Ni con unos…

Siempre que he leído u oído una entrevista o una intervención de Miguel Urbán he acabado con la misma sensación: la del tipo con buena memoria y un hablar firme que te hace creer que sabe más que tú porque es capaz de citar una serie de datos o frases hechas. De hecho, su tuit sobre el intento de Juan Guaidó de ser presidente venezolano solo es un refrito, uno más, de lo de siempre: golpe de estado patrocinado por EE.UU. y Latinoamerica como patio trasero. No niego esas evidencias, pero con ese paternalismo tampoco puedo. Venezuela tiene que ser, por fin, lo que elijan los venezolanos libremente.

Ni mucho menos, con otros

A Miguel Urbán se le olvida mencionar un elemento clave: Nicolás Maduro, el primer responsable de la situación política venezolana. Pero la presencia de este presidente, por muy tramposo que sea y muy incapaz que parezca, no puede ser la excusa para cambiar la jefatura de un estado de un modo tan discutible como pretenden Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal en España (y Trump o Bolsonaro, fuera). Desde luego, en el bando de estos yo no voy a estar. Y por supuesto, es perfectamente compatible querer una Venezuela sin Maduro y no quererla con Guaidó así.

La coherencia importa, y mucho

Tampoco estaré en el bando que señale Sortu como el bueno, por una cuestión de principios básica. Si quienes fueron templados (cuando menos) con el terrorismo en Euskadi y todavía hoy son los responsables de gestionar la herencia del dolor y sus responsables, muestran un camino, ya sé que es el que no hay que tomar. Y lo sé por los caminos que antes mostraron y recorrieron. No solo Maduro es un presidente indeseable por lo que hace y dice (que viene del futuro o que ha hablado con Chávez en sueños, en forma de pajarito), también por quienes le apoyan: Rusia, Turquía, Cuba o Bolivia.

El petróleo también pagó a Monedero

Y ante todo este marasmo informativo y, sobre todo, opinativo, lo que menos necesitamos son lecciones. Así que Pablo Iglesias (como otros miembros de Podemos y la izquierda oficial) podía haberse ahorrado el tuit en el que sugiere que el petróleo de Venezuela es el que impulsa la injerencia extranjera y el ascenso de Guaidó. No lo niego, no nací ayer. Pero tampoco puede negar él que sin ese petróleo Chávez y Maduro no podían haber acometido su política populista, ni haberse enriquecido, ni haber pagado la consultoría (y el favor) de esa izquierda globalizada, enriquecida y populista.

Lo que diga el ejército

Antes que de la legitimidad del chavismo podríamos hablar del golpe de estado de Chávez. Después de la legitimidad de Maduro (que él mismo ha puesto en entredicho no convocando elecciones) debemos hablar de que en Venezuela pasará lo que el ejército quiera, como nos ha enseñado la historia reciente. Es decir: los Urban, los de Podemos, los Iglesias, Monedero o Errejón, reafirman esa legitimidad marcial como los Casado, Rivera, Abascal, Trump, Bolsonaro o el propio Felipe González quieren que el ejército cambie de bando (y de intereses). Hablemos de todo o callémonos todos.

Aupa Athletic!

La situación del Athletic es jodidísima. Estamos para un 4-4-2, presión, contragolpe y vuelta a empezar, haya gol o no. Estamos para hacer lo que sabemos hacer sin titubeos ni regates. Este equipo ha llegado a finales y ha jugado en Europa casi todos los años de la era Urrutia: solo le pedimos que se recupere y la temporada que viene, ya veremos. La jugadora Nekane Díez reclamaba en Twitter que entre todos apretemos las filas, y no se me ocurre un mensaje mejor. Lo lanza quien se golpea contra el césped las veces que haga falta por nuestros colores. Yo estoy en ese barco.

No es solo un gesto

Estoy de acuerdo con Francesc-Marc Álvaro en que la huelga de hambre que están llevando a cabo los independentistas catalanes presos por sus ideas políticas (porque los delitos parece que los inventen sobre la marcha) debería de alterarlo todo. Pero no en que es un gesto: el modo de protesta pacífica que han emprendido Sànchez, Turull, Forn y Rull es el más extremo que existe y tiene que mover a la acción, para empezar, de los suyos. Todas las acciones políticas posibles, sin excepción, tienen que estar sobre la mesa para ser estudiadas e intentadas con urgencia.

Esto, tampoco

Según la BBC, “David Duke es el rostro más conocido del grupo racista más famoso de Estados Unidos: el Ku Klux Klan”, y acaba de felicitar en Twitter a Vox por sus resultados en las elecciones del pasado domingo. Lo hace, además, asimilando y traduciendo al inglés el argumentario de los de Abascal, como si alguien cercano se lo hubiera pasado: abajo el régimen socialista y la reconquista empieza en Andalucía. Duke hace solo unas semanas también felicitaba a Jair Bolsonaro. Lo que me sorprende, sinceramente, es que un tipo así pueda estar en Twitter.

Aviso a la izquierda

Los buenos resultados de Vox no son una buena noticia para Podemos. Primero, por lo mismo por lo que no son una buena noticia para nadie. Después, porque cuando los extremos crecen la ciudadanía recurre al centro, y de ese espacio han huido los de Pablo Iglesias. Así que a la izquierda más le valdría hacer autocrítica por la situación general en la que se encuentra ahora… Y por la suma de las particulares: “Por cierto, Podemos pierde la mayoría de sus votos allá donde gobierna: en Cádiz”, tuiteaba Ícaro Moyano poniendo, como siempre, el acento donde toca.

Sigue siendo “la gente”

Mi admirado Antonio Agredano también ha bajado al barro político después del 2-D andaluz para recordarnos que “la gente no vota mal. La gente vota lo que quiere votar. Si no te votan a ti, el problema es tuyo, no de la gente. Sólo echándole un poquito de ‘milagrito’ a la soberbia se puede construir una alternativa política de calidad. A las elecciones se va llorado de casa”. Entre los 400.000 votantes de Vox, por supuesto, habrá ultraderechistas, pero también votantes de otras opciones, incluso de Podemos que siguen indignados y sin respuesta. Los votantes son sagrados.

Lo que ha dicho Bolsonaro

Cuando decimos que ha ganado la extrema derecha en Brasil, evidentemente, lo hacemos porque leemos las crónicas y, gracias a Internet, porque podemos acceder a vídeos y, lo que es más importante, a personas que están informadas y nos informan: McShine ha elaborado un hilo estupendo con vídeos de declaraciones de Bolsonaro a favor de la tortura, en contra de las minorías culturales o políticas, en contra también de los derechos indígenas, declaraciones homófobas, racistas, sexistas o defendiendo a dictadores como Pinochet. A eso tenemos que enfrentarnos.

Europa también es esto

Hace solo un par de días les mostraba mi estupefacción por la desvergüenza de la Fundación Francisco Franco, que ha vuelto a sacar participaciones de lotería de Navidad (con donativo, claro) finalizadas en 36 y 39. No solo por eso, evidentemente (aunque ya es suficientemente escandaloso), el Parlamento Europeo ha pedido al gobierno español que ilegalice a la citada fundación, pero también a Falange y otras asociaciones o agrupaciones fascistas. Porque el auge del fascismo hoy, lo acabamos de ver en Brasil, tiene mucho que ver con todo lo que se ha permitido.

Lo que más se parece a uno de derechas…

Hace solo unos días de la coincidencia de dos tuits muy parecidos: Pablo Iglesias y Donald Trump tuiteaban con apenas unas horas de diferencia sobre su preocupación ante las fake news que afectan negativamente a su ideología (cada uno a la suya, claro) y a la calidad de la democracia. Y yo coincido con ellos, claro. Pero tiene tanta gracia que Trump se queje de la proliferación de noticias falsas como que lo haga Pablo Iglesias de mensajes que afectan negativamente a una opción política. Ambos han crecido beneficiándose precisamente de lo que ahora critican.

Microsoft regala Windows y gana

Hace ya tiempo que aviso de que una de las más firmes señales de la verdadera revolución digital es que Microsoft ya no cobra por el uso de su sistema operativo, Windows. Desde que no lo hace, además, no ha parado de crecer (también su reputación) y hoy es una de las tecnológicas más importantes y que más dinero gana. ¿Cómo? Gracias a su Office y, sobre todo, gracias a sus hábiles inversiones: ha acabado participando en muchos desarrollos y cuando ha tocado repartir dividendos ahí estaban los de Microsoft, con las dos manos haciendo la forma del cuenquito.

El gol de Cristiano Ronaldo

Después de un comienzo difícil, Cristiano Ronaldo ya empieza a ser el mismo de siempre ahora en la liga italiana: marca goles a pares, bate registros (es el debutante más goleador de la historia de la Juve) y su popularidad se dispara. Una muestra de ello es que es el más seguido en Instagram. Igual que conquistó la Premier, la Liga y ahora el Calcio, ha ido conquistando las redes sociales y ahora barre en la que más crece (y posiblemente la que más dinero mueve para sus estrellas). Solo falta que se aclare el caso de violencia sexual que tiene pendiente para que sea alguien admirable.

Uno más: Bolsonaro

“Tal y como se veía venir, Bolsonaro es el nuevo presidente de Brasil, el mayor país del hemisferio austral, la octava potencia económica del mundo. La extrema derecha se extiende como un cáncer por todo el globo”, tuiteaba Shine McShine ayer por la mañana. Era uno de los muchísimos lamentos en las redes sociales por el ascenso de otro populista de extrema derecha a un país que no es, precisamente, menor por su peso económico y demográfico. Hacer frente a estos ultras no parece fácil cuando el modo de comunicar que ha impuesto Internet les beneficia.

Sí, lo “políticamente correcto” ha podido ser un error

El padre de Marta del Castillo ha fichado por Vox y, bien el partido, bien el propio Antonio del Castillo, lo han convertido en un evento mediático. Dice el nuevo afiliado al partido de Abascal que está “cansado del lenguaje de lo políticamente correcto”. Una frase que ya nace rancia pero que, en cierto modo, esconde el mecanismo de funcionamiento de la ultraderecha: el de lo políticamente correcto ha sido un lenguaje artificial para justificar políticas excesivamente complejas, y los ultras lo han tomado como un tótem a derribar. Ellos no te engañan con esa zarandaja, dicen. Hacen algo peor.

El paraguas de Trump

La periodista Anna Bosch lo anuncia así en Twitter: “Todo lo que necesitas saber del presidente de los EE.UU. en una secuencia”, y da paso al vídeo en el que se ve a Trump abandonar, literalmente, un paraguas a la entrada del Air Force One, en la escalerilla de acceso. Trump, el líder mundial de esa extrema derecha que sabe sacar provecho de la agenda y la comunicación que ha normalizado el uso de Internet, es eso: un soberbio incapaz de hacer algo tan mínimo como cerrar un puñetero paraguas, un presidente que piensa que todos están a su servicio y no se da cuenta de que es al revés.

Skolae y María Solana, respaldados

La consejera navarra de Educación y portavoz del gobierno de Barkos es uno de los objetivos prioritarios de la caverna navarra y española. Ya lo sabemos todos como lo sabe ella. Y si por algo se caracteriza la caverna es por practicar una política de tierra quemada sin que le importen las consecuencias: si el programa por una escuela integradora como es Skolae tiene que ser vilipendiado, se vilipendia. Por suerte, los demás sabemos leer: en un congreso sobre Educación en Madrid, María Solana y Skolae han recibido un caluroso, unánime y necesario apoyo.

Una de fútbol

No estamos en Bilbao para hablar del mal fútbol o el buen fútbol, ¡y mucho menos si se trata de equipos que están por encima de nosotros en la clasificación (solo cuatro están más preocupados)! Pero es evidente que el primer Barça – Madrid sin los dos mejores futbolistas del mundo en una década invita a hablar. O a tuitear. Juan Antonio Giner clava el resumen: “Ahora ya sabemos cómo puede ser el Barça sin Messi y cómo es el Real Madrid sin Cristiano”. En este punto es necesario mencionar la gran labor de Valverde, aunque nos abandonara por el enemigo.

El PP, un partido residual

El PP va a ser un partido residual en Catalunya, en la CAV y en Nafarroa. Y puede que incluso solo sea el comienzo de un desplome autonómico de importantes dimensiones. La debacle, que es real, parece menor porque, como sucede en el Parlamento, una aritmética endiablada les permite ser llave con un número de escaños que, en otro escenario, les situaría como partido irrelevante. Tal es el descenso y la percepción de derrota en el PP que en Catalunya nadie quiere sustituir a Albiol no solo por la pesada mochila que se encontrará, sino por lo que está por venir.

Se lo buscan

¿Cómo llega al PP a la irrelevancia en estos territorios? Buscándoselo: el partido que fundó un ministro franquista y que se revuelve cada vez que alguien intenta mover la tumba del dictador es, para colmo de esta España ultraconservadora, la opción moderada en la derecha. Tan “moderada” que más de una veintena de alcaldes “populares” se han negado a cumplir la ley y retirar del callejero de sus municipios a Primo de Rivera. No estamos ya hablando de las simpatías de sus abuelos, sino de una ley en vigor y de una resistencia contemporánea a que avance la democracia plena.

Fachas de allá

Otro que, con suerte, acabará con su partido, será Donald Trump. En El Confidencial lo cuentan muy bien pero son ya varios los medios que informan de la paliza que se está pegando el presidente de EE.UU. para salvar al partido republicano en las próximas legislativas. Los sondeos indican que los demócratas sacarán la suficiente ventaja para invertir la actual mayoría conservadora (en el sistema estadounidense la cámara se renueva por partes). Para evitarlo, Trump está gastándose una millonada, según los analistas, en eventos relevantes… Y en su propia popularidad.

Tomen nota

A la extrema derecha solo se le derrota de una manera: enfrentándose a ella y señalándola. Flaco favor hacen los que aquí llaman “constitucionalistas” a los nazis que se han manifestado varias veces ya en Catalunya. Y menos favor hacen en Brasil las estrellas del fútbol que están lavando la cara con su apoyo a Bolsonaro. Apunten: Ronaldinho, Rivaldo, Cafú o Neymar (de un modo más velado) según La Voz Libre. De los grandes, solo Juninho Pernambucano (aquel media punta que jugaba en Lyon y lanzaba las faltas como un francotirador) le ha hecho frente recordando la dictadura.

El peligro de la hiperconectividad

El cierre de Google+ ha dejado al descubierto un fallo en la seguridad de la red social de Google. Una red social que pese a los intentos del gigante tecnológico (incluidas obligaciones ilógicas para gestores de identidades digitales) estaba abocada al fracaso y ha terminado fracasando estrepitosamente. A su vez el agujero de seguridad para los usuarios deja al descubierto los riesgos de la hiperconectividad: que tengamos todos nuestros aparatos y espacios en Internet relacionados, y que unos y otros se crucen hasta como modo de acceso no es una comodidad: es un peligro real.