Pues eso: «Fuga»

Cada persona hace con su carrera lo que quiere pero, por favor, que las y los médicos que han preferido ir al extranjero para ganar más dinero después de hacer sus carreras en universidades públicas, no me vengan luego con lo de la “vocación”: “Fuga de médicos: 1.200 se han marchado de España en apenas tres años” (The Objective). No podemos competir con las libras ni con los dólares, pero pagamos con nuestros euros facultades y hospitales universitarios. La mayoría se queda pero una minoría decide irse solo por más dinero, porque la suya es una profesión bien pagada. Hablémonos como personas adultas para variar.

Es una puta guerra

Ucrania ha sido invadida por Rusia por la cara. Ni siquiera en esto estamos de acuerdo: quienes beben de las fuentes del Kremlin argumentan no sé qué de la historia y la defensa ucraniana. Una defensa militar que no tiene que ver con la rusa, completada con legionarios y escoria violenta carcelaria. Para hacerles frente “Ucrania recluta a la fuerza a más soldados” (DW) que no deben ser armadas para defenderse, según algunos partidos y sus líderes, que no se cortan en darnos lecciones. ¿Quién está de acuerdo con dejarles sin balas, sin drones explosivos y sin tanques? Si no te hierve la sangre con la respuesta no tienes nada de antifascista.

Y esto es política

¿Quién ha pagado los gastos derivados de la estancia obligada de Carles Puigdemont en Waterloo? No lo pregunto para conocer los nombres, sino para dejar claro que esas personas merecen especialmente la batalla que está plantando el president: tanto esfuerzo, también económico, ¿para nada? El de Junts debe a sus votantes y, en mayor medida incluso, a quien le ha sostenido estos años, luchar con uñas y dientes por volver al Palacio de la Generalitat y por revivir un proceso independentista que la justicia española rebanó con penas de cárcel injustas. He sido muy crítico con Puigdemont, pero esta lucha le legitima.

Debemos proteger lo público

Para mí, “debemos proteger lo público” es algo más que una pancarta o un hashtag que forma parte de una estrategia: “Proteger lo público” no es gastar como si las instituciones tuvieran una máquina de hacer billetes, sino preservar lo que posibilitamos con nuestros impuestos y nuestra actividad económica. Y pongo un ejemplo lejano porque siempre se entienden mejor, esto de Vozpópuli: “La nueva obsesión de los ladrones en Madrid: roban puertas de contenedores de ropa que valen 350 euros”. Madrid tiene que hacer todo lo posible para que a nadie le salga rentable robar, vender y comprar lo que pagan sus contribuyentes.

No es ninguna tontería

Entiendo la tentación que han tenido en Xataka de presentar a Elon Musk como un tipo impulsivo y caprichoso: “Elon Musk ha descubierto que si despides a todo el equipo de supercargadores de Tesla se para su desarrollo: los ha vuelto a contratar”. Pero creo que en el cuerpo de la noticia hay un detalle revelador: “Las acciones de Tesla recuperaron algunos enteros en su cotización” después de los despidos, ya que habían bajado por el descenso de ventas. Y esta es mi lectura: Musk sabía perfectamente que deshacer y recuperar “una de las divisiones con mayor proyección de crecimiento de Tesla” era bueno para las y los inversores.

Escribo lo que quiero

Valoro los periódicos (en papel y en Internet) por sus columnistas y cronistas. Soy “old-school” y soy consciente de ello. Y leo con el mismo placer a quien piensa parecido a mí y a quien decide colocarse en la trinchera de enfrente. Solo les pido que escriban bien (algo que sé que yo no hago) y que sean honestos (algo que intento ser con todas mis fuerzas). Y esos rasgos los encuentro en Antonio Agredano, capaz de plasmar así de bien su búsqueda de la libertad de opinión: “Digo lo que pienso y siento lo que digo. A partir de ahí, que cada cual encuentre su nube en el paraíso, lo más cerquita de Kapuściński que pueda”.

Y leo a quien me aporta

No coincido con lo que suele opinar Bernat Dedéu y menos me gusta su pose en X, pero es otro de esos que escribe bien y va desarrollando sus pensamientos de un modo coherente en sus columnas, por eso lo leo y lo recomiendo. Y desde su posición “antiprocesista” en El Nacional, explica de un modo descarando qué sucede en el nacionalismo catalán (y de paso, en el vasco): “Desde que Pedro Sánchez lo nombró virrey de Catalunya y Esquerra se disfrazó de la Convergència más pactista, a Junqueras solo le queda una tarea pendiente: que Salvador Illa tenga la presidencia y que Puigdemont vuelva al país bien jubilado”.

Casi todo vale

Tengo mucha suerte: una parte de mi labor diaria es leer lo que publican diferentes medios y escriben sus columnistas, y me gusta pensar que complemento, más que contrasto o enfrento, las informaciones y opiniones. También me gusta mucho encontrar esas noticias que parecen versos sueltos. Así, como si nada, en Business Insider abrían con esto: “Nuevo récord de deuda pública: aumenta hasta los 1,61 billones en marzo”. Solo en un mes “creció en 10.401 millones”, y así “España es el cuarto país con la deuda más alta de la UE”. A mí esto me preocupa, y que la ciudadanía dé por hecho que no tiene consecuencias, me azora.

¿A alguien le sorprende?

No puedo acabar la semana sin hablar de la Inteligencia Artificial con voz que ha presentado OpenAI. Enrique Dans titulaba su crónica con precisión: “’Her’ ya está aquí”. La película en la que Joaquin Phoenix se enamoraba de un asistente virtual con la voz de Scarlett Johansson anticipó lo que vimos. Esta vez, sin embargo, parecía real. Y más de una y uno mostró su asombro… Para mi sorpresa. No pretendo enredarme en un juego de palabras: igual es porque he leído y visto mucha ciencia ficción, pero lo que nos demostraron cabía en cualquier mente. Solo nos faltan los coches voladores… O los de Mad Max.

Nuevos autores en no tan nuevos miedos

Hoy X, aunque Elon Musk le haya cambiado el nombre, no es un nuevo medio. Forma parte desde hace años de nuestras fuentes de información y, aunque no es lo que era aquel primer Twitter en el que nos conocíamos todas y todos, sigue siendo una plataforma estupenda para conocer nuevas maneras de estar informados: el hilo de Endika Río sobre Iker Muniain es un ejemplo estupendo para hoy, que nos despediremos en San Mamés del capitán de la última década. Las suyas también son columnas, además, con vídeos fotos y GIF que nos permiten recordar por qué hemos querido tanto a Muniain y, por supuesto, a Raúl García.

¿España, en un tuit?

Me he sentido tentado de titular esta columna sin las interrogaciones: “España, en un tuit”. Pero me he cortado aunque este resumen en X de La Vanguardia resulte casi irresistible: “Renfe pone en servicio dos trenes AVE para ir de Murcia a Málaga… pasando por Madrid. El nuevo servicio, con parada en Atocha, tardará más de siete horas”. Y más cuando el ministro del ramo dedica su tiempo a parecer un hooligan enganchado a su teléfono móvil. Sin embargo, aprovecharé esa noticia para reivindicar la alta velocidad ferroviaria sin madridcentrismo como un transporte eficaz, rápido y muy poco contaminante, también en Euskadi.

La derecha española, en un titular

Aquí tengo menos dudas: el titular en El Diario sí presenta perfectamente lo que es hoy (lo que ha sido siempre) la justicia en España. Me refiero a este: “El presidente del Poder Judicial, tras cinco años en funciones: ‘No vamos a dimitir salvo jubilación o fallecimiento’”. El bloqueo del PP en la renovación del CGPJ y el empeño de la derecha en que sean los jueces quienes se elijan entre ellos nos recuerdan constantemente que quienes imparten justicia en España están fuertemente ideologizados desde hace varias generaciones, y que lo saben perfectamente las y los representantes de ese espectro político que les resulta atractivo.

“76 años de la Nakba”

Como a todos los aitas y a todas las amas, me fascina ver crecer a mi hija y mi hijo, conocerles y descubrir qué les interesa. Precisamente por eso veo el Teleberri con ella y con él, y esta temporada casi a diario les explico algún aspecto del conflicto entre Israel y Palestina buscando la información que me falte en artículos como este en France 24: “76 años de la Nakba: los palestinos rememoran décadas de despojo y en medio de una guerra que escala”. Un texto muy bien hilado con testimonios valiosos: “Mi esperanza en 1948 era regresar, pero mi esperanza hoy es sobrevivir”, dice Mustafa al-Gazzar, que ahora tiene 81 años.

A Trump le está saliendo bien

Las atrocidades del gobierno y el ejército de Israel sobre la población de la franja de Gaza le están viniendo muy bien a Donald Trump. Y no es una causalidad: Benjamin Netanyahu es de los que espera su regreso a la Casa Blanca porque sabe que eso supondrá tenemos las manos aún más libres, lo que es difícil de imaginar. Fijándome en el detalle, me resulta curioso encontrar la noticia sobre lo bien que le va en las encuestas al republicano en el digital de Pablo Iglesias, precisamente, cuando la primera vez que se presentó y ganó, varios líderes de Podemos aseguraban que no era peor que Hillary Clinton.

¡A la mierda!

Los clubes de la Premier League van a votar para decidir si mantienen el VAR o lo mandan a la mierda, que es donde merece estar. La propuesta es del Wolverhampton porque cree que genera “frustración y confusión”, “un ambiente más hostil”, “errores continuos”, interrupciones innecesarias y excesivamente largas del partido y “erosión de la confianza y la reputación” (Iusport) de los árbitros y la competición. No puedo estar más de acuerdo. El VAR solo ha servido, en la liga en la que juega el equipo del que soy socio, para demostrar que siete árbitros (el VAR solo ha beneficiado al colectivo arbitral) son igual de malos que cuatro o incluso peores.

¿Podemos o debemos de hablar?

Como vecino afectado que soy he seguido muy de cerca la huelga de Bilbobus: me ha importado por qué se ha cancelado el servicio, qué había sucedido para que las personas trabajadoras tuvieran que llegar a una huelga y cuáles son sus pretensiones. No entro a valorar lo que es justo o injusto, pero reconozco que tengo dudas: ¿su derecho a la huelga es incompatible con mi derecho a estar informado? ¿Por qué es tan difícil saber qué ganan, qué quieren, cómo están los sueldos en otras ciudades, qué supone lo que piden para Bilbao y qué dejamos de hacer con ello? ¿Podemos hablar de todo esto o además debemos hacerlo?

¿Cómo no voy a sugerirlo?

El robo de cobre en las estructuras ferroviarias de Barcelona y las consecuencias que provoca en la ciudadanía no pueden ser motivo de batalla política entre el ministerio de Óscar Puente y el gobierno de Pere Aragonès, en funciones. De hecho, que lo sea tiene que provocar carcajadas en quienes trincan, venden y cuentas billetes. Personas para las que hay que endurecer la ley: lo que se paga con dinero de todas y de todos merece una especial protección, y quienes lo roban deben recibir un castigo implacable que sirva no para disuadir sino para concienciar. ¿Cómo no voy sugerirlo? ¿Cómo no estamos pasando ya?

Debatamos

Creo que es una exageración acusar organizaciones ecologistas de ser “los responsables de que suban las emisiones de CO2”, pero también creo que cuando habla Josu Jon Imaz merece la pena escuchar. El consejero delegado de Repsol respondió con contundencia a la representante de Greenpeace, Celia Ruiz, por no ser realista. Según Imaz, es imposible responder a las necesidades energéticas del planeta sin petróleo ni gas, y sin beneficiar “intereses como los del lobby eléctrico”. Además, “vamos a generar más dependencia en Europa reforzando a regímenes como el de Putin” porque la demanda seguirá creciendo “hasta 2030” (El Periódico).

Podemos se opone

Si seguimos comprando el gas y el petróleo a Rusia, Putin gana. Si no ayudamos a Ucrania a defenderse, Putin gana. Es así de sencillo. Así que nos toca decidir: cambiamos por completo nuestro modo de gastar recursos y entregamos Ucrania a Rusia, con todo lo que conlleva, o hacemos frente a la realidad. Y la realidad pasa, en el caso de la guerra, por las armas, y titulares como este en el digital de Pablo Iglesias tienen que empezar a sonarnos tan ridículos como son: “Podemos se opone a que Sánchez firme con Zelenski el acuerdo de apoyo militar permanente”. Oponerse es lo que hacen las y los soldados ucranianos en el frente.

¿De verdad necesitamos que nos lo digan?

Termino ya con esta columna dedicada a esos temas que hemos dejado que se conviertan en tabúes: cuánto cuesta un servicio público, por qué no se castigan los robos de tal manera que no merezca la pena hacerlos, la hipocresía en el debate energético y lo que supone dejar a su suerte a Ucrania. El último: la misma sociedad que necesita una tabla de etiquetas con letras y colores para saber que unos doritos no son saludables, necesita ahora que TikTok identifique los contenidos generados por medio de la inteligencia artificial aunque salten a la vista de los ojos con el espíritu crítico más básico. Pues vale.

Gaza, hoy

El periodista de RNE, Fran Sevilla, ha traducido este aterrador tuit de Martin Griffiths, responsable de Asuntos Humanitarios de la ONU: “Los civiles en Gaza están siendo sometidos a hambruna y asesinados y se nos impide ayudarles. Esto es Gaza hoy, después de siete meses de horror”. Es evidente que el mundo puede hacer algo más, que hoy ya todos tenemos claro que Netanyahu ha montado esta guerra por sus propios problemas judiciales en Israel y que su gobierno ultra la sostiene porque son malas personas, enajenadas, integristas sin causa justificada. Todo lo demás es demagogia mucho menos importante que el sufrimiento real.

“Inconcebible”

Lo mejor que le puede pasar al PNV es que Pello Otxandiano conceda muchas entrevistas: su hablar suave, forzado, no casa con su discurso duro, reivindicativo y, sobre todo, profundamente personalista. El modo en el que se pone en el centro, en el que exige, en el que señala, es una gran baza para Imanol Pradales. Que además esas formas y ese fondo personal hayan sido designados “para los grandes debates” mientras Nerea Kortajarena se dedicará a las cosas del día a día, con menos brillo, solo refuerza una sensación: que sin el marketing de la campaña, Bildu sigue viendo Euskadi a través de una mirilla estrecha.

Junqueras sigue, la lucha vive

Veo el anuncio de Oriol Junqueras en El Nacional de que “se ve con fuerza para seguir al frente de ERC”, y reconozco que tengo sentimientos encontrados. “Hemos entendido el mensaje”, afirma el político, y pongo en valor de inmediato la capacidad y la sabiduría de los viejos roqueros, también puedo entender que Junqueras tenga ganas de guerra después de la injusticia de los años de cárcel y la inhabilitación que sufre, pero por otro lado estoy de acuerdo con mi admirado Javier Vizcaíno en que resulta hasta ingenuo creer, o intentar hacer creer, que con que Aragonès cargue con la culpa del desastre es suficiente.

Las cartas, boca arriba, por favor

Que las exigencias de Pello Otxandiano y el empeño de Oriol Junqueras, junto con el éxito arrollador de las últimas estratagemas de Pedro Sánchez y los problemas de Yolanda Díaz con su partido, no nos impidan ver la realidad de su medida electoral estrella: “El control de precios en Barcelona provoca la retirada de un millar de anuncios de alquiler en Idealista” (Vozpópuli). En números: “La oferta de alquiler tradicional cae en más de un 20% desde marzo a la par de un incremento considerable de la oferta de habitaciones”. La clave en esta cuestión está en aumentar la oferta, no en retraerla. Sí, la base es así de evidente.

Es otra cosa la que importa

Vale, “no da igual ir al grupo verde o al de la izquierda en Europa”, como aseguran en el digital de Pablo Iglesias. Pero lo que importa no es lo que señalan: hablar de partidos verdes alemanes y más sionistas, contra partidos de izquierdas alemanes y menos sionistas, es tratar como idiota a la ciudadanía. Ya sabemos cuál es el posicionamiento de partida dominante en aquel país, no hace falta que nos lo expliquen como si fuéramos idiotas, una vez más. Lo que importa, realmente, es cómo explica la izquierda española el modo en el que se presenta a estas elecciones y cómo se desgaja después, con naturalidad, pero como a personas adultas.