No se disparan: nos disparan

La factura de la luz no se ha disparado: nos han disparado con ella. Nos intentan calmar con que en el resto del mundo pasa lo mismo pero sabemos que el impacto directo en nuestras carteras es el mayor porcentualmente. Vemos a los líderes de las eléctricas chulearnos en sus discursos públicos y pretenden que nadie haga nada para que los chantajes no vayan a peor. Pero la realidad, como describen en Magnet, es que “la subida de la luz ya se sale de escala”, y que es insostenible este incremento: “Un 26% en un día, un 52% en una semana y un 570% en un año”. Insostenible, pero de verdad. Y aún no ha llegado el invierno.

Y nos mean encima

La electricidad disparada y la falta global de suministros van a generar una subida de precios y una inflación muy peligrosas. Pero todo esto sucede en un contexto todavía menos favorable: los salarios “son un 1,1% inferiores a los de hace 20 años” (Vozpópuli). Pero, ¿quién puede vivir de esta manera? Y sobre todo, ¿quién se lleva los beneficios? Porque si todo está más caro pero cobremos lo mismo si no menos, ¿dónde va la tela? No soy ningún cándido: la concentración de la riqueza resulta insultante pero, sobre todo, resulta aberrante y, como tal, hay que reaccionar ante ello. Para eso están nuestros representantes.

¿Este es el modelo?

Estoy a favor de las pensiones públicas. Precisamente por eso tenemos que afrontar el sostenimiento del modelo que se lleva “8 de cada 10 euros del nuevo gasto social del presupuesto de 2022” (El Confidencial). Claro que nuestras y nuestros pensionistas tienen derecho a cobrar su mensualidad igual que ellos sufragaron las de sus predecesores, pero es evidente no solo que es insostenible (y de eso solo tiene culpa quien ha gestionado la caja), también que marca una diferencia muy clara: hoy las y los pensionistas pueden tener una situación mucho mejor que muchas personas trabajadoras, y por lo menos tienen que ser conscientes.

Complicado… Pero rentable

El PP tiene todo el derecho del mundo a maximizar el posible beneficio que le reporte el cambio de sede. Y de hecho hasta me parece bien que hayan contratado a una consultora para hacerlo, ya que la operación va a ser observada (aquí estoy yo, hablando de ello con una buena dosis de morbo): 60 millones de euros es lo que pretenden sacar del edifico (que tendrán que reinvertir en otro, aunque sea en alquiler). Lo que llama la atención en la pieza de El Independiente sobre el tema es la serie de contradicciones al respecto dentro del PP. En plena escalada, parece que la idea de Casado sobre la mudanza ya no es tan buena.

Por favor

Es lunes, mañana es festivo y llevo toda la columna hablando de cifras, pero no quiero dilatar más mi petición, que es la misma que la de Laura Alzola, ahora que parece que volvemos a la presencialidad y a una rutina laboral que se parece a la prepandémica: “Que no vuelvan los dos besos a las mujeres en el ámbito profesional, por favor”. Me parece muy acertado eliminar esa condescendencia… Pero necesitamos un nuevo formalismo: apuesto por dar la mano cuando se pueda. Aunque el confinamiento no nos hizo mejores y las restricciones nos hayan cabreado, quiero seguir sacando algo en positivo de todo este horror.

500.000 € al año

Ese es el sueldo que podría ganar Antonio Miguel Carmona, exdiputado en la Asamblea de Madrid por el PSOE y economista, en Iberdrola. No me resulta tan curiosa la cifra como el momento de su fichaje y el cometido que va a desempeñar: “Limpiar la imagen de Iberdrola en España”. No era Carmona precisamente una de las voces más afables y conciliadoras de la política española cuando ejercía, y no parece que un economista sea el más indicado para implementar campañas que publicidad y relaciones públicas (sí para pagarlas, obviamente). Menos aún cuando su fichaje es un mensaje de las eléctricas al gobierno.

Si nos comparamos perdemos

Es cierto que la subida de las materias primas ha impulsado hacia arriba el precio de la electricidad en todo el mundo. Pero no es menos cierto que “los hogares españoles (y por extensión, también los vascos) son los que más sufren la subida de la luz de toda la UE”. En concreto y según Vozpópuli, destinamos “un 8,4% de su renta neta disponible al pago de la factura de la luz, el porcentaje más alto de toda la Unión Europea”. Es decir: aunque en España no sea donde más suba la luz sí es donde más pobreza genera por el impacto en las cuentas de una familia media. Esto no es aceptable de ninguna manera.

Correcto

Ronen Palan, experto en paraísos fiscales de la University of London, lo tiene claro: “Llegó la hora de perseguir a los abogados y contables que facilitan la evasión fiscal” (The Conversation). Y tiene razón: apenas hemos visto consecuencias después de que se destaparan evasiones fiscales en Panamá, por ejemplo. Y esa ausencia ha permitido que volvamos a estar ante una nueva gran filtración que destapa movimientos de millones por medio planeta para eludir el pago de impuestos. Movimientos que alguien tiene que hacer y por los que cobra, generando entramados y, por lo tanto, una responsabilidad clara ante sus consecuencias.

No ganan nada mal

Ibai Llanos ha salido a asegurar que las cifras que se han filtrado son falsas y, lo más importante, a atajar la inflación de expectativas entre los aspirantes a streamer. No tengo herramientas para valorar si la filtración es cierta o Ibai nos está contando la verdad, pero reconozco que me parece verosímil la millonada (1,52 millones de euros entre agosto de 2019 y octubre de 2021) que Ibai ha ganado. Y no es el que más gana: AuronPlay suma 2,64 millones en el mismo período. Las cifras atraen a cualquiera pero la realidad es que el suyo, aunque esté muy bien pagado, no es un trabajo fácil ni para cualquiera.

¿Qué queremos?

Ya hay un nuevo superrico en el fútbol: el Newcastle, un club que cae simpático en Bilbao desde aquella eliminatoria en 1994, ha cambiado de dueños y de expectativas. Ha pasado de sufrir a verse en manos de un fondo de inversión de Arabia Saudí cuya cabeza visible es Mohamed Bin Salman, otro multimillonario que se beneficia de la riqueza natural del suelo que le pertenece y participa en una dictadura para poder obtener el máximo rendimiento a sus explotaciones. Una parte de la afición estallaba de alegría pero más allá del corto plazo, en Inglaterra como en Euskadi, se trata del modelo.

«Más de cien productos»

La escasez de piezas en muchos sectores, el precio de la electricidad y que cada vez es más caro el transporte de mercancías, solo podía acabar en un titular como este de Vozpópuli: “Más de 100 productos de la cesta de la compra rebasan ya la inflación prevista”. Y esa inflación arrastra a subidas de sueldos púbicos en su mayoría, empezando por las pensiones. Un esfuerzo que gestionarán los gobiernos pero que haremos todas y todos, que además ya pagamos más por bienes esenciales. Insisto: no solo la luz, no solo algunos productos que necesitan componentes: todo está disparándose y parece que no fuera a tener repercusiones.

En esta situación

Los precios se disparan cuando mucha gente tiene bastante incertidumbre sobre su futuro laboral. Y quien tiene un sueldo fijo lo más probable es que sea más bajo que el de hace veinte años, como muestra en Twitter Julen Bollaín: “Los salarios actuales en España son inferiores a los de hace 20 años, cuando se entró en el euro. Salario medio: 2000, 26.836€ al año. 2020, 26.537€ al año”. Esa es la realidad laboral mientras naturalizamos teléfonos móviles de mil euros y una especulación bárbara vía bitcoin o fondos de inversión. Estamos sobre un gran volcán y ya estamos viendo en La Palma cómo podemos acabar.

Pie en pared

Los más listos siguen jugando con criptomonedas e invitando a quien quiera sumarse a un sistema especulativo que tiene mucho que ver con una estafa piramidal, mientras la mayoría pensamos en cómo moderar nuestros gastos para afrontar la que se nos viene… Y va un tío con su hámster y nos da una lección que tenemos que aprender. Alguien está comprando criptomonedas en función de si su mascota se sube a la rueda o se acerca a alguna pieza de su jaula… ¡Y está ganando dinero! Así que, o bien nadie sabe nada sobre estas inversiones, o su evolución responde a un patrón que seguro que beneficia a la banca virtual.

Todos se conocen

Pablo Casado sigue sin responder a la gran pregunta: ¿con Vox y contra el resto o sin Vox y por el camino largo? Lo que no le puede valer es mirar para otro lado y hacer como que no conoce a la extrema derecha: la manifestación de Chueca no ha puesto en peligro el gobierno de coalición de España 2000, el PP y Vox en un municipio de Madrid. En Málaga, su alcalde acudió a un homenaje al bando nacional organizado por franquistas. Y en Ciudadanos no pueden escandalizarse ahora porque un concejal de Vox en Madrid usara una foto de Villacís con su hijo para tuitear en contra del aborto.

La sorpresa que no lo era

No me sorprende la noticia en La Vanguardia, lo que me deja atónito es que haya sido necesaria una investigación académica para dar visibilidad a lo obvio: “Investigadoras de Comunicación y Psicología Social denuncian la publicidad de alimentos ultraprocesados para menores que hacen algunos de los más seguidos en forma de retos, sorteos o pasatiempos”. Un trabajo necesario el de Araceli Castelló-Martínez y Victoria Tur-Viñes que no puede ser invisible para el ministerio de Consumo ni para las y los espectadores: en YouTube no hay regulador publicitario ni de programas, el filtro somos nosotras y nosotros.

Su vergüenza y de nadie más

Ninguno de los presos de ETA que se encuentran en la cárcel de Iruña acudió al pase de “Maixabel” y la posterior encuentro con la protagonista de la historia y la directora de la película. Si no lo hicieron por activismo, porque a aguerridos no les gana nadie (o eso creen), qué vergüenza: su acto es más de cobardía que de cualquier otra cosa. Pero puede que si no acudieron es, simplemente, por vergüenza, por su incapacidad de mirar lo que hicieron y a quien se lo hicieron, por lo imposible que les resulta sostener la mirada de quien lo vivió y de quien lo cuenta. Los hechos son los que escriben el relato.

Y su rabia

Con la edad he aprendido a no meterme ni en el hambre de otra persona ni en sus cabreos. La rabia o la ira son sentimientos muy personales que siempre se manifiestan como un volcán que estalla después de mucho tiempo de calentamiento. Así que, sin juzgar ni prejuzgar la rabia de nadie, creo que Iñaki García Arrizabalaga acierta con este tuitazo: “Maixabel Lasa no ha obligado a ninguna víctima del terrorismo a hacer lo que ella ha hecho. Pero algunas víctimas del terrorismo parecen querer obligarla a ella a no hacer lo que ha hecho”. Con la edad también he aprendido que los caminos importan.

Tenemos que aferrarnos a la memoria

El experimento que han hecho en la Universidad de Deusto para conocer que saben las y los jóvenes de hoy sobre ETA me parece un acierto. Habrá que ver las conclusiones y si es posible apreciar un sesgo, pero la idea, en sí, me parece necesaria porque quien se asome de vez en cuando a cuentas de la chavalada en Twitter e Instagram puede ver una trivialización de la violencia muy poco reconfortante y que favorece, sin duda, a quien la ejerció, lo que implica que no favorece en nada a quien la sufrió, que fue la mayoría de la sociedad vasca. Trasladar a la juventud lo que pasó es imprescindible. No dejarnos enredad, también.

Al juez le gusta esto

Del mismo modo que es capcioso y falso sugerir que las restricciones para frenar una pandemia mundial es un capricho de quien las impone, es capcioso y falso afirmar que el juez Luis Ángel Garrido “desafía” “el poder” del PNV. El titular en Vozpópuli (cada día, más escorado a la derecha) es un enredo intencionado para meter las siglas del partido en una idea que sugiere una especie de pulso que solo Garrido echa porque le sale de la maza. Obviar que se trata de una cuestión de salud pública y de decisiones excepcionales en el entorno genera noticias más sabrosas, sobre todo para el gusto del magistrado.

“Volcán Puigdemont”

A veces, una columna bien escrita y, sobre todo, bien reflexionada, ayuda a entender la realidad mejor que varias noticias. En esta ocasión es Bernat Dedéu en El Nacional el que muestra cómo puede afectar la reciente retención de Puigdemont a “la tranquila rendición de ERC y el retorno de los líderes soberanistas a la rutina autonomista”. Su conclusión es mortífera: “A pesar de todos sus errores fatales y sus mentiras, Puigdemont es la única pieza que puede no encajar en el clima de fábula de diálogo que han pactado de hace meses Oriol Junqueras y Pedro Sánchez para asegurar a la Generalitat a ERC y el Gobierno al PSOE”.

Negacionistas del fascismo

Javier Durán tuitea que “se escuchan las carcajadas desde Vallecas” después de oír la respuesta de “la Delegada del Gobierno en Madrid, preguntada por qué no se disolvió la manifestación en Chueca: ‘Ahí había mayores y niños, disolverla implicaba cargar contra ellos, generar una batalla campal o un problema donde no lo había’” (Electomanía). Mercedes González tiene que revisar las imágenes o su propia concepción de lo que es un niño, una persona mayor y un nazi, porque lo que todos vimos fue un grupo de antiguos skins, pero echados a perder. Adultos con cuerpos de adultos que podían ser disueltos.

Negacionistas de la avaricia

“PP y Vox pretenden tumbar en el Congreso el recorte de beneficios a las eléctricas. El PP ha registrado una enmienda a la totalidad al decreto del Gobierno para rebajar los beneficios de las eléctricas mientras que la formación ultraderechista pide la devolución de la norma y defiende a las compañías energéticas”. El entrecomillado corresponde a un titular y un subtítulo en Eldiario.es y, sobre todo, corresponde a una posición difícil de comprender con la que está cayendo, especialmente, entre los de Pablo Casado, que conocen de primera mano (la mano que firmó) las compensaciones abusivas de la ciudadanía a las eléctricas.

Negacionistas de los proyectos personalísimos

Pablo Iglesias ha dado varias muestras estos años de que conocía tan bien a la casta porque siempre formó parte de ella. Y sigue haciéndolo: se ha incorporado a la fundación Instituto 25-M, vinculada a Podemos, como su presidente y “hará tándem con Juan Carlos Monedero para buscar proyectos, contratos y contactos en el mundo de la consultoría, según explican fuentes de Podemos”, según Vozpópuli, que asegura que “también aprovechará la marca de Podemos para afianzar su papel en el mundo audiovisual”. Quien no vea que Iglesias no se ha ido y que está creando un modelo de negocio con su marca personal también es un negacionista.

¡Negacionistas de los volcanes!

Esto sí que no lo esperaba, he de reconocerlo, pero han aparecido varios tuiteros que aseguran que la erupción del volcán en La Palma se puede provocar. ¿Cómo? Pues lanzando rayos e incluso apuntando espejos sobre el cráter para calentar la lava. ¿Con qué motivo? Pues hay varios, pero el más mencionado puede ser es el de desviar la atención de una pandemia… Que también niegan, para mayor descalabro intelectual. Por supuesto, no puede faltar la dosis de superioridad moral: todo esto lo saben porque han investigado (lo han buscado en Google) no como hace la mayoría desinformada (no como ellos, claro).

Y de la pandemia, por supuesto

Una concejala de la CUP, Teresa Sala, ha hecho pública su dimisión por el “talante totalitario” del ayuntamiento del que formaba parte, y por “la obediencia sin ningún tipo de debate con respecto a la gestión y medidas de la mal llamada pandemia”. El desencadenante habría sido el “veto unilateral” a una charla de Josep Pàmies, el famoso horticultor que recomienda (y comercializa) remedios supuestamente naturales (no lo son) contra todo tipo de males, desde el autismo al coronavirus. Con su renuncia y su modo de hacerla pública, Sala ha dejado claro cuál es su nivel… Y el de quien la promociona hasta el servicio público.