Vasallo viral

Javier Negre dice que es periodista, pero lo suyo es hacer un show colaboracionista con el que intenta mantener frescos en la boca de la ciudadanía los temas que interesan a la extrema derecha. En los años 60, en EE.UU., a eso lo llamaron la estrategia de la pasta de dientes. Y para ello utiliza Twitter sin vergüenza ni miedo a que le señalen como nazi y tonto del pueblo a la vez. Este es uno de sus últimos tuits que sirven como ejemplo casi perfecto de todo lo que acabo de describir: “Haz RT si quieres que nuestro querido rey emérito Juan Carlos I regrese a España por Navidad a ver a su familia contra el criterio de Moncloa”.

Qué exceso

Si Pablo Casado alcanza la presidencia del gobierno español el problema que ha tenido Pedro Sánchez con sus tuits antes de ser presidente, que siempre volvían a modo de chanza, va a parecernos todavía más nimio: lo que está dejando el del PP para la hemeroteca de los excesos y los despropósitos solo jugará en su contra. Ahí va lo último “sobre el caso de Canet de Mar: ‘El presidente Kennedy tuvo que mandar en 1962 a las tropas federales a escoltar a los alumnos frente a la segregación racial. Tiene que haber presidentes como Kennedy, es lo que está faltando hoy en el Gobierno de España’” (El Huffington Post).

Y ahí va lo anteúltimo

El desprecio a las lenguas cooficiales con el castellano que Pablo Casado ha querido explicitar en el Congreso solo le ubica entre los bárbaros capaces de destruir todo lo que no son capaces de entender. Iñaki López ha estado muy acertado con su tuit sobre lo que todas y todos pudimos oír, por desgracia: “Los ‘dibujos en Euskera’ que según el líder del PP ‘desprotegen a la infancia’ son las mismas producciones que emite Netflix, la BBC o Canal Sur. ¿Es entonces el idioma el problema para el señor Casado?”. Si alguien piensa que Doraemon o la Abeja Maya son censurables solo cuando hablan en euskera está claro lo que piensa.

Recortar impuestos lleva a esto

Ojo, que la alternativa a Pablo Casado hoy es Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid que “pide por carta a Almeida que le perdone 17 millones del IBI de hospitales y juzgados para invertir en sanidad” (Eldiario.es). La respuesta del Ayuntamiento “ha sido un no rotundo” porque “sin recaudar esos fondos se pondría en riesgo las arcas municipales”. Y llegamos a lo importante: “La petición llega solo unos días después de presentar unos Presupuestos donde el Gobierno regional aplica una rebaja de más de 300 millones de euros en el tramo autonómico del IRPF que beneficia sobre todo a las rentas más altas”.

Y el “España va bien”, a esto otro

“Vacunación, vacunación, vacunación”, este fue el mantra de Pedro Sánchez antes del verano y durante la temporada estival pese a que algunos presidentes autonómicos, entre los que se incluía el lehendakari Urkullu, le pedían instrumentos para reforzar las medidas de prevención. Ahora que todo el mundo está convencido porque así se lo hicieron creer de que la vacuna te da superpoderes, toca volver a la mascarilla a todas horas e imponer el pasaporte sanitario. En resumen: la ministra Darias se desgañita en contradecir al Sánchez de verano pero, como casi siempre, aquí no ha pasado nada ni nadie asume su responsabilidad.

Sí, es mierda

El suicidio de Verónica Forqué, después de haber sido una de las sonrisas y voces más reconocibles del cine español, después de participar en un reality show de La1 y después de haber sido atacada en redes sin piedad por sus intervenciones en ese programa, tiene que servir para sacudirnos un poco porque, sin duda, lo necesitamos. Antonio Maestre lo ha tuiteado muy bien: “No todo el mundo puede soportar la cantidad de mierda que se le vierte por redes. Para quien no esté acostumbrado y tenga una enfermedad mental puede ser insuperable. Nadie de los que hayan participado hará autocrítica”.

Y más decentes

Ana Millán, que es una tuitera estupenda además de actriz, también acertaba con su mensaje: “En España hay más de 10 suicidios diarios. Hay que hablar de salud mental, hay que invertir, poder hablar de qué te sucede cuando duele el alma. Y también hay que empezar a ser más amables, más bondadosos, darle un giro a esta sociedad que claramente no funciona”. Con toda la humildad, creo que también tenemos que ser más decentes, porque Internet y Twitter, especialmente, nos muestra cada día lo peor de nosotros mismos: a los chulos, a los prepotentes, a los acosadores y a los cobardes.

¡Toma Product Placement!

Que somos una sociedad infantilizada, sin vergüenza y empoderada para exigir sin asumir responsabilidades lo demuestran tuits como este de Mikel López Iturriaga, de El Comidista, que ha aprovechado el fallecimiento de Forqué y su paso previo por Master Cheff para promocionar, por lo menos, su página web, si no el espacio de Amazon del que también habla. Sí, hombre, sí que Mikel es muy majo con la cámara delante (norma general en su equipo), pero esto es lo que le sale después de una desgracia, y lo mantiene, y no se arruga, y no pide perdón porque, para qué, si esto es Twitter y, como dice Maestre, está lleno de mierda.

Más carroña

Fenómenos como el de Isabel Díaz Ayuso no serían posibles si no estuviéramos acostumbrados a las aves carroñeras y adormecidos ante los ataques gratuitos que en Twitter perpetran hasta políticos, especialmente los fascistas y especialmente contra periodistas (fascistas de allí y de aquí, como siempre). Esta vez, lo de la presidenta de la Comunidad de Madrid no ha sido un ataque, sino un ejemplo de lo que es arrancar el hueso de la carne a una presa al ofrecer los colegios públicos de Madrid a la familia catalana que se ha visto atacada (y esto tampoco es defendible) por obligar vía judicial a que haya más castellano en Canet de Mar.

Si lo sabes, ¿por qué lo tuiteas?

Iván Espinosa de los Monteros no debería de ser diputado porque no tenía que haber obtenido los votos necesarios para lograrlo. Pero lo ha hecho. Que ahora haya sido condenado en firme por no pagar las obras de su propio chalé, solo unos días después de presentar a su partido como el defensor de la clase trabajadora española, es solo un ejemplo más de qué es y de dónde no debería de estar. Pero la sentencia no conlleva inhabilitación, así que las comparaciones con el caso de Alberto Rodríguez, al que Batet expulsó del Congreso, son capciosas. Todas ellas. Por muy listos que parezcan quienes las hacen.

Negacionistas abertzales

Con la misma estética, los canales de información y hasta los mismos lugares de manifestación que la izquierda abertzale tradicional y oficial, incluso turnándose la barandilla para pancartas pintadas de la misma manera, un colectivo socialista, joven y abertzale convocó durante el fin de semana pasado protestas contra el Pasaporte Covid, el mismo contra el que se manifiestan abiertamente las y los de Vox. El lugar de este colectivo concreto en la amalgama de la izquierda abertzale me importa tan poco como a la mayoría de la sociedad. ¿Galgos o podencos? Negacionistas y de ese entorno. Allá quien los auspicie.

Populistas todas y todos

Si el populismo se te cuela en tu frente amplio y abre brecha el problema es tuyo. Y es un problema muy común hoy en formaciones políticas de amalgama y en el PP, donde Isabel Díaz Ayuso solo se la cuela a quien desea oír lo que ella dice. Pues eso, populismo de manual que, por suerte, no funciona cuando tienes una visión un poco crítica de los mensajes o los tuits: “‘The Politico’, uno de los medios más influyentes en Europa, la describe como ‘Santa patrona de los bares’ y ‘reaccionaria’, y la mete en la lista de los políticos disruptivos, junto a Lukashenko y Orbán”, resume Black en Twitter antes de enlazar el artículo.

Con el árbitro comprado

Una mayoría social amplia y clara no es suficiente para mover los pilares del Estado español, ni siquiera para que la política española entre en otra dinámica. Pero una sola familia sí puede modificar los patrones educativos y culturales de una nación. De una nación sin estado, claro. La familia que ha logrado ampliar las horas en castellano en la escuela pública catalana sin un efecto real en lo formativo pide ahora más en una carta abierta que todos los medios españoles han recogido: “Hay que dejar de tragar”. Una palanca de cambio tan pequeña solo se explica con un árbitro y un público a favor de un resultado antes del partido.

¿Qué más no sabemos?

El argumento que ha dado el juez para no excarcelar a Juana Rivas es gravísimo y, sobre todo, resulta sorprendente que no lo hayamos conocido hasta ahora que sirve para que Manuel Piñar rechace un indulto colectivo: para la condenada y para esa parte del gobierno español que participó en la puesta en escena de un gigantesco error. Los supuestos abusos sexuales que uno de sus hijos habría recibido y cuyo proceso aún no se ha cerrado resultan relevantes para un caso que ha sido mediatizado por conveniencia de las partes que se metieron a defender a Juana Rivas sin toda la información… O sin que nos la contaran.

Nos reímos poco de ellos

Termino con el mismo tema con el que he empezado esta columna: quienes rechazan el Pasaporte Covid, como quienes rechazan la vacunación o negaron la existencia del coronavirus, tienen que ser objeto de nuestras burlas, como las de la falsa portada de InfoLibre en la que el humorista gráfico Nico Ordozgoiti simula la revista que leerían estos “mártires” que promueven hacer boicot a los locales en los que no pueden entrar porque les piden el Pasaporte Covid (sí, así son). Pero en la lista también metería a quienes durante los últimos meses renegaron de la mascarilla o la distancia social.

15 segundos de consciencia

Solo espero que la vida le regale a Víctor Manuel Sánchez del Real, diputado de Vox, 15 segundos de consciencia. Los suficientes para darse cuenta de lo vergonzosas, insoportables y reprobables que son intervenciones como la suya de esta semana en el Congreso, en el que acusaba a su homólogo del PSOE, Luc André Diouf, de ser un inmigrante ilegal solo por no ser blanco, y en el que, como si fuera un descerebrado de 14 años que quiere ser amigable con los fachis del barrio para sentirse fuerte, aseguraba que el de Hitler era un partido socialista. Su intervención no es sonrojante, es intolerable. Pues la presidencia la toleró.

No es un caso aislado

También en el Congreso, la intervención de Odón Elorza que le ha hecho popular en Twitter esta semana, después de saltarse la disciplina de voto de su partido la pasada, no me ha parecido para tanto: es más efectista que efectiva, como tantas otras. De hecho, la ha cogido al vuelo Macarena Olona, que no ha dudado en subir el tono populista y asegurar que el propio Elorza llamó a “fascista” a Gregorio Ordóñez antes de que ETA lo asesinara. La hermana del concejal donostiarra tuvo que intervenir en Twitter para llamar “ruin” a Olona y pedir que dejen en paz la memoria de las víctimas del terrorismo.

Esta extrema derecha, con este PP

Vox podría ser un partido sin relevancia, una voz que sale de la caverna, pero el PP ya ha firmado acuerdos de gobierno con ellos y Casado cuenta con sus votos para ser presidente. Lo cierto es que, además, Vox pega con este PP que encabeza, entre otros, Isabel Díaz Ayuso, que identifica a la España vaciada con la que expulsa “por motivos lingüísticos” a sus conciudadanos, especialmente “a la Guardia Civil y otras instituciones”. La presidenta de Madrid demuestra que, además de vaciar España con su dumping fiscal, la instrumentaliza para engordar sus fobias y competir por el discurso nacional con su jefe.

Cuando la base falla

Cualquier periodista, cualquiera, sabe que no puede hacer bromas de un acento o una forma de hablar en antena. Y el que no lo sepa, desconoce lo más básico de esta profesión. Nada diferencia que los chistes de Virginia Riezu sobre traducciones de títulos de Netflix al catalán de las bromas sobre gangosos que hacía Arévalo. Nada. Y el debate sobre los límites del humor está fuera de lugar en este caso porque no hablamos de un concurso de monólogos, sino del magazine de tarde de RNE que dirige Julia Varela, en el que el humor es solo un recurso, y no el objeto del programa. Un recurso muy mal utilizado esta vez.

Y yo reparando el ordenador…

Llevo tiempo empeñado en reparar lo que se me va rompiendo, incluso las cosas a las que no tengo más apego que su funcionalidad. Si puedo evitarlo, ¿por qué voy a dejarme caer en el círculo vicioso y nada virtuoso del consumo rápido, del usar y tirar, de generar residuos en Europa que acabarán en África? Y mientras yo estoy a esto, Amancio Ortega está a vender por 76 millones su yate grande porque ha encargado otro de 182 e igual el pobre solo tiene una plaza de garaje para yatacos. Habrá quien diga que quien compre la embarcación pequeña está reutilizando, y es cierto, pero lo que me pregunto es: ¿qué demonios hago yo y para qué?

Pero, ¿qué pensabais que era una pandemia?

Este titular de Público ilustra perfectamente el momento en el que vivimos: “Bruselas plantea prohibir los vuelos desde el sur de África para impedir la llegada de una nueva variante de la covid”. Es decir: estamos en una situación tan delicada que instancias supranacionales planean limitar el movimiento de personas por el Planeta para que no se agrave la pandemia que nos asola. Que nos asola. Lo repito esperando que los más tontos del pueblo dejen de decir que esto ya ha pasado y de comportarse como auténticos descerebrados. Esto es una pandemia mundial, y de esto llevamos hablando desde marzo de 2020.

Hablando del más tonto del pueblo…

Puede que a Israel Díaz López le fallara el subconsciente, pero soy de los que cree que el portavoz de Vox en el ayuntamiento de Móstoles dijo exactamente lo que quería decir y que en su cabeza suena de lo más lógico pronunciar y opinar que hay mujeres que valen casi tanto como un hombre. Y por eso hasta las dejan participar en política. Así de “generosos” son los varones que lideran la ultraderecha española. Lo peor, en cualquier caso, no es lo que dijo Israel Díaz, sino cómo lo justificarán (y se autojustificarán) Macarena Olona, Rocío Monasterio o Amaia Martínez, que tienen que convivir con eso y con ellos.

“Llamar fascista a Vox es libertad de expresión”

Antonio Maestre me cae bien desde que en Twitter nos conocíamos casi todos, y creo, simplemente, que lo controvertido que resulta y lo contradictorio que en ocasiones parece, es fruto de lo mucho que escribe, tuitea y dice en las tertulias. Pero todo eso queda en un segundo plano después de lo que su acción nos ha regalado: “¡Se acabó! Perdieron los fascistas. Tras 2 años y 9 meses de recursos han archivado la querella por la que Vox me pedía 4 años de cárcel. La justicia ha confirmado que llamar fascista a Vox es libertad de expresión”. Gracias a Maestre sabemos que llamar a las cosas por su nombre no es delito.

Lo que “preocupa muchísimo” a Díaz Ayuso

Parece que a Isabel Díaz Ayuso no le preocupa qué va a pasar en Madrid en pleno repunte de la pandemia después de haber encabezado la revolución de la “libertad” frente a las medidas de precaución. Lo que a la presidenta de la comunidad le “preocupa muchísimo” es que en Nafarroa pueda verse el canal infantil de ETB, que emite en euskera, lo que liga a, atención, “que unas personas tengan más derechos a acceder a la función pública que otras”. Toma ya, Pablo Casado. Qué requiebro, qué manera de cazar ideas con el lazo y unirlas entre sí, qué forma de tomar posición en la política nacional. Qué cara más dura.

Marca de la casa

El PP está haciendo de la jeta de adamantium un rasgo distintivo. Hace tiempo ya que han generado una superpiel que les impide sonrojarse, pero lo que estamos viendo últimamente es abrumador: los casos de corrupción son de otro PP, Díaz Ayuso ha convertido el derecho a la cañita en la mejor cortina de humo para sus políticas neoliberales, Casado asiste a una misa franquista y deja a la ciudadanía que piense si es facha o medio lelo, y el PP “asegura a toda la Eurocámara que ‘Casado no participó en una misa en honor a Franco’” (Eldiario.es). Si falta hormigón armado en las obras de Euskadi y España no será por la crisis de suministros, es porque lo guardan todo en Génova 13 para tratamientos faciales.