ya lanzada solo se puede explicar con que su acción perjudica claramente las buenas expectativas que la ultraderecha tenía en esta comunidad autónoma. El caso es verdaderamente excepcional y elocuente: Vox funciona mejor cuando nadie de Vox interviene, cuando dejan que los medios marquen la agenda, desde las líneas cobardes de Twitter y WhatsApp, pescando descontento y, sobre todo, sin proponer absolutamente nada.

Aquellas monedas de plata

Las 155 monedas de plata que mencionó Rufián para volar los puentes que estaba tendiendo el lehendakari Urkullu junto a Puigdemont en Catalunya las sigue pagando el primero de los tres actores mencionados. Miguel Aizpuru también se acordó de ellas después de leer el tuit de Eldiario.es: “Gabriel Rufián llama ‘tarado’ a Puigdemont por la declaración de independencia y después rectifica”. Hoy sabemos, a la luz de los acontecimientos, que aquello no tenía nada que ver con la república catalana, sino con la victoria electoral de una ERC que, ya con un president en la Generalitat, está disolviendo la aspiración nacionalista.

La mafia (y la magia) del fútbol

El fútbol es un deporte maravilloso que implica a millones de personas en el mundo, que nos emociona y que sirve para explicarnos como sociedad y hasta como civilización. Y al mismo tiempo, el fútbol es tan grande que acoge en sus senos diferentes actuaciones que bien podríamos identificar con las que hacen las distintas mafias: “Rubiales no solo grabó a ministros y altos cargos del Gobierno y guardó mensajes amenazando a Pedro Sánchez. También dio instrucciones a sus colaboradores para que hicieran lo mismo con políticos, profesionales del fútbol y periodistas”, siguen informando en El Confidencial.

No lo entiendo

Porque soy una persona del montón no entiendo cómo funcionan las criptomonedas. Y no lo entiendo, simplemente, porque el modelo de negocio consiste en que nadie lo entienda para poder especular con el dinero de quienes creen que en esa complejidad van a encontrar su Eldorado. Y a estas alturas de la película ya no dejo que nadie me trate como si fuera idiota, pero sigo sorprendiéndome con acontecimientos como este: “Uno de cada cuatro inversores destina más de la mitad de su cartera a criptomonedas” (El Independiente). Supongo que menosprecio la promesa de dinero fácil y la convicción de los vendedores de espejos.

Cinco historias de domingo

La primera no es precisamente reciente, pero la actualidad política preocupante y la crónica negra del mundo tienen otro efecto negativo: nos obligan a recudir el espacio de las buenas noticias. Por ejemplo, esta: quienes se sienten “solo escoceses o escocesas” o “más escoceses o escocesas que británicos o británicas” ha crecido hasta el 72% cuando en 2012 era del 57% (un resultado significativamente bueno ya entonces). El de quienes se siente principalmente británico o británicas al norte de Gran Bretaña es hoy un porcentaje residual. Esta es la consecuencia lógica del Brexit pero también de un Johnson que genera desafección a paladas.

La que no queremos escribir

La crónica negra y el resumen de la semana traen el mismo tema: el asesinato de 19 niñas y niños, y de dos profesoras, por arma de fuego. Esa es la tragedia. El drama es que estamos llamados a revivirla con senadores como el de Texas, Ted Cruz, cuyas palabras llevaba Dori Toribio a Twitter: “Inevitablemente cuando hay un asesinato de este tipo, intentan politizarlo, demócratas y gente en los medios, cuya solución inmediata es intentar restringir los derechos constitucionales… Eso no funciona. No evita el crimen”. Sí, cuando Cruz se refiere a “derechos constitucionales” se refiere a comprar, tener y usar rifles de asalto.

La recurrente

Por desgracia desde hace tres meses, sobre todo para la ciudadanía ucraniana, la crónica semanal siempre trae un párrafo sobre la invasión rusa. Después de los acontecimientos de la semana (Putin chantajea con las cosechas ucranianas y afirma programas de estudios prorrusos a niñas y niños en territorios ocupados), y de ver quién defiende todavía al invasor, creo que este tuit de Ricardo Marquina resume muy bien la situación: “Una da las cosas más fascinantes que nos ha traído el conflicto en Ucrania es ver confluir a radicales vascos de extrema izquierda con fachas de Vox en su apoyo al imperialismo ruso”.

La lección que no debemos olvidar

Las elecciones andaluzas se están convirtiendo en otro episodio de colaboracionismo, de jabón a la imagen de Macarena Olona y Santiago Abascal. Al respecto, Julio Lleonart, que viene de UPYD (es decir, no es un aviejado columnista de un periódico en el que puedes escribir “Euzkadi”), tuiteaba entre la sorna y la tristeza: “Nenes, dejad de justificar a la ultraderecha. Tampoco la pongáis en igualdad de condiciones a ningún otro partido político español. Ahora mismo solo hay uno que propone acabar con la sanidad universal y gratuita en España, y a la vez que haya terapias de conversión LGTBI públicas”.

Quinta y última

Con todo lo que llevamos vivido los últimos años, no se me ocurre mejor manera que terminar esta columna y casi mayo que con este tuit del guionista Manu Martínez: “A ver cuándo se vuelve a poner de moda ser buena persona”. No pido mucho más, la verdad. Y soy consciente de que (casi) todo el mundo es bueno, como sugería David Summers. Tiene que resultar difícil ser una persona normal, consciente de lo que es el dolor, en EE.UU., en los medios que enjabonan a Vox y, especialmente, en la Ucrania martilleada misil tras misil. Pero no podemos dejar de intentarlo ni de impulsar que se ponga de moda hacer las cosas bien.

Una mala persona

Macarena Olona es una mala persona. Lo ha demostrado ella misma riéndose del sufrimiento de otro ser humano, cuando declamaba, con una sorna que solo le hace gracia a ella y a los suyos, la descripción de los hechos de una persona cuya casa fue registrada por la policía, con la total intención de reírse (reírse, sí) de quien denuncia abusos, excesos y torturas por parte de las fuerzas de seguridad del Estado en su lucha contra ETA. El rechazo a ETA es indiscutible (y quien lo discuta se retrata), pero el rechazo claro y expreso a Macarena Olona y su intervención en el Congreso es indispensable para cualquier democracia.

Pero es su candidata

Es evidente que la vergonzosa y reprochable intervención de Olona en el Congreso era un intento de llamar la atención sobre su persona: ella y su partido están ya en campaña porque la de Vox será candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía. Así que la veremos en todo su inquietante esplendor, pero antes de eso ya ha mostrado lo que es. José Carlos Díez tiraba de ironía para describirla: “Vox elige candidata para las elecciones andaluzas a Olona que estaba el pasado domingo en París. Le Pen propone penalizar las exportaciones agrícolas andaluzas a Francia. Olona trabajando duro siempre por el campo andaluz”.

Pero, ¿qué quería votar Bildu?

La llegada de la izquierda abertzale a la realpolitik solo es una buena noticia. Quienes gritaban a otros nacionalistas: “Espainaren morroi” han pactado esta semana con ERC salvar un decreto del gobierno español mientras las y los de Otegi miraban con el rabillo del ojo al PNV. Pero, ¿qué piensa de verdad Bildu del decreto? Porque les hemos visto justificar el sentido de su voto (con un discurso que firmaría Podemos) y conocemos las necesidades de ERC (votar en contra por el espionaje con Pegasus y salvar la cara en Catalunya) y el PSOE (no entregarse al PP), pero no ha habido ni anuncio ni posición previa declarada por Aizpurua.

Cosas de familias ricas

Aunque la actualidad me lo haya impedido hasta hoy, no voy a dejar sin comentar que Luis Medina haya ofrecido como fianza la herencia de su abuela, “Doña Victoria Eugenia Fernández de Córdoba”. Nombre y apellidos compuestos y un “doña” por delante, esposa de un franquista reconocido que hacía purgas, y noble y rica desde la dictadura hasta su descendencia: mi imaginación solo puede dibujarla como la señora del pueblo temible. Pero la realidad, la evidencia, lo innegable, es que algo ha hecho mal España para que estas herencias lleguen a nuestros días. Y no hablo solo del dinero, hablo también del nieto pijo y comisionista.

Klopp no vendrá al Athletic (de momento)

Parece que Jurgen Klopp acaba de ampliar su contrato con el Liverpool hasta 2026, lo que, en principio, le aparta como opción al banquillo del Athletic de la mano de alguno de los candidatos. Evidentemente, estoy tirando de ironía o de sarcasmo (igual algún día logro diferenciarlos) para llamar la atención sobre el proceso que se nos avecina en Bizkaia: a estas alturas de la precampaña yo solo pido sentido común y juego limpio. Básicamente, lo mismo que pido a todos los equipos del club a principio de cada temporada. No, no va a venir Klopp, ni podemos aspirar a ninguno de los grandes. Lo nuestro, como siempre, es otra cosa.