Así, todo

Cuando Bildu dice que “rechaza sin ambages la pancarta aparecida en Vitoria-Gasteiz” (Orain) y “el ataque a la sede del PP” reivindicado por Ernai, es igual que cuando Bildu decía que era un partido nuevo con Otegi, Matute y Barrena; igual que cuando Bildu dice que no tienen nada que ver con ETA pero en la cúpula de Sortu manda David Pla y Otxandiano no puede llamar terrorismo al terrorismo; es igual que cuando sus colaboracionistas se manifiestan contra el antifascismo; igual que cuando Rodríguez y Otegi hacen una lectura solemne por la paz en Aiete y, esa misma tarde, Otegi explica a Ernai en Eibar que harán lo que toque por sus presos.

Todo lo que está mal

Puede ponerse digno Arkaitz Rodríguez (que luego acudirá a los festivales de música de Ernai, a por su foto), pero sus juventudes (que han devorado a las de EA y Alternatiba, si es que alguna vez hubo algún joven en esos partidos) son las responsables de esto que señalan desde la fundación Fernando Buesa: “Vandalizar las recientes placas en memoria de las víctimas de ETA en Durango, hacer pintadas en las sedes del  PSE-EE y el PP y colgar pancartas con dianas contra representantes políticos  y la Ertzaintza en el campus de la EHU de Vitoria-Gasteiz, son muestras evidentes de que los discursos del odio siguen presente en nuestra sociedad”.

El laberinto de la izquierda abertzale

A la izquierda abertzale se le están haciendo largas todas las legislaturas. Como Podemos, sin elecciones (es decir: sin confrontación) no son nada. Pello Otxandiano no puede ocultar más el tremendo muermo que han elegido y Otegi habla como el señor mayor que es. Y por si todo esto no fuera suficiente, la miríada de marcas y asociaciones que han creado les meten en laberintos. La manifestación por Donostia de los sin techo desalojados de Martutene que no quieren pasar por el aro de las ayudas institucionales les retrata. ¿Qué les mueve? La solidaridad, no, porque instrumentalizar políticamente la pobreza no es ayudar. Es ayudarse.

El diálogo, como siempre, vencerá

El atrevimiento de Tamara Yagüe ya no es un hecho espontáneo: la ciudadanía empieza a cansarse de la confrontación por la confrontación, y eso es un problema para quien solo sabe vivir de ella, como Mitxel Lakuntza. La de Confebask dijo la verdad: hay muchos más casos de éxito fruto de la negociación en los conflictos laborales, que fruto de las huelgas. Pero estos son más sonados, claro. Hay que empezar a romper tabúes y a decir en voz alta, como hizo Yagüe, como cada vez hace más gente, que esa confrontación lo que consigue es retraer la inversión. Y si nadie invierte, ¿cómo vamos a pagar los servicios sociales que tenemos?

Alfombra roja al gobierno español

Lo que cada vez entiende menos gente en Euskadi, también, es la alfombra roja a este gobierno de Pedro Sánchez. Que nos guste todavía menos un gobierno de Núñez Feijóo condicionado por Abascal no es motivo suficiente para ser acrítico con el PSOE, como Bildu en el Congreso y el Senado. Mientras tanto, Sánchez hace lo que le da la gana: “Una semana, 16.700 millones en armas: el mayor acelerón militar del Gobierno”, denuncian en Diario Red, el digital de Pablo Iglesias. Que yo soy de los que cree que la amenaza del Este es real y que tendremos que defendernos pero, quienes creen lo contrario, ¿qué hacen? ¿Callarse y seguir?

Todos contra el Islam

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Los musulmanes están en el punto de mira, sí, pero del propio ISIS, como bien recordaba Javier Espinosa en Twitter: todos esos mentecatos que han confundido religión con terrorismo si tanto odian a los musulmanes podrían unirse al Estado Islámico, que es actualmente quien a más personas de esta religión asesina cada día. Curiosamente, muchos de los que se confunden ahora también confundieron ser vasco con apoyar o pertenecer a ETA, y algunos incluso sufrieron esa identificación perversa y ahora echan la culpa a un colectivo indiscriminadamente.

¿Y qué hay más importante?

Parece de chiste pero es trágicamente cierto: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias hablaron ayer por teléfono porque no han logrado cuadrar sus agendas. ¿Qué es más importante que hacer avanzar a un país? ¿A qué juegan? ¿Qué extraño e innecesario pulso se están echando? Y sobre todo: si es noticia que hablen por teléfono, ¿es porque no lo hacen normalmente? ¿Y si no lo hacen, qué demonios hacen? ¿Cómo se comunican? ¿O no se comunican? Pase lo que pase en el futuro, algunas de las cosas que han pasado son para no olvidarlas.

El Estado Español

El español es ese estado en el que el jefe del Gobierno es, a la vez, el de un partido político que paga las obras de reforma de su sede con dinero negro (entre otros posibles delitos, todos ellos mayores), y en el que la familia directa del jefe del Estado no hace contrato a sus trabajadores domésticos (entre otros posibles delitos, todos ellos mayores). Este retrato de lo que es el estado español actual que nos regalan sus dos figuras más relevantes me parece extraordinario. Y no para bien, precisamente.

El “tontobuenismo” de Obama

La expresión no es mía, sino del periodista Víctor de la Serna en Twitter, pero estoy de acuerdo en lo que transmite: la presencia de Obama en Cuba ha sido una oportunidad para la democracia desaprovechada. Tanto ha sido el fiasco que solo la soberbia de un dictador como Raúl Castro y su negación de los presos políticos se han salido del guion establecido: llamadas a la calma al pueblo cubano ante lo que pueda venir, intentando asegurar una transición tranquila hacia el cambio de manos de la propiedad de la isla, de los Castro a las multinacionales estadounidenses.

¿Y falta actitud?

Puedo compartir la falta de especialistas en ciertas áreas de trabajo, que es lo que se fijan en El Confidencial, pero no puedo compartir la falta de actitud o compromiso de los trabajadores vascos que demandaba Roberto Larrañaga esta misma semana. Coincido en que en Euskadi hay mucho trabajo: quedan cosas por hacer y empresarios que quieren hacerlas, pero los trabajadores queremos cobrar por llevarlas a cabo y, claro, eso es lo que detiene la idílica maquinaria. Si la “actitud” es aceptar condiciones muy precarias lo que sobran son intenciones de latiguero.