Dejaba la pasada semana el relato de esta escapada de una semana de duración por la provincia de Girona, en la hermosa Cala Montgó, donde tomamos café tras comer en L’Escala. De allí nos desplazamos a la cercana comarca de Baix Empordà, en la que pasamos la tarde recorriendo tres pueblos medievales, comenzando en uno que ya conocía, Pals, en cuyo centro histórico medieval destaca la torre románica de las Horas, construida entre los siglos XI y XIII. Resulta placentero caminar por las empedradas calles del barrio gótico, descubriendo interesantes arcos y notables edificios. De interés resultan también las torres cuadradas de la muralla, además de la iglesia gótica de Sant Pere.
La siguiente cita la tenemos muy cerca, en otro pueblo que también conocíamos, perteneciente al municipio de Forallac. Se trata de Peratallada, declarado Conjunto Histórico Artístico por ser uno de los núcleos de arquitectura medieval más importantes y mejor conservados de Catalunya. Resulta una gozada caminar bajo los arcos y soportales de esta amurallada población en la que el edificio más antiguo es el castillo, cuyos orígenes se remontan a los siglos X-XI. De interés son también la Torre de L’Homenatge, la iglesia de Sant Esteve (siglo XIII) y el Palacio (s. XIV).
Concluimos está variada jornada en una de las novedades de este viaje, Monells, pueblo que se formó en torno a un castillo del que solo se conservan las murallas, por lo que es mucho menos turístico que los anteriores, lo que aumenta su atractivo. Destaca su hermosa plaza mayor porticada, que lleva el nombre de Jaime I, el Carrers del Arcs y la iglesia de Sant Genís, de estilo gótico, que ya aparece documentada en el año 1019. Cuando regresamos al hotel en Roses vemos que hoy hemos recorrido 122 km.
La siguiente jornada la pasamos en Figueres, la capital de la comarca del Alt Ampurdá, que tenemos a tan solo 19 km del hotel. En esta ciudad la primera visita resulta obligada, como no, al Teatro-Museo Dalí, al que conviene acudir a primera hora, pues luego se encuentra muy concurrido. Este teatro del siglo XIX, fue completamente reconstruido a partir de 1966 para convertirse en Museo y sede de la Fundación Gala-Dalí, Bajo la cúpula descansan los restos del genio del Ampurdán. Algunas obras fueron realizadas expresamente para el Teatro-Museo como la salas MaeWest y Palau del Vent o el Cadillac. Merece la pena pagar los 14 € que cuesta la entrada (9 los mayores de 65 años), pues tenemos ocasión de ver algo único. Además el precio incluye la visita al interesante espacio Dalí·Joyas, que muestra la colección de 39 joyas de oro y piedras preciosas y los 26 dibujos y pinturas para los diseños, que Dalí realizó entre los años 1941 y 1970.
Aprovechamos la estancia en Figueres para recorrer el entorno próximo al Teatro-Museo Dalí, viendo sus originales adornos escultóricos exteriores, el Ayuntamiento y la iglesia de San Pedro, de estilo gótico, en la que me gustó mucho la capilla del santísimo Sacramento. Muy cerca se encuentra otro lugar muy original al que para acceder hay que pagar 7 €. Se trata del Museu del Joguet de Catalunya (Museo del Juguete), inaugurado en el año 1982 en las dependencias del antiguo Hotel París. Pasaremos un buen rato contemplando antiguos juguetes, algunos de los cuales habían pertenecido a personajes como Salvador Dalí, Federico García Lorca y Joan Miró. Comemos en Figueres y regresamos a Roses. Al fin dispondremos de un poco de tiempo para recorrer su paseo marítimo.
Sexto día de viaje. Hoy lo vamos a dedicar a la comarca de la Garrotxa, comenzando en un municipio que siempre me ha cautivado y que se ha convertido en un importante destino turístico, debido a su monumental puente sobre el río Fluvià. Me refiero al pueblo de Besalú y al Pont Vell, que tiene forma angular y siete arcos desiguales. Además, encima del quinto pilar se levanta la torre fortificada. La primera noticia que se tiene del puente es del año 1075, aunque es el fruto de numerosas reformas y ampliaciones posteriores. Aunque el puente fortificado es la principal atracción, no podemos dejar de recorrer las calles del centro medieval, deteniéndonos en la Plaça de la Llibertat, el Hospital de Sant Julià y el Monestir de Sant Pere. Nuestro viaje continúa, pasando por Castellfollit de la Roca, pintoresco pueblo construido sobre un acantilado basáltico, del que sobresale la torre de la antigua iglesia de Sant Salvador.
La siguiente cita la tenemos en la capital de la Garrotxa, Olot, pero como andamos a la carrera no pensamos visitar esta población, dirigiéndonos directamente al aparcamiento del cementerio, de donde parte un sendero que en diez minutos de marcha nos sitúa en el cráter del volcán de Montsacopa, completamente redondeado, producto de una erupción estromboliana poco explosiva de hace unos 100.000 años. Teníamos ganas de conocer el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Desde lo alto contemplamos las cumbres nevadas de la Vall de Nuria y la torre de la iglesia de Sant Pere Màrtir. Rodeando el cráter vemos dos atalayas y la iglesia de Sant Francesc.
Para la tarde dejamos otra de las novedades de este viaje, que tenemos a sólo 10 km de Olot y dentro del Parque Natural. Se trata del coqueto pueblo de Santa Pau, que algunos comparan con los de la Toscana italiana, en la que destaca la imagen que proporcionan el castillo de los siglos XIII-XIV y la sencilla iglesia de Santa María, del siglo XV. Tenemos que recorrer las laberínticas y empedradas callejuelas de la Vila Vella hasta la plaza Mayor o Firal dels Bous, porticada y de perfil irregular.
Seguimos en el sexto día de viaje. Como los días ya van alargando, nos apetece volver a ver el estany de Banyoles, situado en la capital de la comarca del Pla de l’Estany, ya que nos agradó el recorrido que hicimos en un viaje anterior, cuando dimos la vuelta al lago caminando. Esta vez no limitamos a tomar unas fotos de los patos y fochas que disfrutan de las aguas del lago más grande de Catalunya (112 hectáreas), que también se puede recorrer en barco.
La sexta jornada y en definitiva el viaje por Girona concluye muy cerca de donde nos alojamos y que dejamos como última opción para visitar. Se trata de Empuriabrava, que presume de ser la marina residencial más importante de Europa, ya que cuenta con unos 24 km de canales navegables. Está situada en el golfo de Roses y pertenece al municipio de Castelló d’Empúries. Cuenta también con una playa de unos 1.500 metros de longitud.
Tenemos un largo viaje de regreso a Leioa (729 km), casi todos por autopista, circulando sucesivamente por la AP-7, A9, A61, A64, A63 y AP-8, pasando junto a las turísticas poblaciones de Carcassonne y Toulouse.