Me encanta Toledo. Creo que es una de las ciudades más interesantes del Estado, así que, aunque han pasado catorce años desde mi último viaje, he querido traerla a este espacio, para recomendar su visita. Además, la ciudad histórica de Toledo forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde el año 1986, porque sus monumentos son obras maestras de distintas civilizaciones, con presencia de tres grandes religiones, cristianismo, islamismo y judaísmo. Un buen lugar para disfrutar de una excepcional vista panorámica de la ciudad es la terraza del Parador de Turismo. También puede hacerse desde la Ronda de Toledo, la carretera TO-3100. De izquierda a derecha podemos contemplar el puente medieval de San Martín sobre el río Tajo, construido inicialmente en el siglo XIII, la Catedral y el Alcázar de Toledo, restaurado bajo el reinado de Carlos I y su hijo Felipe II en la década de 1540.
Encaminamos nuestros pasos hacia el principal monumento de la ciudad, la Catedral de Santa María, considerada por algunos como la obra maestra del arte gótico en España. Su construcción comenzó en 1226 bajo el reinado de Fernando III el Santo, aunque se alargó hasta finales del siglo XV. Mide 120 metros de largo por 59 de ancho y cuenta con interesantes portadas, tres de ellas situadas en la fachada principal, destacando la puerta del Perdón, del siglo XV. De interés son también la del Reloj, del siglo XIV y la de los Leones, de los siglos XV y XVI. La torre, del siglo XV, es gótica con influencia mudéjar.
Accedemos a su interior, donde estaca la capilla mayor debido a que guarda una gran riqueza de obras de arte. Destaca su retablo, de estilo gótico florido, encargado por el Cardenal Cisneros, cuya construcción se realizó entre los años 1497 y 1504. También nos detenemos ante el monumental fresco dedicado a San Cristóbal, obra de Gabriel de Ruedas (siglo XVII), el sepulcro del Cardenal Mendoza, de estilo renacentista, la capilla de los Reyes Nuevos, que cuenta con numerosos sepulcros, la capilla de Santiago, también llamada de Álvaro de Luna, por albergar su sepulcro y el transparente de la Catedral.
A continuación nos dirigimos al centro neurálgico de la ciudad, la plaza del Zocodóver, en parte diseñada por Juan de Herrera durante el reinado de Felipe II. Regresamos a la Catedral y tomamos la calle Arco de Palacio, que nos conduce a la plaza del Ayuntamiento, a la que se asoman el edificio de la que toma su nombre, cuya construcción se alargó durante un siglo, no concluyéndose hasta 1703, y el enorme Palacio Arzobispal, cuya construcción se inició en el año 1543.
Ya hemos visto la presencia de la cultura cristiana, así que pasamos a la islámica, ya que ese es el origen de las murallas de Toledo. Nos detenemos en primer lugar ante dos de sus puertas, comenzando ante la más antigua, la Puerta de Alfonso VI, cuya construcción data del siglo X, aunque con modificaciones de estilo mudéjar posteriores al siglo XIII. Espectacular resulta también la Puerta de Bisagra, reconstruida a mediados del siglo XVI, con dos fachadas muy diferenciadas, la interior y la exterior, a cual más hermosa.
A un paso de la hermosa fachada interior de la Puerta de Bisagra tenemos la iglesia de Santiago el Mayor, también conocida como Santiago del Arrabal. Construida en la segunda mitad del siglo XIII, está considerada como una de las mejores muestras del mudéjar toledano. Contemplamos en lo alto el edificio de la Diputación de Toledo y por la calle Real del Arrabal nos dirigimos a la Puerta del Sol, de estilo mudéjar e influencia nazarí, construida en el último cuarto del siglo XIV.
Caminamos 550 metros por la calle Alfonso XII y nos detenemos ante la hermosa portada mudéjar, del siglo XIV, del antiguo convento Madre de Dios, actual Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha. Nos separan 400 metros de nuestra siguiente cita, a la que llegamos caminando por las calles Alfonso XII, Rojas y Taller del Moro. Se trata de la iglesia de Santo Tomé, construida sobre una mezquita a principios del siglo XIV. Destaca sobre todo su campanario mudéjar y por albergar la obra de El Greco, “El entierro del Señor de Orgaz”, de obligada visita en Toledo. Abre de 10:00 18:45 h y la entrada cuesta 4 €. A unos pasos se encuentra el Museo del Greco (3 €), siendo la entrada gratis los sábados por la tarde y los domingos.
Tras la comida continuamos con las visitas. La calle San Juan de Dios nos lleva a la de Reyes Católicos, donde se encuentra la Sinagoga del Tránsito, representante de la tercera cultura que nos faltaba, la judía. Conocida también como Sinagoga de Samuel ha-Leví, se trata de un hermoso edificio mudéjar construido entre los años 1355 y 1357, pese a la prohibición de erigir sinagogas. Alberga el Museo Sefardí y abre de martes a sábado de 9:30 a 19:30 horas y los domingos y festivos de 10:00 a 15:00 horas. La entrada cuesta 3 €, siendo gratis para los mayores de 65 años y los sábados por la tarde y los domingos.
Tenemos que caminar otros 350 metros por la misma calle de Reyes Católicos, para realizar la última visita. El lugar elegido fue el Monasterio de San Juan de los Reyes, mandado construir por los Reyes Católicos y considerado como el edificio más representativo del gótico toledano y una joya del gótico isabelino. Data de finales del siglo XV y se puede visitar todos los días de 10:00 a 18:45 h, siendo el precio de la entrada de 4 €.
Toledo tiene otras muchas cosas que ver, pero un día no da para más y nuestro “campamento base” para esta escapada se encontraba en Alcalá de Henares. Además terminamos agotados por el intenso calor que padecimos pese a ser un 2 de mayo