En mi cuarto viaje a Estados Unidos optamos por entrar en el país por Salt Lake City, capital de Utah, estado en el que recorrimos sus parques nacionales en el anterior viaje. Entre las 11 horas de vuelo desde París, el jet lag y los treinta y tantos grados que hacía a mediados de junio, no pudimos disfrutar de esta ciudad, que cuenta con amplios parques y avenidas, además de estar rodeada de nevadas montañas de más de 3500 metros. Eso si, fuimos a visitar la sede central de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, más conocidos como mormones, pero no nos dejaron acceder al templo, así que tuvimos que contemplarlo desde fuera, además de ver una maqueta y a la gente que acudía a sacarse la foto de la boda en este lugar.
Al día siguiente, con el coche que habíamos recogido en el aeropuerto nos desplazamos hasta West Yellowstone (516 km), puerta de entrada al parque nacional. En el Best Western Cross Winds Motor pasaremos cuatro noches. Como teníamos ansia de parque, a última hora de la tarde entramos a él y vimos los primeros bisontes en la misma carretera. Parecía un rebaño doméstico, pero no. El tiempo fue empeorando y acabó nevando durante toda la noche. West Yellowstone apareció blanco y los bisontes con una pequeña capa del blanco elemento. Con el calor que habíamos pasado el día anterior, no nos podíamos creer lo que estaba sucediendo. Dos años antes, en el mes de septiembre tuvimos que cancelar la reserva en este hotel debido a una ola de frío polar, que puso impracticables las carreteras, así que nuestro mosqueo iba en aumento. ¡Otra vez no!
Cuando deja de nevar volvemos a acceder al Parque Nacional de Yellowstone. El día sigue amenazante, así que optamos por quedarnos en lugares cercanos, pues todavía tenemos otros dos días completos para recorrerlo (la entrada vale para 7 días). Situado en el Noroeste de Wyoming, este parque es enorme, casi 9.000 km². Está situado a una altitud media de 2800 metros, así que hace frío. Esta zona ni siquiera pensábamos visitarla, pero qué se le va a hacer, así que nos conformamos con ver unas pequeñas lagunas termales y dos cascadas, Gibson Falls, de 26 metros de caída y Virginia Cascade, de 18 metros. Las previsiones anuncian buen tiempo para los próximos días.
Amanece un día precioso, así que hay que aprovecharlo a tope, comenzando por la zona termal de Back Basin: Emerald Spring, laguna de color azul claro con toques amarillos del azufre, Steamboat Geyser y Cistern Spring, hermosa piscina azul de la cual el agua se desborda continuamente. Pasamos a otras dos zonas termales, Porcelain Basin y Mammoth Hot Springs, zona de manantiales de aguas termales que se recorre caminando sobre pasarelas de madera. Toca ahora el turno a las cascadas. Nos acercamos a dos, Undine Falls, de 18 metros de caída y Tower Fall, de 40 metros. Hemos dejado para el final del día Lamar Valley, donde pudimos ver enormes manadas de bisontes y ciervos peleando. Aquí suele haber osos, pero no tuvimos suerte con ellos en Yellowstone.
Cuarto día en Yellowstone. Para hoy tenemos prevista una intensa actividad, pues sigue el buen tiempo. Nos detenemos a fotografiar algún bisonte y grandes ciervos, dedicando el resto de la mañana a lo que paisajísticamente más me ha gustado, el Grand Canyon, algo que desconocía totalmente. El Gran Cañón de Yellowstone tiene 30 km de largo y 500 metros de profundidad. Cuenta con varios senderos con miradores para disfrutar de cascadas como las Upper y las Lower Falls, estas últimas con una caída de 100 metros. Un lugar a no dejar de recorrer.
La tarde la dedicamos a diferentes zonas termales y géiseres, como West Thumb Geyser Basin, el hermoso Castle Geyser, difícil de verlo en actividad, pues entra en erupción cada 10 ó 12 horas y el emblemático Old Faithful Geyser, el más espectacular, pues su chorro de vapor y agua alcanza 25 m de altura cada 80 minutos, por lo que existen horarios y gradas para contemplarlo. También vimos en erupción el Daisy Geyser, pues lo hace a intervalos de 110 a 240 minutos, alcanzando una altura de 23 metros. El día ha resultado espectacular.
Iniciamos una nueva jornada con mucho tema por delante y 337 km hasta Jackson, donde pasaremos la próxima noche. Además nos queda una zona termal muy interesante del Parque Nacional de Yellowstone, al que accedemos por quinta vez. La primera parada es en Lower Geyser Basin, donde destacan Fountain Paint Pots y Firehole lake. De allí nos trasladamos a otro de los emblemas del parque, Grand Prismatic Spring, con un abanico de colores que va del azul del centro, al rojo/naranja del exterior, pasando por verdes y amarillos. En las fotos aéreas resulta espectacular, como un ojo gigante. Concluimos la visita en dos preciosas lagunas termales, Opal Pool y Turquoise Pool. Nos ha encantado este parque, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La carretera que seguimos atraviesa de norte a sur el Grand Teton National Park, que tiene en un lateral la cordillera del mismo nombre, que es la más joven de Norteamérica. Situado en el estado de Wyoming, es como un decorado con montañas nevadas. Andamos con prisa, pero nos vamos deteniendo en los diferentes lagos por los que pasamos, aunque nos sorprende que en uno de ellos haya un puerto deportivo. Realizamos pequeñas marchas para disfrutar más del paisaje, como el Lunch Tree Hill, de tan solo 800 metros en el Jackson Lake. El del Leigh Lake es el más largo, casi 3 km. Un par de ciervos es la única fauna que vemos en este parque.
Qué estrés. Hoy hemos estado en dos parques nacionales y recorrido 337 km para desplazarnos desde West Yellowstone hasta Jackson, típico pueblo cowboy, famoso por su plaza central con cuatro enormes arcos de entrada, construidos completamente con cuernos de alce. Aunque los días son largos, a las 8 de la tarde tenemos una cita en el popular rodeo de Jackson Hole, que se hizo famoso porque el año anterior acudieron a él Piqué y Shakira. De hecho hemos amoldado las fechas del viaje para estar aquí hoy. El espectáculo típicamente norteamericano ha merecido la pena, con numerosas vacas y caballos montados por intrépidos jinetes. Dura muchísimo, así que lo abandonamos antes de concluir pues tenemos que celebrar mi cumpleaños con una buena cena. Mañana tenemos 450 km para regresar a Salt Lake City. El viaje continúa.
Precioso viaje , que me recuerda al que hicimos nosotros.Una de nuestras mejores rutas.Siempre es bueno verlo desde otro ángulo,y más de un estupendo profesional.