Me encantan las islas Canarias, por su clima y variedad de paisajes. Además resulta muy cómodo llegar a cuatro de ellas, Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, por contar con vuelos directos de Bilbao. He estado en Canarias unas cuantas veces: cuatro en Tenerife y Lanzarote, dos en Fuerteventura, Gran Canaria y el islote de Lobos y una en La Graciosa, La Palma, La Gomera y El Hierro. Y todavía no he estado tomando el sol en ninguna de sus playas, pero he caminado por muchas de sus rutas. He recorrido bastantes kilómetros por ellas con un coche alquilado salvo en una ocasión, en Tenerife, que lo hice en transporte público siguiendo el ejemplo de algunos centroeuropeos. Es precisamente en esta isla en la que me voy a detener durante tres semanas, para mostraros que Tenerife tiene mucho más que playas. Habrá que ir pensando en hacer planes para cuando podamos volver a viajar.
He volado a Tenerife con Iberia y Vueling, tanto al aeropuerto de Tenerife Norte (Los Rodeos) como al de Tenerife Sur (Reina Sofía). Me he alojado en el Sur en Los Cristianos, pero sobre todo en el Norte, siempre en Puerto de la Cruz, donde he repetido hotel, el Parque San Antonio cuando pertenecía a la cadena Meliá. Me gustaba por la baja altura de sus edificios y porque se encontraba en un jardín botánico. También he ido comprobando la paulatina decadencia de los servicios en la hostelería canaria, debido a la llegada del todo incluido y lo poco que pagan los touroperadores europeos, comparado con lo que nos cobran a nosotros.
Comenzamos nuestro recorrido bajo la atenta mirada del omnipresente monte Teide, como no, en Puerto de la Cruz, el municipio menos extenso (8,73 km²) pero más turístico de Canarias, que se sitúa en el norte de la isla de Tenerife, en el valle de La Orotava. Cuenta con un lugar emblemático, el Lago Martiánez, complejo de ocio diseñado por el artista lanzaroteño César Manrique que, con sus 100.000 metros cuadrados, cuenta con un lago central artificial, piscinas, jardines, terrazas y restaurantes. Al lado se encuentra la playa Martiánez.
Puerto de la Cruz cuenta con un interesante centro histórico, así que comenzamos a recorrerlo en el peatonal pase de San Telmo, donde nos detenemos en la coqueta ermita de la que toma el nombre, construida en 1870. Sucesivamente vamos acercándonos a otros notables edificios, como el Ayuntamiento, la Casa Miranda (de 1730) y la iglesia de Ntra Sra de la Peña de Francia, construida en 1697 y ampliada posteriormente, en la que destaca el barroco retablo mayor de 1710. También entramos en el mercado y contemplamos varias pinturas murales y a los mimos callejeros.
Continuamos el paseo monumental por Puerto de la Cruz acercándonos al Mirador Punta del Viento y de allí al antiguo puerto, donde contemplamos la Batería de Santa Bárbara y la Casa de la Real Aduana, fundada en 1620, que aloja el Museo de Arte Contemporáneo. La siguiente cita la tenemos en la ermita de San Juan Bautista, del siglo XVI, que es una nave lateral de la iglesia de San Francisco desde el siglo XVIII. En su interior destacan los retablos renacentistas y barrocos. Concluimos nuestro recorrido disfrutando de la arquitectura tradicional canaria, con tres edificios del siglo XVIII, como las Casas Iriarte y Remierd y el Hotel Marquesa, para finalizar en el Hotel Monopol, regentado por la misma familia desde hace más de 75 años.
Sin salir de Puerto de la Cruz visitamos el Loro Parque, zoológico con una extensión de 135.000 m², especializado en la conservación de gran variedad de loros. Creado por el alemán Wolfgang Kiessling y su padre, fue inaugurado a finales de 1972 con más de 150 papagayos y el primer espectáculo de loros de Europa. En la actualidad cuenta con una gran variedad de animales, como tigres, oso hormiguero, gorilas, flamencos, loros, grullas, pingüinos, aligátores y tortugas, siendo la principal atracción los espectáculos de delfines y de orcas.
A 20 km tenemos un lugar que me atrae mucho, Icod de los Vinos, donde se encuentra el llamado Drago milenario, que realmente parece tener entre 500 y 600 años y cuenta alrededor con un hermoso parque. El casco antiguo ha sido declarado Bien de Interés Cultural debido a su importancia histórica, pues cuenta con notables edificios como la Casa de Andrés de Lorenzo Cáceres, de fachada neoclásica. Pasamos por la plaza de La Constitución, más conocida como plaza de la Pila, y nos acercamos a tres edificios religiosos, el convento de San Agustín, la capilla de los Dolores (siglo XVIII), que formaba parte del antiguo convento franciscano del Espíritu Santo, actual sede de la Biblioteca Municipal en cuyo patio vemos a Neptuno empuñando un tridente, y la iglesia matriz de San Marcos, de comienzos del siglo XVI y de estilo colonial canario.
8 km más y llegamos a otro de los lugares que me gustan de la isla, Garachico, cuyo nombre procede del roque o islote que se encuentra cercano a su costa, en la que encontramos el Caletón, una zona de baño formada por varias piscinas de origen natural, pues se formaron por la lava solidificada procedente de la erupción del volcán Trevejo en 1706. Al lado tenemos el grupo escultórico El Tensei Tenmoku o Puerta sin Puerta, creado por el artista Kan Yasuda. El casco histórico de Garachico posee un rico patrimonio arquitectónico de los siglos XVI y XVII, como el castillo de San Miguel y el ex-convento e iglesia de San Francisco, reconvertido en biblioteca municipal y museo. Mención especial merecen también el Ayuntamiento y la plaza de la Libertad.
Aunque la próxima semana hablaré más ampliamente de esta zona, no puedo concluir esta entrada sin citar el Teide y Las Cañadas, Parque Nacional que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2007. Mi primer viaje a la isla tuvo precisamente como objetivo subir al techo español, de 3715 metros de altitud, cosa que hice en compañía de mi hermano desde Montaña Blanca, pernoctando en la parte abierta del refugio de Altavista y aprovechando el descenso para pasar por el Pico Viejo (3135 m).
La próxima semana seguiremos recorriendo Tenerife, isla que tiene tantas cosas que ver.
Aprovecho la ocasión para desearos felices fiestas y un próspero año 2021, en el que se acabe la pandemia y podamos viajar con total libertad.
Y para concluir, una buena noticia. La fiesta de los Caballos del Vino ha sido declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, así que desde aquí mi felicitación a los habitantes de Caravaca de la Cruz (Murcia), que tan bien nos acogieron cuando estuvimos en la citada fiesta el 2 de mayo de 2019, por cierto, la última que se ha celebrado, con mis deseos de que pronto vuelva a ser una realidad.
Recuerdos recientes de Tenerife. Como bien dices islas maravillosas para recorrer. Muchísimas felicidades para estas navidades y ojalá la pandemia vaya quedando atrás, tendremos que pensar en positivo, para poder retomar nuestra vida viajera con seguridad.
Gracias por mencionar los caballos del vino, pués,por la parte que me toca ,una estupenda noticia. Un abrazo.