Todo fue un error

Parece que la caída en todo el mundo de Facebook, Instagram y WhatsApp fue por culpa de un error humano, hasta el punto de que su recuperación fue posible a la inserción de código de un modo manual. Lo que sucedió tiene que servir, como hemos avisado en esta misma columna en otras ocasiones, para que tengamos presente siempre la fragilidad del sistema al que estamos confiando toda nuestra vida, sin exagerar: nuestros recuerdos, nuestras relaciones y nuestras conversaciones. Y los titulares que estamos leyendo tienen que servirnos de alerta ante los monstruos a los que estamos alimentando.

Pero, ¿de qué?

“La caída de WhatsApp, Instagram y Facebook cuesta 140 millones de euros por hora a la economía mundial”, titulaban en El Independiente. Y no era el único medio que se hacía eco de la llamativa cifra que, por mucho que uno rebusque en el texto, nadie explica cómo ha aparecido ni cómo puede ser posible. Todo son cálculos basados que parecen más sacados de un Excel que de un estudio realista que extrapole datos concretos. Y si fuera real, si ese impacto existiese en un chat de seguridad relativa como es WhatsApp y dos redes de puro entretenimiento, una de ellas en desuso, mereceríamos ese derrumbe.

¿Podemos empezar a ser personas un poco más serias?

Otra cifra se ha repetido aún más que la del párrafo anterior porque es más redonda y vistosa, la de los 6.000 millones que “Zuckerberg pierde” (Bolsamanía). Según algunos cálculos, “el apagón le ha costado a la empresa unos 164.000 dólares por minuto, mientras que la caída de las acciones ha eliminado más de 40.000 millones de dólares en capitalización bursátil”. Esto es, simplemente, mentira: muy pocas campañas se hacen con un horario tan cerrado, y sabemos suficiente sobre la especulación de la bolsa como para relativizar ciertas cantidades. Lo que no podemos permitirnos es confundir el periodismo de datos con el de cifras.

Y en el peor mes

Si Facebook cae en bolsa y sus acciones se sostienen a la baja no será por la caída de su servicio durante unas horas, será por las declaraciones de Frances Haugen, a la que Jordi Pérez califica como “la última garganta profunda” de la compañía. Haugen está convirtiendo en información lo que hasta ahora solo eran percepciones: Facebook sabe que gana más dinero con los contenidos perjudiciales que si la red estuviese limpia. El odio genera más actividad, más tiempo de permanencia y un mejor reclamo para los anunciantes, y el bien solo genera trabajo y cierto aburrimiento. Pero Facebook no es la enfermedad: es el síntoma.

¿La nueva industria del tabaco?

En Twitter, Hugo Sáez intenta dar respuesta a esta pregunta: “¿Por qué en EEUU se dice que Facebook es la nueva industria del tabaco?”. La investigación del Wall Street Journal basada en las informaciones facilitadas por Frances Haugen ha demostrado que, como las compañías tabaqueras, la red social sabía qué tenía que hacer para hacer su contenido menos perjudicial pero no lo aplicaba porque también generaba menos dependencia hacia el producto. Una dependencia muy perjudicial y con estudios al respecto en el caso de Instagram. Estudios que la compañía negaba, como sus decisiones para mantener el alto consumo.

Otegi haciendo de Otegi

En un par de frases, Mikel Segovia en El Independiente retrata a Bildu, “el aliado presupuestario amable con Sánchez e implacable con Urkullu”. Y continúa: “La coalición de la izquierda abertzale mantiene su disposición a facilitar las cuentas a Sánchez, pese a mantener incumplido su acuerdo para derogar la reforma laboral. En Euskadi, es el único partido que no ha apoyado las cuentas de Urkullu ni una sola vez desde 2012”. No hay más: los del “Espainaren morroi” al PNV son hoy dóciles en Madrid mientras en la CAV se muestran los más beligerantes para seguir intentando romper un techo de cristal que no acaba de caer.

Y Casado haciendo de Casado

La estrategia de Casado en España es la misma que la de Otegi en la CAV (que no es igual que la que mantiene en Nafarroa, donde Bildu convive muy a gustito con el PSN): desgaste al partido en el gobierno cueste lo que cueste. Y si a veces se cae en el ridículo no pasa nada: la actualidad pandémica, volcánica o económica proveerá otra oportunidad. Me centro: Casado ha visitado esta semana La Palma y ha hecho unas declaraciones con el volcán a su espalda. ¿Qué ha dicho? Eso es lo de menos, lo importante en la estrategia contemporánea de acoso y derribo político es sacarse todas las fotos y criticar sistemáticamente.

La extrema derecha, a lo suyo

La extrema derecha europea intenta recabar apoyos entre negacionistas de la pandemia y antivacunas. La española sabe que esa jugada en su caladero es más problemática porque el porcentaje de reaccionarios a la ciencia es bastante menor. Vamos, que es una cosa de frikis. Pero Espinosa de los Monteros ha decidido que Vox no está para perder ningún voto, y si para eso tiene que jugar a la ambigüedad con su libertad para vacunarse o no, lo hará. El populismo, al final, va de eso, de ponerse a favor del viento sin que a nadie le importe cuántas veces rola. Y si toca ser antivacunas, lo serán.

PSOE y Podemos, en su línea

María Castañeda ha publicado en Merca2 un texto bastante interesante sobre “las 10 meteduras de pata del Gobierno en la crisis del recibo de la luz”. En la pieza recupera algunos momentos previos a la escalada que estamos sufriendo que no deja en buen lugar a quienes integran el consejo de ministras y ministros actuales, como el “caso omiso a la subida del gas en marzo” o “el tarifazo eléctrico, a destiempo y sin criterio”. Con el marrón ya encima, el gobierno español también ha actuado mal, aprobando una “reducción del IVA, pero solo a unos cuantos” o tomando “decisiones importantes sin contar con las eléctricas”.

Enésimo resbalón

Con lo bien que le iba a Errejón mostrando que hay nicho electoral en España para una izquierda pragmática sin deudas consigo misma, el líder de Más País ha decidido ponerse la zancadilla y tropezarse presentando un libro innecesario en un momento inadecuado, en el que “narra ‘caudillismo’ y una ‘corte’ en torno a Iglesias, que buscó ‘enterrarle’ políticamente” (República.com). Con Iglesias brillando en spots televisivos y todo Podemos agarrándose al tablón de Yolanda Díaz para mantener su flotabilidad, estas memorias parciales son un error. Bienaventurados los que saben esperar a que pase todo para contarlo con perspectiva.

Puigdemont, detenido

Soy pesimista: la detención del president Puigdemont en Italia, en el mejor de los casos, se quedará en aviso y como evidencia de que en cualquier momento y en cualquier aeropuerto puede repetirse la historia hasta que sea la definitiva, se active una extradición por intereses políticos internacionales que se cruzan, y quien fue elegido por la mayoría del Parlament acabe siendo procesado y encarcelado como otros miembros de su gobierno y su partido, por sus ideas políticas (porque actos delictivos no cometieron ninguno, a todas luces). Si algo ha demostrado España en la historia es un espíritu vengativo.

Y “el independentismo estalla”

La reacción en Catalunya solo puede ser una: enfado, cabreo, indignación y una movilización que en ningún caso puede regalar argumentos al unionismo. Porque Puigdemont no es un político, no es un verso suelto, no es una persona con una idea: el president es el representante de una mayoría que votó sabiendo que estaba apostando por un proceso independentista, y sus políticos, tanto los del PdeCat como los de ERC, respondieron a un mandato ciudadano. Por eso es normal que, como exponen en El Nacional, “estalle” el independentismo. Esto va de muchos, no solo de unos pocos.

La noticia que no lo es

Los chapados a la antigua pensamos que las noticias tienen que responder a hechos novedosos, y es evidente que este titular de El Independiente no puede resultar sorprendente: “Otegi y Ortuzar trasladan a Puigdemont su ‘apoyo y solidaridad’”. ¿Qué esperaban en España? La noticia hubiera sido que los representantes de las principales opciones políticas independentistas en Euskadi se hubieran mostrado indiferentes ante el enésimo atropello a Catalunya en la figura de uno de sus representantes (nada menos que el president). Pero la solidaridad de Ortuzar y Otegi no solo es lógica, también es necesaria.

Y Casado, en su papel

El que también ha hecho su papel es Pablo Casado. En realidad, los representantes españoles no han sorprendido: si bien el del PP ha sido el más claro en su posición junto a la extrema derecha, Sánchez ha sido más ambiguo y desde Podemos han ofrecido su ensaladilla habitual. España no sorprende, insisto, y su carácter vengativo, expresado con la justicia o la política, es uno de los atributos de su marca. Del mismo modo, tampoco me sorprende pero no puedo evitar que me apene el modo en el que esos políticos infantilizan a la sociedad con discursos que fomentan el enfrentamiento en vez del entendimiento.

¿Y ERC?

No me gusta Carles Puigdemont y muchas de sus decisiones me parecen abiertamente criticables. A estas alturas, no tengo ninguna necesidad de justificar nada a nadie y sé reconocer una venganza, un ensañamiento, y la irresponsabilidad de quien fomenta el odio. Tampoco puedo evitar hacerme preguntas: ¿cómo afectará este ataque a la mesa de diálogo recién estrenada entre ERC y el gobierno español? No me chupo el dedo y puedo colegir que la desactivación de Junts y Puigdemont viene bien a todas las partes que se sentaron a esa mesa. Lo sucedido ayer, por lo tanto, influirá de alguna manera. Sea la que sea.

El 90%

Este tuit de Dani Álvarez resume lo que es hoy una buena noticia: “Euskadi es uno de los lugares del mundo con la tasa de vacunación más alta: el 90%. Sólo el 2.6% de la población ha rechazado la vacuna o está contraindicada. Hay 300.000 dosis de sobra ahora. De momento no hay problemas de almacenaje ni de caducidad. Datos de Laida Basurto”. Después de unos inicios difíciles por la escasez en toda Europa, la CAV es un ejemplo por su gestión de una estructura estresada como Osakidetza, y por la empatía de su sociedad, gilipollas, aparte. No es preciso mirar hacia atrás, hacia aquellos agoreros, ni para coger impulso.

15 euros

La subida del SMI solo es una buena noticia y la patronal hace mal en no sumarse a ella. Quien esté pagando el salario mínimo a sus empleadas y empleados no puede poner como excusa 15 euros por persona y mes para amenazar con el cierre: esto no le puede generar más problemas que el aumento del precio de la luz, de los suministros o que su modelo de negocio no esté suficientemente perfilado. Cada aumento de este límite salarial supone una sociedad más justa y una economía más alegre, que es de lo que se trata, que luego viene una pandemia y te roba un año y medio de vida casi sin darte cuenta.

Moncloa, eufórica

Esta es una buena noticia con aristas: es positivo que ambas partes (porque el Govern ha insistido en que repetirá y ERC ya saca pecho) estén satisfechas con la primera mesa de diálogo entre España y Cataluña, pero cuando una de las partes, y precisamente la que no es independentistas, se muestra “eufórica” (El Independiente), cuidado. Todos nos conocemos y sabemos interpretar los gestos. Lo que me sorprende es el silencio de Bildu, que ha sido muy efusivo en su relación con ERC hasta la Diada (no ha pasado ni una semana) y ahora calla ante los desprecios a Turull y Sànchez, y las facilidades a España.

Avanza la “relocalización”

En esta columna ya hemos hablado del fenómeno de la relocalización: empresas que abandonaron otras partes de Europa por el sur, y esta región por Oriente, van regresando. Esta semana hemos conocido otro caso significativo: “HP relocaliza una división de software de la India a León”. ¿El motivo? “La calidad del trabajo es excepcional” (Eldiario.es). Una vez más, la noticia es buena pero contiene aristas como el “reempobrecimiento” de las zonas en las que se desmontan las plantas. Pero ya somos adultos, pagamos impuestos, tenemos hijos y esas cosas, y tenemos que afrontar los debates y las consecuencias sin que nos infantilicen.

Un vasco en el New York Times

Ibai Llanos no es un vasco cualquiera: es el vasco con el mejor sentido del espectáculo que hay ahora mismo. Su capacidad para comunicar y, lo que es más importante, conectar con su público, son abrumadoras. Tanto que The New York Times le ha dedicado un reportaje: ¿por qué todo el mundo habla a Ibai Llanos? El medio estadounidense vincula el éxito del streamer con la entrada de lleno en el mundo del fútbol y su relación personal con el mejor jugador del mundo, Leo Messi, y la profesional que mantiene con Gerard Piqué, que es quien le ha catapultado… Y quien puede encajonarle (esto no es del Times, es mío).

Ahora que lo menciona…

La mentira de Joseba Permach en Twitter (hay que ver, para lo que ha quedado) de que un partido político que no es el suyo monopoliza las tertulias de la radio pública vasca a la que ahora él mismo se incorpora es una oportunidad estupenda para hablar de ello: quien siga habitualmente los medios de EITB (igual Permach no lo hacía pese a hablar insistentemente del ente) sabe que suelen estar todas las opciones parlamentarias representadas por igual y, de este modo, la opción más votada cuenta con un representante en el mejor de los casos, la misma cantidad que la quinta con más apoyo, por ejemplo.

El papel de las mujeres, según ETA

El periodista Natxo López menciona solo un ejemplo de que en ETA no solo había gudaris convencidos, comprometidos y fríos: la de esa banda es una historia llena de episodios chuscos, como los tres miembros del comando Eibar que se beneficiaban, según López, a una madre y su hija menor de edad, en la casa en la que se ocultaban, mientras el marido les hacía los recados. Otro tuit precioso, como el anterior de Permach, para abrir otra lata: la del papel de las mujeres según ETA. Ahí está el libro que falta por escribir y que confirmaría la incoherencia de la izquierda abertzale feminista que nos quieren colar ahora.

¡Claro que nos resistimos!

Hoy veremos cuál es la foto definitiva de la mesa de diálogo entre Catalunya y España, pero ya ha aparecido el titular más convincente: “El independentismo se resiste a ser eliminado de la agenda de Pedro Sánchez” (El Independiente). Leer noticias que relatan las cosas como tienen que ser resulta un alivio en un momento tan convulso a todos los niveles como es este: el conflicto catalán, como el vasco, vehiculizado en la necesidad de un nuevo estatuto, siguen sin resolución y ni el presidente del gobierno español ni los representantes en el consejo de ministros del otro partido de la coalición pueden enterrarlos y esperar como si nada.

No son las medidas, es su efecto

La urgencia de bajar el precio de la luz debe convivir con el resto de problemas en España, como el del independentismo vasco y catalán, y todos merecen una respuesta. De eso va gobernar, no de pensar en cómo ganar las siguientes elecciones (para eso también hay un momento, pero no puede ser todo el tiempo, evidentemente). Pero voy a ser optimista, para variar, y voy a esperar a comprobar el efecto de las medidas que propone, por fin, el gobierno español: bajar los impuestos (la fácil pero de alcance limitado) y detraer el beneficio a las eléctricas. Veremos en qué se concreta y cómo lo ejecutan.

¿Qué corrupción, Teodoro?

Al PP no le va mal. Me sorprendo al escribir esto pero es la verdad: las encuestas favorecen la hiperactividad de Pablo Casado, el liderazgo liberal y libertino de Díaz Ayuso y los gobiernos con Vox como el de Andalucía. Y en vez de disfrutarlo, deciden naufragar: no creo que ni la ambición de la actual presidenta de Madrid ni la entrevista a Esperanza Aguirre (que en el fondo ensancha el PP demostrando que los filofacistas también caben) les hicieran tanto daño como las respuestas de Teodoro García Egea, especialmente a la segunda, a la que recordaba la corrupción que vivió en primera línea. ¿Y en qué partido militaba?