NUEVA ZELANDA: Milford Sound, la guinda del viaje

Continúo el relato del viaje por Australia y Nueva Zelanda, realizado del 23 de septiembre al 24 de octubre de 2018, que dejaba el pasado martes en Queenstown, en la isla Sur de Nueva Zelanda.

19 de octubre. Día 27 de viaje. Amanece lloviendo a mares y las previsiones no son nada halagüeñas, pero como tenemos por delante 285 km hasta nuestro destino, todo puede cambiar o al menos eso deseamos. Como no queríamos pegarnos una paliza de viaje, para hoy hemos cogido una excursión organizada que combina autobús y barco con comida a bordo (Milford Sound Full Day Tour) y una duración de 12 horas 30 minutos, prácticamente de sol a sol, así que toca madrugar. La primera parte del viaje la realizamos con lluvia, luego disfrutamos de unos hermosos reflejos mientras bordeamos el lago Wakatipu, más tarde las líneas de niebla y pronto sale el sol. Igual volvemos a tener suerte, pues nos dicen que en Milford Sound, nuestro destino, llueve 363 días al año.

Cuando llevamos recorridos 171 km (2 horas de viaje), nos detenemos en Te Anau, localidad que se asoma al lago del mismo nombre, el más grande de la isla Sur. Aprovechamos para ir al baño, tomar un café y todavía nos queda un poco de tiempo para acercarnos a la orilla del lago. Esto promete, pues el día está quedando espectacular. No nos lo podemos creer, pues la previsión no era muy buena. Todavía nos quedan más de 100 km, así que esperamos que se mantenga el buen tiempo.

Viajamos en un cómodo autobús con wifi gratuito y techo de cristal para contemplar mejor el espectacular paisaje, circulando por una buena carretera que recorre el Parque Nacional de la Tierra de los Fiordos (Fiordland). 53 km después nos detenemos en el pintoresco Eglinton Valley, un valle glaciar que ahora es una enorme planicie rodeada de montañas.

Seguimos en el Fiordland National Park, deteniéndonos 4 km después, teniendo que caminar tan sólo 5 minutos para acercarnos a los Mirror Lakes, donde en un día tranquilo las cadenas montañosas se reflejan perfectamente en las tranquilas aguas, en las que vemos algunas fochas. Las agrestes montañas comienzan a estar cubiertas de nieve. El día sigue precioso.

Seguimos recorriendo el Fiordland National Park y enseguida nos volvemos a detener para fotografiar las nevadas montañas. El paisaje es espectacular, por lo que me despisto y casi me roba el gorro un kea, ave de la familia de los loros Strigopidae, especie endémica de la zona alpina de la isla Sur de Nueva Zelanda. Es un loro de gran tamaño, que mide unos 46 cm y pesa 1 kg. Con tanta parada empezamos a ponernos nerviosos por si empeora el tiempo. Pasamos el estrecho túnel Homer, un pasadizo de 1,2 km por el que parece que el autobús no va a caber y nos detenemos en The Chasm, para caminar durante 20 minutos por un sendero y pequeños puentes sobre una serie de pequeñas cascadas y rápidos. Ya solo nos quedan unos 10 km para llegar a nuestro destino. ¡Vaya día más bueno que está quedando!

La Milford Road concluye en nuestro ansiado destino, Milford Sound, el fiordo más famoso de Nueva Zelanda. Para nosotros era la guinda del viaje y lo podemos contemplar con un tiempo espectacular, cosa nada fácil. Mientras embarcamos en un buen catamarán de tres niveles, disfrutamos contemplando el Mitre Peak (Rahotu en maorí), que se ha convertido en uno de los iconos del país. Como estamos en una zona que llueve mucho y el deshielo en primavera es elevado, desde el barco contemplamos varias cascadas.

Navegamos durante casi dos horas por el increíble fiordo Milford Sound, hasta su salida en el mar de Tasmania. Es como ver un documental en directo, contemplando las cascadas y las paredes de roca marcadas por el glaciar. También vemos un grupo de focas tomando el sol sobre una roca y al final del trayecto una espesa niebla que procede del mar, debido a la diferencia de temperatura del agua, que proporciona un encanto especial.

Aprovechamos el regreso del barco para comer un plato de pasta con carne, un yogur y una copa de vino tinto, pero lo hacemos con rapidez para no perdernos nada de este extraordinario paisaje del fiordo Milford Sound, tomando las últimas fotos de las montañas y de las cascadas y, al llegar al embarcadero, deleitarnos contemplando el icónico Mitre Peak. ¡Qué gozada de sitio! Aunque parezca increíble hemos pasado 6 días en la isla Sur con un tiempo extraordinario, algo que varios lugareños nos han dicho que no es nada habitual. Por detrás de las montañas empiezan a entrar nubes, pero ya nos da igual el tiempo que haga. ¡Prueba superada!

Algunos pudientes regresan en avioneta a Queenstown, aprovechando para contemplar desde el aire el fiordo y los lagos. Nosotros tenemos por delante casi 4 horas de autobús (285 km) para regresar al punto de partida, que aprovecho para tomar unas fotos de las cascadas que hay junto al túnel Homer. Entre las lluvias y el deshielo de primavera, las montañas chorrean agua. En el regreso hacemos una sola parada, que nos permite fotografiar de nuevo el lago Te Anau. De nuevo en el autobús, contemplamos verdes praderas en las que pastan rebaños de ciervos y de vacas. Como no anochece hasta las 20:14, llegamos de día a Queenstown. No olvidaremos fácilmente esta jornada.

20 de octubre. Día 28 de viaje. Con mucha pena ponemos fin a los once días pasados en Nueva Zelanda, en los que hemos tenido muchísima suerte con el tiempo. Teníamos que haber pasado al menos una semana más, sobre todo en la isla Sur, ya que difícilmente volveremos a este país que tan lejos está, pero qué se le va a hacer, todo nos es posible. Desde el aeropuerto de Queenstown vemos por última vez las nevadas montañas. Por delante tenemos 3 horas de vuelo en un Airbus A320 de la compañía Jetstar para regresar a Australia. Destino, Sydney, final del viaje.

En Sydney pasaremos los 5 últimos días del viaje, pero antes tenemos que adelantar dos horas el reloj. De ello os hablaré más a adelante. El viaje continúa.

Un comentario en «NUEVA ZELANDA: Milford Sound, la guinda del viaje»

  1. Verdaderamente era la guinda del pastel. Precioso todo,y como bien dices,se quedó un día maravilloso con esas nieblas tan especiales. Un abrazo.as

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *