La sociedad sabe lo que hace

La sociedad vasca sabe lo que hace cuando ha elegido mayoritariamente al PNV como vencedor de las elecciones, lo sabe cuando eligió al PSE en las últimas generales, y lo sabrá el domingo, 21 de abril. Ángel Carreño explica en El Independiente algunos movimientos del CIS del pasado miércoles y señala claves interesantes: Bildu absorbe casi por completo al electorado de Podemos y Sumar, y también a parte del electorado del PNV que se declara progresista. Así, el CIS da un margen de hasta 2,5 puntos de los de Otxandiano sobre los de Pradales, pero, ojo el margen de error del estudio es de hasta el 5%.

El debate es sobre seguridad

No es que “la seguridad y el papel de la Ertzaintza vuelven a la campaña vasca”, como afirman en EPE. Es que nunca se fueron como temas. La sorprendente idea de desarmara al cuerpo policial autonómico que lanzó Bildu choca de frente con la percepción de delincuencia creciente que ayudan a generar la derecha y ultraderecha españolas y sus medios más afines. En el término medio, esta vez más que nunca, se encuentra la virtud: el debate es sobre seguridad, no lo es sobre armas ni lo es sobre criminalizar colectivos. Y no hay seguridad sin recursos, pero tampoco sin una policía que se tome, otra vez, en serio su función.

Ganan las fake-news

Te puede parecer bien, pero nadie puede negar que la izquierda abertzale tiene montado un tingladazo para difundir fake-news, especialmente, en Twitter, con cuentas con notable éxito que descontextualizan, como poco, y mienten como recurso habitual. Marcelino Madrigal esta misma semana acertaba describiendo en X la función de emisores como los que todas y todos los que echamos un ojo a Twitter conocemos: “Las fake news y la desinformación no tienen por objeto que usted se crea una mentira una vez. El objetivo es que usted pierda toda confianza en quienes le cuentan la verdad”. A eso juega la izquierda abertzale.

A ver si así…

No se me ocurre criticar que personas de todo el territorio, del país y de más lejos (no había plazas en los autobuses desde Madrid) se acercaran a Bilbao y al resto de municipios de ambos márgenes de la ría, para ver el paso de la gabarra. Solo pido que cuando nos toque movernos a las zonas de playa de Bizkaia nadie se queje. Voy a poner el ejemplo de Granada, a ver si así se entiende: quienes hablan de “gentrificación turística”, ¿nunca viajan? Y cuando lo hacen, ¿se alojan en las afueras? A mí me parece todo un despropósito y creo que nos desplazamos demasiado, pero si queremos ser bienvenidos tendremos que dar la bienvenida.

Y el domingo, a San Mamés

No lo digo con ánimo de continuar la fiesta, porque creo que ya hemos tenido suficientes celebraciones entre las espontáneas y las programadas. Lo digo porque creo que a esta temporada todavía le queda un broche final: entrar en Champions es posible aunque eso suponga poner en peligro la posibilidad de jugar la final de la Europa League en San Mamés. Porque, claro, uno es del Athletic y si piensa en jugar un torneo, piensa en llegar a la final. Aún con ese acicate, la máxima competición continental supondría una inyección económica de tal calibre que merecería otra celebración. Aunque sea sin gabarra.

Esto va de sensibilidad

Hoy no va a leerme nadie, lo sé. Y como lo sé, voy a aprovechar para escribir lo que me dé la gana y, sobre todo, como me dé la gana. Y si tengo que llamar a alguno “sinvergüenza” se lo llamaré sin problemas. También diré sin rubor que Arkaitz Rodríguez muestra una ausencia de sensibilidad absoluta cuando quiere confundir los “ongi etorris” con una supuesta persecución a la izquierda abertzale. Un “ongi etorri” es lo que es, lo protagoniza quien lo protagoniza y lo defiende quien lo defiende. Pero, lo grave, en cualquier caso, es que parece que todo esto no importa. Y hasta habrá quien dé la razón a quien encubre el fascismo.

Hasta el…

Llevo 15 años siendo trabajador autónomo y he vivido muchos aumentos de cuota, novedades en la forma de presentar la declaración trimestral, obligación de facturar telemáticamente, los últimos cambios en la cotización, las acusaciones de no pocos políticos de gastar más de lo que generamos (especialmente de izquierdas y que nunca han sido autónomos, empezando por Patxi López y terminando, de momento, por el ministro Escrivá) y amenazas constantes: “Hacienda vigila y controla a los autónomos a través de estas ocho inspecciones”. Pymes y Autónomos, últimamente, es una colección de alertas para evitar sanciones.

Ni lo discuto

Sigo desahogándome, hoy que puedo porque esta columna no va a leerla nadie: ni entro a discutir que una persona trabajadora con hijas e hijos a su cargo debe disponer de más flexibilidad y prioridad para gestionar sus vacaciones. La mierda de sociedad que estamos construyendo invita a pensar que tener hijas e hijos es una responsabilidad particular, y es todo lo contrario: es una responsabilidad social. Por supuesto, respeto a quien decide no tener descendencia, pero quienes sí la tenemos, disfrutamos y sufrimos a partes casi iguales, tenemos que ser reconocidos y ayudados, porque un embarazo es una buena noticia colectiva.

Qué sinvergonzada

Hoy toca hablar de fútbol, ¿no? Pues voy a empezar a hacerlo por cómo lo entiendo yo, ya que es el mejor día para decir lo que pienso: el fútbol es un gran negocio para quienes sean muy hábiles haciendo que mucho dinero se mueva muy rápidamente, así, con lo que se les queda entre los dedos acumulan una millonada. Un negocio de truhanes, en una palabra. Y el que mejor lo ha sido, si la justicia empieza a dictar sentencias que confirmen lo que estamos leyendo, es quien protagoniza este titular en EPE: “Los negocios de Rubiales tras dejar la RFEF: hoteles en Granada, Málaga y Dominicana, comisiones y un sueldo de 4.000 euros”.

El día que daba igual todo

Hoy en Bizkaia da igual todo: lo que cueste un viaje a Sevilla, lo que cueste una entrada para ver un partido de fútbol, la manera de conseguirla, que haya una campaña electoral tras la que vamos a elegir a un nuevo lehendakari… Hoy es el día del Athletic-Mallorca, todo lo demás es secundario y me parece bien. Hoy soy incapaz de escribir la columna de mañana por eso lo hice también ayer, en cualquier caso, no sé qué pasará esta noche. Solo sé lo que deseo: llorar en mi casa de alegría junto a mis personas favoritas sujetando una bufanda roja y blanca. El fútbol nos gusta porque nos emociona, y mi plan es emocionarme tanto como pueda.

Es mentira

No entiendo las campañas basadas en mentiras, pero menos entiendo aún que funcionen: lo hizo Patxi López cuando dijo que no pactaría con el PP. Lo hizo Bildu asegurando que el PNV sí lo haría en el Congreso para investir a Núñez Feijóo, y ahora lo hace el citado (que en vez de investido, fue embestido por Aitor Esteban en Madrid) para asegurar que “Bildu, PNV y PSOE pretenden replicar en Euskadi los problemas del procés en Cataluña”. Una mentira que puede funcionar en España, pero me sorprendería que tuviese aceptación en Euskadi. Aunque vuelvo al principio: sí la tuvieron las de López y Otegi.

Sobrevivirse a sí mismas

Con suerte, Podemos o Sumar arañarán algún escaño alavés, donde se necesita un menor porcentaje de voto para obtenerlo, y de donde han llegado siempre los partidos minoritarios, casi folclóricos, al Parlamento: UA, UPyD, Vox… Y ahora uno de los dos partidos enfrentados por ocupar el espacio de la izquierda española. En Público tiran casi de lírica, pero la realidad es más prosaica: Podemos en Euskadi solo ha sabido ir a rebufo de Pablo Iglesias y, con el líder caído, ha entregado su capital político a Bildu. Y Sumar ni lo ha peleado. Una derrota total que deja ver una incapacidad política que siempre estuvo ahí.

Y ahora, ¿qué?

Àngels Barceló hace las preguntas correctas: “¿Quién restituye el daño personal y profesional hecho a Mónica Oltra? ¿Qué hubiera pasado en las elecciones sin esa imputación? ¿Le van a pedir perdón todos aquellos que sin pruebas la acusaron de un delito que no cometió?”. La “nueva política” no era la de Podemos y Ciudadanos, sino la de Vox y la judicialización de la democracia. Un juego al que no juegan todos los partidos: lo hacen el PP y Vox en España, y Bildu, en Euskadi. Esos son los que sacan el dedo acusador y luego se guardan la mano en el bolsillo cuando, agotados todos los recursos, las denuncias quedan en nada.

¿Y si todo es verdad?

Si una jueza o un juez acredita que todo lo que estamos leyendo sobre Luis Rubiales es cierto, estaríamos ante un terremoto político y también sistémico en España. Porque sobre Luis Rubiales están sugiriendo que, supuestamente, ha robado a manos llenas: “Lo único que quiere es dar palos, de 200.000 para arriba”. Esta y otras cosas las dice quien fue su “mano derecha”, según EPE, Tomás González Cueto: “Rubiales quería cobrar el 20 por ciento de 200.000 euros al año, durante 7 años”. Otra: “Uno me pide ayuda para financiación de 100 millones… Y lo primero que dice es que quiere un kilo para él”.

Estaban allí

La miseria de algunas y algunos es infinita: después de que Israel asesinara a una colaboradora y varios colaboradores de la organización humanitaria del chef José Andrés, varias tuiteras y tuiteros han recordado que el cocinero había afirmado con anterioridad que el país de Netanyahu tenía derecho a defenderse. Lo que dijo José Andrés es cierto, pero ese derecho a la defensa no ampara la masacre que están viviendo en Gaza. Eso lo sé yo y lo sabe cualquiera, como lo sabía el asturiano, por eso su ONG estaba en Palestina repartiendo comida, y por eso las víctimas fueron objetivo de Israel. Solo una o un miserable no se da cuenta de eso.

Qué cutre

Empieza la campaña… Y empiezan las ideas que sobre el papel parecen brillantes pero que en su ejecución generan melancolía propia y vergüenza ajena. La del equipo de Miren Gorrotxategi es una de esas: ¡que resuma nuestro programa en un taxi en un minuto y medio! Podía sonar muy bien pero la realidad es que suena mal: parece que a la de Podemos le han subido la velocidad, como en los audios de WhastApp, y el vídeo resulta cutre. Un epílogo para una candidatura que puede disolverse como un azucarillo, que no ha sabido distinguir entre su rival político y su rival electoral, y que solo ha sabido mantenerse sobre olas buenas.

¿No sabe o no quiere saber?

Si algo demuestran los últimos coletazos de Podemos en Euskadi y en España es que saben de política mucho, pero mucho, mucho menos de lo que parecía. La ignorancia, no obstante, está muy bien repartida en política: Esther Martínez usaba negritas y todo para destacar que en Euskadi no había bajado el paro como en el resto de comunidades por la Semana Santa. Es decir: estamos hablando de la comunidad que menos depende del empleo estacional y la portavoz del PP en Bilbao prefiere hacer como que no se entera y poner el grito en el cielo, con emoticonos de exclamaciones. No hay mayor ignorante que la que no quiere saber.

Con dinero público

No puedes ser el chulo del patio y, al volver a clase, el que se chiva a la profesora de los niños que le insultan. Pues eso es lo que pretende ser Oscar Puente, que ahora “publica una primera lista de insultos elaborada por su equipo del Ministerio” (The Objective). Cuando escribes tienes que estar dispuesto a leer. Eso es de primero de polemista en Twitter, que es a lo que juaga Puente desde su escaño y su despacho. Pero el que mejor el dio la réplica fue Carlos Alsina: ¿en qué beneficia a la ciudadanía saber quién insulta al ministro español de Transportes que paga con dinero público la recopilación de chivatazos?

¿Un piquito, Luis?

“La Guardia Civil apunta que la trama de Rubiales cobró 530.000 euros en comisiones por los contratos a la constructora de La Cartuja”. Este es el sorprendente titular en El Periódico de España. Yo sí me sigo asustando, lo confieso, ante la facilidad con la que alguien habría podido llenarse largamente los bolsillos, incluso con cierta protección política. Y no hablamos de una persona que no tenía nada, eh, que el presidente de la RFEF vive bien (y así tiene que ser). Me temo que, además, no será la única sorpresa que nos llevemos, y que aquel que dio un beso a una jugadora y luego mintió y coaccionó, tenía motivos para sentirse impune.

Sí, es necesario

Sí, es necesario que Israel haya asesinado a siete cooperantes de la ONG del chef José Andrés, además de las más de 30.000 anteriores, según El Diario, por ejemplo, para que exista ese “punto de inflexión en la guerra en Gaza”, que describen en El Independiente. Sí, es triste pero el mundo funciona de la manera que vemos: las y los gazatíes son solo números, pero si nos tocan a un occidental que ha ido allá, lejos, a echar una mano, la cosa cambia. Y lo importante es que cambie más pronto que tarde, mejor con 30.007 persas asesinadas que con 70.003. Netanyahu y su gobierno son insostenibles y así debe actuar la comunidad internacional.

Es así

Tiene razón Carmen Fúnez cuando afirma: “La mayor garantía para el blanqueamiento de EH Bildu” (The Objective). El lavado de cara de la izquierda abertzale ha ido mucho más rápido y mejor de lo previsto gracias, en primera instancia, a Pablo Iglesias, y después a Pedro Sánchez que, como siempre, ha hecho de su urgencia política una cuestión de estado. Y en este caso, el estado ha beneficiado a Bildu, elevado casi a partido de tradición democrática cuando su esencia es justo la contraria. De hecho, de todos los que forman parte del bloque que ha construido el presidente español, los únicos partidos a los que les va mejor son Bildu y BNG.

Más simbólico de lo que parece

Javier de Andrés busca llamar la atención con su vídeo: “La txapela sin rosca queda mucho mejor”. Tiene que entrar en la arena electoral pero su perfil grotesco y la irrelevancia del PP en Euskadi se lo impiden. Pero el vídeo no me llama la atención por la provocación, sino por lo simbólico, incluso desde su portada (hecha con un generador de imágenes on-line): lo que llueven son boinas rojas y azules, las de los carlistas y los requetés mientras los abertzales lucían la txapela negra. Son los mismos colores, el azul y el rojo, que usa el grupo de miembros de su partido que aparece en el vídeo. La vida está llena de casualidades.

Con los que cuenta el PP

Precisamente a Javier de Andrés, por empezar por alguien próximo, podríamos preguntarle si en el PP siguen contando como suyos los votos de Vox para alcanzar Moncloa. El mismo Vox al que pertenece el eurodiputado Hermann Tertsch, que tuiteaba hace unos días: “28 de marzo de 1939. Madrid, liberada por Franco de 32 meses de terror rojo. Os contarán que los que celebraban iban obligados”, junto a una foto de una multitud con el brazo al aire. ¿Qué pensarán de Tertsch en Bruselas y Estrasburgo? Pero lo más importante: ¿qué piensan de él De Andrés y Núñez Feijóo, que son los que cuentan con los votos de Vox en el Congreso?

Este también es el pueblo de Israel

“Una marcha contra Netanyahu reúne a 100.000 personas en Jerusalén. La manifestación, la más multitudinaria desde los atentados del 7 de octubre, ha pedido la celebración de unas nuevas elecciones” (EPE). Este también es el pueblo de Israel, el que se concentra para protestar (repetidamente) ante un estado represivo y violento, como hemos visto. Y lo que reclaman las y los manifestantes es lo que pueden pedir: Benjamín Netanyahu lidera un gobierno ultra capaz de las salvajadas que están sufriendo en Palestina, pero que también intenta maniobrar políticamente para rebajar el poder judicial en su propio beneficio.

Un debate interesante

Me van a faltar líneas, así que resumo: Pablo Cabezali es un influencer que va a probar restaurantes (tiene 435.000 seguidores solo en Instagram). Y Eric Vernacci es un veterano gastrónomo. Ambos han mantenido una discusión en Twitter por las formas con las que Cabezali se come una hamburguesa en uno de sus vídeos, pero que me resulta interesante por los fondos: ¿qué es más importante, el apoyo del público o el reconocimiento del sector? ¿A qué da hoy la audiencia más relevancia? ¿De verdad pensamos que la chavalada no sabe ver que Cabezali es un maleducado? ¿Qué referentes tienen las y los nuevos comunicadores?