Podemos y su entorno han cometido el mismo error una y otra vez: despreciar, despreciar y despreciar. Despreciar a quienes han estado antes en los sillones que ocuparán, despreciar a quienes les votaron, despreciar a quienes les siguen votando, despreciar a los socialistas, despreciar a los de Izquierda Unida (aunque luego Garzón tragara con todo). Y siguen. La columna de Javier Pérez de Albéniz, en otros momentos brillante, es despreciable, pero por el modo en el que intenta humillar a todos los que no piensan ni votan como él.
No tomarás por tonto al votante
Si la primera ley de la democracia podría decir que puedes meterte con un partido político pero debes respetar a sus votantes como a los tuyos, la segunda podría ser, tranquilamente, que no insultarás la inteligencia de quien vota, en general. Pablo Iglesias se presentó en esta campaña como socialdemócrata y el primer tuit que pone después de conocer los resultados electorales lleva una cita del Che: “Hasta la victoria siempre”. Insisto: ese menosprecio a quien vota, ese tomarnos por tontos a todos, será la condena de Podemos.
No llamarás “cliente” al votante
Carlos Malpartida es de esos “anónimos” brillantes a los que accedemos gracias a Internet. Su columna en Medium sobre el catálogo tipo Ikea de Podemos es para enmarcarla: “El programa de Podemos es mucha y buena publicidad, traición a la idea original (o al menos al relato épico que han creado) y poco o nada de revolución. A no ser que la revolución fuera comer esas albóndigas de la marca sueca y sudar la gota gorda montando estanterías billys los domingos a mediodía que al final no deja de ser como ir a misa”.
No usarás el nombre de “la gente” en vano
Pablo Iglesias y los suyos han sobado el concepto de “la gente” hasta dejarlo inservible… para el más de millón de votantes que les ha abandonado. Ahora, la bancada de enfrente (el PP ha subido más de 400.000 votos) tiene que evitar caer en el mismo error: la gente somos todos, los que votan a Podemos, al PP, al PSOE o al PNV. Sin embargo, Hugo Manchón ya mostraba ayer con orgullo el mapa azul de España y hablaba de “la gente”, como intentando devolvérsela a Iglesias.
No culparás a la ley electoral de tus errores
Ciudadanos ha perdido medio millón de votos. Así que, por mucho que se desgañiten los de Albert Rivera hablando de una ley electoral injusta, es evidente que el problema es que no han logrado los votos. ¿Por qué no se quejaban después del 20-D? Porque se beneficiaron de muchos “restos” del mismo sistema que ahora repudian. Los “restos” son volátiles y hay que consolidarlos, eso lo sabemos todos… Pero Ciudadanos no ha conseguido afianzarse. Vamos, que solo es su problema.