SICILIA (y 4): Cefalú, Monreale y Palermo

Continúo el relato del cuarto viaje del año, realizado del 10 al 20 de mayo a Sicilia, que dejaba la pasada semana tras visitar Catania. El 18 de mayo nos tocaba día de viaje, pues teníamos unos 300 km para llegar a nuestro último destino, Palermo, pero nos desviamos brevemente por una autopista de peaje para acercarnos a un lugar que desconocía, Cefalú, del que nos quedarían tan solo 70 km para llegar a nuestro hotel. Antes de llegar nos detuvimos para fotografiar la fortaleza que se alza sobre esta población costera. Dejamos el coche en el Parking Historical Center Dafne Cefalù, caminado desde allí por su centro histórico, pasando junto a dos iglesias, la de Santa María de la Catena y la del Purgatorio. También nos acercamos a la Porta Pescara, del siglo XVI, que nos dio acceso a la playa situada junto a los diques del puerto, desde donde se tiene una magnífica vista.

Tuvimos que apresurarnos, pues el motivo de desplazarnos a Cefalú era visitar el Duomo, la Catedral normanda que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, que cierra al mediodía, pues su horario es de 8:30 a 13 y de 15:30 a 18 h. La fundación de esta catedral se deba a Roger II de Sicilia quien la dedicó al Salvador, colocándose la primera piedra en el año 1131. Lo más característico del exterior de la Catedral son sus dos torres del siglo XII. Su interior es bastante austero, pero cuenta con un norme mosaico bizantino del Cristo Pantocrátor, que la preside, bajo el que se encuentran los doce apóstoles y una cruz de madera de mediados del siglo XV. En la plaza situada enfrente tenemos la Duomo Cafetería, en la que aprovechamos para comer antes de continuar el viaje

Nada más llegar a Palermo nos instalamos en el Ibis Styles Palermo President ****, en el que pasamos las dos últimas noches. Está situado frente a la terminal de cruceros y muy cerca del centro histórico, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad del la UNESCO. A unos pasos del hotel tenemos la vía Amari, que cuenta con varios restaurantes en los que degustamos las cenas. Tras recorrer 700 metros desde el hotel, Llegamos al Politeama, uno de los dos grandes teatros de Palermo, frente al que se encuentra la estatua de Ruggiero Settimo, presidiendo la plaza del mismo nombre y, frente a ella, la piazza Castelnuovo, convertida en un museo al aire libre por la cantidad de esculturas con que cuenta.

Tuvimos que aprovechar la tarde pues no disponíamos de mucho tiempo en Palermo, así que nos dispusimos a recorrer su centro histórico, sorprendiéndonos la cantidad de gente que había un domingo por la tarde y que todas las calles  son peatonales. La vía Ruggiero Settimo nos condujp a la piazza Verdi, donde se encuentra el Teatro Máximo, el más grande de ópera de Italia, que fue inaugurado en 1897. Tomamos un  café en el Palermo Store Café y continuamos por la vía Maqueda accediendo al Oratorio San Camillo y deteniéndonos en la Piazza Vigliena, más conocida como Quattro Canti, uno de los emblemas de la ciudad. En sus esquinas cuenta con cuatro palacios barrocos del siglo XVII, adornadas por otras tantas fuentes que representan las cuatro estaciones y las estatuas de los reyes españoles Carlos V, Felipe II, Felipe III y Felipe IV. Casi al lado concluimos las visitas en la piazza Pretoria, presidida por la fuente del mismo nombre, conocida como “fuente de la vergüenza”, situada frente al Ayuntamiento.

El 19 de mayo iniciamos la jornada visitando una joya siciliana que no tuve ocasión de ver en mi enterior viaje, el Duomo di Monreale, que desde 2015 figura en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. La construcción de esta Catedral se inició en 1174, con una fachada austera que guarda un monumental interior en el que desatacan sus tres naves totalmente cubiertas de enormes mosaicos sobre un fondo dorado, que fueron creados entre finales del siglo XII y principios del XIII, con escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, destacando el Cristo Pantocrátor situado en el ábside central.

Con la misma entrada se accede desde la Catedral al Museo Diocesano, que ocupa el interior del anexo Palacio Arzobispal. Comienza el recorrido en la sala San Plácido, que guarda cuadros procedentes de varias iglesias de Sicilia. Cuenta también con varias pinturas del siglo XVI y varias imágenes de Cristo crucificado, entre las que destaca un Crucifijo en madera del siglo XV. Desde aquí contemplamos el claustro al que no accedimos pues había que pagar otra entrada y había muchas cosas que ver.

Concluida la anterior visita regresamos al hotel para dejar el coche y volver a “patear” por las zonas del centro histórico que ya recorrimos el día anterior, llegando al Teatro Máximo desde donde nos desviamos hasta uno de los dos principales mercados de Palermo, el de Il Capo, donde contemplamos numerosos puestos de frutas y verduras. Muy cerca teníamos la siguiente cita, el Duomo de Palermo, del que solo llamó nuestra atención su monumental fachada y el carro de Santa Rosalía situado frente a ella. Hacía bastante calor, así que aprovechamos para comer en una sombreada terraza.

Tras la comida nos dirigimos al final de la calle donde se encontraba nuestra siguiente cita, que es el lugar más monumental de Palermo. Se trata del Palacio de los Normandos (Palazzo dei Normanni), que también forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Lo más deslumbrante de este enorme palacio es la Capilla Palatina (Cappella Palatina), una pequeña iglesia con techos de madera tallada y revestimientos impresionantes de mosaicos, entre los que destaca el Cristo Pantocrátor.

Continuando por la Cortile Maqueda accedimos a los Apartamentos Reales, donde contemplamos las obras de arte que se guardan en las salas de los Virreyes, Pompeiana y dei Venti, llegando finalmente a la más importante de esta zona, la Sala Ruggero II, otra joya cubierta de mosaicos al estilo de la Capilla Palatina. La visita al Palacio de los Normandos concluyó en el pequeño el Jardín del Palacio Real, que no aporta nada, pero que tiene unas buenas vistas de la parte trasera del palacio.

Nos dimos por satisfechos con lo visto en Palermo, así que, con mucho calor, a media tarde iniciamos el regreso al hotel, teniendo que caminar durante 3,5 km pasando por la plaza Quattro Canti y continuando por el puerto La Cala, cerca del cual se encuentra el el Palazzo Chiaramonti Steri y el mural dedicado a Falcone y Borsellino, dos juristas del barrio de Kalsa que fueron asesinados por la Cosa Nostra en 1992. Pasada la zona del puerto hicimos un alto en el camino para tomar un café con hielo y agua fría.

El 20 de mayo tocó madrugar y salir sin desayunar, pues tuvimos que devolver el coche a las 8 de la mañana, para luego coger el vuelo de Volotea a Bilbao con salida a las 09:45 h. El viaje ha concluido. Sicilia nos ha encantado pero habría sido necesario algunos días más. Próximo destino: Florencia.

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