Hablemos de Iruñea

Los ayuntamientos gobernados por EH Bildu se caracterizan por la inacción: quien nada toca, nada rompe. El de Iruñea, además, tiene el rasgo añadido de un acuerdo de investidura opaco entre el partido de Joseba Asirón y el PSOE. Hoy, el enfrentamiento entre “borregos de extremos” (Andoni Serrano, en X) ha puesto de manifiesto, además, una enorme contradicción: Asiron, como Bingen Zupiria después de lo de Gasteiz, puso al mismo nivel al provocador fascista y a los reaccionarios (“el hambre y las ganas de comer”, según Serrano), pero el desgarro de la “equidistancia” no ha jironado esta vez ninguna vestidura.

Cuidado

Las declaraciones de Asiron para la galería que no han soliviantado ni a un solo activista o propagandista de la izquierda abertzale (no como cuando Zupiria se manifestó casi con las mismas palabras), no deben desviarnos de lo importante: “Cuidado con los retrocesos, que son contagiosos”, advertía Jesús Barcos en X. “La involución es una mancha de aceite tendente a extender su pringue”, explica el periodista, que lanza un aviso más: “Cuidado con aplaudirlo bajo el barniz del antifascismo”. Porque lo que hicieron los de la cara tapada (no lo digo yo, ni Barcos, lo dejaba claro Asirón) no fue antifascismo.

Activismo de sofá

El populismo vasco de base fascista pretende capitalizar el falso antifascismo (para eso es populismo, para eso fue y es fascista) y blanquearse, una vez más (la mancha es tan grande que nunca dejan de enjabonarla). Y otros movimientos españoles de izquierdas, descaradamente a rueda de EH Bildu, no quieren quedarse atrás: Irene Montero, en X y desde su sofá, aplaudía ese antifascismo halloweenero. Joseba Eceolaza le respondía: “La violencia embrutece a quien la ejerce pero también a quien la defiende e idealiza” y “cuando aparece provoca una contaminación cruzada que lo llena todo de algo tóxico”.

La respuesta

Unas cuantas horas antes del desfile de sudaderas Lonsdale negras y pasamontañas del mismo color, ya había leído la mejor respuesta desde Iruñea a Vito Quiles, la de Rafael Domingo, docente de la Universidad de Navarra, que, curiosamente, vale también para los disfrazados de antifascistas: “El acto político no es el acto en el que están presentes los políticos, como tú defiendes, sino aquel que busca influir en la toma de decisiones, promover una ideología o ganar apoyo público”. En el mismo tuit, Domingo recordaba: “He visto con mis propios ojos los seis atentados perpetrados por ETA en ese centro académico”.

Volvamos al ayuntamiento

Sería injusto, especialmente con la víctima, hablar sobre Iruñea durante dos mil quinientos caracteres sin mencionar a “los 4 miembros de la nueva manada de Pamplona”. Más allá del titular amarillo de Euronews hay un relato estremecedor que deja al aire mucho de lo que va mal en la capital histórica de nuestro país, Euskadi: campamentos ilegales, hacinamiento de personas inmigrantes, reincidencia, áreas públicas en las que las mujeres no están seguras, y por supuesto, la inacción generalizada de EH Bildu allá donde gobierna. La del partido y la de las asociaciones feministas que, esta vez, no dicen nada. ¿Por qué?

Dejad que los videojuegos sean solo videojuegos

He decidido hacer observación participante y esta temporada juego a Sorare, un “fantasy” de fútbol (llevo jugando a este tipo de juegos desde que se hacía con lápiz, papel, sobres y sellos) con tecnología blockchain, posibilidad de pagar en criptomoneda (cero euros llevo gastados) y, por supuesto, la fórmula de “cajas botín” (así las llaman en Público). Es decir: abrir sobes con cartas virtuales, algunos, gratuitos; otros, de pago (mis equipos, evidentemente, son pírricos). Lo he hecho para ver cómo funcionan “las nuevas tragaperras”, el modelo de negocio terrible de algunos videojuegos: “Una adicción a comprar”. No se escapa ni el FIFA.

El colector que la IA atasca

Internet es una herramienta extraordinaria, revolucionaria, maravillosa. La internet comercial es, posiblemente, lo peor que nos ha pasado como humanidad. Sin ella, algunos ultrarricos hoy serían vendedores de crecepelo. Y esa internet comercial es peor desde que la inteligencia artificial se ha puesto a disposición de cualquiera: “La basura digital emanada de la IA está infestando las redes sociales, que están fracasando además estrepitosamente a la hora de etiquetar adecuadamente este tipo de contenido” (Marketing Directo). Ya hemos puesto nombre a esta práctica: “‘AI Slop’ o basura digital emanada de la IA”.

La IA que mata a Internet

Antonio Ortiz, cuyo blog sobre IA es posiblemente el más interesante que se puede leer hoy en castellano, ha escrito un largo tuit sobre cómo “se está esfumando el tráfico y las visitas humanas a Wikipedia”. El motivo, evidente: esos resumencitos que encontramos en Google que nos evitan hacer “clic” en un link: “Cada vez más usuarios obtienen la información del sitio a través de chatbots de inteligencia artificial en lugar de visitar directamente la plataforma”. La pregunta es: ¿cómo pretende Google ganar dinero si ya nadie sigue enlaces? ¿Y cómo pretende Google que sobrevivamos los generadores de contenido, empezando por este diario?

Las cifras reales

Esta internet comercial que convierte los videojuegos en tragaperras virtuales y que atasca las redes sociales con basura generada por inteligencia artificial y estupidez real, tiene otro elemento negativo: el reparto de riqueza es inexistente y la parte del león y hasta el chocolate del loro se lo zampan las grandes empresas. El humorista Álvaro Casares ha hablado de cómo “monetiza” sus contenidos: “El vídeo tiene 12 millones de reproducciones y me han pagado 465 euros” (Huffington Post). Esta es la cifra real. Hago la pregunta que siempre, siempre hay que hacerse: ¿cuál es el modelo de negocio? Las colaboraciones con marcas.

La defensa

Explica Alberto Soler en su canal de Instagram que “los Nokia están de vuelta. Pero no por nostalgia. En países como Noruega, Suecia o Finlandia, los dumbphones (teléfonos ‘tontos’ sin Internet) se están vendiendo como nunca. Cada vez más familias los eligen como primer dispositivo para sus hijos, evitando la exposición temprana a redes sociales y pantallas”. De hecho, incluso hay asociaciones de pediatras que recomiendan teléfonos sin Internet (para hacer llamadas, a la antigua) como primeros móviles para las y los más pequeños, porque “un móvil conectado no es un juguete, es una puerta abierta”. Esto hay que llevarlo tatuado.

Disidencia es la de Bildu, lógicamente

Por mucho que algunos busquen o empujen spin-offs a la derecha del PNV, es EH Bildu el partido que tiene una clara disidencia interna y una posible fuga de votos y, lo que es peor, ideas peligrosas: de GKS a Ezker Nazionala (“un proyecto político antiwoke y contra ‘la inmigración masiva’”, según The Objective), estamos observando movimientos de tensión lógicos en una fuerza política que persigue la mímesis con el partido al que aspira sustituir desde su nacimiento. Y con un problema añadido, el tradicional de la izquierda abertzale: ¿qué hacen con la violencia generada, alimentada y, ahora, escondida debajo la alfombra?

¿Y el rectorado?

Ikasle Abertzaleak denuncia que “la policía ha entrado en nueve ocasiones en la EHU en menos de dos meses” (Diario Socialista). A mí la cifra me parece una barbaridad y lo primero que me pregunto, porque hace tiempo que he superado los quince años mentales, es: ¿qué demonios están haciendo Ikasle Abertzaleak, GKS y demás grupos afines pero que luchan por el mismo territorio, para que la Ertzaintza haya tenido que intervenir nieve veces en dos meses en la universidad pública vasca? Y la siguiente pregunta es obvia: ¿y qué hace el nuevo equipo rectoral que es el que permite los actos y, después, la entrada de las y los agentes?

Activismo de sofá (spoiler: no tiene nada de malo)

Mientras los de siempre hacen en la universidad lo de siempre: tensionar, generar espirales de silencio, romper cosas y echar la culpa a la Ertzaintza, la mayoría se ha pasado al activismo de sofá. No es una crítica, es una descripción. Lo dice la intuición de cualquiera y el Eustat, esta misma semana: el 97,5% de las y los vascos usamos WhatsApp, “independientemente de la edad, el sexo o la situación laboral”. De 15 a 64 años el 97,8% de la población de la CAV tiene redes sociales digitales, con Instagram como la más relevante (sin despreciar Facebook “en edades intermedias”). Y el 50% hemos comprado algo por Internet en el último mes.

Internet cumple 56 años

Como bien escribe Wicho en Microsiervos: es difícil fijar un día como el de inicio de Internet, pero el 29 de octubre de 1969 fue el día (más bien, la noche) en el que “circularon los primeros paquetes de datos entre los dos primeros nodos de ARPANET”. Es decir: se transfirieron datos de un ordenador a otro por medio de una red organizada a tal efecto aunque “es cierto que aquellas dos máquinas no usaban el protocolo TCP/IP que en 1981 se convertiría en el estándar de Internet”. Por supuesto, “en el primer intento se colgó uno de los ordenadores”. En estos 56 años todas y todos hemos aprendido la solución: apagar y encender.

Hasta hoy

Vivo de Internet, por eso sé que la internet comercial es lo peor que le ha pasado a la humanidad. No me refiero a la que permite operar a distancia, comunicarnos o seguir mapas. No. Me refiero a todo lo demás, incluida la inteligencia artificial para cualquiera que quiera (no digo “que sepa” o “que necesite”) usarla: “La hija de Robin Williams, desesperada, pide a los fans que dejen de enviarle vídeos del actor hechos con IA: ‘Es asqueroso’” (20 Minutos). Sí, para esto usan algunas y algunos la tecnología y consumen recursos medioambientales como si no costara: para hacer que el genial actor diga lo que nunca dijo, y joder su recuerdo.

Jon, ¿estás bien?

Ando preocupado por que la gente no pueda decir lo que siente y lo que se siente. Ando preocupado por que haya hoy un vasco, como hubo muchos vascos, como sigue habiendo, por desgracia, que no puede expresar su opinión por la presión de la izquierda abertzale. Ando preocupado por Jon. No es un nombre al azar, ni un pseudónimo: el diputado Inarritu, tan locuaz, tan rápido con el tuit (ya solo retuitea muy de vez en cuando), tan recurrente en algunos programas de televisión, lleva meses callado, tantos como lleva Israel cometiendo un genocidio. ¿Nos lo han silenciado? Si el plan de Trump triunfa, pronto volverá a la acción.

No les penaliza

Da la sensación de que a EH Bildu no le penalizará electoralmente tener en sus filas al firmante de un documento contra el boicot a Israel, pero toda precaución es poca cuando el hype de Palestina va a topísimo por culpa de la masacre que está cometiendo Israel (no banalizo yo: instrumentalizan ellos). Igual que da la sensación de que al populismo de base fascista español no le va a penalizar esta noticia en El Diario: “Vox tendrá que devolver más de 34.000 euros a las Cortes de Castilla-La Mancha desviados a la caja central del partido”. Es un “remanente no empleado” dentro de un “convenio” firmado consigo mismo, según el partido ultra.

Más instrumentalización

Sabemos que el mantenimiento de las vías férreas y los pasos a nivel es competencia exclusiva del ministerio español de Transporte y, especialmente en algunos municipios, recordamos las promesas primero del PP y después del PSOE de soterrar vías y pasos en Euskadi. Pues bien, la portavoz del PP en las Juntas de Bizkaia no ha tenido problema en utilizar políticamente la muerte del trabajador que ha sido arrollado por un tren en un paso a nivel en Zalla. Maribel Vaquero le respondía en X que hace ocho años, precisamente el gobierno del PP firmó “un acuerdo para suprimir estos pasos a nivel y evitar más víctimas”.

Lo de Sudán

Néstor Siurana intenta explicar en X lo que está sucediendo en Sudán mientras el mundo mira a Gaza y a Ucrania: “Un genocidio silenciado, con cero cobertura en los medios de comunicación”. “Un horror absoluto. Historia negra de la humanidad” “apoyado y financiado por Emiratos Árabes Unidos”. “Ningún líder mundial ha condenado lo sucedido”, escribe el analista internacional. Por lo menos, en el caso de Israel las condenas son sonoras, como la inacción. Una rápida búsqueda en Google permite ver que varias fuentes calculan (ante la falta de información) que puede haber más de 150.000 asesinatos en Sudán solo desde 2023.

La moda de la religión

La reflexión de Israel Merino en Público (“Rosalía en la era de Dios”) sobre la “segunda época teocéntrica” actual es, seguramente, lo mejor que he leído esta semana: “El mundo líquido se está coagulando y lo estable y eterno vuelve a tener sentido”. Hoy “no hay un referente de lo que ser, sino de lo que no. Y en este contexto, la idea de Dios vuelve a calar entre los que están deseosos de ejemplo”. ¿Por qué? “Por la incapacidad del ateísmo liberal para proporcionarnos certezas” y por “un progresismo conservador cieguísimo que no entiende el nuevo terreno de juego”. “Tu hijo no se va a volver facha por tener inquietudes espirituales”, recuerda.

La imagen

“Sánchez estrena gafas de Christian Dior de más de 250 euros para distraer la atención de su comparecencia”, titulan en El Debate. Pues vale. Me da igual que sean de marca y el precio. No me importa si las estrena, ni me importa si es otro de esos inventos de Sánchez y su equipo para generar conversación. Lo que menos me importa de lo que pasó ayer, de hecho, fue la propia comisión en el Senado para que Sánchez compareciese. Ya lo ha hecho, ¿y qué? Ahora vamos con lo que me importa: el bajo nivel de las y los senadores, a la vista de cualquiera, como el desprecio sistemático del presidente español a quien no está con él.

Las palabras

“Félix, ¿tú también te has llevado algún sobre?”, tuiteaban ayer en la cuenta del PP mientras Pedro Sánchez comparecía en el Senado, a petición del mismo PP. Era su respuesta a este tuit de Félix Bolaños: “El acoso, la violencia verbal, la grosería y el intento de encerrona contra el Presidente en el Senado es su descrédito definitivo. Responsabilidad única del PP, que no le importa arrastrar las instituciones democráticas por el barro. Ni rozan a un Presidente honesto”. Una respuesta en forma de pregunta curiosa, porque resulta curioso, sí, que en el PP hablen de llevarse sobres como si no supiéramos lo que sabemos del PP y de los sobres.

Los que ganan

La política en España está tan mal que en Valencia es Felipe VI quien tiene menos mácula, y por eso es el único que puede salir y hablar sin que le abucheen. Así estamos (o así están): la monarquía cose España. Qué planazo. Porque si en el funeral de Estado por la DANA salía a hablar Sánchez, seguramente, no terminaría su alocución y, si salía Mazón, lo más probable es que no la empezaría por los abucheos y los insultos. Por supuesto, no voy a dejar de señalar el mal rato del presidente autonómico valenciano, consecuencia de una ausencia injustificable aquella tarde, de una soberbia inexplicable y de un sostenimiento que nadie entiende.

Lo que pasa en Sudán

“Mueren más de 460 personas en un ataque sobre un hospital de maternidad de El Fasher, en Sudán”, titulan en el Huffington Post. Si esta masacre llega a suceder en Gaza o en Ucrania, donde decenas de miles de personas han sido asesinadas a misilazos y dronazos lanzados por los ejércitos israelíes y rusos, respectivamente, abriría informativos de radio y televisión, y periódicos. “Desde el inicio del conflicto en abril de 2023, la OMS ha documentado más de 1.200 muertes derivadas de 185 ataques contra objetivos médicos”. Según varias estimaciones, 150.000 personas han sido asesinadas en el país africano en este tiempo.

Sí, la IA tiene ideología

El texto de Antoni Gutiérrez-Rubí sobre cómo “la IA impulsa a la extrema derecha en los Países Bajos”, es interesantísimo porque pone en duda el beneficio de la medida europea de prohibir a los partidos hacer publicidad en redes sociales. Sin esa posibilidad, ¿qué queda? “Mucho ruido”. “En manos de las extremas derechas, una IA desbocada y con potencial de recrear realidades y verdades, impondrá una alucinación artificial capaz de explotar miedos y prejuicios sin límites”, y en Países Bajos, “Wilders ha hecho de su campaña, basada en el uso de la IA, una factoría de bulos y tergiversaciones con gran efectividad”.