Es el contenido

La noticia que El Periódico ha publicado en primera página sobre la alerta que supuestamente tenían los Mossos y provenía de la CIA de un atentado inminente en Las Ramblas fue el gran tema de Twitter ayer. Me cuesta creer que un director sea capaz de publicar conscientemente una nota falsa, como algunos (Wikileaks incluido) aseguran. Me quedo con lo que apuntaba Lara Hermoso: la intencionalidad de señalar a los Mossos cuando, si esa alerta es cierta, la recibió el CNI.

Sin esperanza para Venezuela

Creo que lo peor que le puede pasar a un país es un dirigente como Nicolás Maduro, el único capaz de empeorar a Chávez. Lo segundo peor, una oposición como la venezolana, sospechosa de casi todo. La versión de Lillian Tintori de que llevaba en su coche cuatro cajones llenos de billetes (200 millones de bolívares en un país en el que el SMI son menos de 100.000 al mes) para pagar “gastos urgentes” de su “abuelita” enferma, me cuesta tanto creerla que no voy a hacer ya el esfuerzo.

Política tuitera

Primero guardé este tuit de un usuario anónimo porque me pareció representativo: “Sois un partido político, no un adolescente creando memes. Dejad de hacer el ridículo y de apropiaros de la cultura!” (sic). Se refería al montaje de Juego de Tronos con Rajoy que había lanzado la cuenta oficial de Podemos. Después vi que hasta Antonio Agredano criticaba a Echenique: “La memeología está sustituyendo a la ideología. El chiste mejor que la idea. La viralidad mejor que la profundidad”.

Y Susana Díaz, ¿qué?

Después de perder contra Pedro Sánchez cabría pensar que Susana Díaz se había retirado a su despacho de presidenta de Andalucía para poner un poco de orden en una comunidad con graves problemas. Sin embargo, leemos que ella sigue a lo suyo, ahora batallando en los congresos provinciales del PSOE andaluz, de los que ya ha ganado cinco de ocho. Va a por todas la presidenta, por lo menos en la lucha interna socialista. ¿Su comunidad? Ahí están las cifras.

Temas que se nos despistan

Menos mal que en El Independiente han recuperado este tema porque es verdaderamente grave: la reforma que el gobierno español había prometido acelerar (“urgente”, la llamaban) para frenar la subida de precios de la luz sigue parada. En enero, en plena escalada, hicieron el anuncio. En septiembre, a las puertas del invierno y con avisos de las eléctricas de que el precio volverá a subir, seguimos exactamente igual. ¿Desidia? ¿Incapacidad? ¿Poder de influencia de algunas empresas?

El turista presidente de Sortu

Vayamos a las cifras: no hay ningún indicador que evidencie un problema en Euskadi con el turismo. Ninguno. Aún así, en la lucha por ser la izquierda más de moda, Sortu ya se ha lanzado a la batalla contra el turista. Curiosa batalla porque el presidente de la formación, Arnaldo Otegi, luce como un turista desde su foto de perfil en Facebook, Twitter e Instagram, y sus simpatizantes, además, lo celebran. Y hace bien, oiga, que turistas somos todos, pero coherentes solo algunos.

Que se fastidien

Ante la evidencia de que la moda de meter emoticonos en los tuist de las cuentas oficiales de instituciones ha llegado a la Casa Real española solo puedo exclamar: ¡que se fastidien! Conozco ese negocio y les aseguro que no entiendo esa tendencia de rebuscar constantemente en el menú de dibujitos para acompañar los mensajes de marcas que pagamos entre todos. Me parece un reconocimiento palpable de falta de creatividad en los gestores.

Seguramente Neymar gane en una hora más que usted en un mes

Me encanta el tuit, para empezar, porque lo ha lanzado una casa de apuestas, para seguir, porque muestra lo desmedido que se ha vuelto este mundo para algunas cosas y esas casas de apuestas en Twitter son un buen ejemplo: Neymar ganará en el PSG casi 4.000 € cada hora. Es (bastante) más de lo que gano yo y creo que de lo que gana la mayoría en un mes. Casi 35 millones de euros al año, a lo que hay que sumar la mordida de su padre y los 222 kilos que se lleva el Barcelona.

150 € por una camiseta

Sigo con la desmesura del fútbol actual. ¿Cómo se generan esas cifras? Porque muchas personas con muchos menos recursos que esos jugadores, representantes y gestores de clubes, pagan hasta 150 € por una camiseta con el nombre del millonario de turno. La queja de Luis Mora ha volado en Twitter. La respuesta más inteligente, como siempre, la de Urtzi Jauregibeitia: eso pasa a quien da más importancia a la parte de atrás de la camiseta que a la de delante, la del escudo.

A favor de esa nostalgia

Antonio Agredano tuiteaba recientemente: “El futbolero es un nostálgico”, y tiene toda la razón. En general, no me gusta ese sentimiento, y en particular, Agredano cree que está sobrevalorado cuando de fútbol se trata. Pero viendo lo que ha pasado con Neymar el mismo día que se cumplían 18 años de que Henry firmara por el Arsenal uno solo puede añorar esos tiempos de jugadores que se identificaban con los clubes… Aunque luego “Tití” acabara en el Barça, chequera mediante.