Normalmente no me alegro de las derrotas electorales porque puedo imaginar las sensaciones negativas de los equipos de campaña y de los simpatizantes, y no es agradable. Pero cuando un partido ha basado su acción en acusar y señalar, y sus propios candidatos no tienen más mérito que hacer la pelota mejor que los otros a la fundadora del partido, sí, me alegro de que la formación desaparezca de los parlamentos: hasta el Partido Animalista ha doblado en votos a UPyD. Y esa es, sin duda, una buena noticia.
Y las malas noticias (para algunos)
La considerable bajada en escaños de los partidos españoles mayoritarios ha supuesto que se hayan quedado fuera del Congreso algunos nombres de esos que siempre están en la pomada política. Nombres como los de Durán i Lleida (que ha desintegrado su propio partido); en el PSOE, Eduardo Madina, Ciprià Císcar; Borja Sémper en el PP; o el fichaje estrella militar de Podemos, Julio Rodríguez. También echaremos de menos algunas siglas como las de GeroaBai o BNG.
Tampoco Lomana
Desde el primer momento me gustó la idea de que Carmen Lomana fuera senadora. La llegada de alguien como ella, ajena por completo al mundo de la política pero muy presente en el del papel couché, la tele barata y las fiestas caras, iba a significar un recordatorio permanente de que cualquier persona puede ser elegida. Hasta Carmen Lomana, que pasa de todo, que quiere cerrar el Senado (yo también), y para la que la democracia es solo otro divertimento.
Somos una sociedad enferma
Ya lo dijo Aznar, y ahora lo dice el obispo de Donostia (seguro que a él le gusta más “San Sebastián”), José Ignacio Munilla: somos una sociedad enferma. En concreto, lo dijo así (‘InfoLibre’): “Estos resultados reflejan una profunda crisis. Son el retrato de una sociedad enferma pero siempre existe una oportunidad para regenerarse y esa oportunidad se llama bien común, una palabra que ha ido desapareciendo del vocabulario político. Si el término bien común volviese a ser rescatado, bienvenida sea esta crisis”.
El silencio de quien más ruido ha hecho
Maurizio Carlotti es, sin duda, el gran triunfador de estas elecciones. Su papel en ‘Atresmedia’ ha podido ser definitivo para definir el escenario político actual, con su apuesta por políticos mediáticos y una confrontación incluso entre sus dos cadenas. Confrontación que se diluía en televisión cuando convenía, con programación compartida, y que el propio Carlotti instigaba en Twitter, donde tiene casi 7.000 seguidores y responde con soltura.