El pasado viernes comencé el día con mal cuerpo. No me podía creer que hubieran asesinado de forma tan vil a 50 personas en una ciudad tan tranquila como es Christchurch, en la que estuve hace 5 meses. Si en una ciudad se respira tranquilidad y seguridad, es en esta. Sirva esta entrada como condolencia a los habitantes de Christchurch y a todo el pueblo neozelandés, abierto y plural donde los haya, que tan bien nos acogió el pasado mes de octubre. Pretendo con ello mostraros los aspectos positivos de esta encantadora ciudad.
Procedentes de Rotorua, en la isla Norte de Nueva Zelanda, el pasado 13 de octubre llegábamos a Christchurch en este pequeño ATR 72 de la compañía Air New Zealand Link, tras un vuelo de poco más de hora y media, en el que disfrutamos de un paisaje espectacular. Con una población de unos 375.000 habitantes, Christchurch es la tercera ciudad de Nueva Zelanda y la más poblada de la isla sur.
Christchurch ha sufrido recientemente dos grandes terremotos. El primero el 4 de septiembre de 2010, de 7,1 grados, no causó muertes, pero originó destrozos en el centro de la ciudad. El segundo, de 6,3 grados, sacudió la ciudad el 22 de febrero de 2011 a la hora de mayor actividad, causando la muerte de 181 personas y provocando el derrumbe de altos edificios e iglesias, incluida la propia Catedral, cercana a nuestro hotel, que es lo primero que fuimos a ver. Aunque la ciudad se ha reconstruido a marchas forzadas, todavía son muy evidentes los efectos de este terremoto.
Tras comer en un restaurante de comida rápida, nos dedicamos a callejear por el centro, resultando muy pintoresco el nuevo tranvía turístico, que recorre todo el centro histórico realizando 17 paradas en las que puedes subir y bajar cuando quieras. También llamó nuestra atención la cantidad de pinturas murales que hay en diferentes lugares.
Las distancias son cortas y preferimos seguir callejeando sin utilizar el tranvía. Pasamos por New Regent street, una coqueta calle con tiendas y restaurantes ubicados en edificios de estilo colonial, atravesamos un parque y llegamos a la siguiente cita, la Catedral provisional, construida con materiales reciclados por el arquitecto japonés Shigeru Ban.
Deshacemos el camino andado, regresamos a las ruinas de la Catedral, cruzamos el río Avon y recorremos Worcester Boulevard, la calle más interesante por la categoría de los edificios que a ella se asoman, aunque algunos todavía siguen en ruinas. Esta calle finaliza en la Rolleston, teniendo frente a nosotros el Canterbury Museum.
Antes nos habíamos detenido en el edificio más vanguardista de la ciudad, la Christchurch Art Gallery. Allí hay unos indicadores que señalan la distancia a otras pinacotecas. De esta forma nos damos cuenta de lo lejos que estamos de casa. Nunca había viajado a un destino tan lejano. Para mí suponía el país 107 diferente.
El entorno de la Art Gallery resulta muy agradable, destacando la escultura de un toro subido en un piano y la de una mano ubicada en la azotea del edificio.
Junto al Canterbury Museum se encuentra el Christchurch Botanic Gardens, de 30 hectáreas de extensión. Probablemente es el mejor jardín botánico que jamás haya visto. Si algo llamó sobre todo mi atención son sus enormes árboles. Después de haber estado en este lugar tan agradable y relajante, quien me iba a decir que el pasado 15 de marzo se iba a producir el terrible atentado que tantas víctimas costó en la Mezquita Masjid Al Noor, que está a un paso.
Con las últimas luces del día concluimos la visita a la ciudad en el Christchurch Botanic Gardens, surcado por el río Avon, en el que vimos varios tipos de aves. Llamó mi atención que, coincidiendo con el ocaso, los patos se acomodaban para pasar la noche. Además de grandes árboles, en este precioso jardín botánico hay una gran cantidad y variedad de flores, invernaderos y plantas acuáticas.
Christchurch es una ciudad con mucho ambiente, sobre todo cuando empieza a atardecer, concentrándose el personal en sus numerosos bares y restaurantes. Nosotros optamos por cenar cordero en un abarrotado pub.
INFO: La mejor conexión para llegar a Christchurch desde Madrid la oferta la excelente compañía Emirates, volando con el cómodo Airbus A380-800, de dos pisos. Hay que cambiar de avión en Dubai y realizar una escala técnica en Sydney. Me sorprendió ver un avión de Emirates en el aeropuerto de una localidad de este tamaño. Para dormir os recomiendo el Hotel Ibis Christchurch, magníficamente situado cerca de todo, pues pudimos recorrer toda la ciudad caminando.
Interesante exposición de Christchurch, tal y como la relatas.
En este pueblo estuve de vacaciones el año pasado y me ha parecido un lugar encantador. Viendo las fotos de nuevo gracias a este artículo que has escrito se reafirma lo que ya tenía en mi mente la verdad.