Esto va de sensibilidad

Hoy no va a leerme nadie, lo sé. Y como lo sé, voy a aprovechar para escribir lo que me dé la gana y, sobre todo, como me dé la gana. Y si tengo que llamar a alguno “sinvergüenza” se lo llamaré sin problemas. También diré sin rubor que Arkaitz Rodríguez muestra una ausencia de sensibilidad absoluta cuando quiere confundir los “ongi etorris” con una supuesta persecución a la izquierda abertzale. Un “ongi etorri” es lo que es, lo protagoniza quien lo protagoniza y lo defiende quien lo defiende. Pero, lo grave, en cualquier caso, es que parece que todo esto no importa. Y hasta habrá quien dé la razón a quien encubre el fascismo.

Hasta el…

Llevo 15 años siendo trabajador autónomo y he vivido muchos aumentos de cuota, novedades en la forma de presentar la declaración trimestral, obligación de facturar telemáticamente, los últimos cambios en la cotización, las acusaciones de no pocos políticos de gastar más de lo que generamos (especialmente de izquierdas y que nunca han sido autónomos, empezando por Patxi López y terminando, de momento, por el ministro Escrivá) y amenazas constantes: “Hacienda vigila y controla a los autónomos a través de estas ocho inspecciones”. Pymes y Autónomos, últimamente, es una colección de alertas para evitar sanciones.

Ni lo discuto

Sigo desahogándome, hoy que puedo porque esta columna no va a leerla nadie: ni entro a discutir que una persona trabajadora con hijas e hijos a su cargo debe disponer de más flexibilidad y prioridad para gestionar sus vacaciones. La mierda de sociedad que estamos construyendo invita a pensar que tener hijas e hijos es una responsabilidad particular, y es todo lo contrario: es una responsabilidad social. Por supuesto, respeto a quien decide no tener descendencia, pero quienes sí la tenemos, disfrutamos y sufrimos a partes casi iguales, tenemos que ser reconocidos y ayudados, porque un embarazo es una buena noticia colectiva.

Qué sinvergonzada

Hoy toca hablar de fútbol, ¿no? Pues voy a empezar a hacerlo por cómo lo entiendo yo, ya que es el mejor día para decir lo que pienso: el fútbol es un gran negocio para quienes sean muy hábiles haciendo que mucho dinero se mueva muy rápidamente, así, con lo que se les queda entre los dedos acumulan una millonada. Un negocio de truhanes, en una palabra. Y el que mejor lo ha sido, si la justicia empieza a dictar sentencias que confirmen lo que estamos leyendo, es quien protagoniza este titular en EPE: “Los negocios de Rubiales tras dejar la RFEF: hoteles en Granada, Málaga y Dominicana, comisiones y un sueldo de 4.000 euros”.

El día que daba igual todo

Hoy en Bizkaia da igual todo: lo que cueste un viaje a Sevilla, lo que cueste una entrada para ver un partido de fútbol, la manera de conseguirla, que haya una campaña electoral tras la que vamos a elegir a un nuevo lehendakari… Hoy es el día del Athletic-Mallorca, todo lo demás es secundario y me parece bien. Hoy soy incapaz de escribir la columna de mañana por eso lo hice también ayer, en cualquier caso, no sé qué pasará esta noche. Solo sé lo que deseo: llorar en mi casa de alegría junto a mis personas favoritas sujetando una bufanda roja y blanca. El fútbol nos gusta porque nos emociona, y mi plan es emocionarme tanto como pueda.

«El listón muy alto»

Soy usuario de Osakidetza, de hecho, mañana mismo tengo cita con mi médico y, en mi caso y el de las personas que me rodean, creo que la sanidad vasca funciona con al margen de mejora que cualquiera puede apreciar y debe exigir. Y lo creo, también, porque las y los mejores profesionales, independientemente de su origen (y esto le desmonta el argumentario al PP), también eligen Osakidetza: el número uno y dos del último examen del MIR harán su residencia en el hospital de Cruces, que “suele estar entre los diez preferidos por los residentes y ya habíamos tenido en otras ocasiones al número uno” (Con Salud).

Desmontar la Sanidad es esto otro

Desmontar la sanidad pública es justo lo contrario a lo que está pasando con Osakidetza. Marcelino Madrigal resume muy bien lo que sucede en Madrid, caso paradigmático de una privatización de facto y diametralmente opuesto a lo que ocurre en Euskadi: “El concierto con la Sanidad Privada en 2024 nos cuesta en la Comunidad de Madrid 1.209.834.792 euros. En concreto, para Hospitales del Grupo Quirón (más Gómez Ulla) van 860.824.822 euros. Para nuevos centros de Primaria, 75 millones. Es un escándalo”. La fuente son los propios presupuestos de la Comunidad y las cifras son así de salvajes.

También votan en Catalunya

En Catalunya, al contrario que en Euskadi, el resultado de las elecciones es más evidente: parece que el PSC va a ganar con claridad y que el problema será la gobernabilidad. Aunque gane con claridad puede necesitar a ERC o Junts para gobernar. Y la otra opción es que los dos partidos independentistas formen gobierno, lo que ya ha pasado con desastroso resultado en la última ocasión. Además, hay otro elemento a tener en cuenta: quién quedará segundo. El posible regreso de Puigdemont puede catapultar a su formación, que volvería a liderar el espacio nacionalista. Y pase lo que pase, afectará al gobierno de España.

Podría ser peor

En Euskadi, PNV y Bildu mantienen el pulso por ser el partido que lidere en votos y escaños a Euskadi. En Catalunya, la partida se juega entre tres. La España política es un caos en el que la ultraderecha es el lastre que se ha cargado la derecha voluntariamente para gobernar. Pero todo podría ser peor: Donald Trump ha alertado de que podría correr la sangre si no sale elegido presidente, con todo el cuajo y una gorra puesta que le hace parecer un poco lerdo. Cuando perdió las elecciones fueron cinco las personas fallecidas durante el asalto al Capitolio. Con estos antecedentes y esos avisos, que no esté inhabilitado me parece inaudito.

Me gusta

Fui con un amigo de Gasteiz y del Alavés a ver el último derby, y al final, mientras aplaudía a los míos y mi buen amigo se lamentaba de la ocasión de Guridi y el penalti que paró maravillosamente Unai Simón, aprecié la discusión entre los hermanos Williams. Conversación airada que no pasó desapercibida para los de El Día Después, que siguen luciéndose captando esos momentos que hacen del fútbol eso que tanto nos gusta. El mayor de los hermanos lo explicó en Twitter: discutían como cuando jugaban en la plaza. Y a mí el detalle me gustó: incluso ganando y entrando en Champions la ambición y las ganas de mejoran se dejan ver.

Esto es lo importante

Que Pablo Iglesias abra un bar es anecdótico y sus formas, como siempre, son mucho más divertidas de lo que le parecen a él, que da a todo una gravedad terrible. Lo importante es que haya un tipo que haya trincado una millonada durante la pandemia y, además, haya intentado evadir al fisco, según la fiscalía, Y que ese tipo, Alberto González, sea además el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid no es una anécdota. Como no lo es que su abogado resulte ser un chapucero que “mandó a un mail genérico de la Sección de Delitos Económicos” (Alfonso Pérez, en X) el mensaje en el que reconocía los delitos que se le imputan.

Mesas “premium” en Sevilla

Si paseas solo por alguna zona bulliciosa de Bilbao como la Gran Vía, Ledesma o el Casco Viejo, y abres un poco el oído, las palabras que más oirás serán “Athletic”, “final” y “Sevilla”. Y esta columna no va a ser una excepción. Lo que ha llamado mi atención del gran tema es, sin embargo, esta alerta en Xataka con la que tendrán que contar las y los viajeros: “Polémica en las terrazas de Sevilla: hosteleros cobran 10 euros de suplemento por una mesa al sol”. Uno de los restaurantes al que han cazado con esa práctica, alega que se trata de “mesas premium”, y en Facua tienen dudas sobre su legalidad porque están fuera del local.

Más Caso Negreira

Leemos en Palco 23 que “el juez del Caso Negreira ha acordado prorrogar seis meses la instrucción a la espera de un informe de la Guardia Civil”. No solo es el informe: Joaquín Aguirre ha citado esta semana a José María Enríquez Negreira, el receptor de la millonada del FC Barcelona y el firmante de aquellas amenazas. En el digital recuerdan que “Negreira se embolsó, presuntamente, más de 7,3 millones”  y que “todo apunta a que la operativa comenzó en los años 90, durante la presidencia del fallecido Josep Lluís Núñez. La Fiscalía considera que hay indicios de un delito de corrupción en los negocios cometido por el club”.

Sí se puede

Si se confirman las sospechas y los supuestos, el FC Barcelona merece un castigo ejemplar. Pero no solo por los pagos a Negreira para obtener un favor arbitral que, por lo menos, explicaría ciertas agresiones sin castigo que todas y todos hemos visto y silbado. También por la ingeniería financiera que el FC Barcelona permite al club fichar como si no costase y birlar jugadores a otros equipos que sí cumplen. En otras ligas esto tiene un castigo: “Descuentan cuatro puntos al Nottingham Forest por irregularidades financieras” (Iusport). También ha sido sancionado el Everton y lo será, parece ya sin duda, el Manchester City.

Aunque sea verdad

Porque conozco de las campañas y el funcionamiento de los entes públicos, me cuesta creer que alguien se pusiera en contacto con Silvia Intxaurrondo para ofrecerle una buena renovación solo unas horas después de su ya famosa, pero también profesional y acertada entrevista a Núñez Feijóo. Pero aunque fuese cierto lo que publica El Mundo (soy suscriptor y he leído las piezas íntegramente), en tiempos y cantidades, es obligación de la dirección del medio cuidar su marca para que no parezca que está intentando cobrar una factura política. Y esto lo digo también por experiencia propia, porque sé lo indigesta que es la carne de perro.

La herencia política de Aznar

La herencia política de José María Aznar es una manipulación histórica, una incomprensión extraordinaria y un dolor multiplicado, como podemos comprobar, 20 años después, en Público: “El abogado con más víctimas del 11-M en el juicio: ‘Fue doloroso ver cómo las utilizaron políticamente’”. 192 personas fallecidas y más de 2.000 heridas, y sus familias, han sido revictimizadas una y otra vez en todo este tiempo, con algunos comentarios lacerantes de periodistas muy conocidos, de una manera absolutamente injusta (y no es palabra baladí en este caso especialmente), por aquella mentira de Aznar.

Ricardo somos casi todos y todas

De una mentira histórica como la de Aznar, a una engañifa actual: el “Caso Koldo” afecta negativamente a la confianza de toda la ciudadanía en las instituciones, pero esa ciudadanía no lee periódicos ávidamente ni devora informativos. César Calderón la describe muy bien en The Objective, personificándola en su amigo Ricardo, que “no lee mucha prensa que no sea deportiva ni escucha demasiada radio (era de la SER pero ahora es de Alsina)” tampoco “tiene Twitter ni piensa tenerlo” pero “ha visto cómo ante sus ojos aparecían de forma caótica un aluvión creciente de macarras” que “se lo estaban llevando crudo”.

Una batalla muy, muy lejana

El tuit de Iñaki Olabe sobre la campaña de Trump contra Biden me parece que resume muy bien lo que pensamos muchas y muchos: “Francamemte es increíble que los Demócratas no hayan encontrado un candidato decente para frenar el tsunami populista”. Los republicanos, ya con la nominación solo a falta de formalizar, han lanzado un spot muy sencillo y evidente: un vídeo con los lapsus y los momentos de desorientación de Joe Biden que recuerdan que estamos hablando de un presidente y candidato a la reelección con limitaciones. Pese a que la diferencia de edad no es tanta (81 años de Biden y 77 de Trump), la energía de ambos sí lo es.

Ramadan Mubarak

La felicitación del Athletic a la comunidad musulmana por el inicio del Ramadán es absolutamente pertinente, se pongan como se pongan los racistas. La comunidad musulmana es una más en Bilbao y en Euskadi. En concreto, en la capital, se ganan la vida con nuestra comida, literalmente. Podemos invisibilizar a este grupo poblacional, escondiéndolos en las cocinas de los restaurantes y bares de pintxos, y podemos quedarnos con los delincuentes con los que comparten origen (que son malos musulmanes, además), o podemos naturalizar la convivencia y que compartamos aficiones como el fútbol.

«La gran suerte de recordar»

Tuitea Pello Otxandiano que “este país tiene la gran suerte de recordar qué fue el 3 de Marzo en Gasteiz. Y, gracias a ello, podemos mirar al mundo, leer el momento actual y hacer un ejercicio de análisis consciente”. En efecto, tenemos la gran suerte de recordar qué pasó en 1976 y desde ese año hasta que, en 2010, ETA mató por última vez. Y la mención a ETA la hago porque Otxandiano, precisamente, ocupó un sitio en la dirección de Sortu como hace ahora David Pla. Pero en la izquierda abertzale saben que eso da igual, que la memoria de “este país” (patxilópeziana expresión) es extremadamente selectiva y juega a favor de Bildu.

Más (y mejor) memoria

El programa de Jordi Évole sobre el 11-M ha tenido mucha repercusión, como suele ser habitual, en X. Lo que más me ha llamado la atención de esos tuits es que los recuerdos parecen muy precisos en algunos periodistas: ahora parece ningún periodista se tragó aquello de que “ha sido ETA”. Ayer, en El País también sacaban el jabón. Pero si uno busca “portadas sobre el 11-M de 2004” en Google, una de las primeras entradas es una recopilación de Libertad Digital (ese medio facha, sí) de hace 10 años. Lo que hoy tuitean algunos y lo que publicaron entonces parecen cosas muy distintas. Qué pena de profesión.

Y un poquito más de cultura

Si el ministro español de Cultura ha aprovechado su altavoz en el Congreso para entrar en la campaña vasca como un elefante en una cacharrería, ahora tendrá que recoger esos cacharros del suelo: en Diario Red recuerdan cómo “el Ministerio de Cultura de Iceta sitúo a la capital saharaui bajo soberanía marroquí y Ernest Urtasun se niega a corregirlo” y le pasan otra factura a Sumar. Pues si cultura política demuestra poca (asimilar el discurso de su partido al de Bildu solo beneficia a Bildu), sensibilidad política demuestra aún menos perseverando en el error histórico sobre el Sahara que cometió el gobierno español más progresista.

Otro error histórico

Un error histórico más global que el que ha cometido España con el Sáhara, es el que está cometiendo el mundo con Palestina: estamos viendo cómo Israel aniquila a la población y nadie hace nada. Ursula von der Leyen dice en X que se siente “profundamente afectada” por la matanza de civiles que recogían ayuda humanitaria y que “apoya a la población civil”. Qué pena que von der Leyen no sea algo importante como, qué se yo, presidenta de la Comisión Europea, para poder hacer algo concreto como sancionar y bloquear cualquier contrato con Israel, y presionar para que el gobierno ultra de Netanyahu deje de asesinar.

No voy a dejarlo pasar

Aunque tarde, no voy a dejar pasar el tuit de Endika Martínez, posterior a la agresión que sufrió en los alrededores de San Mamés antes del partido contra el Atlético: “Acabamos la jornada en urgencias con varias grapas en la cabeza por un botellazo”. Y continúa: “Hay quienes no saben disfrutar si no es agrediendo, insultando y provocando. Vistan los colores que vistan”. Nadie de la “grada popular” (pocos nombres habrá menos fieles a lo que son) se ha manifestado por Endika, aunque sí lo hicieron por sí mismos antes del partido contra el FC Barcelona. Quien empoderó a ese colectivo, ahora, que lo desempodere.

Cartón piedra

El pecado capital de Bildu en esta campaña consiste en tratar a la ciudadanía como si fuera idiota: prometer hasta meter, no decir cómo van a hacer viables sus carísimas propuestas, tener un discurso más duro en euskera que en castellano, el “ETA” de “aldaketa”, presentar como ideólogo de Bildu a quien dejó su sitio en Sortu a David Pla, las gafas de pasta, la ropa cara, las sonrisas, los abrazos… Puro cartón piedra que se nota hasta en sus vídeos, como explica Xavier Tomàs en X: “un spot donde el 100% del contenido está sacado de bancos de imágenes”. La pregunta es: ¿les funcionará?

La marisquería

Cuando leí la noticia del encuentro en un restaurante entre el ministro Ábalos y su colaborador, Koldo García, por primera vez pensé algo parecido a lo que expresó con maestría Manuel Jabois. Evidentemente, ni en mis mejores sueños soy capaz de juntar las palabras y evocar las imágenes tan bien como él lo hace: “Para coincidir en la misma marisquería un día laborable con un colega, o estáis abusando de la marisquería, o Dios tira muy bien los dados”. “Ir todos los días a una marisquería es para que el camarero, en vez de servirte, llame directamente a Anticorrupción”.

Otro que tira los dados

Que los últimos estertores de Ciudadanos sean en el parlamento europeo tiene algo de poético: el lugar donde se hace la política más grande, es decir, el lugar que más grande les queda a las y los de este partido de maleducados y jetas disfrazados de “liberales”. Su acta de defunción electoral ya está firmada, pero algunos, como Dios en la columna de Jabois, quieren tirar otra vez los dados: “Edmundo Bal presenta Cree, su nuevo partido para las elecciones europeas. El partido se define como ‘una nueva formación con una clara vocación reformista desde la centralidad y la moderación’” (The Objective).

Un juego insostenible

Me gusta mucho el fútbol. Pero mucho, mucho. Y precisamente por eso soy tan crítico con el negocio que hay montado en torno a un juego maravilloso: un negocio que consiste en que el dinero, como el balón, nunca deje de moverse. Y en ese cambio de manos vertiginoso con cifras de locura, lo que se queda entre las uñas de los muchísimos intermediarios puede suponer una fortuna. Pero es insostenible, es un hecho: “Arsenal FC ingresa más de 500 millones, pero pierde 60 millones en la temporada 2022-2023” (Palco 23). Cifras injustificables salvo para quien espera la migaja con la que comprar un Ferrari.

Y nos queda lo mejor

Escribió Jorge Valdano que a veces solo hacen falta dos o tres segundos para que el fútbol, ese mismo fútbol en el que hacen buen negocio quienes tienen menos escrúpulos, nos parezca un deporte maravilloso. Ese fue el tiempo, quizá menos, que pasó desde que Nico Williams centró un balón que conectó Iñaki. Todos vimos en el campo cómo se preparaba el mayor para rematarlo, libre de marca porque Mario Hermoso decidió ser un espectador más, y liberó todo el miedo y toda la tensión contenida durante semanas en el Bilbao futbolero. Como dice mi amigo Gorka: “Qué bonito es ser del Athletic, joder”.