Capital del estado de Victoria, Melbourne es la segunda ciudad más poblada de Australia, la más “europea” y particularmente la que más me ha gustado, quizás porque su centro histórico está lleno de vida, aunque la primera imagen que tuvimos fue la de su skyline, que luego volveríamos a ver a orillas del río Yarra. Situada en la costa sureste de Australia, en 2012 fue elegida como la mejor ciudad del mundo para vivir, pese a que muchas de las personas que trabajan en ella, tienen que vivir en otras localidades de la periferia debido al elevado precio de los alquileres.
Pasamos solo un día completo en Melbourne (2 noches), dirigiéndonos en primer lugar al gran Queen Victoria Market, al que se accede por un edificio del siglo XIX. Se encuentra junto a los altos edificios del distrito central de negocios, ocupando una superficie de siete hectáreas, lo que le convierte en el mercado al aire libre más grande del hemisferio sur. Nos gustó especialmente la zona de frutas, verduras y marisco.
La siguiente cita la tenemos muy cerca. Se trata de la State Library, la Biblioteca central del estado de Victoria, que guarda más de dos millones de libros y 350.000 fotografías, manuscritos, mapas y periódicos. Su interior merece realmente la pena, pues cuenta también con curiosas esculturas. Se inauguró en 1854 como Biblioteca Pública de Melbourne, por lo que es la biblioteca pública más antigua de Australia y una de las primeras bibliotecas gratuitas en el mundo. En 1887 se instaló una estatua conmemorativa de Sir Redmond Barry. Antes de entrar nos detuvimos ante la escultura Charles La Trobe, de Peter Corlett.
Seguimos recorriendo la ciudad a pie. Estamos en el Central Business District y enseguida llegamos a los Carlton Gardens, un agradable parque en el que se encuentra el Palacio Real de Exposiciones, (Royal Exhibition Building), el primer edificio de Australia en ser declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, en el año 2004. El palacio, construido con ladrillo, madera, hierro y pizarra, integra diversos estilos arquitectónicos: románico-bizantino, lombardo y renacentista italiano.
Nuestro siguiente destino no está muy lejos, por lo que podíamos haber seguido caminando, pero nos apetece coger el tranvía y más en concreto la Route 35, que recorre el centro de la ciudad y es gratuito. También llamada City Circle (Free Tourist Tram), tiene paradas cerca de los principales puntos de interés turístico de la ciudad. Desde él vamos contemplando curiosos edificios, altas torres y varias esculturas esparcidas por la ciudad.
Bajamos del tranvía junto a la Finders Street Landmark Station, la estación central del sistema de ferrocarriles y metros de Melbourne, situada en pleno centro de la ciudad, a orillas del río Yarra. Al otro lado de la calle tenemos las modernistas construcciones de Federation Square, lugar dedicado a las artes, la cultura y los eventos públicos. Frente a nosotros se encuentra una de las principales construcciones de la ciudad, St. Paul’s Cathedral. La Catedral anglicana de San Pablo se terminó en 1891, aunque la construcción de las torres se realizó entre 1926 y 1932.
Caminamos ahora por la Flinders street, por la acera de la Catedral. Justo frente a los edificios modernistas sale una estrecha callejuela de suelo con adoquines de la que nos habían hablado. Su nombre es Hosier Ln. Es un lugar decadente, con algún bar y muchos locales cerrados. Su atractivo son las pinturas murales que la animan. Merece la pena.
Caminamos ahora por una calle lateral a la Catedral, la Swanston st, observando sus comercios, esculturas y artistas callejeros. Se ha echado la hora de comer y qué mejor lugar que el cercano casco antiguo. Calles como la Degravees st cuentan con una gran variedad de restaurantes. Nos llama la atención que parejas de novios acudan a este lugar, sin mayor interés que el gastronómico, para sacarse las foto de la boda.
En esta apresurada visita a Melbourne ya hemos estado en los lugares que más nos interesaba. Regresamos a la Finders Street Landmark Station y nos dirigimos a la gran avenida St Kilda road. Cruzamos el río Yarra por el Princes bridge y accedemos a la zona más moderna y cultural de la ciudad. A nuestra derecha tenemos el The Arts Center, con zonas verdes y varios grupos escultóricos en su exterior. Luego viene el State Theatre y varios edificios modernistas. Pasaremos todavía junto a varios teatros antes de volver a cruzar el río Yarra por el puente situado junto al Acuario. Desde aquí tenemos una preciosa vista. Estamos a un paso de nuestro alojamiento, el Quality Hotel Batman’s Hill on Collins, situado frente a la estación de tren de Southern Cross. Nos hemos pegado una buena “panzada” de caminar, pues tan solo hemos cogido un taxi para ir al mercado y el pequeño recorrido en tranvía, realizando el resto a pie. Todavía nos queda mucho viaje por delante.
Cómo todas las ciudades, ésta también tiene su encanto,por lo que he podido ver.No sé sí será tan bonita como la recopilación de fotos tan estupenda, aunque sólo esa gigantesca biblioteca,ya merece una visita.Ahhhhh,y el mercado,me encantan los mercados y el ambiente que se forma en torno a ellos.Un beso.