Es así de fácil

César Calderón resume en The Objective “los pecados capitales que puede cometer un político cuando logra llegar al gobierno”. Esto son (1) el adanismo, o pensar que todo empieza cuando uno llega, y (2) hacer leyes como si el partido en el gobierno fuera a ser siempre el mismo que las promueve. En opinión de Calderón, el segundo es justo el que comete el PSOE con la ley con la que pretender frenar el proceso de Begoña Gómez basado en “recortes de prensa” que, además, “difícilmente produciría en el corto plazo los ambiciosos beneficios pretendidos sobre el entorno presidencial” y que beneficiaría al PP, blindando su futura acción en Moncloa.

Todo es educacional

Que la mayoría de personas (hay un porcentaje que está perdido antes de empezar y lo vemos a diario con los negacionistas o antivacunas) sepa distinguir entre un medio de comunicación on-line y una web para lanzar bulos se aprende y se enseña. Como todo. Y la entrada en las ikastolas de las tablets es una oportunidad para hacer esa formación. Enrique Dans lo recuerda en su pieza sobre la prohibición del uso de la inteligencia artificial: ¿por qué prohibirla cuando podemos podemos alfabetizar, distinguiendo entre herramientas, aprendiendo a hacer las preguntas y, lo más importante, plasmar las respuestas en los trabajos con naturalidad??

Bueno, todo, no

Estoy seguro de que Elon Musk fue a buenos colegios, siendo como era, el hijo del dueño de una mina de esmeraldas en Sudáfrica. Así que, en su caso, la educación recibida nada tiene que ver con la ambición desmedida que exhibe y las chorradas (estas cosas, mejor por su nombre) que dice. Lo que está claro es que todas sus provocaciones van asociadas siempre a un gran interés económico, y no es una conclusión solo mía: “Elon Musk es malvado y sólo quiere dinero, conseguiré que lo echen” (Expansión). Esto lo afirma Steve Banon, que fue el asesor de cabecera de Trump en su primera legislatura y que ha declarado la guerra (interna) al de X.

¿Quién defiende esto?

Dirán que es propaganda contra Putin, un líder elegido democráticamente que plantea una batalla ante los ultraderechistas ucranianos en su propio suelo porque Ucrania siempre fue Rusia hasta que la OTAN lo ordenó. O alguna mandanga parecida. Me refiero a esto: “Cualquier persona acusada de un delito puede optar por un contrato militar para evitar un juicio o una condena” (Xataka). Un paso más después del “reclutamiento de convictos” que “comenzó en 2022 con prisioneros ya condenados”. Así es como reconfigura las filas Putin ahora, después de “427.000 soldados rusos muertos o heridos” solo en el bando ruso.

Agur

Ander Herrera no ha aportado sobre el césped lo que esperábamos de él y espero que en el vestuario no haya aportado a los jóvenes lo que mejor se le da: irse (al Manchester, al segundo intento), regresar como una estrella, intentar irse otra vez (al Zaragoza, este mismo verano) para acabar renovando y, ahora, volver a intentarlo (a Boca, presionando al club en público). ¿Es esta una enseñanza valiosa en un club de cantera como el Athletic? No. Solo espero que la marcha definitiva de Herrera nos sirva para tener claro que el retorno dorado de futbolistas mundanos casi nunca funciona. Agur, Ander. Que te vaya bonito, pero lejos del Athletic.

Ya es casualidad

Leemos en Deutsche Welle que “políticos de AfD se reunieron con neonazis en Suiza”. En concreto, lo hicieron con la organización “Blood & Honour” y “para abordar temas políticos como la inmigración”. Tuvieron que hacerlo en Suiza porque “dicha agrupación fue prohibida en Alemania en el año 2000”. Además, “en el encuentro participaron miembros del grupo suizo ‘Junge Tat’ (Acción Joven) y los llamados ‘Schweigersöhne’ (Hijos del Silencio)”, que son “radicales violentos neonazis”, según el medio que lo ha publicado la información en Alemania, ‘Correctiv’. Ya es casualidad. También lo es que Elon Musk pida el voto para la AfD.

“Racistas contra ‘tech bros’”

Me ha hecho gracia el titular en El Diario sobre la noticia del enfrentamiento dentro de la derecha estadounidense: su ala más racista está en contra de “los visados para contratar a extranjeros altamente especializados”, a los que Elon Musk quiere quitar los límites. Lo cierto es que es contradictorio que Donald Trump esté aprovechando cada tiroteo para hablar mal de la inmigración y que su fichaje estrella (¿o Musk fichó a Trump?) ahora quiera abrir la barrera sin límites a quien pueda mejorar sus productos tecnológicos (principalmente, los de Musk, sí). Pero así es la derecha estadounidense.

Esto lo permite la tecnología

Soy de los (pocos) que cree que el acceso a Internet debería de estar controlado. De hecho, creo que lo peor que nos ha pasado como civilización es la internet comercial. Así que para acceder a la inteligencia artificial, como poco, pediría el carné de buena persona. Lo que es indiscutible es que la tecnología y las grandes plataformas son las que han posibilitado esto: “Una periodista alemana descubre un chat de Telegram con 70.000 hombres que comparten cómo drogar a sus parejas y cómo violarlas”. Lo publica el Telegraph y lo he visto en Meneáme. Pero no es la primera vez que leo alertas preocupantes sobre Telegram.

Le falta lo de Airbnb

Un síntoma clarísimo de que me hago mayor es que estoy de acuerdo recurrentemente con Enrique Dans. De hecho, su post: “Turismo: la crisis que viene”, me parece bien medido porque no se coloca en la posición fácil (criticar el turismo) y sugiere la solución más evidente (los cupos). Yo sí hubiese señalado sin tapujos a Airbnb como el principal causante de la saturación, pero de lo que ha escrito Dans, el párrafo más valioso está casi al final: “Seguir sobredimensionando el modelo masivo no funciona, y menos aún para destinos que supuestamente venden un modelo distinto”.

Spoiler: no tiene hijas ni hijos

En Genbeta (sí, sigo leyendo blogs) he llegado también al final de este post: “Durante años decidí trabajar pocas horas al día, vivir con poco y tener tiempo libre. Los que no me entendían, ahora me dan la razón”, para comprobar si en el relato de su autora, Bárbara Bécares, aparecía algo que lo cambia todo, tener hijas e hijos. Todo lo que apunta: la libertad, seguir estudiando, vivir en varios países, trabajar poco, preocuparte menos por el dinero, compartir tu casa con desconocidos e incluso relajarte, es imposible cuando una persona decide ser socialmente responsable y asegurar otra generación.

Y tú, ¿te vas a ir de X?

Sin duda es el debate de la semana, a nivel planetario, además: ¿quién abandona X y por qué? “Bulos, DANA y Elon Musk”, esos son los motivos que da David González para el caso de La Vanguardia. Los de The Guardian son que se trata de “un canal tóxico que favorecía las teorías de la conspiración y el racismo de la ultraderecha”. Ambos tienen razón, no voy a discutirlo. Lo curioso, para mí, ha sido el rebufo: periodistas que anuncian también el adiós pero en diferido (supongo que esperando a ver cómo chutan las alternativas: Bluesky, Mastodon y Threads), en una borrachera de dignidad demasiado repentina y exagerada, para mi gusto.

Facebook agoniza

¿X, no y TikTok, sí, en serio? Por los algoritmos de Google y YouTube mejor no preguntamos. Pero vamos a lo gordo: ¿Meta es mucho mejor o es solo menos agresivo (es decir: mete sordina al odio)? Además, ¿queda alguien? Enrique Dans reflexionabas sobre su uso: Facebook es “una simple máquina de facturar, con una atención nula y un desprecio a sus usuarios cada vez más elevado”. “Abro mi página, actualizo y cierro”. Él, porque tiene su blog, pero la mayoría solo abrimos para mirar unos segundos y desaparecer sin hacer ruido. Sin aspavientos y con un poco de tiempo, estoy convencido de que ese es el futuro que también le espera a X.

“La turra nunca descansa”

Antonio Agredano escribe mil veces mejor que yo y por eso no ha titulado así su columna en The Objective, sino con algo mucho más sugerente y elegante: “La gran pereza”. Reflexiona el escritor sobre X: “Es como en un after. Si puedes entrar tú, puede entrar cualquiera. No eliges la música que suena. Ni las marcas que sirven. Ni las movidas que allí puedan suceder. Abren la puerta, entras, y a darlo todo. Por eso no entiendo esta súbita afectación”. Yo, tampoco la entiendo, la verdad. Comparto con Agredano su definición: “No es un espacio público, no es un lugar que deba ser bueno o malo, es sólo un muro donde la humanidad se expresa”.

Esto es lo que hay

“Tu cuerpo, mi elección. Para siempre”. Este mensaje machista fue publicado en X por Nick Fuentes, “un ‘influencer’ masculinista y supremacista blanco” (France 24) después de que Donald Trump ganara las elecciones. Pues bien, “ha generado más de 91 millones de visualizaciones en X, y ha sido compartida 35.000 veces”. Esto es lo que hay en X, pero eso no es lo peligroso: esto es lo que hay en la sociedad, el alivio de un montón de tíos que no quieren perder su rol superior sobre las mujeres (que están acojonados, vamos). ¿El peligro es X o es una sociedad de mierda? X lo multiplica, ¿o lo hacen las personas?

¿Y el conflicto de intereses?

Elon Musk va a adelgazar la administración pública estadounidense como adelgazó la estructura de X. Ya conocemos el resultado: con menos recursos y menos personas las cosas salen peor. Y si además recortas por la parte que da seguridad y certidumbre a las y los usuarios (en el caso del gobierno, la ciudadanía), la cosa puede acabar muy mal. Con todo, lo que me resulta llamativo es que nadie hable del conflicto de intereses no ya por ser el dueño de X, sino por serlo de Tesla o de SpaceX, que sirve directamente a la NASA. ¿Va a vender sus acciones, las va a dejar prestadas o ya da igual todo y va a seguir enriqueciéndose?

Hasta Meta se autorregula

Soy consciente de que Meta solo quiere hacer más atractivo sus productos y sus marcas, pero es evidente que en la empresa de WhatsApp, Instagram y Facebook son conscientes, por su parte, de que la regulación en Internet es imprescindible. En la misma semana en la que sabemos que no permitirá a medios como Russia Today difundir propaganda, Meta anuncia un Instagram para menores de 16 años. Es decir: si sale adelante el proyecto de Ley del Menor del gobierno español, ni en España ni en Euskadi lo veremos porque propone elevar la edad legal de acceso de los 14 a los 16, y quien mienta accederá directamente en el Instagram tradicional.

¡Claro que resulta preocupante!

El trabajo de Ko Narin en Corea del Sur, y que recogen en Xataka, vuelve a poner sobre la mesa algunas cuestiones atávicas a Internet: la tecnología que permiten colocar la cara que queramos en un vídeo que ya existe se ha convertido en un problema en algunas universidades de aquel país por la cantidad de montajes con los rostros de alumnas en secuencias pornográficas. A saber: la regulación, el acceso de cualquier persona a cualquier aplicación, que estas generen contenido potencialmente peligroso, que pueda almacenarse en los teléfonos y que herramientas como Telegram (sí, otra vez) permitan difundirlo.

Una aportación

Una de las señales más claras que ha recibido mi mente de que me hago mayor es que estoy de acuerdo, en líneas generales, con Enrique Dans. Su blog ahora es hasta un pequeño refugio para mí, y su post sobre cómo alguna inteligencia artificial ha permitido vulnerar en parte la estupidez humana me ha reconciliado momentáneamente con la tecnología y las personas. DebunkBot es un chatbot desarrollado con inteligencia artificial y especializado en conversar con negacionistas y fans de la conspiración (incapaces de hablar con humanos, añado yo), y que habría conseguido disminuir las creencias erróneas de estas personas en un 20%.

Primero fueron a por las y los fotógrafos

No creo que el Diario de Burgos sea el primer periódico que use en España una imagen generada por inteligencia artificial, pero la denuncia en Photolari es pertinente: podíamos esperar que las y los fotógrafos fuesen los primeros afectados por la generación de imágenes sin coste. Pero redactoras, redactores y columnistas no tardaremos nada en ser reemplazados. Después irán las y los diagramadores y, ¿por qué no?, quienes toman las decisiones de contenidos y enfoques: si un algoritmo sabe lo que le gusta a tu público, ¿a quién necesitas? Depende de nosotras y nosotros frenarlo. Nadie lo pide al otro lado.

Más allá de Internet

Hemos hablado de aplicaciones y de inteligencia artificial, y ahora doy un paso más allá y hablo de la tele. La de toda la vida, la lineal, esa que ofrece el contenido a una hora concreta, después y antes de otros contenidos y, a veces, hasta con publicidad. Porque si algo está dejando claro David Broncano es que los nuevos públicos también pueden ver la tele si les das en abierto el contenido que no todos pueden ver de pago: no es que El Hormiguero haya perdido audiencia, es que La1 atrae a nuevos espectadores, como explican en EPE. La Revuelta y la Eurocopa han devuelto a la chavalada al sofá y “la caja tonta”. Y esta es una buena noticia.

Escribo lo que quiero

Valoro los periódicos (en papel y en Internet) por sus columnistas y cronistas. Soy “old-school” y soy consciente de ello. Y leo con el mismo placer a quien piensa parecido a mí y a quien decide colocarse en la trinchera de enfrente. Solo les pido que escriban bien (algo que sé que yo no hago) y que sean honestos (algo que intento ser con todas mis fuerzas). Y esos rasgos los encuentro en Antonio Agredano, capaz de plasmar así de bien su búsqueda de la libertad de opinión: “Digo lo que pienso y siento lo que digo. A partir de ahí, que cada cual encuentre su nube en el paraíso, lo más cerquita de Kapuściński que pueda”.

Y leo a quien me aporta

No coincido con lo que suele opinar Bernat Dedéu y menos me gusta su pose en X, pero es otro de esos que escribe bien y va desarrollando sus pensamientos de un modo coherente en sus columnas, por eso lo leo y lo recomiendo. Y desde su posición “antiprocesista” en El Nacional, explica de un modo descarando qué sucede en el nacionalismo catalán (y de paso, en el vasco): “Desde que Pedro Sánchez lo nombró virrey de Catalunya y Esquerra se disfrazó de la Convergència más pactista, a Junqueras solo le queda una tarea pendiente: que Salvador Illa tenga la presidencia y que Puigdemont vuelva al país bien jubilado”.

Casi todo vale

Tengo mucha suerte: una parte de mi labor diaria es leer lo que publican diferentes medios y escriben sus columnistas, y me gusta pensar que complemento, más que contrasto o enfrento, las informaciones y opiniones. También me gusta mucho encontrar esas noticias que parecen versos sueltos. Así, como si nada, en Business Insider abrían con esto: “Nuevo récord de deuda pública: aumenta hasta los 1,61 billones en marzo”. Solo en un mes “creció en 10.401 millones”, y así “España es el cuarto país con la deuda más alta de la UE”. A mí esto me preocupa, y que la ciudadanía dé por hecho que no tiene consecuencias, me azora.

¿A alguien le sorprende?

No puedo acabar la semana sin hablar de la Inteligencia Artificial con voz que ha presentado OpenAI. Enrique Dans titulaba su crónica con precisión: “’Her’ ya está aquí”. La película en la que Joaquin Phoenix se enamoraba de un asistente virtual con la voz de Scarlett Johansson anticipó lo que vimos. Esta vez, sin embargo, parecía real. Y más de una y uno mostró su asombro… Para mi sorpresa. No pretendo enredarme en un juego de palabras: igual es porque he leído y visto mucha ciencia ficción, pero lo que nos demostraron cabía en cualquier mente. Solo nos faltan los coches voladores… O los de Mad Max.

Nuevos autores en no tan nuevos miedos

Hoy X, aunque Elon Musk le haya cambiado el nombre, no es un nuevo medio. Forma parte desde hace años de nuestras fuentes de información y, aunque no es lo que era aquel primer Twitter en el que nos conocíamos todas y todos, sigue siendo una plataforma estupenda para conocer nuevas maneras de estar informados: el hilo de Endika Río sobre Iker Muniain es un ejemplo estupendo para hoy, que nos despediremos en San Mamés del capitán de la última década. Las suyas también son columnas, además, con vídeos fotos y GIF que nos permiten recordar por qué hemos querido tanto a Muniain y, por supuesto, a Raúl García.