Hostiar al PNV está de moda. Una tendencia que ha saltado de los medios progresistas (con el tradicional argumento de la derecha), y públicos, a los conservadores que suelen abrazar al PP. Pues vale. No pasa nada, la democracia y la libertad de prensa son así. Lo que llama la atención son algunos argumentos, como la relación de “amor odio del PNV con la Monarquía”. ¿Amor? ¿En serio? ¿Y argumentado con elementos históricos descontextualizados, como los que publican en El Independiente? ¿Cuántas afiliadas, afiliados y simpatizantes del partido de Ortuzar y el Lehendakari Urkullu “aman” a Felipe VI o Juan Carlos I, y amarán a Leonor?
Todo es boato
La princesa Leonor de España contará hoy con todo el “boato” del Congreso para “agasajarla” en su juramento, según República. Pero con todo lo que cuenta es eso: boato. Una puesta en escena exagerada, grandilocuente, desmedida para una función, la de heredar el poder, extemporánea y fuera de toda lógica actual. Personalmente, espero que no llegue a reinar, ni ella ni ninguna o ninguno de los herederos al trono que todavía pululan por Europa, llenándose los bolsillos con sueldos y prebendas. Lo que parece innegable es que no hay nada ni nadie detrás: las y los monárquicos son fanáticos fuera de lugar y de tiempo. Y nada más.
Tampoco hay familia real
Como a muchas y a muchos, me gustaría saber los números, pero los reales, incluido lo que se esconde en diferentes ministerios (también durante el gobierno más progresista de la historia de España, según sus integrantes) y lo que cae vía puestos de trabajo bien remunerados en empresas igual de bien satisfechas por lo público: ¿cuánto nos cuesta la monarquía? ¿Cuántas personas viven de ella, incluso aunque la familia real española esté hoy rota? En El Nacional cuentan que después del “boato” vendrá la fiesta privada de Leonor de Borbón, y que quienes no acudirán serán la mayoría de sus primas y primos por parte de padre y abuelo.
El mal gusto no es delito
Celebro el regreso a Catalunya de Valtonyc: el mal gusto, como el que demuestra en algunas de sus letras, no es delito. Y que el rapero haya tenido que estar seis años sin pisar suelo español indica dos cosas. La primera, lo mal que va España en respeto a derechos fundamentales. Lo segundo, que en España lo saben y por eso nadie ha pedido la detención y extradición del autor de las letras, porque quien tenía que hacerlo sabía que en Europa iban a reírse de la condena. Lo cierto es que en este tiempo la vida de Valtonyc, alejado de su familia, no ha tenido que ser fácil. Ahora vuelve a la normalidad y yo lo celebro.
Gracias por las risas
Me he hecho mayor: valoro enormemente a las y los creadores que hacen cosas, simplemente, bonitas, y a quienes saben hacernos reír, como Mathew Perry. Cuando no era tan mayor fui fiel seguidor de Friends, y aunque sé que el cómico estadounidense es mucho más que aquel Chandler Bing (y que él mismo quiso que se le recordase también por esas otras cosas) yo tengo que agradecerle los buenos ratos que su personaje y su interpretación, nos dejaron. O por lo menos, me dejaron. Porque creo, y vuelvo al principio del párrafo, que debemos valorar más y mejor a quien crea cosas bonitas y divertidas.