Cuando tengamos libertad de movimientos, sería bueno volver a disfrutar de la naturaleza y estirar un poco las piernas, así que habrá que ir haciendo planes en este sentido. La propuesta que os traigo hoy la realicé los días 23 y 24 de abril de 2018, aunque también la hice con anterioridad en otoño, con un paisaje completamente diferente. Lógicamente también se puede hacer en dos días diferentes, pues ahora los días son ya muy largos y, vistas las previsiones, mucho más factible cuando nos abran la puerta, pues podemos ir con bocata. Ambos lugares se encuentran en la geografía de Gipuzkoa y son muy asequibles a cualquier persona. El primer día iremos al Túnel de San Adrián y el siguiente al embalse de Lareo. Para pasar la noche hemos elegido la localidad navarra de Arbizu, que dista 28,2 del parking de Otzaurte y 8,8 km del puerto de Lizarrusti, puntos de partida para acceder a San Adrián y Lareo y respectivamente.
El parking de Aldaola, situado a unos 4 km de la Otzaurteko Benta, es el punto de partida de esta ruta que nos llevará hasta el túnel de San Adrián (Sandratiko tunela) tras caminar unos 45 minutos y salvar una desnivel de unos 200 metros. Ya he comentado que es un paseo sencillo. Estamos en el municipio de Zegama. Desde Leioa a Otzaurte se puede llegar siguiendo la ruta gipuzkoana, pasando por Eibar, Bergara y Beasain o yendo por Gasteiz y Altsasu. El sendero nos introduce en un frondoso bosque por el que discurre un arroyo.
Caminando por el sendero GR-12, GR-121 y GR-283 enseguida alcanzamos el antiguo cuartel de Mikeletes, la vieja guardia de Gipuzkoa. Eran los encargados de la recaudación de impuestos y de controlar la entrada de productos de las provincias limítrofes. Estuvieron aquí presentes hasta el año 1969. Hoy da pena ver el lamentable estado en el que se encuentra este edificio, que durante bastantes años fue utilizado como refugio de la Federación Vasca de Montañismo. Estamos a 900 metros de altitud.
Caminamos ahora por la calzada real, importante vía de comunicación en la Edad Media para ir desde Castilla a Europa. En los siglos XVI y XVII era una de las principales puertas de entrada a Gipuzkoa, ya que formaba parte del Real Camino de Postas. Pronto vemos nuestro destino final, situado a 1000 metros de altitud. Se trata del túnel de San Adrián (Sandratiko tunela), una cueva natural de 55 metros de longitud que, a modo de túnel, permite salvar el cresterío rocoso. En su interior existe una pequeña ermita. Según la tradición, el rey Enrique IV de Castilla y su hermana Isabel I de Castilla cruzaron el túnel. También dicen que Carlos V lo hizo a caballo. Desde 2015, este lugar forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, integrado en los Caminos de Santiago. Cruzando el túnel, el sendero continúa hacia las campas de Urbia y la cima del monte Aizkorri (1523 m). Nosotros regresamos por el mismo camino.
Como he comentado al principio, la noche de esta escapada la pasamos en la localidad navarra de Arbizu. Me gusta este pueblo que además tiene un hotel lleno de encanto, el Olatzea ***, ubicado en un antiguo molino. Otra opción es el Hostal Izar Ondo, negocio familiar de toda la vida, situado a orillas de la antigua carretera nacional, que es también el mejor lugar de la zona para comer o cenar. Estando donde estamos, no puede faltar el bocadillo de txistorra. Los edificios más interesantes de Arbizu son el Ayuntamiento y la iglesia de la Natividad de María. Bajo la atenta mirada del monte Beriain (San Donato, 1493 m), como el día es largo, por la tarde nos acercamos a la pequeña población de Unanu, para que mi amiga madrileña pudiera fotografiar un rebaño de ovejas.
Situado a 622 metros de altitud, en la muga entre Nafarroa y Gipuzkoa, el puerto de Lizarrusti es el punto de partida de nuestra siguiente ruta. Poco antes de ver el cartel que nos da la bienvenida al municipio de Ataun, tenemos un amplio aparcamiento y el Parketxe, Centro de Interpretación y entrada principal del Parque Natural de Aralar. También tenemos un jatetxe, en el que podemos tomar algo, y un área recreativa con mesas, en las que podemos comer el bocata.
Salimos de la parte trasera del Parketxe siguiendo los paneles indicadores. Los primeros metros se realizan por una pista bastante llana que discurre por un frondoso hayedo. Cuando llevamos unos 300 metros de marcha, dejamos a nuestra izquierda el GR20 y continuamos por la llana pista. 350 metros después nuestra ruta se convierte en un sendero de un metro de anchura, que más adelante va pegado a una pared rocosa, teniendo que atravesar el pequeño túnel de Akerreta, por el que antiguamente pasaban las vagonetas que trasportaban leña.
El sendero sigue discurriendo por el interior de un precioso bosque, que nos proporciona sombra y que en otoño presenta una gran variedad de colores y tonos. Tenemos que cruzar una valla, para que no pase el ganado, que se solventa con una pequeña escalera de madera.
Continuamos por el sombreado y cómodo sendero hasta llegar a los modestos saltos de agua del río Maizi, cuyo murmullo hemos escuchado hace un rato. Cruzamos el río por un puente de madera, continuando a partir de ahora nuestra ruta por una ancha pista. La vegetación también cambia y encontramos árboles de diferentes especies. La pista sigue bien marcada, pero nos toca subir ahora la mayor pendiente de la ruta, para alcanzar el embalse.
Según informaban los paneles indicadores que vimos en Lizarrusti, llevamos recorridos 2,4 km cuando llegamos al embalse de Lareo, construido en 1989 para garantizar el caudal ecológico del río Agauntza. Estamos a unos 740 metros de altitud. Luego tenemos que regresar al punto de partida por la misma ruta. Ya que hemos llegado hasta aquí, merece la pena bordear el embalse, 1.000 metros aproximadamente, pasando casi al final por un puente de estilo finlandés.