GIRONA (1): Mar y montaña

Me gusta Catalunya, pero puestos a escoger me quedo con el Pirineo de Lleida, los restos romanos de Tarragona, la ciudad de Barcelona y con la provincia de Girona al completo, por la Costa Brava, los pueblos costeros y medievales, las obras de Dalí y las montañas. En Catalunya siempre nos han acogido de maravilla, máxime siendo vascos. De hecho en cualquier festejo popular es habitual ver ikurriñas, como la que ilustra esta primera imagen, tomada en Besalú. Aquí no es tan habitual ver senyeras. Pese a no ser muy extensa (5.910 km²), la provincia de Girona tiene muchos lugares de interés, así que lo que os presento en este par de entradas es fruto de una escapada de una semana, cinco días reales, así que han quedado fuera otros lugares en los que he estado con anterioridad, como su capital, Puigcerdá, el enclave en territorio francés (Llivia), el extremo nordeste entre La Junquera y Portbou y la parte sur de la Costa Brava, entre Palamós y Blanes. Si en la anterior escapada nos instalamos en Lloret de Mar, esta vez el lugar elegido fue la localidad de Roses, distante 729 km de Leioa, efectuando el viaje por el sur de Francia.

Nuestro campamento base para esta escapada ha estado en el Hotel Mediterraneo Park **** de la localidad de Roses, ubicada en la comarca de Alt Empordà, al sur del cabo de Creus. Varios de los destinos escogidos en esta ocasión estaban en esta comarca, motivo por el que elegimos este importante centro turístico, en el que casi no estuvimos ni pisamos sus playas, limitándonos a caminar por el paseo marítimo de las palmeras y contemplar el castillo de la Trinidad y como construían un castillo en la arena. Este viaje lo realizamos en la última decena de un mes de abril y a las tardes hacía fresco ya que tuvimos bastante viento.

El día siguiente a nuestra llegada nos desplazamos al municipio de Cadaqués y más en concreto al pequeño pueblo costero de Portlligat, con objeto de visitar la Casa Museo de Salvador Dalí, el lugar donde vivió y trabajó el pintor hasta que en 1982, con la muerte de Gala, fijó su residencia en el Castillo de Púbol. Es un laberíntico espacio lleno de pinturas y recuerdos del pintor, formado por la unión de tres antiguas cabañas de pescadores. La entrada cuesta 14 €. Hasta que llegó nuestro turno de entrada, pasamos una agradable espera contemplando la actividad de los pescadores en un  pequeño embarcadero situado frente a la vivienda.

Hoy vamos a pasar toda la jornada en la comarca de Alt Empordà, estando muy cerca nuestro siguiente destino, el punto más oriental de la península ibérica. Se trata del Cap de Creus, cuyo entorno es Parque Natural, donde aprovechamos para comer el bocadillo tras visitar el faro y caminar un poco por la costa. Estamos en el municipio de Cadaqués, por cuyas proximidades pasamos a continuación, observando como sobresale de él la iglesia de Santa María, lo mismo que sucede con Santa María de les Neus, al pasar cerca de El Port de la Selva. Concluimos la jornada en un lugar no previsto, el Dolmen Vinyes Mortes I, que vimos al borde de la carretera. Se trata de un sepulcro de corredor que fue ocupado desde el III milenio aC, hasta la Edad del Bronce , unos mil años después.

Antes de dirigirnos a Roses con la parada en el dolmen, pasamos buena parte de la tarde en Sant Pere de Rodes, declarado Bien Cultural en 1997. Si la Casa Museo de Salvador Dalí nos recibió con lluvia, aquí fue la niebla la que se adueñó del lugar. Este conjunto está formado por el monasterio de Sant Pere, el castillo de Verdera y la iglesia de Santa Cruz de Rodas. El monasterio, cuya visita merece realmente la pena, está construido en terrazas, organizándose los edificios en torno al claustro y la iglesia, levantada entre los siglos X y XI. De especial relevancia son la nave central, el campanario del siglo XII, la torre de defensa o del homenaje, del siglo X y el capitel de los monjes. La portada fue obra del Maestro de Cabestany y mostraba diferentes escenas de la vida de Cristo esculpidas en mármol blanco. A la entrada podemos ver dos copias de sendas escenas, Agnus Dei y la Aparición de Cristo a los Apóstoles (siglo XII), que se guardan en el Museu Marès de Barcelona. Concluimos la jornada tras unas cuantas visitas y un recorrido de sólo 73 km.

La siguiente jornada la pasamos al completo en la comarca del Ripollés y, como fue un 23 de abril, celebramos el día de Sant Jordi en la localidad de Ripoll, que cuenta con un precioso monasterio, el de Santa María, para de allí dirigirnos a Ribes de Fresser, donde cogimos el tren cremallera que nos trasladó hasta los dos mil metros de altitud de la Vall de Núria. De esta jornada ya os hablé el 23 de abril de 2019, así que os dejo el enlace: https://blogs.deia.eus/de-leioa-al-mundo/2019/04/23/dia-de-sant-jordi-en-girona-de-ripoll-a-vall-de-nuria/

De regreso a Roses, como ya era bastante tarde, sólo tuvimos tiempo para realizar una breve parada en Camprodon, pues tenía ganas de ver el Puente Nuevo, construido sobre el río Ter en los siglos XII-XIII, aunque fue modificado en los siglos XVI y XVII. Es un puente de un solo arco, unido a una torre de defensa, donde está el antiguo portal de Cerdaña. Se trata de un lugar lleno de encanto, que pone el broche a una preciosa jornada, la más larga del viaje, pues hemos recorrido 240 km en coche, más el trayecto en cremallera.

Iniciamos la cuarta jornada sin salir de la comarca de Alt Empordà, deteniéndonos en primer lugar en una población, Castelló d’Empuries, que cuenta con numerosos edificios de interés, entre los que destaca la iglesia de Santa María, edificio gótico de los siglos XIII al XV, de donde nos dirigimos al Lavadero (Rentador), que data del siglo XIX, aunque las columnas son de los siglos XVI y XVII, ya que proceden del desaparecido convento de San Francisco. La siguiente cita la tenemos en la Plaça dels Hommes, visitando sucesivamente la Lonja (Llotja), la Curia y prisión (Cúria i presó), la Casa Grande (Casa Gran) y el Palacio Condal, que data del siglo XIV y en la actualidad alberga el Ayuntamiento.

Muy cerca tenemos nuestro siguiente destino, en el que pasamos el resto de la mañana. Se trata del Parque Natural de Aiguamolls de l’Empordà, que está considerado el segundo más importante de Catalunya, ya que concentra un gran número de especies autóctonas de flora y fauna. Nuestra visita se centró en dos de las tres zonas del parque, caminando en primer lugar desde El Cortalet hasta El mas del Matar, disfrutando de buena parte de los hábitats y especies más emblemáticas del Parque. Continuamos luego la ruta hasta Les Ayunes, para conocer la franja litoral y tener una excelente vista desde el altísimo observatorio de Senillosa.

Hoy volvemos a comer de bocadillo al mediodía, nuevamente mirando al mar en la localidad de l’Escala, donde previamente caminamos por su paseo costero disfrutando de dos interesantes grupos escultóricos, dedicados respectivamente a la Sardana y a la Cobla, obra en bronce que representa una cobla sardanista, con once figuras de músicos y sus instrumentos, de tamaño natural. Seguimos en Alt Empordà. Por recomendación de una amiga, fuimos luego a tomar el café muy cerca, a una de las playas más coquetas de la Costa Brava, Cala Montgó.

Hemos dejado para la tarde la visita a varios pueblos medievales, pero de ello os hablaré la próxima semana. El viaje continúa.

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