ROMA: La Ciudad Eterna (1)

Parece que fue ayer, pero ya han pasado seis años de mi último viaje a Roma, a la que me acercaba por tercera vez, aunque en las dos anteriores solo estuve de paso. En esta ocasión pude disfrutar tres días completos de la “ciudad eterna”, que por cierto me ha encantado, pese a lo sucia que se encuentra. No suelo viajar en febrero por estas latitudes, pero no pude resistir a la “liada” de Mariluz y allá que nos fuimos las dos parejas del 12 al 16 de febrero. Tan solo dos horas separan Bilbao del romano aeropuerto de Fiumicino, vuelo que ya no se puede realizar con Alitalia, así que ahora queda la opción de Vueling los miércoles y sábados. Llegamos lloviendo, pero los días siguientes fueron extraordinarios, superando los 20 grados todos los días. Hay que tener en cuenta que en Roma amanece una hora antes, cosa que también sucede al anochecer. Las noches fueron fresquitas, así que bien abrigados salimos a tomar unos potes. Eso si, no está de más preguntar cuanto cuesta el “calice de vino” (copa de vino), antes de ser servidos, pues hay grandes diferencias de precio. Además, en los más baratos suelen poner tapa.

Nos alojamos en el Hotel Embassy, situado a menos de 10 minutos a pie de la estación de trenes de Termini. Teníamos tantas ganas de ver Roma que dejamos las cosas en la habitación y, ya de noche, salimos a “patear” los alrededores del hotel para tomar las primeras imágenes nocturnas: Fuente de Moisés, plaza de la República, Quattro Fontane, Plaza del Quirinale, Templo de Adriano, Piazza Colonna y, como no, la Fontana di Trevi, frente a la que compramos unas castañas a un castañero para que las manos nos entraran en calor. Cenamos cerca del hotel, pero antes de llegar tomamos la última imagen a la Fontana del Tritone, en la Piazza Barberin. Volveremos de día a estos lugares.

Comenzamos la primera e intensa jornada completa en la “ciudad eterna” en un lugar muy cerca del hotel, la Plaza de la República (Piazza della Repubblica), una de las más bellas de la ciudad y presidida por la majestuosa Fuente de las Náyades (Fontana delli Niadi), construida entre 1870 y 1888 con las figuras de cuatro leones, que en 1901 fueron sustituidos por las estatuas de cuatro ninfas desnudas. A la plaza se asoma la Basílica de Santa María de los Ángeles (Santa Maria degli Angeli e dei Martiri), que fue diseñada por Miguel Ángel y es la única iglesia renacentista de Roma. En el suelo se puede ver la línea Meridiana trazada por Francesco Bianchini en 1703, que indicaba el mediodía y la llegada de los solsticios y equinoccios.

  • Situación: Piazza della Repubblica.
  • Horario: Todos los días de 07:00 a 18:30 horas.
  • Metro: Repubblica, línea A.

A continuación tomamos el metro y nos desplazamos a una de las cuatro basílicas mayores de Roma (3 más el Vaticano), la de San Pablo Extramuros (Basilica di San Paolo fuori le Mura). Estas basílicas cuentan con un altar mayor para uso exclusivo del Papa. Erigida en el siglo IV, es la segunda basílica más grande, tras la de San Pedro, y el lugar de sepultura del apóstol San Pablo, situada bajo el baldaquino de mármol de 1285. El interior de la basílica es grandioso, con enormes columnas de alabastro y preciosos mosaicos dorados. Probablemente la parte más llamativa del templo sea el grandioso atrio, dotado de 150 columnas.

  • Situación: Piazzale San Paolo, 1.
  • Horario: Todos los días de 06:45 a 18:30 horas.
  • Metro: Basilica San Paolo, línea B.

Cambiamos de ambiente. Nos desplazamos ahora al Foro Romano, la zona en la que se desarrollaba la vida pública y religiosa en la antigua Roma. El Foro es, junto con el Coliseo, la mayor muestra de grandeza del Imperio Romano que se puede ver en la actualidad. Encima se encuentra el Monte Palatino, la más céntrica de las siete colinas de Roma. Os recomiendo comprar aquí la entrada conjunta para los tres lugares, pues en Coliseo suele haber unas colas interminables. Tenemos que recorrer de forma pausada la zona romana, descubriendo hermosos lugares, muchos del siglo II, de la talla de la Vía Sacra, la principal calle de la antigua Roma, los arcos de Tito y Severo Séptimo, el Templo de Antonino y Faustina, el Palazzo Senatorio, las Termas de Massenzio, la Basilica di Santa Francesca Romana…

Si una visita no puede faltar es el Coliseo, el principal símbolo de Roma. Su construcción comenzó en el año 72, bajo el régimen de Vespasiano y terminó en el año 80, durante el mandato del emperador Tito, convirtiéndose en el mayor anfiteatro romano, con unas dimensiones de 188 metros de longitud, 156 de anchura y 57 de altura. El Coliseo permaneció en activo durante más de 500 años. Al lado del Coliseo se encuentra el Arco de Constantino, erigido en el año 315, que es uno de los monumentos mejor conservados de la antigua Roma.

  • Situación: Piazza del Colosseo.
  • Horario: Todos los días desde las 08:30 hasta una hora antes de la puesta de sol.
  • Precio: Entrada combinada para Coliseo, Foro y Palatino: 16€.
  • Metro: Colosseo, línea B.

Comemos en la zona y de nuevo al metro. Ojo en la estación de Colosseo. Los trenes suelen ir a rebosar, por lo que es el lugar de Roma donde hay más amigos de lo ajeno por metro cuadrado (zingari, les llaman los romanos). Nos toca tarde de iglesias, comenzando por otra de las basílicas mayores, la de Santa María la Mayor (Basilica di Santa Maria Maggiore), que muestra estilos arquitectónicos muy variados, pues fue restaurada y reformada durante el siglo XVIII. A pesar de ello, conserva el campanario, algunos mosaicos y suelos de mármol del periodo medieval y algunas columnas jónicas procedentes de otros edificios de la antigua Roma. Por suerte la entrada a todas las iglesias de Roma es completamente gratis.

  • Situación: Piazza di Santa María Maggiore.
  • Horario: Todos los días de 07:00 a 19:00 horas.
  • Metro: Termini, líneas A y B.

Seguimos de iglesias. Ahora le toca el turno a la Basílica de San Pedro Encadenado (San Pietro in Vincoli), que fue construida en el siglo V para albergar las cadenas con las que San Pedro fue encarcelado en Jerusalén. Es un templo muy diferente a los anteriores debido a su sencillez, aunque cuenta con una más que notable joya, el mausoleo del Papa Julio II, compuesto por  una magnífica estatua de Moisés realizada por Miguel Ángel entre los años 1505 y 1515.

  • Situación: Piazza di San Pietro in Vincoli.
  • Horario: Todos los días de 08:00 a 12:30 y de 15:30 a 18:00 horas.
  • Metro: Cavour, línea B.

Concluimos la jornada en la más importante de las cuatro basílicas mayores, además de ser la Catedral de Roma, la de San Juan de Letrán (Basílica di San Giovanni in Laterano). Accedemos a ella tras caminar por los jardines de Carlo Felice y las puertas de San Giovanni y Astinaria. El templo fue erigido bajo las órdenes del Constantino el Grande durante el siglo IV. En él fueron investidos todos los Pontífices hasta el año 1870. Llama la atención el pórtico de dos pisos de la fachada principal (siglo XVIII). La basílica presenta un interior grandioso y profusamente decorado, desde los techos hasta los suelos, con mosaicos sobre los que se erigen imponentes columnas y colosales estatuas.

  • Situación: Piazza di San Giovanni in Laterano, 4.
  • Horario: Todos los días de 07:00 a 18:30 horas.
  • Metro: San Giovanni, línea A.

Iniciamos nuestra segunda jornada completa en Roma en la Piazza del Popolo (Plaza del Pueblo), una de las más populares de la ciudad y situada junto a la puerta Norte. La plaza está presidida por un obelisco egipcio de 24 metros, dedicado a Ramsés II, conocido como Obelisco Flaminio. Mucha gente acude a este lugar para acceder a la iglesia de Santa María del Popolo, en la que se pueden ver dos magníficas obras de Caravaggio. Como ayer acabamos empachados de iglesias, optamos por contemplar tan solo su fachada y la de las otras dos iglesias, casi gemelas, que se encuentran también en esta plaza, Santa María dei Miracoli y Santa María in Montesanto.

  • Situación Piazza del Popolo.
  • Horario: De lunes a sábado de 07:00 a 12:00 y de 16:00 a 19:00 horas.
  • Metro: Flaminio, línea A.

En el ecuador de esta “escapada” llegamos a la ciudad-estado del vaticano y más en concreto a la enorme plaza de San Pedro, pues sus dimensiones son espectaculares, 320 metros de largo y 240 de ancho. Como hoy va a salir el Papa, la plaza está acordonada y las medidas de seguridad para acceder a ella son similares a las de los aeropuertos, así que tomamos unas fotos de la plaza y de la guardia suiza y nos dirigimos al castillo de Sant’Angelo, nombre que recibe la construcción romana Mausoleo de Adriano. La zona está llena de gente y vemos un par de mimos. Casi al lado hay otro monumental edificio, la Corte di Cassazione. Vamos a comer por la zona, porque tenemos reservada la entrada a los Museos Vaticanos para primera hora de la tarde, pero de ello os hablaré la próxima semana. La “escapada” continúa.

HIMACHAL PRADESH y PUNJAB (India)

Había realizado ya cinco viajes por la India, pero tenía una asignatura pendiente. Se trataba de visitar el Templo Dorado de los shiks, en Amritsar, en cuyo aeropuerto estuve accidentalmente años antes. Tras haber recorrido la India en verano, el quinto viaje lo efectué por el Rajastán un mes de noviembre. Entonces descubrí que ese es el mes ideal para viajar a este país, pues la temperatura resulta muy agradable y los cielos están limpios. Una imprevista intervención quirúrgica hizo que tuviera que aplazar mi sexto viaje del mes de noviembre al de febrero y que viajara solo con mi mujer y un conductor sij, realizando desde Delhi más de 1.000 km en coche por el norte de la India y regresando a la capital en tren.

Una vez en la carretera volví a recordar que ella en sí es un espectáculo, ya que puedes ver infinidad de medios de transporte, como el dromedario, el rickshaw y los trenes. Nuestro primer destino era el estado de Himachal Pradesh, pero el 18 de febrero hicimos una escala técnica para pernoctar en Chandigarh, una ciudad de la India que sirve de capital a dos estados, Punyab y Haryana, aunque no pertenece a ninguno de ellos. Como llegamos bien avanzada la tarde solo nos dio tiempo a visitar el Garden Rock Fantasy, un curioso jardín de esculturas hechas con productos reciclados. En él coincidimos con una fiesta.

El 19 de febrero tuvimos que recorrer 115 km para llegar a nuestro primer destino en Himachal Pradesh, su capital, Shimla, población situada a 2130 metros de altitud, construida en la ladera de una montaña que tiene como telón de fondo las nevadas cumbres del Himalaya. Antes de llegar nos detuvimos en el colorista templo Jakhoo. Shimla fue la capital de verano de la India durante la dominación británica, conservando un cierto aire colonial en su vía principal, la Mall, situada en la parte alta, antiguamente vedada a los ciudadanos indios. En ella está prohibido arrojar basura, escupir e incluso fumar, bajo multa. También nos acercamos a los puestos de comida y vimos cómo elaboraban los tradicionales gorros. El día fue de lo más luminoso y por primera vez pisamos la nieve en la India, pero no todo fue perfecto, pues en ningún alojamiento hemos pasado tanto frío como en el victoriano Hotel Woodville Palace.

20 de febrero. De Shimla a Manali (245 km), nuestro siguiente destino, el viaje no tuvo desperdicio, sobre todo a partir de Mandi, donde entramos en el valle de Kulu, conocido como “el valle de los dioses” y abierto por el río Beas. Viajamos en un moderno Tata, sin tiempo para aburrirnos, ya que las ventanillas del coche parecen una pantalla de televisión en la que estás viendo en directo un documental en el que aparecen hermosos paisajes, la vida en la calle, los puentes colgantes, los monos… Lo malo es que viajamos en vilo por la forma de conducir que tienen los indios, jugándonos la vida en cada adelantamiento.

21 de febrero. Manali se ha convertido en la principal población turística del valle de Kulu. Su nombre original era Kulantapith, que significa “el final del mundo habitable”, ya que aquí concluye el valle y comienzan las montañas que conducen al elevado valle de Ladakh. Cuenta con algunos modernos monasterios budistas tibetanos y un antiguo templo, Hadimba, construido en 1553, que tiene su entrada de madera exquisitamente tallada. También vimos a los yak por la calle, fuimos al mercado y contemplamos las montañas cubiertas de nieve, mucho más después de la nevada que nos cayó.

Como Manali tiene poco que ver, aprovechamos la estancia para visitar dos aldeas cercanas, comenzando por la más próxima, Vashisht, distante tan solo 3 km, que si por algo es conocida y por lo que la gente se acerca a ella, es para darse un baño en sus manantiales termales de agua sulfurosa, también utilizados por las mujeres para hacer la colada y limpiar la vajilla. La segunda, distante 6 km, es la mayor aldea del valle de Kulu. Se trata de Jagatshukh, que cuenta con dos antiguos templos, aunque nos quedamos con la imagen de los niños que nos acompañaron en nuestro recorrido por el pueblo.

22 de febrero. Tras la intensa nevada nocturna, el día siguiente amaneció radiante, así que el paisaje era todavía más espectacular visto desde la atalaya de nuestro hotel Snowcrest Manor. Temíamos no poder bajar la empinada cuesta con el coche, pues todos los campos estaban cubiertos de nieve, pero la carretera estaba limpia. Menos mal, pues no creo que aquí sepan lo que son las cadenas. Por delante teníamos 235 kilómetros de viaje, atravesando numerosos verdes valles antes de llegar a Dharamshala, que fueron una auténtico espectáculo tanto por los paisajes como por la vida de los pueblos por los que pasamos.

23 de febrero. Dharamshala es conocido en todo el mundo por ser el exilio escogido por el Dalai Lama cuando tuvo que abandonar el Tíbet. Por ello la ciudad está llena de refugiados tibetanos y de monjes budistas. Es una población situada entre los 1250 metros de altitud de su parte baja, eminentemente india, y los 1800 metros de la parte alta, budista, rodeada de cumbres nevadas y conocida como McLeod Ganj. En su calle principal existe un pequeño templo budista, con un rodillo de oraciones, y un importante monasterio, en el que presenciamos una vistosa ceremonia. Previamente, como no, acudimos al mercado. Por fin cumplía una asignatura que tenía pendiente, llegar a este lugar que tanto me ha gustado.

Nuestro apresurado viaje continuó y por la tarde nos dispusimos a cubrir los 203 km que nos separaban de Amritsar, la mítica ciudad del estado del Punyab y principal objetivo del viaje. Durante el recorrido seguimos disfrutando del paisaje de montañas nevadas y de la actividad que hay en los pueblos. La carretera sigue siendo un espectáculo, aunque resalto dos detalles, la tranquilidad de una garceta y la de la obra en una carretera, en la que la persona que maneja una pala tiene un ayudante para tirar de ella con una cuerda. Tras instalarnos en el hotel, ya de noche, acudimos a ver el Templo Dorado de los sij. Tenía tantas ganas…

24 de febrero. Deambular en coche por la ciudad antigua de Amritsar es una auténtica locura, así que resulta más práctico utilizar el transporte público popular, el rickshaw (bicicleta), para las distancias cortas y el moto-rickshaw, para las más largas. Toda la parte vieja y principalmente las calles que rodean el templo es un gran bazar, en el que existen comercios en los que se venden las cosas más inverosímiles y numerosos puestos de hortalizas y frutas, con sus productos perfectamente colocados. Aunque hay varios bares e incluso alguna moderna pizzería, la mayoría de la población sigue prefiriendo los puestos callejeros de comidas, como el que ilustra la foto. Nada más ver la cámara, el propietario hace salir a los demás empleados, se atusan el pelo y posan.

Concluyo este relato en el Templo Dorado, aunque su nombre es Templo de Dios o, más bien, su acepción punjabí “Harimandir Sahib”. La construcción se concluyó en 1601, siendo desde entonces considerado por los sikhs como el templo más sagrado, al que acudir en peregrinación al menos una vez en la vida. El poderío de los sikhs se manifiesta según llegas al templo, primero porque no hay que pagar entrada y segundo porque tienen un enorme servicio de guardarropa, también gratuito y perfectamente organizado, en el que puedes dejar la mochila y obligatoriamente los zapatos, ya que al recinto del templo hay que entrar descalzo, atravesar unas pequeñas piscinas de mármol que te cubren de agua hasta el tobillo para lavar los pies y cubrir la cabeza con un pañuelo de algodón. Incluso puedes comer gratis. El Harmandir es el lugar en el que se custodia el original del libro sagrado de los sikhs, bajo la gran cúpula cubierta por 100 kg de láminas de oro. Me ha encantado el Templo Dorado, que por si mismo ha justificado el viaje.

Teruel existe: El Maestrazgo

Los insultos y amenazas recibidos por Tomás Guitarte, diputado de Teruel Existe, durante el proceso de investidura de Pedro Sánchez, así como la campaña de boicot contra Teruel, me han animado a escribir sobre esta provincia, rememorando un viaje realizado del 31 de marzo al 3 de abril de 2011 por uno de los lugares más representativos de la España vaciada, la comarca turolense del Maestrazgo, pues en 1.204,30 km² (el 54% de Bizkaia) hay censados tan solo 3.177 habitantes, con una densidad de 2,65 hab/km². Las tres noches las pasamos en un confortable alojamiento, el Hotel Spa Balfagón **** (https://hotelspabalfagon.com/es/), ubicado en la capital de la comarca, Cantavieja, localidad situada a 1200 metros de altitud y distante 508 km de Leioa y tan solo 174 de Valencia, ciudad desde la que nosotros nos desplazamos. Os invito a conocer el Maestrazgo.

La Iglesuela del Cid (410 habitantes), declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1982, supuso para nosotros la puerta de entrada en el Maestrazgo turolense. El edificio más importante es la iglesia de la Purificación, construida en el siglo XVII sobre un templo gótico anterior. La iglesia, el Ayuntamiento y el Torreón de los Nublos, forman un notable conjunto monumental, en el que también merecen ser reseñados la Casa Guijarro y el antiguo arco de la muralla, que cuenta con una pequeña hornacina con la imagen del Apóstol y aparece datado en el año 1721.

Con 709 habitantes, Cantavieja es la capital y la localidad más poblada del Maestrazgo turolense. Para nosotros fue nuestro «campamento base», por lo que aprovechamos las tardes para ir descubriendo esta población construida sobre un promontorio rocoso, que forma parte de los pueblos más bonitos de España y desde 1981 está declarado Conjunto Histórico, en el que destaca la Plaza Mayor, porticada en tres de sus lados, dos de ellos ocupados por el Ayuntamiento (siglo XVI) y la iglesia parroquial de la Asunción. En la plaza está la Casa del Bayle. También visitamos la ermita del Calvario y el Museo de las Guerras Carlistas, ubicado en la calle Mayor en una casa del siglo XVII, desde el que se propone un viaje en el tiempo para descubrir la zona en el siglo XIX (http://museovirtualmaestrazgo.com/guerras-carlistas.php).

Al día siguiente nos desplazamos a un pequeño pueblo, de nombre Cañada de Benatanduz (36 habitantes), perdido en la sierra de la Cañada a 1422 metros de altitud. El barrio de Monjuí concentra los restos más antiguos de la población, las ruinas del castillo. A una cota inferior se encuentra el conjunto de la Plaza Mayor, presidido por la torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y flanqueado por el antiguo Ayuntamiento, con lonja-trinquete y el hospital de los pobres, que data de 1568.

La siguiente cita la tenemos en Villarluengo (170 habitantes), en el que destaca su espectacular y hermoso emplazamiento en lo alto de un enorme espolón rocoso, al borde de un profundo barranco al que se asoman las casas del pueblo. Una vez en él nos detenemos ante la iglesia parroquial de la Asunción, de estilo neoclásico-mudéjar, y el edificio del Ayuntamiento, obra renacentista del siglo XVI. Luego subimos a la Torre Montesanto, convertida en hostal, desde la que se tiene una espectacular vista.

A continuación nos desplazamos a Pitarque (73 habitantes), pueblo que alcanzó su máximo esplendor en el siglo XIX, cuando contaba con unos 900 vecinos. Nos detenemos a tomar algo, mientras contemplamos la iglesia de Santa María la Mayor, para luego dirigirnos a nuestro principal objetivo, el precioso nacimiento del río Pitarque, a partir de las aguas que se van filtrando desde las partes más elevadas de la sierra de Gúdar. Hay que caminar por un sendero balizado durante unos 5 km y otros tantos de vuelta. De camino nos detenemos en la ermita de la Virgen de la Peña. y en la antigua central eléctrica.

Viajando por la carretera que va de Pitarque a Ejulve, después de superar innumerables curvas, nos detuvimos para contemplar los Órganos de Montoro, imponente farallón de roca caliza bajo el que discurre encajado el río Guadalope. Previamente nos paramos para fotografiar los cultivos en terraza y el túnel excavado para atravesar la mole rocosa. Más adelante pudimos contemplar en el interior del bosque un grupo de cabras montesas, con una gran cornamenta.

La siguiente cita es en Molinos (239 habitantes), donde llama nuestra atención que el pueblo está partido por el profundo barranco de San Nicolás, donde el río Guadalopillo se desploma dando lugar a un salto de agua de 30 metros. Una vez en el pueblo dos edificios llaman nuestra atención, la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, de finales del siglo XV, y la Casa del Concejo, el Ayuntamiento, con su imponente artesonado. Como siempre hay que dejar algo para volver, nos quedan pendientes de visitar los museos de Molinos y de Eleuterio Blasco Ferrer, la exposición Agu-a-rte y la gran atracción de la población, las espectaculares Grutas de Cristal (http://www.grutasdecristal.com).

Continuamos la ruta hasta Cuevas de Cañart (76 habitantes), pueblo perteneciente al municipio de Castellote, que conserva el trazado urbano de origen medieval, por lo que ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Han desaparecido el castillo y la muralla, de la que solo se conserva el portal de Marzo. Entre los edificios civiles destacan el Ayuntamiento y las casas Moliner y Arellano, edificio neoclásico. La arquitectura religiosa está representada por la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol y las ermitas de la Virgen de los Pueyos y de San Blas, además de los restos de los conventos de Monjes Servitas y de Concepcionistas Franciscanas.

Aunque no entramos, pasamos junto a Seno (39 habitantes), del que sobresale la esbelta torre mudéjar de la iglesia de Santa Elena (siglo XVIII). Nuestro siguiente destino es Castellote, capital del segundo municipio más poblado (681 habitantes), pueblo ubicado en la ladera de un monte coronado por las ruinas de un castillo templario. Su principal edificio es la iglesia gótica de San Miguel, aunque también llama nuestra atención la fuente gótica. En este intenso día todavía nos quedan casi 50 km para regresar a Cantavieja, pero nos volvemos a detener para fotografiar el embalse de Santolea.

Iniciamos una nueva jornada dirigiéndonos a Tronchón (67 habitantes), pueblo declarado Conjunto Histórico-Artístico y famoso por sus quesos. La plaza de la Iglesia constituye el centro neurálgico de la población, pues a ella se asoman el templo de Santa María Magdalena, la Casa Consistorial, el horno y la antigua cárcel. Cuenta también con notables casas, entre las que destacan las del Santo, del Marqués de Valdeolivo, Rectoral y Monforte. También llama mi atención la existencia de un trinquete. Al abandonar el pueblo vemos a dos pastores cuidando un rebaño de ovejas.

Concluimos este apresurado viaje por el Maestrazgo turolense en uno de los pueblos que más me han gustado, Mirambel (116 habitantes). Por algo está considerado uno de los conjuntos arquitectónicos más importantes de Aragón. Desde 1980 es BIC y en 1981 recibió la medalla de oro de Europa Nostra por las tareas de restauración. Accedemos al recinto amurallado y vamos dando un monumental paseo por sus calles, contemplando construcciones tan notables como el Portal de las Monjas, el convento de las Agustinas, la iglesia de Santa Margarita, la Casa Consistorial y las casas renacentistas de Aliaga y Castellot. Pasamos junto a la ermita y abandonamos el recinto amurallado por el Portal del Estudio.

Nuestro recorrido por el Maestrazgo turolense ha concluido, con la sensación de que, por su emplazamiento, algunos pueblos me recuerdan a los de la Toscana italiana. El viaje continúa ahora hacia el Maestrazgo de Castellón, pero de ello hablaré en otra ocasión.

LANZAROTE: En el centenario de César Manrique

El pasado 19 de enero viajé por cuarta vez a la canaria isla de Lanzarote. En este viaje de 9 días he recorrido 550 km por las excelentes carreteras de la isla, con un objetivo principal, volver a visitar los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT), muy asociados a la figura de César Manrique, del que se celebra el centenario de su nacimiento. Poco más de dos horas y media de vuelo separan los aeropuertos de Bilbao y Lanzarote, que realicé con Vueling, con impecable puntualidad y un coste que no llegó a 80 € ida y vuelta. Por segunda vez nos hemos alojado en el Hotel Beatriz Playa & Spa, ubicado en la tranquila zona de Matagorda, en Puerto del Carmen, que cuenta con un agradable paseo costero desde el que puedes fotografiar a los aviones como si estuvieras en la caribeña isla de St Maarten.

De visita obligada resulta la Fundación César Manrique, que ocupa la vivienda del artista en Tahiche y que hasta el 24 de abril conmemora el centenario del nacimiento de su fundador con numerosas actividades, como la exposición “César Manrique. Es un placer”. Recorriendo el espacio expositivo pudimos contemplar más de 400 fotografías de la esfera pública y privada del artista, además de reproducciones de sus máscaras de Carnaval, cerámicas, cuadros, carteles de sus exposiciones y un largo etcétera. Horario: De 10 a 18 h. Precio entrada: 8 euros.

Al día siguiente a nuestra llegada, por la tarde, como el tiempo estaba nublado y con lluvia, aprovechamos para visitar el Museo Internacional de Arte Contemporáneo, ubicado en el castillo de San José, erigido entre los años 1776 y 1779 por mandato del rey Carlos III. Fue el primer CACT que visitamos y aprovechamos para comprar por 35 € el bono para los 6, con el que te ahorras 12, 50 €. César Manrique fue quien convenció a las autoridades locales para transformar la antigua fortaleza en un museo que reúne una de las mayores colecciones de arte abstracto de la segunda mitad del siglo XX existentes en Canarias. Horario: De 10 a 20 h. Precio: 4 euros.

Dedicamos una jornada a visitar cuatro de los seis Centros de Arte, Cultura y Turismo, que incluye el bono que compramos, comenzando por el que más me gusta, el Jardín de Cactus, última gran intervención de César Manrique en Lanzarote. Rodeado de la mayor plantación de tuneras de la isla, el Jardín de Cactus acoge alrededor de 4.500 ejemplares de 450 especies de cactus, llegados desde los cinco continentes. El paseo por su interior resulta muy agradable, llamando también la atención el molino y los baños. Horario: De 10:00 a 17:45 h. Precio: 6,50 euros.

La siguiente cita la tuvimos en uno de los lugares más emblemáticos de Lanzarote, los Jameos del Agua. Jameo es una palabra de origen aborigen que se refiere a un agujero que se produce como consecuencia del hundimiento del techo de un tubo volcánico. Creado a partir de unos jameos naturales, es el primer Centro de Arte, Cultura y Turismo ideado por César Manrique, además de uno de sus pilares creativos, la armonía entre la naturaleza y la creación artística. Horario: De 10:00 a 18:30 h. Precio: 10 euros.

Muy cerca tenemos nuestro siguiente destino, la Cueva de los Verdes. En este caso la visita es guiada, en castellano e inglés, teniendo que esperar a que se formen grupos de 50 personas, algo que sucede con mucha rapidez. Se trata de una cueva volcánica que se ha acondicionado para su visita, contando en su interior con un auditorio. La visita concluye con una sorpresa, que no voy a revelar para que no pierda su encanto. Horario: De 10 a 17 h. Precio: 10 euros.

Situado a 400 metros de altitud, en el Risco de Famara, el Mirador del Río es una las creaciones arquitectónicas más representativas de César Manrique. Destacan en él sus amplios miradores desde los que contemplar La Graciosa, isla a la que se accede desde Orzola en los barcos que salen cada media hora. La travesía dura 30 minutos y el precio es de 26 € ida y vuelta. En la isla os recomiendo ir a la playa de las Conchas, distante unos 5 km. Se puede ir en taxi todo-terreno y regresar caminando, para luego disfrutar de unas lapas a la plancha en el puerto. Volviendo al Mirador del Río, me parece un abuso que cobren por entrar a un bar, bastante flojo por cierto, cuando las vistas las tienes desde cualquier punto de los alrededores. Horario: De 10:00 a 17:45 h. Precio: 5 euros.

Otro lugar de visita obligada es el parque nacional de Timanfaya, que cuenta con más de 25 volcanes. Aunque las últimas erupciones se produjeron en 1824, sigue teniendo actividad volcánica, como se puede comprobar con la hierba seca que arde a poca profundidad o el geiser que recrean para los visitantes. El precio de la entrada incluye un recorrido de algo más de media hora en autobús por el interior del parque. Horario: De 09:00 a 16:45 h. Precio: 12 €. Previamente hicimos a pie un recorrido de algo más de dos horas de duración, caminando sobre la lava, para subir al cráter del volcán Caldera Blanca, bordeando el volcán La Caldereta. Merece la pena pero hay que llevar calzado adecuado. El sendero parte de una pista a 2 km del Centro de visitantes de Mancha Blanca. No tiene perdida pues el aparcamiento está lleno de coches.

Recorrimos también el centro de la isla, deteniéndonos en La Geria, lugar dedicado a la plantación de vides para la producción de vino, siendo abundante la variedad Malvasía. Las vides se plantan en conos formados en el lapilli, siendo protegidas por pequeños muros de piedra. También visitamos la Casa Museo del Campesino, Situada en en el centro geográfico de Lanzarote, en el municipio de San Bartolomé, que se complementa con el Monumento a la Fecundidad, una obra vanguardista de César Manrique. Es el séptimo CACT, pero la entrada es gratis pues todo es hostelería y tiendas. Horario: De 10:00 a 17:45 h. En Nazaret merece la pena visitar el Museo Lagomar, ubicado en un risco del volcán de Nazaret, construido entre rocas, cuevas y túneles que te llevan a lo que durante menos de 24 horas fue la casa del actor egipcio Omar Sharif. Horario: De 10 a 18 h. Precio: 6 euros.

Al día siguiente a nuestra llegada también nos desplazamos al extremo sur de la isla, al faro de Punta Pechiguera, para conocer la zona turística de Playa Blanca. Cuando estábamos en el paseo costero a la altura de playa Flamingo, la amenaza inminente de lluvia nos hizo escapar, así que volvimos al sur en un mejor día, para detenernos en el coqueto pueblo de Yaiza, donde entramos en la iglesia de Ntra Sra de los Remedios, frente a la que luego comimos. Es un buen punto de partida para visitar las salinas de Janubio, los Hervideros y, finalmente, El Golfo, punto de partida para llegar a pie hasta las proximidades del hermoso lago Verde.

En esta ocasión dejamos para el final del viaje el probablemente más coqueto pueblo de Lanzarote, Teguise. Lo hicimos así porque el 26 de enero era domingo, día en que tiene lugar el mercadillo popular más importante de Canarias, donde se puede adquirir artesanía de todo tipo, productos naturales, quesos, vinos y productos elaborados a base de cactus y aloe. Todo el pueblo se convierte en un gran mercado, que se articula en torno a la iglesia de Ntra Sra de Guadalupe, que data del siglo XVI. Hay varios bares en esta población, pero este día están todos abarrotados.