Continúo el relato de la escapada realizada a la provincia de Albacete del 7 al 11 de abril, que dejaba la pasada semana en Almansa. El 9 de abril iniciamos la jornada desplazándonos 55 km hasta el primero de los pueblos en los que se rodó “Amanece, que no es poco”, una película de humor absurdo dirigida y escrita por José Luis Cuerda, estrenada en enero de 1989. Se trata de Liétor un pueblo de algo más de mil habitantes en el que teníamos contratada una visita guiada, única forma de ver sus iglesias. Estamos en uno de los pueblos más bonitos de Castilla-La Mancha, siendo el que más me gustó en esta escapada. La primera cita fue en le iglesia parroquial de Santiago Apóstol, construida en el siglo XVIII, llamando la atención el trampantojo de su retablo mayor. Guarda también la sección de Etnografía del Museo parroquial, muy interesante por cierto.

Al lado tenemos la Plaza Mayor, presidida por el Ayuntamiento y la hermosa Fuente del Pilar. Comienza entonces el recorrido por las estrechas callejuelas d su casco antiguo, pasando por varios lugares que sirvieron de decorado a la mencionada película, siendo el más interesante de esta localidad la ermita de Nuestra Señora de Belén, en la que su atractivo reside en que está completamente decorada con pinturas populares, realizadas entre 1734 y 1735, con una gran variedad iconográfica.

Continuamos nuestro recorrido por Léitor, acercándonos a los miradores situados sobre un acantilado, que dominan la vega del río Mundo. Junto a uno de ellos se encuentra una de las tirolinas más grandes del Mundo, en alusión al río, que vuela a 105 metros de altura durante dos minutos. Todavía nos queda una iglesia por ver, la de San Juan de la Cruz, perteneciente al convento de los Carmelitas Descalzos, cuya cripta guarda varios cuerpos momificados. Mucho más agradable fue la última visita al antiguo lavadero, que funcionó entre los años cincuenta y ochenta del siglo pasado.

Comimos en Léitor y nos desplazamos 21 km a otro de los escenarios de la película “Amanece, que no es poco”, que cuenta con una población de 608 habitantes, Aýna, en el que llamó nuestra atención el acento sobre la y. Sin embargo poco nos dijo, pues cuando lo visitamos parecía un pueblo fantasma con los bares cerrados. Lo más interesante lo tuvimos antes de llegar, cuando nos detuvimos en dos miradores, primero en el del Diablo, desde donde se contempla todo el pueblo y, más adelante, en el Sidecar, protagonista en la citada película, como lo fue Amancio Palacios, que hizo de asesor político. Por ello, que le llamen “la Suiza manchega”, me parece un poco pretencioso.

Aunque la tarde avanzaba, pese a quedarnos lejos, 73,5 km, como estaba a tan sólo 12 km del Parador, decidimos acercarnos a Chinchilla de Monte-Aragón, localidad dominada por el símbolo de esta población, el castillo de origen árabe. Aunque ya habíamos estado en Chichilla diez años antes, no conocíamos un lugar muy pintoresco, las Casas del Agujero, cuevas-vivienda excavadas en la roca, cuyo origen se remonta al siglo XVI, cuando la población musulmana y judía fue expulsada de sus viviendas.

Ya que estábamos en Chinchilla decidimos acercarnos a tomar un vino al centro de su casco antiguo, la plaza de La Mancha o Plaza Mayor, a la que se asoman los principales edificios de esta población, como la barroca Casa Consistorial, situada junto a su antiguo acceso, el Arco de la Villa. En el otro lateral está la neoclásica Torre del Reloj y, enfrente, la iglesia arciprestal de Santa María del Salvador. Casi al lado se encuentra un imponente palacio, la Casa solar de los Núñez Cortés. De aquí regresamos al Parador.

Iniciamos el día 10 con muchos kilómetros por delante hasta Riópar, donde nos detuvimos a tomar un café en el restaurante Los Bronces, sorprendiéndonos que sobre la barra había un póster del Athletic. Nuestro destino estaba 8 km más adelante en el parking de la explanada de los Chorros, punto de partida para subir caminando durante menos de media hora por un sendero perfectamente acondicionado, hasta la base de un escarpe de unos trescientos metros de altura. En él nace el río Mundo, precipitándose el agua desde la cueva de los Chorros en forma de cascada de 86 metros de altura. Caminando otros veinte minutos llegamos al segundo mirador, desde donde se contempla de más cerca la cascada superior, que resulta impresionante cuando se produce el “reventón”, tras varios días de lluvias intensas He estado en dos ocasiones en este lugar, pero no he tenido la suerte de coincidir con ese fenómeno.

A 12 km tuvimos nuestro siguiente destino, Villaverde de Guadalimar, un pueblo del que nunca había oído hablar que cuenta con una población de tan sólo 310 habitantes pero, como estaba tan cerca, allí nos fuimos. Nuestro objetivo consistía en caminar por la Senda Encantada, un espacio cargado de historias y leyendas, de gnomos, ninfas y elfos, en el que algunos de los pinos del bosque han sido esculpidos con curiosas formas. Discurre esta ruta, de una hora de duración, en torno al arroyo de los Pajares,

Como nos pillaba de paso, 38 km más tarde nos detuvimos en Molinicos, un pueblo de 785 habitantes, que fue el tercer escenario de la película “Amanece, que no es poco” y que se encuentra bañado por el arroyo de Fuente de la Higuera. Sus casas están casi todas en cuesta, siendo prácticamente el único lugar llano la plaza que ocupan el antiguo y el nuevo Ayuntamiento. Sin embargo, lo que más llamó mi atención fueron los numerosos murales que aparecen dispersos por la población.

La tarde avanzaba, pero todavía tuvimos tiempo para desplazarnos hasta Yeste, población de 2.509 habitantes situada a 25 km de Molinicos, por una carretera que pasa junto al embalse de la Fuensanta. Su edificio más notable es el castillo, antigua fortaleza islámica del siglo XI junto a la que se encuentra la Torre del Homenaje del siglo XIV. Entre los siglos XIII y XVI sirvió de residencia de los comendadores de la Orden de Santiago. Otro edificio de interés es la iglesia gótica de la Asunción. Aquí concluyó esta ajetreada jornada, teniendo por delante 129 km para regresar al Parador.

El 11 de abril, tras visitar el Museo de la Cuchillería, del que ya os hablé, nos dispusimos a cubrir los 655 km que nos separaban de Leioa.
Os muestro a continuación otros lugares que visitamos hace 10 años. Así, el 21 de abril de 2015 estuvimos recorriendo la Hoz del Júcar, visitando los hermosos pueblos de Jonquera y Alcalá del Júcar.

Un día después, tras acercarnos al nacimiento del río Mundo, visitamos Riópar Viejo y Alcaraz.

Próximo destino: Sicilia.
Egun on Antonio y Amparo.
Hace mucho tiempo sin noticias vuestras. En Bidaiari he leído tu entrevista. No paráis. Me alegro.
Saludos cariñosos de Loli y míos.
Lo mismo. Un abrazo.